Kirsten Dunst, la estrella sin miedo que tuvo como hermanos mayores a Brad Pitt y a Tom Cruise y “perdió” el Oscar por un comentario
Es una avezada periodista en la esperada Guerra civil, que llega a las salas el jueves 18; desde sus inicios en pantalla, a los 3 años, la intérprete ha hecho gala de un talento casi sobrenatural que adjudica a la falta total de miedo, dentro y fuera del cine
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“Yo no tengo miedo. El último lugar desde el cual trabajaría es el miedo”, dice Kirsten Dunst, la actriz que no elige guardar silencio o fingir en sus declaraciones, cuando le preguntaron por qué eligió protagonizar Guerra civil. La nueva película de Alex Garland –que se estrena mañana jueves 18 en los cines argentinos– encendió la crispación de los estadounidenses en las redes sociales: la película toca una fibra delicada del tejido nervioso que parece ir más allá de la nación norteamericana. Una sociedad divida, en plena guerra interna, retratada por la singular óptica de un grupo de fotoperiodistas. Desde un sector, acusando a la película de explotar un tema delicado justo en un año de elecciones presidenciales. Del otro sector la atacan por no “tomar partido”, por ser “tibia”. A simple vista, parece contradictorio que Dunst haya sido elegida para esta película. Pero las apariencias engañan.
Dunst conoce muy bien la industria del entretenimiento. Tal vez porque empezó a trabajar en comerciales para televisión a los 3 años. Llegó a la pantalla grande a los 6, en el cortometraje que Woody Allen hizo para Historias de Nueva York. Con 11 años tuvo su primer rol importante en Entrevista con el vampiro. “Brad Pitt y Tom Cruise fueron muy dulces conmigo. Yo era muy inocente. Ellos me trataron como a una hermana menor”.
La experiencia en Entrevista con el vampiro no fue del todo placentera. En una escena tuvo que besar a Brad Pitt, que tenía 31 años. “Fue horrible. Odié eso. Para mí, él era mi hermano mayor. Un asco total”. La ficción, el trabajo, se adelantó a la vida real: Dunst tuvo su primer beso con un compañero de la escuela recién cuando cumplió 13, dos años después de filmar el beso con Brad Pitt.
Resintió la relación con su madre por haberla hecho trabajar desde tan chica frente a las pantallas. “No es natural crecer en ese ambiente y la actuación nunca fue mi sueño. Pero era lo único que sabía hacer. Durante mucho tiempo me llenaba de ira lo que había hecho mi mamá conmigo, pero ahora la entiendo: tuvo buenas intenciones. Ella me decía que yo estaba destinada a ser actriz”.
Como joven actriz, Dunst fue creciendo en películas como Jumanji y Pequeños soldados. “Pude reconciliarme con mi propia historia, que siempre estuvo marcada por el dolor. Nunca pondría a una hija mía para trabajar de actriz porque, aunque me gusta la profesión, mi felicidad siempre vino por tratar de complacer a otros: sea mi mamá o al director de una película”.
La primera vez que trabajó con una directora fue en Mujercitas, la adaptación de Gillian Armstrong, donde interpretó a Amy March. “Pasar de trabajar con un director a una directora, cuando era tan pequeña, ejerció una influencia enorme sobre mí, porque no me importó si eran hombres o mujeres. Fue algo normal para mí”.
“Al final, no importaron sus edades, ni que fueran muchachas, solo que las habíamos querido”, dice uno de los personajes de Las vírgenes suicidas, la película con la que Kirsten Dunst dejó de ser una niña frente a cámara. Para la intérprete, Sofia Coppola fue mucho más que la directora de esa película. Se convirtió en algo así como su hermana mayor: “Me dio una confianza distinta que la mayoría de las actrices no tienen, porque siempre están filmadas a través de la mirada masculina”.
En todas las películas que trabajaron juntas, Dunst y Coppola deconstruyeron esa “mirada masculina”, como alguna vez describió la crítica de cine feminista Laura Mulvey para explicar la representación de las mujeres en la pantalla. Dunst hizo María Antonieta y El seductor con Sofia Coppola en distintas etapas de su vida. “Lo que me gusta de Kirsten es que parece una rubia llena de vida, despreocupada, pero es más complicada que eso. Es única porque puede ser una porrista, pero al mismo tiempo tiene un lado oscuro que no esperás de alguien así”.
Ahora con 41 años, no recibe tantas ofertas como cuando trabajaba de modelo: “Todos los roles que me ofrecen son para interpretar a una mamá triste. Es difícil para mí, porque necesito alimentarme. Lo más complicado es ser madre y pensar que no tengo nada para mí. Hay menos roles buenos para mujeres de mi edad”. La actriz de Wimbledon no se equivoca. Son pocas las películas bélicas, de acción o ciencia ficción, que están protagonizadas por mujeres de más de 40 años.
Casualidad (o no), hasta ahora la única nominación al Oscar para Kirsten Dunst fue por El poder del perro, la película dirigida por Jane Campion. En esa historia oscura y retorcida, encarna a una madre alcohólica y depresiva, atormentada por un vaquero cruel y sádico. Su único refugio es un ganadero sensible, interpretado por Jesse Plemons. Las líneas entre la realidad y la ficción de nuevo se vuelven difusas: Plemons es, en la vida real, la pareja de Kirsten Dunst.
Se conocieron filmando la segunda temporada de la serie Fargo: “Es una de las personas más amables que haya conocido. Creo que su sensibilidad lo hace muy astuto en comparación con otras personas”. Juntos tuvieron dos hijos. Fue ella quien le sugirió a Alex Garland que lo contratara para interpretar a un personaje en una de las escenas más tensas de Guerra civil.
Mary Jane, el personaje más reconocido y popular de Kirsten Dunst
La tensión entre la niña que no quiere crecer y la mujer adulta con un lado oscuro se nota en varios de los roles que eligió, consciente o no, Dunst: Triunfos robados, María Antonieta o Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. Pero ninguna película tuvo el éxito comercial a nivel mundial que tuvo El hombre-araña, el hito que cambió para siempre su vida. Dunst reconoce que una vez estaba comprando en un centro comercial cuando una mujer se le acercó y le dijo que la extraña en las películas. “Me sentí terrible, porque fue muy dulce. Pero estuve haciendo películas y teatro independiente después de Spider-Man”.
Mary Jane Watson, la joven modelo con la que sueña el caótico Peter Parker, no es un personaje unidimensional. “Hay una escena en la que la vemos salir de su casa, desde donde se escuchan gritos de una discusión. Podemos entender que tuvo una infancia dura. Ella representa a una chica común. Representa al primer amor”.
La actriz habla con orgullo de la trilogía original de El hombre-araña. “Para la escena del beso bajo la lluvia Sam (Raimi) me dio un libro con besos icónicos del cine. Él fue muy romántico con esa película”. Cuando le preguntaron a Dunst si había visto las películas de Spider-Man interpretadas por Tom Holland, respondió con la honestidad brutal que a veces le juega en contra: “¿A quién le importan? Nosotros hicimos las mejores”.
Los memes online (que Kirsten Dunst admite no entender) revitalizaron una trilogía que, en su momento, arrasó con la taquilla. Aunque las películas dirigidas por Sam Raimi mantienen cierto encanto que cautiva todavía a las nuevas generaciones. Uno de los hijos de Dunst es fanático de esa trilogía: “Él no sabe que sus mamá es Mary Jane”, escribió la actriz en un posteo de Instagram. “Sabía que esa película me iba a cambiar la vida”.
No todos los recuerdos de esas películas son gratos para ella. En una entrevista promocional por Guerra civil, reconoció que le pagaron mucho menos que a su coprotagonista, Tobey Maguire. Así como no le importa dar su opinión sobre las películas de Spider-Man (y ganarse el enojo de algunos fanáticos del héroe de Marvel), tampoco esconde su hartazgo ante las preguntas por Guerra civil. Cuando un periodista le preguntó si tenía miedo de que la película pudiera causar violencia en la vida real, ella respondió con la mirada cansada: “No. Es una película”.
Quizás el desconcierto que Guerra civil causa entre los espectadores y la crítica de los Estados Unidos se deba a que no toma posición partidaria de manera evidente. Pero sí es una película política. “¿Creen que no es política? Es una película que está en contra de la guerra…”.
Dunst no comparte las interpretaciones que comparan al presidente de Guerra civil con Donald Trump: “Esa lectura es, justamente, la antítesis de la película”. Tampoco esconde que este año va a votar por Joe Biden o que es cristiana: “Hice bautizar a mis hijos. Creo en las tradiciones y creo en Dios”. Ni siquiera teme expresar su opinión sobre el controvertido discurso de Jonathan Glazer en la ceremonia del Oscar, cuando el director de La zona de interés habló sobre la situación en Gaza: “Mi interpretación es que dijo que el genocidio es malo”.
Melancolía y el comentario que le “costó” el Oscar
Una de las pocas veces que Kirsten Dunst guardó silencio fue en la infame ceremonia de prensa en el Festival de Cannes de 2011 en la que se presentó Melancolía. El director, Lars von Trier, dijo: “Pensaba que era judío, pero me di cuenta de que era nazi porque mi familia es alemana. ¿Qué puedo decir? Entiendo a Hitler, simpatizo un poco con él, aunque hizo cosas equivocadas”. Von Trier luego explicó que quiso hacer un chiste, pero Cannes lo declaró persona non grata. En sus declaraciones, hizo más que lastimar el recorrido comercial y artístico de su propia película.
“Se puede ver el momento exacto en el que Kirsten Dunst se da cuenta que perdió el Oscar”, dice uno de los comentarios más likeados en el video de la conferencia de prensa, que acumula más de 2 millones de reproducciones. Allí se la puede ver a Dunst totalmente incómoda, tratando de mantener la compostura, mirando a sus compañeros de elenco o desviando la mirada hacia el piso. Al final, la actriz ríe, se tapa la cara y le pide al director que pare. El daño ya estaba hecho.
Muchos espectadores creyeron que, con Melancolía, film en el que Dunst interpreta a una mujer depresiva en los albores del fin del mundo, iba a llegar la consagración para su carrera con una estatuilla dorada. La actriz, que había ganado el premio en Cannes, salió perjudicada por los comentarios del polémico cineasta.
En 2021, hablando sobre Melancolía, lo tomó con humor: “Lo que más me motiva para trabajar en una película es el director. Si Lars von Trier te llama para trabajar con él… bueno, no, a veces hay que tener cuidado con eso. ¡Mal ejemplo! Pero más que los roles, me atrae saber con qué director voy a trabajar. Paul Thomas Anderson le sugirió a Lars von Trier que me llame para trabajar en Melancolía. La pasé muy bien interpretando a una persona tan depresiva. Fue una de las más especiales que haya hecho”.
Dónde verla
- Entrevista con el vampiro: disponible en Amazon Prime Video
- Eterno resplandor de una mente sin recuerdos: disponible en Amazon Prime Video
- Melancolía: disponible en Mubi
- Adoro la fama: disponible en Max
- El hombre araña: disponible en Max
- Historias de Nueva York: disponible en Star+
- Las vírgenes suicidas: disponible en Pluto.tv
- María Antonieta: disponible en Netflix
- Mujercitas: disponible en Movistar TV
- Jumanji: disponible en Max
- El poder del perro: disponible en Netflix
- Wimbledon: disponible en Amazon Prime Video
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