La modelo y conductora habló con LA NACION sobre cómo vivió su última ruptura amorosa, cómo las diferencias con su coequiper en América la ayudaron a aprender y plantarse, y el trabajo interno que realiza desde hace casi una década
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De fondo de pantalla en su teléfono, Sofía Jujuy Jiménez, tiene una foto de ella en su infancia. Del otro lado, debajo de la funda transparente, la foto de “las tres nenas”, ella, “la Ine y la Pili”, sus hermanas ya de grandes, en Disney, cumpliendo un sueño pendiente. Durante la hora de charla con LA NACION, su niña interna y el trabajo de introspección que realiza a diario fueron una constante que se repetía en cada tema: su ruptura con Bautista Bello luego de que se hiciera público el engaño de él, el conflicto laboral con Horacio Cabak, exparejas, proyectos, el desarraigo que no fue tal y la separación de sus padres a sus 16 años que le tomó años comprender.
La conductora está a punto de subir a escena por tercera vez en teatro (ya había incursionado de la mano de Gerardo Sofovich en Mar del Plata en 2011 con Delicadamente Inmoral y en la temporada 2019 con Pedro Alfonso y Paula Chaves en Carlos Paz con Locos por Luisa): “Fueron grandes experiencias muy distintas entre sí y esto que voy a hacer ahora tiene otra vuelta de rosca”. Con dirección de Peto Menahem hará Permitidos, desde el 5 de enero en la sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza. La obra cuenta la historia de una pareja que elije sus “permitidos” -personas famosas con las que podrían salir sin que sus compañeros lo sientan como un engaño- y ella interpreta al “permitido” del protagonista.
“Es una comedia de la que la gente se va a ir con una linda sensación y es poner un tema en la mesa, lo que pasa en la obra es una locura, ¡que tu permitido te dé bola! Se van a divertir y emocionar, tiene un poco de todo, la historia de amor además está muy bien contada”, dice y destaca la generosidad del director a la hora de la convocatoria: “Me da confianza y me brinda una seguridad tan importante a la hora de salir al escenario, que no es común, eso habla de su profesionalismo y talento”.
Al recibir la propuesta, dijo que sí de inmediato aunque confiesa que tuvo miedo, pero entiende que en animarse a ir por lo nuevo, está la magia. Si bien estudió teatro hace unos años, se preparó especialmente para la ocasión con un coach que la ayudó a memorizar la letra y repasar, para llegar a los ensayos “lista”: “Siempre me formo y me preparo para dar el paso”. El elenco lo completan Rocío Igarzábal, Mike Chouny y Juan Sorini y se trata de la adaptación de la película homónima de 2016 dirigida por Ariel Winograd y protagonizada por Lali Espósito y Martín Piroyansky.
— ¿Tenés un “permitido”? ¿Te lo propusieron alguna vez?
— No tuve esa experiencia, la idea es que sea muy lejano, alguien de afuera tal vez, tengo que pensar uno porque me lo preguntan siempre ahora.
— ¿Y pareja abierta aceptarías?
— No, soy de la monogamia. Me considero súper fiel a la otra persona y sentiría que estoy engañando por más que sea algo hablado, y creo en el vínculo desde la comunicación, yo no lo propondría, si me lo proponen lo evaluaría, pero hoy digo que no.
— ¿Estás en pareja?
— No estoy en pareja, estoy disfrutando de este presente laboral con la energía ahí y hay tiempos también. Tuve una separación, se rompió un proyecto, estoy bien y tengo capacidad de resiliencia. Te parte el alma la traición y la falta de respeto no la banco, no me gusta y me hace mal, pero puedo transformar el dolor y seguir porque la vida es una sola y la quiero vivir, puedo ser buena pero tengo mis límites que no negocio, como la traición y la mentira.
Luego de dos años de relación, en junio Sofía se separó de Bautista Bello, en medio de un escándalo mediático luego de que se hicieran públicas unas fotos de él con otra mujer en un boliche: “Creo que me termino separando porque fue público, capaz si no, no me enteraba. En ese momento yo estaba trabajando en Croacia y esperando salir para recorrer Europa con él”. Hoy, toma aquella experiencia que asume, fue dolorosa, como un aprendizaje y asegura no tener rencores: “Estoy liviana por la vida”.
“Me gusta y sé estar sola (sin pareja), no es tema, aunque lo tuve que aprender, lo disfruto y voy a ir a mi restaurante favorito a comer el plato que me gusta, pongo mi música”, cuenta mientras imagina en voz alta sus planes inmediatos. Una de las primeras veces que vivió de verdad esa soledad fue a sus 18 cuando se instaló por un año en Canadá por un intercambio estudiantil: “Eso me re curtió, no sabía el idioma y estaba lejos en serio de la familia, no había WhatsApp, era otra dinámica. Este año trabajé en los Estados Unidos en The Challengue y podía ser una más porque tenía ese inglés y fue una gran herramienta, me brindó muchas cosas en mi vida ese viaje, por ejemplo le di la importancia real a los vínculos, primero pensás que vas a extrañar a todos y te ponés triste porque no los vas a ver y después conocés tanta gente que es a ellos a quienes no sabés si vas a volver a ver”.
A su regreso, se instaló en Buenos Aires para estudiar Ciencias de la Comunicación en la UBA y las cosas fluyeron al punto que aunque cada vez que puede se escapa a Jujuy, no sintió el desarraigo: “Tengo una personalidad independiente, no tengo que estar con mi familia o amigos para pasarla bien, si no tengo amigos en un lugar me los hago. El primer tiempo tuve foco en la facu y a los seis meses me dieron ganas de trabajar y tener mi plata, mi papá me daba 800 pesos al mes y contaba la ida y la vuelta del colectivo y caminaba para no gastar. Era una gran ayuda pero yo tenía ganas de trabajar”. Fue así cómo empezó a ir a agencias, hacer promos y castings y rápidamente quedó como secretaria en Sábado Bus, el ciclo de Nicolás Repetto. Un nuevo mundo se abrió entonces para aquella joven que llegó a la jungla de cemento con la idea no de ser famosa, sino de trabajar en los medios, para lo que se preparó y estudió.
Hace un tiempo en una nota había asegurado que si a los 33 (los cumple el 23 de enero) no era mamá, congelaría óvulos. Dicen que nadie resiste un archivo, pero la realidad es que se modifican las circunstancias. “Primero, qué rápido llegaron los 33, siento que lo dije ayer”, bromea y continúa: “Va cambiando uno, digo algo y pienso otra cosa al tiempo y creo que la gente evoluciona, hoy congelaría por las dudas pero creo que no será necesario, siento y confío en que armaré mi familia en algún momento y será cuando tenga que ser. Disfruté cada historia de amor, no soy la misma, me enriquece como persona haber tenido diferentes parejas y agradezco a cada uno porque soy quien soy por lo aprendido”.
Horacio Cabak y un “episodio doloroso”
Para Jujuy -apodo que hace años incorporó y confiesa que hay muy pocas diferencias entre el personaje y Sofía- una de las premisas de la vida es disfrutar, y eso incluye el ámbito laboral, por eso define a su cruce con Horacio Cabak en 2021 cuando ambos conducían Informados de Todo por América como un episodio “doloroso”. “La pasé muy mal, lo que me pasó a mí es algo que muchas mujeres vivieron y pasa en todos los ámbitos, por eso siento que al estar expuesta y no callarme puedo aportar algo, que nos preguntemos ‘¿esto está bien?’. Me marcó, es una de esas cosas malas que son necesarias porque entendí que no todos somos iguales y no tenemos los mismos valores”, recuerda.
Para ella todo tiene un por qué y no es casual que justo fuera cuando estaba cambiando de década. Al ser consultada sobre si cree que diez o cinco años antes hubiera dejado pasar la misma situación, responde muy segura que sí: “Seguro, y de hecho el primer mes hasta que pasó al aire, yo lo dejaba pasar. ‘Bueno, porque es hombre’, pensaba y ¿qué tiene que ver?, creencias que traemos y cuando explota al aire el tema yo no decía nada, pero lo vieron y no puedo mentir, a partir de ahí yo hice un clic en mi cabeza y dije ‘no voy a permitir que nadie me falte el respeto, ni mi papá me levantaba la voz para educarme cuando era chica, no lo va a hacer este tipo’ y me planté. A partir de eso todo viró y pude hacer mi trabajo, que no me lo permitía, pude aportar mi frescura y aprender”.
“Fue doloroso y la pasé muy mal, pero soy positiva, me hizo más fuerte”, cierra sobre el tema y reitera que es algo que excede al medio televisivo: “Pasa en otros rubros que la mujer tiene que demostrar más que puede y ya no quiero: soy esto, al que le gusta bien y al que no también”.
Romper el silencio
Aquella no fue ni la primera ni la última vez que tras su vivencia, le llovieron mensajes de mujeres solidarizándose o contándole que se identificaron con su historia. Pasó, por ejemplo, cuando hizo público que su abuelo había cometido femicidio con su abuela: “Hablar es liberador y sana a otras generaciones, tenemos mucho que evolucionar y trascender a nuestros familiares”. Ocurrió también cuando contó que tuvo ataques de pánico y sentía que no podía mover el cuerpo: “Sentís que se termina el mundo, me escribió mucha gente después y cuando algo así te pasa, hay que hablar con el ser más cercano que tengas, la persona de confianza y no tener miedo de decirlo porque muchas personas pasan por lo mismo y siempre, buscar ayuda profesional”.
Otro tema que parece más banal pero que afecta a muchas adolescentes fue cuando en el marco de una campaña de toallitas femeninas se mostró en televisión con un pantalón manchado de rojo como si se hubiera tratado de un “accidente” en medio de su período: “La intención era concientizar, sabía que iban a criticar, pero lo hice porque creía en lo que iba a contar, que hay un estudio que dice que cuatro de cada diez nenas no van a la escuela cuando están indispuestas por vergüenza o incomodidad, y me mensajearon mamás agradeciendo que eso ayudó a sus hijas. Esto habla de una sociedad juzgadora, es algo súper tabú aún, la mujer levanta cada vez más la voz pero queda mucho por hacer. Yo creo en la igualdad, no desde una postura machista ni feminista”.
“No me gustaba la traición de mi papá”
Mucho antes de todo lo vivido en pantalla, hubo un episodio que la marcó: la separación de sus padres cuando tenía 16 y recuerda que de las tres hermanas fue la que peor la pasó. “No toleraba la idea de que se rompa esa familia, no me gustaba la traición de mi papá hacia mi mamá, me dolió mucho. Después entendí cuando tuve mi primer novio y corté, por qué mi mamá no quería estar más con mi papá porque lo había dejado de amar y para qué forzar un amor que ya no está”.
Fue un tema que tuvo que trabajar mucho en terapia: “Me tuve que perdonar a mí misma por haber pretendido esa cosa súper idealista de la mujer maravilla y el padre superhéroe y eso es de la niña que se imagina eso pero cuando ves con los ojos de adulto entendés que no te van a dejar de amar como mamá y papá y que son roles diferentes. Los amo y son mis pilares, hay cuatro patas en mi mesa: la mamá, el papá, la Ine y la Pilar”.
Poder plantarse y poner límites, ser positiva o aprender de los errores y malas experiencias es parte de su esencia, pero también algo que se ejercita. Como quien va al gimnasio a marcar músculos, Jujuy hace mucho trabajo interno: “Espiritual y de inteligencia emocional, para romper creencias que tenemos metidas desde que nacemos. Hice cursos al respecto y lo recomiendo, me ayudó mucho en pandemia, además de la terapia. Es importante prestar atención, tener los pies en la tierra y no marearse, también estudié astrología. Son herramientas que me sirven para conocerme y abrazarme, está bueno darle bola a la salud emocional, mental y física porque el cuerpo habla, tuve ataques de pánico y era mi cuerpo diciendo basta”.
El proceso comenzó cuando tenía 26 y para ayudar a un novio que tenía miedo a los aviones comenzó a hacer una terapia que se llama memoria celular. En realidad él era quien tenía que hacerlo y ella no podía mediar, pero igual decidió probar: “Lloré tres horas y ahí comenzó el autoconocimiento, introspección, mimos”. Aquello cambió su forma de ver la vida. “Encontrás otro sentido, sino vas a trabajar y es todos los días lo mismo, me divierte el saber que estoy acá ahora y después no sé”.
Justamente en ese camino, hace poco estuvo haciendo un trabajo relacionado con su niña interna. ¿Cómo era de chica? “Tranqui, observadora y siempre muy responsable, era la típica nerd”. ¿Qué le diría a esa nena? “La abrazaría y mimaría, le daría todos los gustos y agradecería por estar siempre ahí, ese niño es una vocecita que te empuja y si uno conecta, recuerda por qué hace lo que hace o si está equivocado”.
Después de pasar Navidad en Jujuy con su familia recibirá el 2024 en Punta del Este ya que cree que arrancar el año en el mar “limpia, renueva y energiza” y luego, a comenzar la temporada de Permitidos: “Viene una gran etapa, siento que hay una nueva versión mía, más segura y convencida de quién soy y de mis valores”.
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