Si fuera por ella, no daría notas. La exposición la incomoda y si bien es parte de su trabajo, para Julieta Cardinali (40) la intimidad es palabra sagrada. "Doy entrevistas cuando tengo algo para contar sobre mi trabajo. Por supuesto, soy consciente de que en este métier hay que abrir un poco las puertas de la vida privada, pero no me interesa ir mucho más allá. Sé que si hago una película, o lanzo mi marca de ropa, mi deber es promocionarla y en ese sentido soy profesional. También tengo en claro hasta dónde llegar. Es algo que aprendés con el tiempo", explica la actriz, mientras se acomoda para conversar con ¡Hola! Argentina.
En el Jardín Botánico, el venue elegido para su producción de fotos, la primavera despliega sus colores y así, repleta de energía y alegría, se la ve a la mamá de Charo Calamaro (11), quien por estos días está enfocada en Cardinal, la marca de ropa que lanzó con su socia, Abril Bellati. Las respaldan las dieciséis colecciones de "Clara by Julieta", la cápsula que diseñaron para Clara Ibarguren, marca de la que se independizaron hace unos meses con la bendición de Clara, of course, quien además es madre de Abril. "Era un paso que en algún momento íbamos a dar. Salimos del caparazón, abrimos nuestras alas y acá estamos. Independizarnos fue fuerte y muy movilizante", cuenta Julieta y añade: "Abrimos nuestra pyme en un momento complicado, en el que las empresas están cerrando y a la gente le cuesta llegar a fin de mes. El miedo lógico que sentía en un principio se convirtió en una cuestión muy real".
–¿Qué postura decidiste tomar frente a esta dificultad?
–Seguir adelante. Argentina es como el Ave Fénix que resurge de sus cenizas. Los argentinos, siempre, nos volvemos a levantar. Quiero que nos vaya bien y estoy a favor de quien esté a cargo, pero me angustia la gente que está sin trabajo. Agradezco que la situación de Cardinal sea buena y mi apuesta es por crecer, pero no sabemos qué va a pasar. Esta semana, estábamos comprando telas para el invierno y la verdad es que no tenemos muy claro si vamos a poder vender esa ropa. Todo está muy caldeado, la gente está nerviosa y con razón. Las cosas están difíciles en la calle y eso se ve en el día a día. Es un momento muy triste de nuestro país.
TENGO EL CORAZÓN CONTENTO
–Más allá de todo, se te ve feliz.
–"Feliz" es una palabra muy grande. Uno no es feliz todo el tiempo, sino que siente felicidad por momentos. Yo diría que estoy más relajada. Y, quizás, eso hace que parezca más contenta. A mí, por ejemplo, me cuesta muchísimo dar entrevistas, pero si decido hacerlas, las hago con buena onda porque para pasarla mal, mejor me quedo en casa, ¿no?
–¿Cuánto tiene que ver tu novio, Luis Cantaluppi, con todo esto?
–Yo creo que fue al revés: llegar a este momento de mi vida me permitió poder elegir a Luis, que es alguien que me hace bien y que está en sintonía con mi presente.
–¿Cómo estás viviendo este romance, que ya lleva dos años?
–Me enriquece que no sea parte del medio y hablar de otras cosas con él. Está bueno que no tenga idea de cómo funciona mi mundo laboral y que sepa tanto de otras cosas. Eso hace que nuestra relación sea intensa, interesante. Los dos nos admiramos mucho y él, con su trabajo [es médico especialista en terapia intensiva], me conecta con la realidad. Cuando estoy preocupada o amargada, me cuenta lo que pasó en el sanatorio ese día y eso me ubica enseguida.
–¿Cómo se conocieron?
–Es algo que nunca se sabrá. [Sonríe].
–Circularon pocas fotos tuyas con él.
–Siempre fui así. Tampoco hubo muchas fotos mías con novios anteriores o con mi hija. Como no soy de ir a muchos eventos, se da así. Sé a qué lugares ir y a cuáles no para estar tranquila. Si un 3 de enero se te ocurre ir a La Huella, parate bien y sonreí. Uno es libre de elegir adónde ir.
–Charo, tu hija, está hecha toda una fashionista.
–Tiene onda para vestirse, es canchera. Tiene personalidad y algo elegante también, que me encanta. Me divierte que nos empecemos a acercar en los gustos. Antes, lo que opinaba le parecía un desastre y ahora me pregunta más y empieza a respetar lo que le digo, estéticamente hablando.
–¿Qué le gustaría ser de grande?
–Dice que va a estudiar Diseño de Indumentaria en Nueva York. ¡Y lo dice con una seguridad!
–Tiene un buen ejemplo.
–Por suerte, es muy consciente de que las cosas se consiguen trabajando. Sabe del esfuerzo que hace su mamá y también las mujeres que se quedan trabajando en casa. Siempre le digo: "Si lo que elegís te gusta mucho, mucho, te va a ir bárbaro".
–¿Qué deseás para ella?
–Voy a caer en un lugar común: me encantaría que sea feliz, que pueda realizarse en algo que le guste mucho y que pueda vivir de eso.
–Arrancaste a trabajar a los 14, como paquita en el programa de Xuxa. Si Charo te dijera que quiere trabajar en una tira diaria, ¿la dejarías?
–Tendría que estar en la situación, pero hoy te diría que no. Viví la experiencia de chica y siento que no hay apuro, que no es necesario adelantar los tiempos. Me gustaría que termine el colegio tranquila, sin las exigencias que tuve yo.
–Tenés quince años de terapia encima. ¿Cuál fue tu máximo aprendizaje?
–Estar en el aquí y el ahora, aprender a no preocuparme por lo que va a venir porque el futuro siempre es distinto de lo que una imaginó. Es un desafío diario, no es fácil, y la terapia me dio herramientas para enfocarme. Yo era muy ansiosa y me llevó mucho tiempo parar la cabeza. Parece obvio, pero no lo es: estar presente implica mucho trabajo interior.
–El 21 de octubre cumplís años. ¿Cómo viviste los cuarenta?
–No me pasó nada con el cambio de década. Cumplir 40 no fue distinto a cumplir 38 o 39. Creo que llevar la cuenta es lo que hace que te pese el paso del tiempo, cuando en realidad es lo normal. Hay una cosa extendida de que está mal tener arrugas, está mal tener celulitis, está mal cumplir años. ¡Paremos un poco! ¿Cómo viví los 40? Me dio igual. No fue un tema. Así como no va a ser un tema el mes que viene, cuando cumpla 41.
EL TIEMPO DE LAS MUJERES
–Este fue un año clave para el feminismo, tuviste amigas actrices que lideraron la causa a favor del aborto legal. ¿Cómo lo viviste?
–Con orgullo y felicidad. Era algo que tenía que pasar, fue un despertar colectivo porque el feminismo tiene que ver con algo tan simple como la búsqueda de igualdad de derechos. En ese sentido, no entiendo que alguien no sea feminista, ¿qué está defendiendo? Fue un año en que circuló mucha información, nos educamos y eso, como país, nos hace crecer. Si bien la ley del aborto legal no salió en Senadores, sé que tarde o temprano va a salir, como en todos los países avanzados. El aborto es un tema de salud pública y como sociedad no podemos mirar para otro lado mientras mueren mujeres.
–El movimiento pegó fuerte entre las actrices.
–Dolores Fonzi fue quien nos convocó en un principio, ella le puso el cuerpo y armó el colectivo de actrices. Somos mujeres con voz pública y tenemos la oportunidad de hablar de temas que eran tabú, como el aborto, en notas.
–Con Dolores salieron en defensa de Ricardo Darín, quien fue denunciado públicamente por Valeria Bertuccelli por maltrato.
–Prefiero no opinar sobre el tema. Ya opiné antes y prefiero no seguir hablando.
Producción: Laura Fernández / Maquillaje y peinado: Micky Nazar, para Frumboli Estudio, con productos Lancome y Loreal Pro / Agradecimientos: Cardinal, Converce, Fleur, Levi's by Cardinal y Jardín Botánico de Buenos Aires.
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