La angustia de Andrea Taboada por las secuelas que le dejó el Covid: “No me reconozco”
La periodista lloró este miércoles en Los ángeles de la mañana porque siente que, desde que tuvo la enfermedad, ya no es la misma
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Andrea Taboada se quebró este miércoles, en Los ángeles de la mañana, y no pudo contener el llanto. Fue cuando hablaban sobre las secuelas del coronavirus, que ella transitó hace un mes, y dio testimonio del modo en que las secuelas de la enfermedad la afectan.
“Estaba muy angustiada y me quebré de una manera tan natural. Me acordé que ayer me encontré con mi cuñado, el marido de mi hermana y a quien hacía un montón que no veía. Yo iba al kiosco y él estaba en la parada del colectivo. Y no sé… Se me vino el mundo encima, la sensación del encierro, la angustia de no ver a mi familia. Me quebré y creo que a mucha gente le está pasando lo mismo. Hice psicoanálisis durante muchos años y se supone que tengo herramientas, pero evidentemente voy a tener que volver a hacer una terapia”, le contó Taboada a LA NACION.
-¿Tenes miedo?
-Tuve miedo cuando tuve covid, hace un mes. Sentí mucho cansancio, dolores en todo el cuerpo, ganas de dormir. Y la sensación que tengo ahora es que estoy en slow. Los periodistas estamos acostumbrados a trabajar en varias cosas al mismo tiempo y ahora no puedo, no tengo energía, no me da el cuerpo. Entonces no me reconozco y me angustio. Yo también soy parte de la producción de LAM y estoy en Hoy nos toca, en el Canal de la Ciudad, de lunes a viernes de 17 a 19. Siempre tuve más trabajo y podía con todo. Me agito cuando subo una escalera y mi médico me dice que tengo que darle tiempo al cuerpo, para que se recupere. Cuando una amiga tuvo covid y me comentó que iba a ir al psiquiatra, pensé que era una exagerada, y ahora la entiendo. No soy la misma: antes hacía veinte mil cosas a la vez y no me cansaba. Y ahora no puedo. Creo que se sumó todo: la situación del país, la angustia de la gente que se quiere vacunar, la plata que no alcanza, los comercios que cierran. Tenés que ser de amianto para que no te conmuevas.
-¿Hace mucho que no ves a tu mamá y a tus hermanas?
-Desde que empezó la pandemia no los veo, por decisión propia. Mi hermana es de riesgo, porque es asmática, y mi mamá también, al igual que mi cuñado. Mi otra hermana vive en San Miguel. Decidí no ir porque estoy muy expuesta. Mira si iba y los contagiaba... Ni siquiera nos vimos cuando todo se relajó un poco todo, porque sentía que era una locura exponerlos. Ni yo sé cómo me contagié, porque me cuido muchísimo y no tuve contacto estrecho con nadie. Hacemos videollamadas, pero mi mamá está muy viejita y casi no reconoce; a ella le sirve el contacto, que la tomes de la mano y la mires a los ojos. Al principio mi hermana se enojó conmigo porque decía que podía ir, pero le expliqué que soy una bomba de tiempo, que ellos están en una burbuja y todos son de riesgo. Antes iba casi todos los domingos a almorzar.
-¿Crees que va a ser difícil superar la angustia que sentís?
-Creo que voy a volver a terapia porque por más que uno piense que tiene herramientas por haber hecho tanto psicoanálisis, estos momentos son difíciles para todos. No somos de piedra.
-¿Te anotaste para recibir la vacuna?
-Sí, y me llegó el mail y todavía no pude concretar nada porque se me frena la página. Estoy trabada en el trámite, pero estoy en eso.
-Muchos de tus compañeros de LAM viajaron a Miami a vacunarse, ¿vos irías?
-En el momento en que fueron Ángel (De Brito) y Mariana (Brey) me parece bien. Yo no tengo la manera de costearme un viaje, y ahora ya me toca acá.
-Con Yanina Latorre tenés un enfrentamiento que viene de hace tiempo, ¿limaron asperezas?
- Mi pelea con Yanina es real, pero del ámbito privado y no quiero exponer nada más. La dinámica del programa hace que haya enfrentamientos porque pensamos diferente. Tenemos una relación de buenas compañeras, somos adultas, es nuestro trabajo y somos muy profesionales, pero tenemos muchas diferencias. En un momento se mezclaron las cosas y la verdad es que prefiero no contaminar el programa. Me parece lo más sano para las dos y para Ángel y el programa también.
-¿Algunas peleas son inventadas o están preparadas?
-No, las rencillas no están preparadas. Algunas discusiones pueden estar alimentadas por el momento, la situación o el tema, pero ninguna pelea es inventada ni está preparada. Son las personalidades de cada una.
-A veces el conductor se enoja y les corta el micrófono.
-Ángel es un santo y yo encima me pongo a llorar y él es mi psicólogo. Tiene razón a veces porque hablamos todas juntas, no se entiende nada y él pone un poco de orden. Pero estamos muy contentos con el programa y Ángel es un gran periodista y un buen bastonero que tiene cintura en todos los temas. Lo admiro como profesional y me saco el sombrero porque además es muy generoso.
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