La gran noche de Lali en los premios Gardel: look gótico, un show con drags, tres estatuillas y un discurso contundente
Por los galardones, su performance, su carisma y sus palabras, la actriz y cantante pop fue una de las grandes protagonistas de la ceremonia a lo mejor de la música argentina
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Lali Espósito llegó anoche a los premios Gardel como un torbellino: luego de un viaje relámpago a España, la artista pop aterrizó en Ezeiza y fue, sin escalas, al Movistar Arena. La potencia de su gestos, tanto como su impronta, se extendió durante toda la velada y la convirtió en una de las protagonistas indiscutidas de la noche. En apenas tres horas, la artista se transformó en una diva gótica, se alzó con tres estatuillas, marcó la diferencia con un show en donde compartió escenario con un grupo de drag queens, levantó las banderas LGTBQI+, bailó desde la platea al ritmo de Miranda! y aprovechó el micrófono para hablar de la realidad.
Una noche especial y un look a tono
Unas horas antes del comienzo de la ceremonia, Lali estaba en España. Desde allí llegó sobre la hora, con la ilusión de estar presente en la gran celebración de la música local. De muy buen humor, la cantante compartió el trayecto del aeropuerto hasta el Movistar Arena con Dale Play Live, y entre mate y mate, confesó que de todos los premios que logró, el Gardel “es especial”. “Son nuestros premios, de verdad. Y esta noche va a ser muy emocionante”, sumó. También festejó la variedad de estilos, celebró la convivencia de los “artistas emergentes zarpados y nuestros artistas de toda la vida” y se entusiasmó con la posibilidad de estar codo a codo con el resto de los músicos nacionales.
Una vez en su camarín, tal como hacía la Mujer Maravilla, la actriz dejó atrás los holgados jeans y el buzo oversize que usó para volar y se convirtió en una verdadera reina gótica. Cuando por fin se la vio en escena, no hubo quien no se diera vuelta a mirarla: llevaba un vestido negro largo de cuello alto realizado en encaje, con falda de corte sirena que dejaba ver su ropa interior y un corset negro de cuero. El toque rockero lo sumó con las botas de caña alta y taco y el recogido informal del pelo. Luego de recorrer la alfombra roja, ocupó uno de los lugares centrales del evento. Junto a ella estuvieron, en todo momento, Mauro De Tommaso, su amigo y productor, y Pedro Rosemblat, su amor.
Mensaje para los “haters”
La primera incursión de Lali en el escenario de los premios Gardel fue para recibir el galardón a mejor videoclip por “¿Quiénes son?”, un trabajo audiovisual que dirigió ella junto a Lautaro Espósito. Tras escuchar su nombre, dar los besos de rigor, recibir una gran ovación y bajar el micrófono a su altura -”Bueno, esto siempre me pasa”, gritó-, dio su primer discurso de la noche. “Me hice la canchera y estoy como nerviosa de pronto”, disparó, para romper el hielo.
Luego de agradecer a su equipo, hizo lo propio con sus fans y con una persona muy especial en su vida. “Este premio lo quiero compartir con mis fans que han copado el Movistar Arena, Son tremendos. Gracias por este amor incondicional. Y sobre todo se lo quiero agradecer a la gran, la One, Moria Casán. Le mandamos este amor y esta energía desde acá”, aseguró. “Ella es un ícono, Moria te amo, gracias por haberte sumado a esta idea, esta locura, y por permitirme usar tu famoso ‘¿Quiénes son?’”
Por último, Lali le dedicó un palito a todos aquellos que se ocuparon de criticarla, aunque no mencionó a nadie en particular. “Se lo dedicamos a toda la gente que se ocupa de perder su tiempo y poner su frustración en criticar, en bardear, en mentir, en decir cualquier cosa. Les deseamos lo mejor y sobre todo les deseamos que escuchen muchas veces esta canción”, cerró. El público apoyó con gritos de complicidad cada una de las declaraciones de la artista y la despidió con un “olé, olé, olé, Lali, Lali”. “Esto va a ser así toda la noche”, alcanzó a reflexionar Iván de Pineda, al frente de la conducción de la gala.
Un show disruptivo
El clima cambió de manera rotunda en el Movistar Arena cuando los acordes de “Disciplina” comenzaron a sonar. Las pantallas se tiñeron de rojo, un grupo de bailarines copó el escenario y desde el fondo del estadio, rodeada de drag queens y con varias banderas argentinas y banderas del colectivo LGTBQI+ bien en alto, Lali marchó hasta el centro de la escena. Para el espectáculo decidió cambiar de look: mantuvo el negro, las transparencias, se soltó el pelo y agregó a su atuendo cintos, tachas y cadenas. Durante toda la canción la acompañaron sus histriónicas acompañantes, con quienes cantó, bailó e intercambió algún que otro beso. Al final, otra vez, se ganó una ovación.
De vuelta a su butaca, Lali habló con uno de los host del evento. Además de mostrarse orgullosa de su performance, agradeció a las artistas que la acompañaron y aseguró que la noche post show iba a continuar con su novio, pero también con una fiesta. Durante el resto de la ceremonia, acompañó las distintas presentaciones de sus colegas como una fan más: así se la pudo ver en la transmisión de Star Plus cuando fue el turno de Miranda!, disfrutando junto a Nicky Nicole de la banda que se quedó con el Gardel de Oro.
Palabras urgentes
El segundo premio para Lali llegó gracias a su álbum como artista pop, Lali. “Este es especial. Este me emociona particularmente”, confesó, luego de bajar de nuevo el micrófono. “Quiero agradecerle primero a mi productor, a mi amigo, a mi alma gemela, Mauro De Tommaso. Gracias por empujarme siempre”, arrancó. Luego mencionó a Lautaro Espósito, a Sony Music, a Dale Play, a sus amigos, su familia, a sus seguidores y a todos los que confiaron en ella. “Fueron tiempos movidos para mí y estoy absolutamente conmovida con el nivel de amor que recibo del fandom y de los no fanáticos”, aseguró.
Antes de cerrar, Lali se tomó unos minutos para hablar de la realidad a través de un caso en particular. “Quiero dedicar un momento a Pamela, a Mercedes, a Andrea y a Sofía, víctimas del lesbicidio en Barracas. Es cierto que quizás la palabra lesbicidio no está en él no sé qué, de la no sé cuánto de la Real Academia Española, pero está en la calle, está en la vida real de mucha gente y no debería parecernos normal”, explicó en alusión al asesinato de tres mujeres que tuvo lugar a principios de mayo en un conventillo de Buenos Aires.
“No nos acostumbremos loco a esto. No nos acostumbremos a escuchar estas historias. No nos acostumbremos porque es la vida de mucha gente, es la vida de nuestros amigos, es la vida de nuestros amores. Es la vida de la gente que merece vivir en libertad justamente”, sentenció, en una clara alusión al presidente Javier Milei, con quien tuvo fuertes cruces en el pasado.
“Por último, quiero dedicarle este premio a lo que inspiró la creación de este álbum, ‘Lali’, que es a la comunidad LGTB”. “Me vine cagando desde España para ver si me ganaba uno de esto y podía decir frente al micrófono ‘No están solos’. Muchas gracias”, cerró y todos acompañaron sus sentidas palabras con una nueva ovación.
La frutilla del postre
“¿Quién se lleva el premio Gardel a Canción del año?”, preguntó Iván de Pineda luego de presentar la terna. “Lali, Lali”, reaccionó el público de inmediato, y no se equivocó. Gracias a “Obsesión”, la cantante subió por tercera vez al escenario. “Ya no me voy a tomar esta tarea de bajar el palo”, lanzó y sacó el micrófono del soporte. “Me creo mil, acá, con la cartera Carlos Gardel”, bromeó con dos premios bajo el brazo. “Lo quiero compartir con todos los pibes y pibas nominados. Altos temas. Aguante la cultura. Defendámosla. ¡Y aguante la música argentina!”, se despidió.
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