Julieta Ortega e Iván Noble: un amor después del amor
Cualquiera que se pare un rato a observarlos podría decir que son grandes amigos, de esos de toda la vida que conocen hasta el más mínimo secreto del otro. Cuesta imaginar que en el pasado estuvieron casados, que se divorciaron y que a pesar de que la pareja no funcionó, la familia sigue intacta y el amor está más presente que nunca. Sin tapujos ni condiciones, Julieta Ortega e Iván Noble hablan de todo, incluso de aquellos temas que podrían parecer tabú para mencionar frente a un ex.
El encuentro entre ambos y la charla se da, primero, frente a cámaras para el programa que conduce Noble para Canal (á) y radio Berlín, Proyecto Alma -que se emitirá el lunes 2 de julio, a las 20- y después, junto con LA NACION. Ellos se muestran relajados y compinches, frente a cámaras y fuera de ellas, haciendo gala de un amor que supo atravesar la tormenta y lograr un puerto de calma y amistad.
Empieza la grabación del programa y las preguntas de Noble a su ex fluyen sin dudar...
Noble: -¿Esperás lo mismo del amor que esperabas a los 20?
Ortega: -No... lo que esperaba cuando nos conocimos, que era armar un nido, hoy ya no lo espero más. Tal vez porque ya lo hice, creo que una vez que te divorciás del padre de tu hijo, hay algo que está, que ya sucedió. Es raro lo que voy a decir, pero hay como un lugar que está cubierto, como de familia... a lo mejor es porque nosotros tenemos una buena relación y eso a mi me deja en paz. Si después aparece otro amor genial, pero no lo espero más. ¿Te resulta extraño?
N: -No, yo pienso parecido.
O: -¿Y eso no te dificulta a veces la llegada de un nuevo amor? Porque yo me lo pregunto...
N: -Y, ya hace... ¿Cuánto hace que nos separamos?
O: - Vos siempre decís: "Pasaron dos mundiales".
N: -Tres mundiales casi, y no he vuelto a convivir con nadie. Sí, es difícil...
Son nueve años en total lo que llevan separados, o casi tres mundiales como asegura el músico. Se conocieron en 2001, cuándo él tenía 33 años y ella 29, y comenzaron un breve noviazgo que terminó en casamiento tan solo unos meses después.
O: -Creo que a la semana de conocernos te dije que estaba segura de que nos íbamos a casar. Otro tipo hubiese salido corriendo pero vos no solo te quedaste sino que me dijiste que sí. Nos casamos después de seis meses de salir y si lo pensás fue muy raro, porque estabas en un momento de gran éxito, digamos la verdad, andabas con todo Buenos Aires.
N: Convengamos que vos no estabas en un convento.
O: No, eramos dos personas muy libres que se estaban divirtiendo mucho, pero nos conocimos y armamos rápidamente todo.
El amor después del amor
La buena relación que tienen no es una actuación para el afuera sino un sentimiento genuino. Solo basta observarlos un rato para darse cuenta de que más allá de la separación, el amor sigue estando, solo que de una forma diferente. "Es natural nuestra relación, y debería ser lo más común cuando alguien fue tu compañera de vida y hay un hijo al que criar y cuidar", le confiesa Noble a LA NACION cuando la cámara se apaga. "Si no nos lleváramos así sería muy difícil todo porque el padre de un hijo es para siempre. No me equivoqué al formar una familia con este hombre y lo valoro mucho, porque hoy todavía lo veo y reconozco a la persona de la cual me enamoré", agrega Ortega.
Las cámaras vuelven a encenderse y la conversación entre ellos continúa íntima, a corazón abierto y con algunos pases de factura...
O: Creo que la pareja es una construcción y es una decisión decir "acá me voy a quedar", y después hay que trabajar a partir de eso. Es una cuestión de fe, cosa que no tenés. Nunca tuviste mucha fe en nada y tampoco en el matrimonio.
N: Qué paradoja que la hija del hombre que canta 'yo tengo fe' se haya casado con uno que no la tiene.
O: Sí y lo sufrí mucho eso. No sos un tipo que le puso al proyecto de pareja el empeño que, por ejemplo, le pone a la relación con su hijo. Vos sos un gran padre, pero no sé si alguna vez alguna mujer te va encontrar en un momento de tu vida en el que le pongas más empeño a una relación.
Los pases de factura son continuos, pero a pesar de esto ninguno parece ofenderse por lo que dice el otro, y ambos aceptan los defectos y virtudes que se les adjudican durante la charla. Si bien en este caso él está entrevistándola a ella, por momentos los roles parecen confundirse. La confianza, la buena onda y lo mucho que se conocen hacen que Ortega no sea una invitada más del ciclo.
"Siempre nos llevamos bien. Por supuesto que tenemos nuestras discusiones muy de vez en cuando, que suelen ser domésticas, de crianza y esas cosas, pero creo que las tendríamos estando casados también", asegura Noble a LA NACION cuando la cámara se apaga y ella por separado respalda sus dichos: "No es que siempre nos queremos y nos hablamos bien, de vez en cuando nos queremos matar también. Pasa una vez por año más o menos que puedo llegar a odiarlo, pero siempre es corto y dura poco. Suelen ser discusiones que tienen que ver con cosas cotidianas".
Benito, el centro del mundo
Llevaban tres años de casados cuando Benito, que hoy tiene 12 años, llegó al mundo para cambiarles la vida. El hijo que tienen en común es la razón por la cuál lograron dejar cualquier diferencia de lado y unirse como familia para toda la vida, sin importar si son o no pareja.
N: Yo creo que la presencia de un hijo, y me han retado los psicólogos por decir esto, es como dice la canción de los Cadillacs: "no me quedo nunca más solo". Por más que mi hijo ahora casi no me da bola.
O: Yo creo que para vos fue totalmente así. ¿Sabés que sos la única persona que conozco a la que lo único que le importa en la vida es su hijo?. Viene él y después todo lo demás... siento que es rarísimo, que de verdad no hay otra cosa que te importe tanto en el mundo como tu hijo, de una forma que no vi con otra gente. Benito es muy el centro de todo en tu caso.
N: ¿Es raro que para un hombre su hijo sea el centro de la vida?
O: No es raro, pero no conozco a ningún hombre tan apasionado por la paternidad y que sufra tanto por ella. A mí a veces Benito no me atiende y entiendo que está divertido, que está ocupado con vos, con amigos, pero vos sufrís. Yo una vez te dije: "Parecés un novio al que lo están dejando, dejalo pobre, le ponés mucha presión". No sé si te acordás de una vez que, pobrecito, te dijo tímidamente que no quería ir con vos ese fin de semana. Le armaste una escena terrible por teléfono y le cortaste como un novio ofendido. Después lo volviste a llamar, y al rato viniste a casa a explicarle personalmente con lágrimas en los ojos que para vos era muy doloroso. Yo te dije que lo dejes en paz, pobre.
N: Ya sé, debería buscarme una novia...
O: Sí, yo sentí eso. Ponés mucho ahí, a mí me viene genial porque sos el padre de mi hijo y sos muy presente, lo que me pone contenta y me deja tranquila, pero es muy llamativo.
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Benito es el centro del mundo de ambos, y cuando se apagan las cámaras es quién acapara las conversaciones de ambos. Seguramente el hijo que tienen en común es el responsable de que hoy puedan mantener una relación más allá de la pareja. "Cuando escucho como piensa Benito me parece que estamos haciendo un mejor trabajo que el que hicieron nuestros padres con nosotros", asegura Ortega y Noble asiente.
Sin arrepentimientos
El amor en general suele ser algo difícil de explicar. Es complicado entender cómo sucede, cómo nos toma por sorpresa y cómo va cambiando con el tiempo. Julieta e Ivan estuvieron casados durante siete años, y aunque esa etapa llegó a su fin, seguirán compartiendo momentos como familia para toda la vida. "Ella es una persona con un carácter muy fuerte, y lo digo en el mejor de los sentidos, que sabe bastante lo que quiere y es muy sincera, honesta y amorosa", remarca él. "Iván es buena gente, es alguien de buen corazón", destaca ella. Y aunque muchos tienen la fantasía de que la pareja vuelva a surgir, por el momento ambos descartan la opción por completo.
Hay amores que son para siempre [R]
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O: Si pudiera volver el tiempo atrás, haría todo de vuelta, y creo que vos también.
N: Sí, en el caso de tener que vivir todo de nuevo yo también me volvería a casar.
O: ¿Harías algo distinto de lo que hiciste en la relación?
N: Sí, muchas cosas
O: ¿Las harías mejor?
N: Sí, lo intentaría, aunque no sé si me saldrían... Si yo te propusiera casamiento ahora, ¿te volverías a casar conmigo?
O: No, ¡y vos tampoco conmigo!
N: No.
O: Pero me parece importante el hecho de que no nos arrepentimos.
N: No, cero.
O: Me parece que es bastante valioso eso, saber que volverías a hacerlo así más allá de Benito. Esta relación para mí es muy preciada, sobre todo considerando que todavía te veo, te reconozco y te quiero. Me gusta que seas el padre de mi hijo, todo eso a mí me deja en paz.
N: A mí también.
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