En su vuelta a la televisión, la conductora habló con LA NACION sobre su batalla judicial con su ex, de cómo se recuperó y del buen momento que está viviendo
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En los últimos tres años, Julieta Prandi se fue con sus dos hijos de la casa que compartía con Claudio Contardi, denunció maltrato y abuso, se quedó sin un peso, volvió a enamorarse, conduce desde hace dos años el programa de radio más escuchado de la primera tarde y hoy vuelve a la televisión para conducir Es por ahí, de lunes a viernes de 11 a 13, por América. En una charla íntima con LA NACION, Prandi da detalles de la causa judicial contra su expareja, cuenta cómo fue volver a empezar, habla de su relación de amor con Emanuel Ortega y de este regreso a la televisión.
-Hace rato que no estabas en televisión...
-Es verdad, hace rato que no conducía en tele. Es una oportunidad de volver a lo que estaba haciendo porque la conducción me encanta y siempre disfruté mucho los proyectos. En los dos últimos años estuve en radio, pero es algo completamente distinto. Sarasa sigue, de 14 a 17, en La 100 así que ahora estoy cinco horas de aire, casi de corrido.
-Te hacés cargo de un programa que ya estaba al aire, ¿qué pensaste cuando te llamaron?
-El desafío me encanta, he tenido varias propuestas en estos dos años para hacer televisión, pero no eran las que más me gustaban o, quizá, no tenía el tiempo para hacerlo como por ejemplo MasterChef Celebrity porque eran demasiadas horas de grabación y yo salgo de la radio a las 17, así que era imposible cuadrarlo con mi vida. Hay cosas que dejé pasar, tenía que venir algo que me entusiasmara y por suerte, es de la mano de Corner, la productora de Gerardo Rozín y Claudio Bellocopit, con un equipo con el que ya trabajé en Gracias por venir, lo que me da tranquilidad y confianza extra. Eso influyó mucho en mi decisión e hizo que cambiara de planes porque iba a irme de vacaciones y ahora me quedo. Va a ser un año movidito, pero son oportunidades y hay que aprovecharlas. Estoy contenta, muy entusiasmada, con ganas, el trabajo siempre me llenó de energía, es lo que me gusta hacer.
-¿Cómo viviste estos dos años de pandemia?
-Fueron años difíciles de atravesar. Pero en mi caso en particular tuve la bendición de firmar contrato con La 100 tres meses antes de la pandemia, lo que me permitió tener cierta tranquilidad económica porque quedé sola con mis dos hijos (Mateo de 10 años y Rocco de 6), soy su fuente de ingresos, su sostén de vida y banco absolutamente todo. Necesitaba trabajar, más allá de lo mental y lo anímico porque atravesar una pandemia no le resulta fácil a nadie.
La batalla judicial
-¿Cómo transitaste estos tres últimos años de tu vida, desde que te separaste y contaste el calvario que viviste en tu matrimonio con Claudio Contardi?
-Llevo tres años en una lucha judicial en la que recién ahora, después de tantas denuncias mías, el juez Hernán García Lazzaro se corrió de la causa, pero en el medio viví de todo y mis hijos también, mucha violencia, amenazas de muerte, estafas, un padre que nunca pagó alimentos, que se quedó con mis dos casas, una de ellas la alquilaba y yo haciendo malabares para pagar el alquiler del departamentito hasta tuve que pedir un préstamo en el banco. Fue muy desparejo y desleal y muy injusto todo. Mis hijos no quieren ver al padre, le tienen miedo. Mateo no lo ve hace un año, por voluntad propia y nadie lo puede obligar, y desde hace unos meses Rocco tampoco quiere ir. Fueron escuchados por el Servicio de la Niñez de San Isidro, que hizo un informe diciendo que la voluntad de los menores es no ver al padre porque le tienen miedo porque los maltrata y pidieron que se suspendiera el régimen de visitas, pero el juez no hacía absolutamente nada.
-¿Qué hiciste entonces?
-Ahí me vi al borde del precipicio porque encima el juez me dijo que si no dejaba que Rocco viera al padre, me iban a sacar la tenencia. Entonces decidí hablar a pesar del bozal legal y la multa de $50.000. En la nota con Alejandro Fantino hablé específicamente del juez Hernán García Lazzaro, que es del Juzgado 3 de familia de San Isidro. No pedí favoritismos sino que el juez escuche a los niños y se haga cargo o se corra de la causa si no está capacitado para impartir justicia, porque está violentando los derechos de mis hijos. A los pocos días el juez se excusó y dejó la causa. Todavía no tuve una notificación que nos confirme el nuevo juzgado, aunque dicen que es el 1, pero no me consta y hasta febrero no voy a tener en claro quién es el juez o la jueza que me tocó.
-¿Estás más tranquila?
-Estoy más tranquila porque al menos se corrió de la causa una persona que durante tres años no hizo nada con un padre violento, que está involucrado en una causa penal por corrupción de menores, que no paga alimentos y a quien sus dos hijos no quieren ver. Sí, me deja tranquila que no esté más en mi causa porque no fue capaz de ver lo que tuvimos que atravesar mis hijos y yo; necesito un juez como la gente.
-Hace pocos días el hijo de tu ex, Ezequiel Contardi, estuvo a punto de devolverte un departamento que es tuyo, ¿qué pasó?
-Ezequiel tenía 17 años cuando se hizo poseedor de mi departamento. El padre me pidió ese departamento como parte de pago de uno más grande que íbamos a comprar porque yo estaba embarazada (de Mateo). Entonces le entregué mi departamento de soltera y él decidió dárselo a su propio hijo y ficcionó una compra-venta, pero escrituró a nombre de él y de su mamá. Tenía un poder administrativo general mío porque me cobraba el sueldo de Telefe porque de lunes a sábados yo hacía Zapping. Yo confiaba en la persona con la que estaba y me enteré mucho después que había escriturado a nombre de él y su mamá, y yo me casé seis meses más tarde. El departamento de soltera que fue fruto del esfuerzo de mi trabajo, quedó en manos de Ezequiel que no me pagó un peso por la propiedad. Hoy tiene 30 años, es psicólogo y vive en ese departamento. Hace unos días recibí un mensaje de Ezequiel diciéndome que me quería devolver el departamento, que quería estar afuera de la situación. Entonces avanzamos con los abogados para hacer el traspaso y hace tres días cambió de opinión, de un momento para el otro y no tengo idea por quién fue influenciado.
El amor es más fuerte
-¿Qué te hace estar fuerte para atravesar todo lo sucedido?
-Lo hice por mis hijos. Mis padres viven en Pinamar y mi hermana en Chile, no tengo familia cerca, y soy todo lo que mis hijos tienen y debo cuidarlos, protegerlos y mantenerlos. Saber que mis hijos me necesitan, me da fuerzas y si me piden no ver al padre porque los maltrata, voy a hacer todo lo que esté a mi alcance y más. La Justicia va a tener que escuchar. Esta lucha no es mía sola porque hay muchas mujeres y también hombres, que son víctimas de violencia y chicos que en muchos casos no son escuchados en la justicia, y se violan sus derechos.
-¿Sentiste que volviste a empezar cuando lograste salir de esa relación?
-Yo volví a nacer, no volví a empezar y volví a elegir todo, y a enamorarme de mí y a creer en mí, porque mi autoestima había quedado por el suelo. Porque este tipo de personas destruyen tu autoestima, te basurean, te hacen sentir que no vas a poder, que no servís para nada, te aíslan del mundo, de tu familia, de tus amigos, te dejan completamente sola y tienen el control absoluto; llegas a ser una cosa que les pertenece. Y de paso me sacó todo mi dinero, el que había ganado en 20 años de trabajo.
-¿Qué te hizo abrir los ojos?
-Después de determinada edad de Mateo y ya cuando quedé embarazada de Rocco, el maltrato era mucho, pero no sabía cómo salir. Me había alejado de mis padres, de mis amigas, no sabía con quién hablar, por dónde empezar. Tenía un terror absoluto, él me manejaba por el miedo, vivía amenazada, insultada, maltratada.
-¿Cuándo volviste a tomar las riendas de tu vida?
-El año pasado. El 2019 no fue un buen año para mí porque a pesar de haber podido irme de mi casa estaba completamente opaca, destruida física y anímicamente, me costó empezar de nuevo. Tuve muchos meses difíciles en ese departamento chiquito que alquilé con mis hijos y le puse mucha garra a los trabajos que me salieron, pero igual no estaba entera. Después apareció la posibilidad de La 100 y con el transcurso los meses fui teniendo más confianza en mí, y también llegó Emanuel a mi vida, en un momento en el que me sentía mucho más completa, más mujer, ya creía en mí y no me sentía el trapito que había salido de mi casa. Habrá sido a mediados del año pasado que me sentí de vuelta Julieta. El amor de mis hijos, mi pareja, mi familia me hacen sentir cada día más fuerte. Y también el amor de la gente porque me apoyaron muchísimo, recibo muchos mensajes a diario, hay muchas personas atravesando lo mismo.
-Emanuel fue uno de los pilares de tu fortalecimiento, ¿cómo es la relación hoy?
-Emanuel es mi compañero, mi mejor amigo, un gran papá de sus hijos y una gran referencia para los míos. Es un hombre que admiro como ser humano, más allá del talento. Me escucha, me da consejos y se pone en el lugar que se tiene que poner y cuando tiene que decirme cosas que a veces me cuesta escuchar, me las dice. Es mi amor, la persona que necesitaba al lado, mi compañero. Emanuel reúne todo eso.
-¿Hay planes de convivencia?
-(Risas) Ah... no voy a contar nada. No necesito exponer nada más.
-Cumpliste 40, ¿hiciste un balance?
-Me agarran bien parada. Esta es una nueva oportunidad que me da la vida y así lo tomo. Es la revancha que me merecía. Fueron muchos años de oscuridad, de mucho dolor.
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