Esta mañana el sol brilla en el cielo de Sevilla, que ya está preparada para una de las citas más importantes del año: la boda de la duquesa de Alba y Alfonso Díez. Desde hace unos días, el palacio de Dueñas se ha convertido en todo un hervidero de gente. Se pudo ver mucho movimiento de operarios, mensajeros, amigos de doña Cayetana y miles de curiosos que se acercaron en los últimos días hasta las puertas de la residencia para intentar felicitar a los protagonistas de esta historia.
Hoy, horas antes de este esperado momento, ya son muchos los medios de comunicación que aguardan la llegada de los invitados y de los novios para poder contar con detalle todo lo que va sucediendo en Dueñas. Pero no sólo fotógrafos y periodistas se encuentran en las puertas del palacio desde primeras horas de la mañana, mucha gente se acercó, algunos ataviados con los souvenirs que desde hace unas semanas inundan Sevilla y pancartas, para tener un buen sitio para poder ver a los novios convertidos en marido y mujer y a los familiares y amigos que figuran en la reducida lista de invitados.
Después de muchos meses de esfuerzos para que la familia de doña Cayetana aceptara sus intenciones de pasar por el altar, por fin van a dar este importante paso. ''Estaban en contra hasta que se dieron cuenta del calibre de persona que es (Alfonso)'', decía esta misma semana la duquesa en declaraciones a la agencia Efe.
Este momento tan soñado está a punto de llegar y será la tercera boda de la duquesa de Alba, que decidió que la capital hispalense sea el escenario de su enlace, una ciudad que ella siempre ha llevado en su corazón y donde emprenderán su nueva vida de casados.
Ayer comenzaron a llegar muchos de los invitados, como la hermana de Alfonso Diez, Begoña, con su hija Rocío, el marido de esta y la hija de la pareja. También vimos a María Eugenia Fernández de Castro, ex mujer de Jacobo Fitz-James, que no podía faltar a la cita, ya que guarda una excelente relación con la duquesa.
A primera hora de esta mañana se pudo ver a algunos invitados entrando en el palacio de Dueñas, como el duque de Huéscar, el mayor de los hijos de doña Cayetana, que se preparaba allí para la boda al igual que el resto de sus hermanos, y a Cayetano Martínez de Irujo. Por su parte, Fernando Martínez de Irujo salió muy temprano en el Ave (tren de alta velocidad que recorre España) hacia Sevilla, para llegar a tiempo.
La gran ausente será, según confirmó ayer la Casa de Alba, la menor de las hijas de la duquesa, Eugenia Martínez de Irujo, a quien le diagnosticaron varicela y fiebre muy alta, motivo por el cual tuvo que ingresar en el clínica Ruber Internacional de Madrid para ser tratada.
Para que todo el mundo pueda llegar sin problemas a la boda, la Policía Local de Sevilla activó a las ocho de la mañana un dispositivo para agilizar el tráfico y han anunciado que si es necesario cortarán algunas de las calles colindantes al palacio.
Alfonso, el novio, pasó su última noche de soltero en el Hotel Eme de Sevilla, desde donde salió pasado el mediodía español para recoger a la madrina, su amiga Carmen Tello y llegar al altar a la hora puntualmente para el comienzo de la ceremonia, previsto para las 13.
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