"Estábamos filmando Pegado a ti con Eva Mendes en una playa de Miami cuando un grupo de fans me rodeó, me acosó como un enjambre de avispas y escapé. Me escondí detrás de la barra de un bar y apareció ella, que me miró y me preguntó: ¿qué hacés acá?", contó Matt Damon recordando aquel día de abril de 2003 cuando conoció a su mujer, Luciana Barroso. No era la primera vez que se habían cruzado: la argentina era camarera en el bar de la playa en la que se estaba rodando la película y había atendido varias veces al equipo, pero no habían hecho conexión.
Tuvo que darse un choque, un encuentro como salido de cualquier escena romántica para que la magia se active. "Dicen que algo increíble te pasa cuando conocés a la mujer de tu destino, y así fue. Juro por Dios que me sucedió algo indescriptible. Cuando estaba en mis veintipico, me preguntaba si alguna vez sería capaz de asentarme, pero encontré a la persona correcta y cuando la vi, fue como si me golpeara un rayo. Literalmente, todo cambió en mi vida. Ahora la posibilidad de estar soltero es aterradora. Mi vida es mucho más fácil gracias a mi mujer y mi matrimonio. Todo tiene sentido", recordó Damon tiempo después durante una entrevista.
La relación de Damon y Barroso ya lleva 16 años, tres hijas y se convirtió en una de las más consolidadas de Hollywood. Con perfil bajo, el actor siempre le agradeció a la salteña haberlo ayudado a conseguir eso que tanto buscaba: escapar del asedio de la prensa y llevar una vida alejada de los flashes.
Matt Damon- Ben Affleck: una dupla imparable
Damon alcanzó la fama junto con su amigo Ben Affleck con la película En búsqueda del destino, que protagonizaron en 1997 y por la que obtuvieron un Oscar al mejor guion original. Tras este gran comienzo los dos amigos siguieron sus carreras por separado.
Affleck fue más dado a los grandes estrenos de Hollywood y a los grandes romances fuera de la pantalla, con estrellas como Gwyneth Paltrow o Jennifer Lopez, antes de contraer matrimonio con Jennifer Garner.
En el caso de Damon, sus amores fueron igual de famosos, con Wynona Ryder o la española Penélope Cruz, pero mucho más discretos. Y sus estrenos igual de exitosos que los de Affleck, pero considerados de mayor calidad sobre todo en sus inicios.
Los amigos causaban estragos en cada fiesta a la que asistían, pero el protagonista de la saga de espionaje Identidad desconocida ya sentía un vacío con ese estilo de vida: quería enamorarse y formar una familia.
La protagonista del cuento
Barroso nació el 31 de julio de 1976 en Salta. Su madre era ama de casa y su padre, agente de seguros. Fue criada por su abuela después de que sus padres se divorciaron justo después de su nacimiento. Durante sus días de escuela, quería convertirse en artista, pero finalmente se convirtió en azafata.
Se casó por primera vez con Arbello Barroso y en 1999 nació su primera hija, Alexia. Luciana y Arbello se divorciaron en 2004 en buenos términos (aún tienen una excelente relación, incluso con Matt) y ella decidió viajar a Miami junto a su pequeña hija de cuatro años, con la promesa de un trabajo en un bar en la playa.
Mientras guardaba su ropa y todo su pasado en una valija, sólo deseaba una nueva oportunidad. Pero ni en sus sueños más psicodélicos pensó que un tiempo después iba a desfilar vestidos de diseñador por alfombras rojas e iba a ser tapa de los medios de todo el mundo por ser la pareja de uno de los actores del momento. Pero, a veces, el universo ofrece más de lo que nos animamos a pedirle y la vida de esta argentina dio un vuelco de 180 grados.
Después del flechazo de película, comenzaron una relación que se oficializó un año después, durante el estreno de La supremacía Bourne en Sydney, Australia. Barroso viajó para acompañar al actor junto a su hija Alexia. Y, al poco tiempo, ella también estuvo junto a él durante la filmación en Roma de la súper taquillera La nueva gran estafa. Allí la pareja no ocultó su amor y paseó de la mano a lo largo del circuito turístico de la capital italiana, escena que repitieron en Marruecos durante el rodaje de Syriana y en Nueva York, en las pausas de la filmación de Los infiltrados.
Un amor inquebrantable y bajo perfil
Barroso y Damon se comprometieron en septiembre de 2005 y el 9 de diciembre de ese mismo año se casaron. Su boda fue un asunto de bajo perfil ya que la pareja no quería medios ni tapas de revistas ni invitados famosos. En su lugar, intercambiaron anillos en una ceremonia civil privada realizada en Manhattan.
No tardaron mucho en agrandar la familia: en 2006 llegó la primera hija de la pareja, Isabella; dos años más tarde, nacería Gia Zavala, y en 2010, su tercera hija, Stella. Matt, además, adoptó legalmente a la hija de Luciana con su primer marido.
La postal familiar completa solo se ve en vacaciones o en algún paseo porque ella se encarga puntualmente de cumplir el pedido de su marido: que lo ayude a llevar una vida sencilla. Matt y Luciana son capturados por las cámaras sólo cuando asisten juntos a estrenos de películas y eventos.
Y pese a los rumores de divorcio millonario que cada tanto envuelven a la pareja, la realidad es que siempre se muestran unidos y en familia. "Uno debe estar con la persona que ama el mayor tiempo posible. Luciana es mi otra mitad. Tenemos un acuerdo: nunca estoy fuera de casa más de dos semanas. Soy un tipo afortunado. Vivo rodeado de hermosas mujeres: mi esposa y mis cuatro hijas. No puedo disponer mucho tiempo del baño, pero ese es solo un mal menor", dijo el actor que además de ser padre tiempo completo, desde la organización Water.org, lucha contra la falta de agua potable.
Hace un tiempo estuvo en el centro de la polémica cuando criticó al presidente Donald Trump por "xenófobo, desagradable y deshumanizante" por su posición sobre los inmigrantes. En una entrevista con la agencia de noticias EFE, dijo que las expresiones de Trump afectan a su mujer: "Está hablando de cualquiera que viva al sur de nuestra frontera en términos inhumanos. Está hablando de mi mujer, está hablando de mis hijas. Creo que todavía nos estamos riendo de esta situación, pero si analizás las cosas que está diciendo es desagradable y deshumanizante".
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