Karin Cohen vuelve a la TV para conducir Todas las tardes: “Ahora quiero mostrarme tal cual soy”
Después de 15 años, la periodista y locutora regresa a la pantalla de elnueve para hacerse cargo del programa de Maju Lozano; su mayor desafío, su camino por el mundo espiritual y sus asignaturas pendientes en la vida
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Hace rato que no está en TV sin embargo, su voz es inconfundible. Su compromiso con la actualidad, su carisma y empatía a la hora de dar las noticias y su look (una melena rubia lacia bien cortita) tampoco han cambiado; de hecho siguen intactos como su sello a pesar del paso del tiempo y de los distintos caminos por los que la vida y su profesión la han llevado. Eso sí, ella ya no es la misma conductora seria y acartonada que lideró los noticieros más importantes del prime time argentino sino que ahora es una nueva mujer; esa que se permite algunas licencias y sobre todo, se muestra tal cual es gracias a una gran transformación espiritual.
Algo que, a partir de este lunes, se encargará de mostrar en la pantalla de elnueve, a la que regresará después de 15 años para conducir Todas las tardes, el magazine que durante siete temporadas estuvo liderado por Maju Lozano. “Yo deseaba una vuelta así. Había tenido propuestas de otro tipo de trabajos pero dije que no porque lo que quería era volver a conducir”, confesó Karin Cohen en diálogo con LA NACION horas antes de su regreso.
Acompañada por el mismo panel de siempre -integrado por Tatiana Schapiro, Lola Cordero, David Kavlin, Noelia Barral Grigera y Diego García Sáez- la periodista y locutora anticipó detalles de cómo será este ciclo bajo su mando, cuál es su mayor desafío y contó qué le dijo Lozano al enterarse de su convocatoria para ocupar su lugar. A su vez, habló de cómo la maternidad cambió su vida, su nueva faceta como coach ontológica y la clave para estar 20 años en pareja.
-¿Cómo estás viviendo esta nueva vuelta a la TV y en especial a elnueve?
-Con inmensa emoción porque hace 15 años me fui del canal después de estar varios años, así que pasé muchas cosas importantes de mi vida allí. Por ejemplo, conduje el noticiero con Esteban Mirol cuando tuve mi primera hija, fue una época muy linda e intensa. Así que para mí es como volver a casa porque conozco a muchos de los que trabajan allí y me da muchísima alegría saber que están. Siento que es una vuelta diferente por los años de experiencia que ya tengo encima.
-Cuando te llego la propuesta, ¿lo tuviste que pensar o ni lo dudaste?
-Yo deseaba una vuelta así. Había tenido propuestas de otro tipo y en su momento dije que no porque lo que quería era volver a conducir algo. Incluso se lo hice saber a productores y directivos de canales y finalmente se dio. Cuando me lo dijeron, tuvimos una reunión para ver las condiciones, si el programa iba a tener cambios o iba a seguir igual, llegamos a un acuerdo y acá estoy...
-¿Va a haber cambios o sigue el mismo formato?
-El formato no va a variar demasiado. Vamos a hacer una primera hora bien fuerte con información y después vamos a ir agregando otras historias que nos inspiren y nos acompañen en la tarde. Ampliar un poco la mirada desde otra perspectiva, cómo vive el otro, qué siente el otro; es un poco el objetivo. La tele une y uno nunca sabe quién está mirando del otro lado por eso el mensaje tiene que ser muy general y muy respetuoso. Obviamente que estaré acompañada por el mismo panel de siempre que, a su vez, tienen sus propias historias. Que cada uno pueda aportar lo propio y presentar sus propios segmentos me encanta porque si los demás brillan, yo brillo.
-¿Cómo te recibieron? Porque no debe ser fácil ocupar el rol que deja otra persona...
-Me recibieron con aplausos, todos muy contentos. Yo era seguidora de ellos, no sólo como televidente sino como lectora y oyente; yo seguía el trabajo de todos los que están ahí así que los conozco a través de sus trabajos. Ahora los tengo que conocer como persona.
-¿Pudiste hablar con Maju Lozano?
-Sí, claro. Llamarla fue lo primero que hice porque quería escucharla. Siempre nos tuvimos mucho cariño. Cada vez que nos encontrábamos en algún lugar era darnos un abrazo, teníamos buena onda solo de vernos porque la verdad es que nunca trabajamos juntas. Así que la llame primero para preguntarle cómo estaba, cómo se sentía. Soy muy consciente que este programa lo armó ella con su ángel, con su talento. Yo voy a ponerle mi propia impronta de a poco porque todo se construye de a poco, pero estoy muy feliz de estar en ese lugar porque la admiro a ella y me encantaba lo que hacía.
-¿Te dijo algo? ¿Te dio algún consejo?
-No, para nada, al contrario. Me dijo que estaba muy feliz de que fuera yo y por supuesto que le creí porque siempre fue una alegría vernos. Yo sabía que ella hinchaba por mí (risas).
-¿Qué le vas a aportar vos a este ciclo que ya tiene varios años en el aire?
-La mirada periodística de tanto tiempo. Yo cuento historias y me gusta que sobresalga el hecho en sí por sobre el título. Le voy a dar mi impronta, la de una mujer que tiene muchos años de experiencia, que está en pareja, que es mamá de dos adolescentes y que pasó por numerosas situaciones muy hermosas y otras muy difíciles como todos en la vida. Así que ponerle esa cuota humana es mi meta. Siempre lo hice en realidad pero desde que estudie coaching le estoy metiendo mucha interpretación emocional a los hechos.
-Se dijo que Maju renunció por cierta incomodidad a la hora de abordar algunos temas... Vos, por tu experiencia en el noticiero, estás acostumbrada a lidiar con problemáticas sociales duras. ¿Cómo hacés para manejar la carga emocional que ese tipo de noticias tienen y que no te afecten por demás?
-En una época de mi vida, cuando había tenido a mi primera hija, yo me alejé de uno de mis trabajos en C5N porque tuve que entrevistar a una mamá que había perdido a su hijo y a mí me sobrepasó. Esta semana con lo de Morena me pasó algo parecido; se me quebró la voz porque son noticias que descomponen y angustian. Pero siento que en este momento de mi vida tengo que ser un vehículo para transmitir algo de calma, entender que esas noticias suceden y que uno tal vez puede cambiar la mirada de muchas cosas enterándose de cómo viven las personas que son noticia. Ahora respiro mucho más que antes, tengo mis técnicas para cambiar la energía del cuerpo, trato de estar más consciente de cada cosa que hago y eso hace que la realidad no me pase por encima. Uno puede escuchar esas noticias y luego seguir su vida más consciente y agradecido de lo que tiene.
-¿Cómo ves la tele de hoy en día?
-En este tiempo que estuve fuera del aire no la prendí tanto, consumí mucha ficción, pero reconozco que hay mucho ruido. Estando en este programa espero que las noticias, tanto las lindas como las feas, tengan su propio lugar. Aunque soy acelerada y un poco ansiosa, voy a intentar llevarlo con calma... ¡vamos a ver si lo logro! (risas). Creo que lo que vemos en la tele es el reflejo de lo que pasa afuera, estamos todos muy acelerados sobre todo los que vivimos en grandes ciudades.
-¿Qué fue lo que más extrañaste en estos años?
-La verdad que no sé. Ahora hice una participación en Pasaplatos y me divertí mucho. Me mostré más Karin, que el personaje serio que conoce la gente. Así que más que extrañar creo que recuperé algo que antes no se me permitía, que fue mostrarme más suelta y desacartonada. Yo tengo una imagen como muy seria y comprometida, pero en mi casa me olvido de las cosas, soy más relajada, hago caras, entonces ahora lo que quiero es mostrarme tal cual soy; ese es mi mayor desafío. Creo que voy a poder combinar bien la Karin que está en casa, la Karin mamá con la Karin comunicadora; este programa me lo va a permitir.
-Esto de mostrarte tal cual sos, ¿tuvo que ver con tu incursión en el coaching ontológico?
-Es evolución personal. Uno llega a un momento de la vida en el que se enfrenta a grandes preguntas como: “¿Cuál es mi propósito?”, “¿Qué hice hasta ahora?”, “¿Cómo quiero seguir viviendo?”, “¿Con quiénes me quiero relacionar?”, “¿En qué no quiero seguir perdiendo más tiempo?”. Yo cerca de los 40 fui mamá y a mí la maternidad me abrió tremendamente la cabeza. Me la golpeé mil veces contra la pared porque tenía una altísima autoexigencia y me di cuenta que era porque no quería mostrar mis falencias. En el coaching todo el tiempo hablamos de luces y sombras; las sombras de uno mismo que esconde porque cree que si los demás las ven no nos van a querer; por decirlo de una forma muy sencilla.
-¿Qué herramientas te dio el coaching?
-Es un camino a la autoobservación muy profundo. Ver por qué hacemos lo que hacemos o de dónde viene ese aprendizaje o creencia que nos limita para avanzar en la vida o elegir otro camino. Entonces me dio una visión de mí y de los demás muy especial, más contemplativa, de aceptar más lo que es, de abrir más el corazón.
-¿Dictás cursos o talleres a otras personas o sólo lo aplicás en vos?
-En pandemia algo hice. Estuve trabajando en un taller de “niño interior” con un biodecodificador maravilloso que algún día me gustaría hacer y cada tanto hago conversaciones con aquellos que necesitan apoyo y acompañamiento para algunas situaciones muy concisas de su vida. Pero básicamente en este momento me ocupo de aplicar esa mirada cuando hago un reportaje, o cuando decido que óptica o visión le voy a dar a tal problema.
-¿Este nuevo camino de autodescubrimiento fue el que te alejó un poco de la tele?
-En realidad, yo me corrí para ocuparme de mis hijas, pero fueron pocos los años que no trabajé. Habrán sido solo dos o tres; lo que pasa es que fueron trabajos que no tuvieron tanta trascendencia porque fueron en cable. Estuve en Canal 26, CN23 y Diputados TV. La gente me preguntaba: “¿cuándo volvés a la tele?”. Y yo estaba pero no me veían.
-También hiciste radio, ¿qué opinás de esta nueva forma de comunicar a través del streaming?
-Yo siempre estoy abierta a todo, sería muy necia si le doy la espalda a algo tan potente. Sobre todo porque mis hijas en casa lo consumen, ya casi ni miran tele. Ellas están todo el día con las redes sociales, en YouTube, viendo a los influencers y yo todo el tiempo estoy “a ver cómo lo hacen”, “a ver qué ven”, “a ver de qué están hablando” y me gusta porque siento que es como la radio, en donde conservan ese espíritu de la palabra. No hay tanta edición, mezclan información con entretenimiento y mucha historia de vida que me encanta.
-Tenés una larga trayectoria en el medio, ¿te queda alguna asignatura pendiente?
-Me gustaría tener un programa de entrevistas. De hecho, creía que venía por ahí mi vuelta a la tele, pero no (risas). También me gusta mucho viajar, así que conocer historias a lo largo y ancho del país metiéndome en las casas de las personas y mostrando cómo viven me encantaría. Hacer algo con la naturaleza y los animales también es una meta a futuro. Soy fan de los documentales y creo que faltaría meter algo así en la TV de aire; algo que fomente el respeto por el ecosistema.
-¿Qué dice tu familia que ahora no te va a tener tanto en casa? ¿Consultás con ellos tus decisiones laborales?
-Cuando se trata de un trabajo siempre consulto todo con Mauro, mi marido. Respecto a mis hijas, ahora son más grandes y mamá puede alejarse un poco de casa porque durante todos estos años los trabajos que tuve me permitieron estar mucho con ellas. De hecho, hasta ahora todas las tardes las iba a buscar al colegio y las llevaba al club; estoy en la época de ser su remisera (risas). Pero están contentas de que vuelva. Ellas se criaron viéndome en la pantalla así que no se sorprenden cuando en la calle se acercan para saludarme, pedirme fotos o preguntarme cuándo vuelvo a la tele.
-¿Cómo es ser madre de dos adolescentes?
-Te juro que le tenía miedo pero es una etapa que estoy disfrutando. Isabella tiene 16 y Briana 13 y estoy asombrada de las charlas que tenemos. Por supuesto que tienen sus momentos de rabietas y emociones fuertes, pero el coaching también me sirvió para entender los procesos de la vida, los de ellas que están creciendo y el mío que ya estoy en los cincuenta y pico.
-Hace 20 años que estás en pareja con Mauro, ¿cuál es la clave para perdurar en el tiempo?
-Mauro es muy casero, yo soy más salidora. Él es más de montaña y yo soy más de mar, de libros y películas, pero nos acompañamos muchísimo y somos mejores amigos. A mí me sigue enamorando las cosas que hace, creo que esa es la cuestión para durar tanto.
-¿Sentís que la vida te dio revancha después de algunas decepciones amorosas?
-No, la vida me dio la capacidad de apreciar lo que tengo porque a veces uno no se da cuenta de las bendiciones que la rodean. Por suerte, tengo gente alrededor que cuando yo me olvido, me lo recuerdan y eso es maravilloso. Mauro es mi gran compañero, me enseña a vivir más sencillamente porque yo soy más enroscada y más filosófica; en cambio él es llano, sabio y sensible y eso me hace mucho bien, así que soy una privilegiada.
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