La China Suárez, entre certezas, libertades y nuevos desafíos: “Ya no tengo la presión de querer gustarle a todo el mundo”
La actriz habló con LA NACION acerca de su trabajo en Objetos -el film que estrena este jueves, en el que interpreta a una joven víctima de la trata de personas-, hizo un balance de su pareja con Rusherking y se refirió a los rumores de nuevos amores que la rondan
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“La historia me voló la cabeza, me encantan las películas y las series de crímenes e investigación”. A La China Suárez se la nota muy orgullosa de ser parte de Objetos, el film dirigido por el laureado director español Jorge Dorado que se estrena en cines este jueves, todo un acto de resistencia en un momento donde buena parte de las producciones van directo a la exhibición en plataformas sin pasar por el ritual de la pantalla grande y la cámara negra de la expectación.
“Me entusiasmó que fuese una coproducción con España, país donde siempre quise trabajar; cuando me dijeron que iba a estar Álvaro Morte, justo era el boom de La casa de papel; y, por supuesto, me enamoré de mi personaje, así que todo era demasiado tentador”, explica la actriz a LA NACION, acomodada en el living montado ad hoc y muy dispuesta al juego de las preguntas y respuestas.
-Propuestas laborales no te faltan, ¿cómo elegís tus trabajos?
-Trato de inclinarme por los personajes que dejen algo, que movilicen a la gente que va a ver la película, me parece que eso sucederá con Sara.
China Suárez se refiere a esa mujer víctima de la trata de personas que le tocó componer. El film centra su mirada en un solitario empleado de una oficina de objetos perdidos que termina involucrado en la historia de la joven, revelándose ante él un mundo sórdido, trágico y, a la vez, manejado por poderosos. El tráfico de mujeres es un tema actual que excede toda territorialidad. Un flagelo de trágica universalidad. “Es increíble que en el 2023 sigamos hablando de redes de trata, que sea un tema actual. Mi personaje me parte el alma, Sara es una chica que nace en ese lugar y no conoce otra cosa. Al principio se la puede juzgar, pero, con el correr de la película, se conoce qué le pasó y su vínculo con la maternidad”, explica.
A Suárez y Morte los acompañan Daniel Aráoz, Andy Gorostiaga, Verónica Echagui, Maitane San Nicolás, Selva Alemán y Zorion Eguileor. Por tratarse de una coproducción entre Argentina, España y Alemania, con la participación de TVE, Amazon Studios y Star Distribution, el rodaje del film se realizó en locaciones de Madrid, Humahuaca y Tilcara, geografías que sirvieron para la narración de este relato comandado por Dorado, quien ha sido nominado a los premios Goya en tres oportunidades. “Contamos con un gran director de fotografía y las imágenes en Jujuy son un descanso para el espectador”.
-¿Cuál es tu trabajo de acopio previo al abordaje del personaje?
-Me apoyo mucho en el director o la directora del proyecto. En este caso, Jorge (Dorado) es un director extraordinario, conoce perfectamente a cada personaje y está encima de ellos permanentemente.
Además, la China contó con el coacheo actoral de su compañera de elenco Maitane San Nicolás: “Nos juntábamos mucho a través del Zoom, ya que recién estábamos saliendo de la pandemia, para hablar durante horas sobre la construcción de Sara, cómo sentía, cómo se movía. Fue mucho trabajo, pero así me gusta preparar a mis personajes”.
-El objeto puede ser humano, ahí es donde aparece la tragedia.
-Se pueden hacer muchos paralelismos, a Sara la trataron toda la vida como un objeto y, por otra parte, aparece Mario (Álvaro Morte), que se lleva mejor con los objetos materiales que con las personas. Es interesante cómo se relacionan ambos.
Si Mario “humaniza” a todo aquello que llega a sus manos en la oficina de objetos perdidos en la que trabaja, la sociedad hizo de Sara, un objeto de carne y hueso.
Expuesta
La entrevista se realiza en las instalaciones de Pampa Films y las indicaciones previas no son pocas. “Importante: Por favor no consultar temas personales de la actriz”, se solicita por mail el día anterior a la charla, como si acaso no hubiera sido la propia Suárez quien se encargó de hacer públicos, más de una vez, algunos aspectos de su vida privada, tal como sucedió con su romance con el cantante urbano Rusherking, de quien se separó hace poco tiempo y del que ya no quedan rastros en su cuenta de Instagram.
-Sos una figura muy mediática, ¿sentís que, a la hora de realizar un trabajo interpretativo, debés rendir un examen más exhaustivo?
-Tenía mucha presión cuando hice Abzurdah, mi primera película. Ahí sentí que había mucho más prejuicio sobre mi trabajo como actriz, por el lugar de dónde venía, porque a la gente que había trabajado con Cris Morena se la juzgaba muchísimo.
-¿Te sigue sucediendo?
-De a poco me fui ganando mi lugar y ahora no siento que tenga que estar demostrando nada, estoy más grande y ya no tengo la presión de querer gustarle a todo el mundo.
-Un alivio.
-Sí, pero sólo te lo da la experiencia y la edad.
Tiene 31 años y lleva veintiuno de actividad profesional. A los nueve debutó con pequeñas participaciones en la serie Tiempofinal y en la telecomedia El sodero de mi vida. Pero fue un año después cuando Cris Morena, siempre con buen ojo para descubrir talentos, posó su mirada en ella. Primero fue un papel en Rincón de luz, con el protagónico de Soledad Pastorutti y Guido Kaczka, y más tarde llegaron Floricienta y Amor mío, también de la factoría de la exesposa de Gustavo Yankelevich.
-Creciste ante la mirada del público y la prensa.
-Sí, fue así.
-¿Qué te quitó comenzar a ser famosa siendo una niña?
-Lo viví con naturalidad, lo tomo como parte de mi trabajo, es como una consecuencia. Nunca busqué ser famosa.
-¿Qué querías?
-Actuar, cantar y bailar. Ser famosa no era un objetivo; es algo que, a veces llevo mejor y otras no tanto, pero trato de no darle mucha bolilla.
-Contás con un alto nivel de exposición, ¿qué es lo que más padecés de la fama?
-Lo peor son las mentiras, los malos tratos y la falta de respeto, pero es algo que sucede en cualquier ámbito.
-Se habla mucho sobre vos, seguramente no todo es cierto. En las últimas horas, corrió el rumor que te ibas a ir a vivir a España con un jugador de fútbol...
-Hoy leí eso…
-También un rumor que corrió en estos días afirma que salís con un empresario argentino.
Se ríe ante la enumeración de especulaciones. A pesar de su juventud, la China Suárez está de vuelta de muchas cosas y conoce como nadie las reglas del juego. No es ingenua. Sabe provocar, que se hable sobre ella. No oculta a algunas de sus parejas y hasta se atreve con la sensualidad en osadas producciones que muestra en sus redes sociales. Una especie de maestría del marketing con cátedra propia.
-Te escucho.
-No estoy de novia, por primera vez en mi vida no lo tengo como plan. Creo que, por fin, me llegó la edad en la que estoy muy bien plantada, en la que me siento muy bien, segura de mi misma, contenta con mi trabajo y con mis hijos. Por ahora, no tengo ganas, así que no sé de dónde salen esas cosas.
-Entonces, ¿no hay mudanza a España?
-¡Ni loca! Hasta leí que estaba buscando departamento.
“Que una relación por la que apostaba todo no funcione, es cruel. Tener que soltar a la persona con la que querías envejecer es triste. Nos deseo un duelo con el menor sufrimiento posible. Me voy agradecida por lo vivido y con el corazón roto por uno de los años más lindos de mi vida”. Hace poco más de un mes, la China Suárez describió su sentimiento en su cuenta de Instagram. El posteo confirmaba la noticia que había irrumpido con fuerza, luego de varios días de rumores al respecto. Finalmente, la pareja conformada entre la actriz y el cantante Rusherking había concluido.
-¿Te arrepentís de tu última pareja?
-En la vida, no me arrepiento de nada. Nunca.
Multitasking
Entre la ficción y la música, la China Suárez va construyendo su presente y pensando el futuro inmediato. “Tengo varios lanzamientos de temas nuevos, recién estoy comenzando en este mundo de la música, al que voy descubriendo fascinada”, asevera. Si bien, desde los comienzos de su carrera, la música acompañó a parte de las ficciones que le tocó protagonizar, lo cierto es que, en este momento, el abordaje tiene que ver con las motivaciones y lenguajes propios: “Ahora estoy viendo qué quiero hacer, qué me suena. Es grabar, probar en el estudio y descartar”.
-¿Los temas son tuyos?
-Son míos, pero también trabajo con otros compositores, aunque estoy muy detrás de lo nuevo que va saliendo.
-¿Sobre qué escribís? ¿Qué te inspira?
-Escribo sobre la vida, aparece el amor y el desamor, la maternidad... Busco que otra persona se pueda sentir identificada y le pueda servir.
A pesar de mostrarse, a veces, como una femme fatale, lo cierto es que la actriz disfruta de su rol de madre. Tiene tres hijos, fruto de sus relaciones con Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña, y, lejos de delegar, suele mostrar su perfil maternal.
-Poder combinar la crianza de los hijos con el trabajo y una posible pareja, no es una tarea sencilla. ¿Te sentís un referente de muchas chicas que te toman como modelo?
-Sí, creo que ven en mí esa posibilidad de poder hacer todo. En cambio, están los que odian en mí la libertad, a pesar de ser madre, nunca dejé de ser mujer y creo que se trata de derribar los prejuicios y lo que nos metieron en la cabeza sobre lo que teníamos que ser.
-¿Por qué lo decís?
-Nos impusieron que, si se es madre, no se puede ser más sexy, salir o ser profesional, pero, como siempre fui súper rebelde, plantada en lo que yo quería, no me aferré a eso. Hoy me pasa que muchas mujeres me dicen “China, pensaba que no se podía, que era una cosa o la otra, que tenía que dejar de ser”.
-No es así.
-Se puede ser todo, una puede concretar sus sueños, realizarse como profesional, ser madre, encontrar nuevamente el amor, reconozco que tengo una energía especial que me permite hacer muchas cosas al mismo tiempo.
-Se te percibe una madre muy presente. ¿Sos recta con tus hijos?
-Los tengo cagan… No me gustaría que mis hijos se conviertan en gente caprichosa, estoy muy encima de eso, al igual que sus padres. Hablamos mucho entre nosotros para coincidir en cuáles son los sí y los no.
-¿Te referís a charlas tuyas con los padres de los chicos?
-Sí, claro. Por suerte, nuestros hijos son chicos amorosos, cariñosos, educados, así que cuando los veo me digo “tan mal no lo estamos haciendo”.
Ficción y realidad
-¿Cuál es tu proceso creativo para entrar y salir de los universos de los personajes que te toca componer?
-Comparo permanentemente, siempre hay personajes con los que uno se identifica más. En el caso de Objetos, Sara me une desde el lugar de la maternidad.
Cada tanto, aparece un latiguillo: “¿viste?”, suele preguntar al finalizar algunas frases. Un modo de explicarse y encontrar empatía. “Para mí es fácil entrar y salir de los personajes, porque es algo que hago desde muy chica”.
-¿Qué te da el cine como herramienta narrativa?
-Amo el cine, es un flash. Durante la pandemia, extrañaba no poder meterme en una sala para ver una película, ojalá que las nuevas generaciones puedan disfrutar de eso.
-El cine comparte público con las plataformas.
-Los chicos más chicos tienen todo más servido, al alcance de la mano. A mí me gusta el ritual de ir al cine, comprarme el pochoclo, compartir la salida con mis hijos.
-Con la tele también te llevás muy bien.
-Me encanta el medio y su rapidez.
-Rodar en una sola jornada una cantidad importante de escenas es todo un desafío y un training para el actor.
-Te da mucha cancha para resolver en el momento, la gente de cine no lo entiende. La televisión es un ejercicio sensacional.
Su experiencia con el teatro es más distante. Formó parte de algunas experiencias, de carácter musical, junto a Cris Morena, como aquella banda llamada Teen Angels, de la que se desvinculó para ser reemplazada por Rochi Igarzabal. “No me imagino haciendo todas las noches la misma obra”, sostiene y agrega: “Y se me complicaría por mis hijos, pero si apareciera una comedia musical, creo que sí la haría”.
-Estarías bien en Mi bella dama...
-¿Sí? La voy a ver... Actuar, cantar y bailar sobre el escenario, me encantaría.
Más allá del deseo, hoy su presente tiene que ver con el cine y las plataformas audiovisuales. Por estas horas está filmando para Star+ una serie en la que comparte el protagónico con Pablo Echarri. “Es una historia muy oscura”, adelanta. Además, en junio partirá a Uruguay para rodar un nuevo largometraje y, luego de unas vacaciones cortas, regresará a Montevideo para hacer otra película y, antes de fin de año, se sumará una nueva serie con su protagónico y que le insumirá siete meses de rodaje. En cada uno de esos proyectos se comprometerá y buscará tomar algunas de esas herramientas que le da la observación: “Soy una esponja y me encanta ver cómo trabajan artistas enormes como Ricardo Darín, Carla Peterson o Valeria Vertucelli”.
-Entre las actrices de tu generación, como Lali Expósito, ¿existe una competencia feroz?
-Para nada, creo que tiene que ver con uno. Yo soy muy relajada y trato de hacer mi camino. Estoy pendiente del otro para ver si necesita algo. No tengo ese ego de la competencia, cada uno ocupa un lugar y no tengo miedo que me saquen el mío ni soy de sacarle el lugar a otro. Por suerte, no tuve malas experiencias. No tengo la ambición de hacer más y más, voy haciendo mi camino tranquila. Tengo muy claro qué es la China y qué es Eugenia, es como un traje que me pongo cuando entro a trabajar y en mis redes sociales, más allá de eso, soy yo. Soy muy fanática de mi vida, de mi familia, de mis hijos y de mis perros.
-Una vez que se estrena un film protagonizado por vos, ¿solés recorrer las salas?
-¡Obvio! Me encanta ver las reacciones de la gente, ver si lloran o no, si se ríen.
-¿Cómo te organizás con tus hijos?
-Hago malabares.
-Sos muy joven, ¿proyectás tu mañana?
-No soy de pensar en el futuro, es un ejercicio natural en mí, estoy en el presente. Como hago muchas cosas, necesito pensar en el hoy. Por supuesto, sueño, pienso qué me gustaría hacer en mi carrera, pero no vivo en el futuro.
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