La intensa vida de Melanie Griffith: amores, adicciones, enfermedades y divorcios millonarios
Si hay alguien que se dio todos los gustos y que vivió cada día con suma intensidad, esa es Melanie Griffith. Su vida dio muchos giros en diversas oportunidades y siempre consiguió salir airosa. Desde su precoz relación con Don Johnson, pasando por el breve romance con el actor cubano Steven Bauer, al matrimonio de dos décadas con el español Antonio Banderas, la actriz de Secretaria ejecutiva nunca se privó de amar, sufrir y volver a amar.
Pese a los sinsabores que le dejaron algunas de sus relaciones, Melanie siempre deja la puerta abierta a un nuevo comienzo. "La verdad es que no creo que sea ya relevante para nadie, pero si pasaste los 60, tenés cuatro hijos y la vida que siempre habías querido, ¿por qué casarse entonces?", reconoció en una entrevista a la revista InStyle. Soltera pero no sola, aseguró con orgullo que mantiene una excelente relación con sus tres exmaridos. "Los quiero mucho a todos y estamos muy unidos", aseguró la actriz y así lo demuestran con los hechos en distintas postales de festejos y entregas de premios. Siempre presentes, dándose apoyo y contención, siendo familia.
Una vida acelerada
Nació el 9 de agosto de 1957 en Nueva York y sus padres, el publicista Peter Griffith y la modelo y actriz Nathalie Tippi Hedren, se divorciaron cuando Melanie tenía 4 años. Cada uno rehizo su vida de forma inmediata, por lo que la niña se crió con hermanastros y mascotas pocos convencionales, como tigres, leones y elefantes, entre otros. Es que el segundo marido de su madre fue el productor Noel Marshall, quien criaba animales salvajes con el objetivo de hacer la película más peligrosa del cine: Roar (1981), en la que participó toda la familia y en la que la joven actriz sufrió una herida en el rostro que le costó una cirugía reconstructiva.
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Su vida fue atípica desde pequeña, no solo por vivir en una especie de zoológico, sino porque todo llegó a temprana edad. A los nueve meses ya trabajaba de modelo; a los 12 años, aparecía como extra en la película Smith!; a los 16 se había graduado saltándose un curso entero y a los 17 aparecía desnuda en Secreto oculto en el mar. En el amor, también puso quinta a fondo: con solo 14 años se enamoró del compañero de elenco de su madre, Don Johnson, que tenía 22 y dos divorcios a cuestas, y comenzaron una turbulenta y apasionada relación.
El actor protagonizaba junto a Tippi la película The Harrad Experiment, en la que Melanie hacía una breve aparición. La pasión entre los dos fue tan grande que, a pesar de ser menor de edad, su madre le firmó un permiso y se fue a vivir con él.
Su etapa más oscura
Aunque no le gustaba, Griffith volvió a trabajar como modelo para poder pagar las facturas de una vida que no era la esperada. Su adultez prematura la llevó a tomar malas decisiones y así, cuando cumplió los 18, se casó con Johnson, pero el compromiso duró sólo seis meses. Ese divorcio la llevó a un estado de completa oscuridad, de excesos de drogas y alcohol que la mantuvieron alejada durante un tiempo de los sets. Nadie confiaba en ella.
De aquella época, su amiga y actriz Tatum O'Neal explicó en su autobiografía que ambas tuvieron relaciones sexuales en una orgía donde el opio y el hachís estaban más que presentes; y todo teniendo Melanie 18 años y ella, 12.
Luego de una pausa en su carrera, reapareció en varias películas para televisión. En una de ellas, She's in the Army Now (1981), conoció al que se convertiría en su segundo marido, el actor cubano Steven Bauer, con quien contrajo matrimonio de inmediato. Alexander Bauer, su primer y único hijo en común, nació en 1985, pero la unión se disolvió cuando el pequeño apenas tenía 4 años. En 1989 ya estaban firmando el divorcio, un trance que le costó mucho tiempo superar a Melanie y exacerbó sus problemas de adicción.
De nuevo, la oscuridad: las adicciones resurgieron con tanta fuerza que estuvo a punto de perder la vida atropellada por un coche al cruzar una calle en estado semiinconsciente. Melanie recordaría más tarde: "Me emborrachaba para poder dormir. Si no estaba con alguien, era infeliz".
Sí, quiero (otra vez)
Durante aquellos años junto a Bauer tomó clases de actuación y consiguió buenos papeles con Doble cuerpo (1984) y Something wild (1986), aunque el estrellato le llegó en 1988 con la película Secretaria ejecutiva (1988), que le dio no solo un Globo de Oro sino también, una nominación al Oscar a mejor actriz protagónica. Era un gran momento profesional pero no personal, por lo que Griffith ingresó en una clínica de desintoxicación.
Un año más tarde, hizo un cameo en División Miami, serie que protagonizaba su ex Don Johnson. Apenas se cruzaron resurgió la pasión y la débil de Melanie volvió a hacerlo: otra vez se puso el vestido blanco y caminó hacia el altar. Habían pasado trece años desde que se casaron la primera vez y en esta ocasión, Melanie estaba embarazada de cinco meses. Su hija Dakota nacería el 4 de octubre de 1989 y pasaría su primera infancia entre el amor y las peleas de sus padres, pues la pareja se separó, se reconcilió, y volvió a separarse un año más tarde.
Entre ruptura y separación, la actriz siguió filmando a buen ritmo, pero la película que cambiaría el rumbo de su vida fue la comedia de 1995 Loco de amor.
Antonio Banderas y la llegada del amor
Cuentan que en los comienzos del rodaje, Melanie no tenía un buen día y que Antonio se ofreció a hablar con ella. Apenas subió al motorhome, quedó deslumbrada. Años después, lo confesó en una entrevista: "Cuando conocí a Antonio me sentí muy infeliz porque me di cuenta de que no podría estar con Don, más allá de si Antonio quería estar conmigo o no. Conocerlo cambió toda mi vida". Ambos estaban casados cuando saltó la chispa entre ellos, firmaron su divorcio y así comenzó la relación que los convirtió en una de las parejas más queridas de Hollywood.
El 14 de mayo de 1996 se casaron en Londres, y en septiembre nació su hija, Stella del Carmen. Al inicio, ni siquiera los problemas de adicción de Melanie consiguieron hacer tambalear a la pareja. Al contrario, tras su última recaída, en el 2010, toda la familia, Antonio, los hijos y la madre de Melanie estuvieron junto a ella y fueron su mayor apoyo para superar la tormenta de nuevo. "Soy alcohólica y adicta, y toda mi vida he luchado contra eso, y lo he hecho bien. Ahora estoy genial. Me siento libre, no bebo, no tomo pastillas. Es como haber salido de prisión", dijo tras su recuperación.
Junto a Antonio y su contención, tuvo su mejor momento profesional Su caché aumentó y trabajó en Lolita, Celebrity (bajo la dirección de Woody Allen), Locos en Alabama (dirigida por Banderas) y Cecil B. Demented. En el 2003 sorprendió a todos al protagonizar Chicago en Broadway; nunca había cantado ni bailado y los críticos esperaban que fuera un fracaso pero no sólo recibió excelentes críticas sino que interpretó a una Roxie Hart que fue un éxito de taquilla. Más tarde, volvió a la televisión con la sitcom Twins e incluso le puso la voz a uno de los personajes principales de Stuart Little 2.
Durante los 18 años que compartieron, fueron la pareja predilecta de la prensa. Los persiguieron por todo el mundo, les inventaron miles de romances e infidelidades hasta que cazaron al actor con una rubia desconocida. En la primavera de 2014 anunciaron su divorcio, se repartieron millones de dólares, ella se borró con láser un tatuaje que llevaba su nombre, lo responsabilizó por sus episodios de epilepsia y cuando pasó el huracán, supieron reconstruir su relación desde otro lugar, más maduro y amoroso. De hecho, sus hijos le siguen llamando papá y lo acompañan en cada evento importante, como ocurrió en octubre durante la presentación en Los Ángeles de la película que filmó bajo la dirección de Pedro Almodóvar, Dolor y Gloria.
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El disfrute de la soltería
"Sí que me gustaría enamorarme de nuevo y vivir un romance apasionado, o tener una relación, pero no es el caso. Sigo buscando. He tenido un par de amantes, pero ninguna relación seria", aseguró en la misma entrevista en la que también tildó de innecesario volver a pasar por el altar.
Su última relación formal fue con Banderas, y aunque todo esté en armonía declaró que, mirando en retrospectiva, se sintió atrapada en ese matrimonio. Entre otras cosas, durante la última parte de la relación Griffith siente que dejó en pausa su vida profesional para criar a sus hijos y acompañar a su marido en el despliegue de su carrera. Con el español recorrieron el mundo, captaron los flashes en todas las alfombras rojas y fueron una de las parejas más envidiadas; sin embargo, Melanie no era feliz.
Ahora, por primera vez, asegura que se está ocupando de ella: "Después de divorciarme y, en cierto modo, ‘acabar’ con los niños, por fin tengo el tiempo y la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva e insuflar nueva energía a mi carrera. Tenés que vivir tu vida en lugar de limitarte a interpretar a alguien más todo el tiempo. Y de todas formas, ¿cómo podrías dar vida a alguien más si vos misma no has vivido?".
Hace un tiempo se animó a posar, a sus 62 años, como en Secretaria ejecutiva y enamoró a todos. ¿La encontraremos pronto en Tinder? "Sería demasiado vulgar, tampoco me preocupa la posibilidad de ya no encontrar pareja. Me estoy dando tiempo para mí", reconoció esta mujer fuerte, poderosa y que siempre supo reinventarse. Y parece que lo hará otra vez.
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