Llegó de su Jujuy natal para estudiar Ciencias de la Comunicación y cumplió con ese deseo, pero también trabajó con Nicolás Repetto en Sábado Bus, con Marcelo Tinelli en "Bailando por un sueño" y con Gerardo Sofovich en teatro. "La joyita fue ser parte de Telenoche poco después de recibirme y lo disfruté mucho", asegura. Sofía Jiménez, que lleva con orgullo el apodo de su provincia, tiene una sonrisa contagiosa y mucha curiosidad. "Es una cuarentena muy movilizante con altibajos e incertidumbre. En el medio de todo esto me separé [del tenista Juan Martín del Potro] y todo lo sucedido me invitó a hacer una introspección y a meterme a investigar sobre autoconocimiento. Hice muchos cursos en estos meses", cuenta a LA NACION. En una charla íntima, habla de sus amores y desamores, de sus conquistas y sus derrotas, del femicidio de su abuela y de sus proyectos y sus sueños.
-¿Qué cursos hiciste en estos meses?
-Varios, pero en especial uno sobre PNL (programación neurolingüística). Fue muy intenso, me ayudó mucho y fue un gran sostén en estos tiempos porque trata de crear tu nueva identidad o saber qué creencias tenés establecidas, cuáles querés seguir teniendo y cuáles no. Fue reconfortante, la verdad.
-¿Y qué pusiste en práctica sobre lo aprendido?
-Me ayudó a hacerme cargo conscientemente de quién soy, del lugar que tengo en los medios, de lo que fui generando en estos diez años, lo que construí a nivel imagen y hacia dónde quiero ir. También estoy haciendo yoga y meditación y ya son un hábito que incorporé a mi vida diaria. El yoga es una disciplina que equilibra cuerpo, mente y alma. Además hago meditaciones todos los días cuando me despierto porque me aquieta la mente y me hace muy bien. En algún punto está bueno este parate porque la vida pasaba muy rápido y no había tiempo de detenerse a pensar. Ya hace diez años que estoy en Buenos Aires y he cumplido muchos sueños. De chica soñaba con tener mi programa de entretenimientos y así arrancó mi año en América, conduciendo Modo noche. Y recién ahora estoy valorando mi departamento, al que me mudé hace dos años, pero nunca había podido casi disfrutar porque vivía a las corridas o en viajes. Hoy lo estoy decorando y haciéndolo mío.
-Hace unas semanas dijiste que te querés ir del país, ¿es una decisión tomada? ¿Tiene que ver con esta transformación?
-Quizá sí. El año pasado hice un casting para Netflix España y me sorprendí porque esa posibilidad no estaba en mi cabeza. Fui pasando etapas y he llegado a firmar un contrato de confidencialidad porque me dieron un texto que tenía que hacer, pero justo me estaba poniendo de novia y mi cabeza y mi energía se fueron para el amor. Evidentemente en ese momento no tenía que ser y fue Lali Espósito la que se sumó al proyecto porque buscaban a una argentina. Fue una posibilidad, una ventanita que no imaginaba. Hoy, con las redes sociales, nunca sabés quién te está mirando. Me preparé para ese casting y reforcé los cursos de teatro que ya venía haciendo. Entonces ese puede ser el próximo paso, pero no es que me quiero ir del país enojada con esta crisis. Soy consciente de que la crisis es mundial. Yo soy un espíritu libre con una mente muy abierta, me vine de Jujuy y ahora quizá pueda dar un paso más e irme a otro país. Son ganas, pero no reniego de la Argentina porque amo mi país y llevo como apodo artístico el nombre de mi provincia. Simplemente podría ser un nuevo desafío personal y profesional. En la Argentina tengo mi casa, mi familia, mis amigos.
-Hablaste de autoconocimiento, yoga y meditación, ¿cómo te llevás con la rutina diaria de tu casa?
- Estoy armando mi hogar, dándole vida y el curso de PNL también me ayudó a estar sola porque siempre fui muy sociable y viví con mis hermanas, conviví con novios y ahora estoy conociéndome un poco más y aprendiendo a estar conmigo misma y me gusta. Intenté meter las manos en la cocina y reconozco que no soy muy buena. Soy muy ansiosa y la cocina no me sale, pero resuelvo con delivery o cosas simples como una tarta o una milanesa al horno con ensalada. Pero a la casa la tengo super limpia y ordenada.
-Viajaste a Jujuy en plena pandemia, ¿cómo fue el reencuentro con tu familia?
- Estuve un mes y medio y fue hermoso. Fuimos con mi hermana y un amigo que nos ayudó a manejar. Ir a Jujuy siempre es muy especial y en este caso, después de la introspección, todavía más. Volví a mis raíces para tomar fuerza y salir otra vez y seguír haciendo lo que amo, que es trabajar en los medios de comunicación. Por ahora trabajo con marcas en redes sociales. El modelaje me ayuda económicamente, pero lo que me gusta es conducir y hacía allí voy. Había una posibilidad de seguir con el programa Modo noche, luego de mi regreso de Miami, pero justo se declaró la pandemia y después me separé y tenía la cabeza en otro lado. Hay algunas cositas dando vueltas y me llamaron del Cantando 2020 también.
-¿Por qué no aceptaste?
-No soy cantante claramente, lo que soy es cara dura y me mando, pero canto muy mal, soy un desastre y no me animé. Con la voz estás muy expuesta. Cuando estuve en el "Bailando..." fue increíble porque lo disfruté y también por el nivel de popularidad que te da esa pantalla: de la mano de Marcelo Tinelli llegás a todos el país de una manera impresionante. Me animo a bailar, pero cantar es mucho más difícil. Quizá me podría sumar a un trío, divertirme y ponerle onda. Desde que salí de Jujuy con la mochila cargada de sueños e ilusiones no paré, soy una persona muy activa y muy positiva.
- Muchas veces las mujeres hermosas son subestimadas, ¿sentís que tenés que demostrar que sos inteligente y capaz?
-Yo relaciono eso con la mujer y no con la belleza. La mujer tiene que probar todo el tiempo que merece el lugar que tiene, que puede trabajar a la par del hombre. Estoy a favor de la lucha de los derechos de las mujeres, claro, pero no sé si pasa por la belleza porque tampoco me considero una mujer bella. Todas las mujeres tenemos que demostrar que podemos. Por suerte, cada vez somos más escuchadas y respetadas. Está buenísima la movida de la lucha por los derechos de las mujeres y yo uso mis redes sociales como comunicadora para apoyar marchas por femicidios, por ejemplo. En Jujuy hubo cuatro muertes en menos de un mes, las mujeres se pararon fuerte y yo acompañé y es un tema que me toca por mi historia familiar.
En Jujuy hubo cuatro muertes en menos de un mes, las mujeres se pararon fuerte y yo acompañé. Es un tema que me toca por mi historia familiar
-¿Se habla en tu familia sobre el femicidio de tu abuela?
-El haber puesto la voz y contarlo públicamente hizo que se hablara del tema en la familia. Antes era tabú porque a mi mamá y a sus hermanas le daba vergüenza hablarlo. Es una realidad que existe y que está bueno tratar de transformarla. Mi abuelo mató a mi abuela cuando mi mamá tenía 13 años. Fue en Rosario de la frontera, en Salta. Mi abuela era maestra rural y un viernes que volvía a la casa, en medio de una discusión, mi abuelo la mató. Él fue a la cárcel, mi mamá y sus hermanas se quedaron huérfanas. Creo que las mujeres de la familia, que somos muchas, tenemos una carga de lo sucedido y pudimos transformarlo. Cuando mi mamá se recibió de abogada, estábamos todas en Salta y ella pidió que pasáramos a ver a su papá para poder compartir el título con él. Nos sorprendió porque casi no tenían relación, pero ella nos mostró que se puede perdonar. Mi abuelo ya no vive. Lo conocí poco y tuve dos situaciones con él: esa y después, cuando se estaba muriendo, nos llevaron a todas las primas a despedirlo y ahí pude conocerlo personalmente. Mi mamá y sus hermanas supieron transformar ese dolor y esa angustia en perdón y amor y evolución.
-Hablás poco de tu papá, ¿cómo es tu relación con él?
-Tenemos una relación muy linda. Mis papás están separados, pero nos vemos cuando voy a Jujuy y también estamos en contacto diario. Es un papá muy presente y compañero y compartimos el amor por Boca y por la música de los Rolling Stones [risas]. Son cosas que relaciono con él directamente.
-Te separaste de Juan Martín del Potro en abril pasado, ¿siguen hablando?
-Nos separamos al principio de la pandemia, pasaron muchos meses y tantas cosas... Fue todo muy intenso. Hablé cuando volvieron a operarlo en Suiza por tercera vez. Tenemos una linda relación, pero elegimos estar separados. Nos queremos y nos respetamos un montón; yo lo quiero mucho y le deseo lo mejor.
-¿Tenés esa misma relación con el Pelado López?
-No, con Guille nunca más volví a hablar. Nos separamos bien en su momento, pero se terminó y se terminó. Supe que se casó y está feliz y le deseo lo mejor, pero no tengo intención de tener contacto con él. Si pudiera elegir, preferiría no volver a trabajar con él para evitar cualquier tipo de roces.
-Se dijo que estabas conociendo al Pocho Lavezzi, ¿qué hay de cierto?
-Nada. Ni lo conozco. No sé por qué me relacionaron, supongo que a veces generan noticias porque no hay contenido y se inventan cosas. Decían que me ponía likes en Instagram, pero nunca me escribió siquiera un mensaje privado.
-¿Te enoja que te relacionen con personas que ni siquiera conocés o te divierte?
-Es raro, la verdad, me divierto y tomo las cosas como de quienes vienen. Soy bastante relajada en ese sentido y trato de no hacerme mala sangre. Estoy tranquila porque sé quién soy y quiénes me conocen también. Cuando sucede algo así me gusta desmentirlo y que quede ahí, para que el tema no se agrande. No me interesan los quilombos mediáticos y mis cosas íntimas quedan para mí. Entiendo que la gente quiera saber un poco más de la interna de la pareja, pero esas cosas me las guardo para mí, para mi mundo intimo.
-Ahora es difícil conocer a alguien en medio de la pandemia.
-Se hace difícil. Salís a caminar y las miradas son muy intensas. El hombre me puede con la mirada porque dice mucho y me gusta conectar con la gente desde ahí, pero todavía no he tenido la chance de ver detrás de los barbijos... [risas].
-Seguramente recibís muchos mensajes de amor a través de las redes, ¿los contestás?
-Hay un montón de mensajes y puedo charlar, reírme, divertirme, compartir algún mensaje pero lo tomo como una diversión y no como algo serio: no pienso que de ahí pueda sacar una relación. Aunque uno nunca sabe... Pero soy más del cara a cara y con lo digital, juego.
Agradecimientos. Estilismo: Carito Rossello. Makeup: Irene Arcieri. Hair: Cristina Canigna. Looks: Heidi Clair.
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