Fueron los días más intensos en su gestión como primera dama. Sin alejarse del estilo cálido y cercano que la distingue, Juliana Awada dio un paso al frente y asumió un papel estelar como anfitriona de la cumbre del G-20 . A puertas cerradas, debutó como oradora y dio dos discursos a los acompañantes de los líderes del mundo. El primero, en Villa Ocampo o, fue una suerte de bienvenida formal en el que incluyó referencias a la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y recordó a Victoria Ocampo, una vanguardista. El otro, en el auditorio del Malba, presentó un proyecto inédito, de su autoría, con el que va a llevar el arte a los Espacios de Primera Infancia de toda Argentina. Moderna, ejecutiva y preparada, como domina tanto el inglés como el francés, no necesitó apoyarse en traductores. Su trato con las primeras damas fue muy fluido, especialmente con aquellas que desarrolló una relación más cercana, como Brigitte Trogneux, casada con el presidente de Francia, Emmanuel Macron , o Melania Trump .
Para Juliana, la cumbre del G-20 comenzó en junio de 2016, cuando los sherpas de las principales economías del mundo, reunidos en Xiamen, China, aprobaron por unanimidad la presidencia argentina para el grupo en el año 2018. Desde entonces, se involucró de lleno con la organización y asumió responsabilidades que no son inherentes a su función como primera dama: ideó los menúes (para que en cada plato se probaran los sabores de la cocina argentina), eligió los souvenirs con la premisa de que llevaran el sello de hecho en Argentina y que estuvieran representados los emprendedores sociales. Pensó cada detalle para que los invitados se sintieran como en casa.
UN DEBUT CON BUENA ESTRELLA
El 28, Juliana inauguró la agenda de compromisos de la mejor manera: con dos amigas. A la mañana, recibió a la primera dama de Francia, Brigitte Trogneux, y por la tarde, acompañó en el CCK a la reina Máxima de los Países Bajos. Mientras Mauricio Macri y Emmanuel Macron estuvieron reunidos en privado, la primera dama argentina guió a su par en un tour por la Casa Rosada, al que más tarde se sumó la artista Marilú Marini –de gran trayectoria en Francia–, para conversar sobre los lazos culturales que nos unen a con el país galo. La sorpresa llegó a la hora del almuerzo. En lugar de quedarse en Balcarce 50, los matrimonios presidenciales partieron hacia la isla El Descanso, en el delta del Paraná. Juliana buscó un sitio especial, tal como hicieron los Macron en enero pasado cuando los invitaron al restaurante de Guy Savoy (con tres estrellas Michelin) frente al Eliseo. Brigitte, en un guiño a su anfitriona, lucía el brazalete de plata que Awada le dio en aquella ocasión. Pasadas las cuatro de la tarde, y cambio de look mediante, Juliana y Máxima se fundieron en un cariñoso abrazo en el CCK, donde Máxima dio una conferencia sobre el empoderamiento económico de las mujeres.
TODAS A VILLA OCAMPO
El viernes 30, las ilustres invitadas revolucionaron las tranquilas calles de Beccar al entrar a la casona que perteneció a Victoria Ocampo, hoy patrimonio de Unesco. Fue un encuentro de mujeres solas, ya que los partners masculinos, los maridos de Angela Merkel y Theresa May, por motivos diversos no vinieron a Buenos Aires. A las 11:53, comenzaron a llegar las first ladies a Villa Ocampo. Después del saludo protocolar, Juliana las invitó a la recepción en el jardín de la residencia, donde fueron agasajadas por un cuarteto de cuerdas. Después, las introdujo en la historia de la escritora Victoria Ocampo, a la que presentó como una pionera en la lucha por la igualdad de género. "Esta fue la casa de una mujer que en pleno siglo XX fue pionera en la lucha por la igualdad de oportunidades entre mujeres y varones, una causa que me siento muy orgullosa de compartir", dijo. Francis Mallmann hizo el "show de fuegos" y preparó un menú que incluyó delicias criollas típicas: humita salteña con albahaca fresca y centolla fueguina con habas, arvejas y menta. De postre, probaron más clásicos argentinos, c como flan y panqueques con dulce de leche.
LA CALIDEZ COMO MARCA PERSONAL
Dentro de la agenda social del G-20, la gala de bienvenida era uno de los highlights. De punta en blanco, la noche del viernes Juliana dejó en claro una de las razones por las que su marido habla de ella como su "hechicera". Apenas Bárbara Diez, la mujer de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño, la recibió a los pies de las escalinatas del teatro Colón, la primera dama la tomó de las manos y le elogió su look. "Siempre me recibís así. Gracias, Juliana Awada, por tu calidez permanente", le reconoció públicamente la reconocida event planner. Esa actitud, más allá de la buena sintonía que tienen, no fue un caso aislado durante la velada: cada saludo y cada sonrisa fue dedicada y mirando a los ojos a los invitados. Cuando le tocó posar con el presidente Donald Trump y su mujer Melania, se percató que detrás del fotógrafo habían quedado la hija del mandatario, Ivanka, y su marido, Jared Kushner. Enseguida los animó a sumarse a la foto. Más tarde, cuando Argentum, el espectáculo que dirigió Ricky Pashkus, hacía historia, los aplausos de los presentes, el grito vivo de ¡Argentina! y la emoción del presidente, que saludaba con la mano en alto y lágrimas en los ojos volvieron a dejar en evidencia su mejor versión. Si bien suele mostrarse cercana a su marido y siempre se los ve tomados de la mano, en ese momento lo miró con ternura, lo abrazó y lo contuvo ante la mirada del mundo entero.
UN ALMUERZO ARTY
El sábado, a las 11, Juliana Awada recibió a los partners y a la reina de Holanda en el Museo de Arte Latinoamericáno de Buenos Aires ( Malba ). En el auditorio, tras ver un video sobre arte argentino, Juliana subió al escenario y les presentó su proyecto para estrechar vínculos entre el arte y los centros de desarrollo para la primera infancia, una de las causas que abraza. Después, alentó a sus pares a acompañarla sobre el escenario y, de a una, a estampar su firma o un dibujo en las sillas escolares intervenidas previamente por diez artistas argentinos y que serán enviadas a distintos Espacios de Primera Infancia (EPI) del país como prueba del compromiso con las acciones artísticas que se desarrollarán allí en 2019. A la hora del almuerzo, probaron el menú que los chefs Fernando Trocca, Guido Tassi y Javier Rodríguez prepararon con ingredientes que provenían de distintas regiones nuestras: langostinos de Puerto Madryn con tomates y alcaparras, cerezas de Mendoza y queso de cabra con almendras, merluza de Tierra del Fuego con berenjenas y espárragos y damascos de San Juan con crema. Mientras las invitadas disfrutaban del café, Eduardo Costantini , fundador y presidente del Malba, las guió en un tour "a medida" durante 45 minutos. "Tuve la oportunidad de saludar a Máxima y a Melania Trump que no pudieron unirse al recorrido porque tuvieron que irse. Todo salió muy bien", comentó el coleccionista. Y confió, divertido, que ocurrieron algunas situaciones memorables, "como cuando la primera dama de Indonesia empezó a jugar con una obra lúdica de sonido y movimiento de Julio Le Parc y se comportó como si fuera una chica en una juguetería. No quería soltar la obra. Yo le ofrecí que se la llevara a su casa por un rato". Finalizado el encuentro, las mayoría de las primeras damas regresaron a sus países, con excepción de Peng Liyuan, primera dama de China, que al día siguiente continuó con la visita de Estado en la Argentina.
DE CHINA HASTA OLIVOS
El domingo 2 de diciembre, Mauricio Macri tuvo una reunión bilateral con Xi Jinping , el presidente de China. Mientras tanto, Juliana Awada agasajó a Peng Liuyan, quien antes de ser primera dama era una cantante lírica, con un breve recital de Alejandra Radano, quien entonó "Verde luna" (un clásico del repertorio de Chavela Vargas) y los tangos "Y qué más" y "Rosa reseca". Después, llegó el momento del intercambio de regalos. Juliana sorprendió a Peng con una batuta del célebre director de orquesta argentino Daniel Barenboim (construida por la compañía alemana Rohema), junto a un compilado de sus conciertos. La primera dama china trajo dos bicicletas: una para Antonia y otra para Juliana, además de un pañuelo azul. Mauricio Macri también dio la nota: le obsequió a Xi Jinping, en nombre de la Asociación Argentina de Polo (estaba junto a él Eduardo Novillo Astrada, su presidente) una yegua de polo y un casco con los colores de la bandera china.
JULIANA, A SOLAS CON ¡HOLA! ARGENTINA
Antes de bajar el telón del G-20, puertas adentro de Olivos, Juliana hizo su propio balance: "Estamos cerrando unos días cargados de emoción, donde la Argentina fue anfitriona del mundo. En el programa de acompañantes quisimos transmitir lo mejor de nuestro querido país y mostrar toda la capacidad que tenemos. Por eso fuimos eligiendo, en este año, cada detalle: desde los lugares que mostramos, los regalos que les hicimos, los espectáculos y la gastronomía con nuestros productos autóctonos y nuestros chefs. Pero, sobre todo, quisimos hacerlos sentir como en su casa y transmitirles la calidez que nos caracteriza. Y la verdad es que creo que cumplimos con el objetivo. Todos agradecieron la hospitalidad y destacaron que habían disfrutado de estos días en un clima muy distendido, algo inusual en este tipo de encuentros".
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