Jude Law: su desembarco en Star Wars, la presión por satisfacer a los fans y cómo logró equilibrar la fama con la privacidad
El actor protagoniza Skeleton Crew - Viaje a lo desconocido, la nueva serie de Disney+ que amplía el universo creado por George Lucas; en diálogo con LA NACIÓN, reflexiona sobre su carrera y la evolución de sus personajes
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Con Skeleton Crew - Viaje a lo desconocido, Jude Law se aventura en el universo de Star Wars como Jod Na Nawood, un enigmático mentor que guía a cuatro niños –Neil, Whim, Fern y KB– en un peligroso viaje por una galaxia desconocida. La nueva serie de Disney+, que estrena sus dos primeros episodios el lunes 2 de diciembre, combina acción, nostalgia y la frescura de ver la saga a través de los ojos de chicos. “Me encantó que esta historia se cuente desde la perspectiva de los chicos. Aporta frescura y un asombro que renueva la saga que ya conocemos tan bien”, asegura.
La infancia del actor estuvo profundamente influenciada por el fenómeno de Star Wars. “Recuerdo que simplemente me voló la cabeza. Nunca había visto nada igual”, cuenta sobre su primera experiencia al ver la saga en el cine. En el patio de su colegio, los juegos siempre giraban en torno a sus personajes favoritos. “Siempre quise ser Han [Solo], aunque a veces quería ser [Darth] Vader también”, comenta con una sonrisa. Ahora, en Skeleton Crew - Viaje a lo desconocido, Law combina el cinismo de Han con la pureza de Luke [Skywalker] para dar vida a un personaje que homenajea esos íconos. Inspirada en clásicos juveniles como Los Goonies y Cuenta conmigo, la serie mezcla aventura galáctica con nostalgia ochentosa, mientras explora la amistad y el crecimiento personal de sus jóvenes protagonistas.
En una entrevista vía Zoom con LA NACIÓN, Law reflexiona sobre los desafíos de crear un nuevo personaje, el peso de sumarse a la saga y también sobre su trayectoria: “La presión siempre está. Soy consciente de la pasión que rodea a la saga y siempre existe la expectativa de que a la gente le guste”. Así, con su participación en la nueva serie de Star Wars, cierra un círculo entre su infancia y su carrera, llevando a una nueva generación a redescubrir la magia de un universo único.
–¿Cómo fue la experiencia de unirse a un universo tan popular e icónico como el de Star Wars?
–Bueno, me gusta mucho el concepto; me gusta la idea de que esta historia se cuente a través de los ojos de los niños. Skeleton Crew - Viaje a lo desconocido trae una perspectiva refrescante con cierta inocencia y asombro al universo que todos ya conocemos tan bien. Además, me gustó mucho el potencial que tiene mi personaje: él es, al mismo tiempo, diferentes cosas para diferentes personas, hasta incluso tiene distintos nombres. Se nota que es un sobreviviente, y realmente tiene todo tipo de posibilidades que espero haber aprovechado al máximo.
–¿Sentís presión al meterte dentro de un universo tan amado por los fans?
–Tal vez soy un tonto, pero no… Bueno, no sé. Quiero decir, la presión siempre está latente: siempre querés que el trabajo sea bueno y querés que a la gente le guste. Hay todo un equipo detrás que hace mucho esfuerzo, y eso por supuesto que importa o debería importarte. Entonces tenés la expectativa de que a la gente le guste y de no ofender a nadie, aunque a veces tampoco es tan malo incomodar un poco. Dicho eso, soy consciente de que hay una pasión detrás, una base de fanáticos de la saga, y realmente espero que les guste lo que hicimos.
Los extremos: de héroes a villanos
Comenzó su carrera en el teatro británico, destacándose en su adolescencia con obras como Les Parents Terribles (1994), por la que casi gana un premio Laurence Olivier. Su salto al cine llegó con Wilde (1997) y El talentoso Sr. Ripley (1999), que le dio su primera nominación al Oscar y lo posicionó como una de las grandes promesas de su generación.
En Hollywood, brilló con películas como Regreso a Cold Mountain (2003), que le valió otra nominación al premio de la Academia, Closer (2004) y Alfie (2004), un éxito de taquilla en el que interpretó un rol que, años más tarde, cuestionaría por la imagen que proyectó sobre sí mismo. Intentó romper con ese estereotipo en El descanso (2006), donde exploró un perfil más sensible. Pero en el pico de su carrera, eligió regresar al teatro, su “refugio artístico”, y protagonizó obras como Hamlet (2009), Anna Christie (2011) y Henry V (2013), buscando el equilibrio entre la exposición del cine y la conexión íntima del escenario.
–Si mirás hacia atrás en tu carrera, ¿imaginaste que tu papel en El talentoso Sr. Ripley iba a ser tan importante?
–No, no creo que uno pueda pensar de esa manera en el momento. En ese entonces, fue simplemente una oportunidad maravillosa, en una locación deslumbrante y rodeado de gente joven y talentosa. Incluso mientras la filmábamos, no asumís que va a convertirse en una gran película. Creo que realmente se mantiene vigente; es una obra hermosa que nos dejó Anthony Minghella. Siempre es interesante mirar atrás y ver cómo un proyecto en el que trabajaste puede dejar una marca o perdurar en el tiempo. Lamentablemente, no podés prever algo así mientras lo estás haciendo; aunque, claro, sería fantástico si se pudiera.
–Volviste al teatro con Hamlet en un momento de gran exposición mediática e incluso mencionaste que fue una experiencia catártica. ¿Sentías que volver a tus raíces era necesario para encontrar un equilibrio entre Hollywood y el escenario?
–Creo que regresar al teatro siempre es una recompensa enorme por el desafío que implica, y ese papel en particular es extraordinario para cualquier actor o actriz. Dejás una parte de vos mismo en él. Así que, sí, fue una experiencia muy catártica. No lo hice porque lo necesitara, fue algo más profundo: tenía que interpretar ese personaje en ese momento. Sentía que, si no lo hacía entonces, después sería demasiado tarde por mi edad. El momento fue el adecuado, el director fue el adecuado, y yo estaba en el lugar indicado.
–En 2016 interpretaste a Pío XIII en la serie The Young Pope. ¿Creés que ese papel marcó un antes y un después en los personajes que elegís hacer?
–Sí, creo que es justo decirlo. Una de las cosas que más disfruto en mi carrera es producir mis propios proyectos. Eso me permitió tomar el control de mi trayectoria, desarrollar historias que realmente me apasionan y colaborar con personas con las que realmente deseo trabajar. Lo maravilloso de The Young Pope fue que un cineasta extraordinario como Paolo Sorrentino me confió un papel increíble. Me dio la oportunidad de mostrar algo nuevo en un momento en el que quizás no había interpretado un personaje tan profundo en mucho tiempo. Creo que ese trabajo permitió que la gente me viera desde otra perspectiva. Definitivamente marcó el comienzo de un nuevo capítulo en mi carrera.
–En el extremo opuesto está Enrique VIII en Firebrand (2023), una figura histórica tan oscura y compleja que implicó una gran transformación física y emocional. ¿Dirías que fue uno de los mayores desafíos de tu carrera?
–Sí, interpretar a Enrique fue un gran desafío, y justamente por eso lo acepté; realmente quería darle vida a ese personaje. El proceso fue fascinante. Al principio, me enfoqué en lo histórico, tratando de aprender todo lo posible sobre el hombre detrás de la figura. Pero después el director me pidió que me centrara en el hombre despojado de todo lo demás. Así que primero me empapé de toda esa precisión histórica y luego, traté de dejarla de lado. Me concentré en habitar al hombre físico, con todo lo que implicaba vivir esas emociones, ese dolor constante causado por sus heridas, y esa ilusión de grandeza que lo definía. Fue un ejercicio tanto físico como emocional, y definitivamente uno de los papeles más desafiantes que he interpretado.
–En la construcción de tu personaje agregaste detalles únicos, como el uso de un perfume con un olor desagradable. ¿Fue idea tuya incorporar ese elemento?
–Sí, fue idea mía, pero nació a partir de algo que Karim [Aïnouz] suele hacer en sus sets de filmación. A él le encanta crear espacios sensoriales, ya que filma en 360 grados y nunca sabés exactamente hacia dónde va a dirigir la cámara. Por eso se esfuerza en construir una atmósfera auténtica: dejaba las ventanas abiertas, encendía fuegos, teníamos animales y comida en el set. Todo contribuía a esa sensación de inmersión. Lo del olor surgió de una conversación sobre cómo se limpiaban las habitaciones en aquella época. Descubrimos que las heridas de Enrique estaban infectadas, podridas, y que ese olor penetrante lo seguía a todas partes. Se decía que incluso podía sentirse desde habitaciones contiguas. Pensamos que sería un detalle interesante añadir ese elemento al personaje.
El equilibrio de un galán maduro
Durante décadas fue uno de los galanes más populares de Hollywood. Sus romances con actrices como Sadie Frost, madre de tres de sus hijos, y Sienna Miller, junto con escándalos de infidelidad, ocupaban más espacio en los medios que sus películas. En total, tuvo siete hijos con cuatro mujeres diferentes.
Hoy, a los 51 años, vive una vida discreta junto a su esposa, Phillipa Coan, psicóloga y madre de sus dos hijos menores, alejada del mundo del espectáculo. En esta etapa, elige proyectos de calidad y logra mantener un equilibrio entre su vida personal y profesional.
–Mencionaste que mantener tu vida personal en privado es importante.
–Lo intento...
–Lo estas haciendo bien, no sabemos el nombre de tu último hijo.
–Yo sí [se ríe].
¿Cómo hiciste para equilibrar la fama y la privacidad?
– Siempre creí que el trabajo es el trabajo y la vida en casa es la vida en casa. No tienen por qué mezclarse.
–¿Fue difícil lograrlo en los años en los que tenías más exposición mediática?
–Sí, sin duda. Siempre quise proteger mi privacidad, pero aprendí a hacerlo de la peor manera. Era muy joven cuando llegó toda esa atención, y no tenía las herramientas para manejarla. Con el tiempo, entendí que podés elegir cómo vivir y qué aspectos de tu vida mostrar. Eso me llevó años.
–¿Alguna vez soñaste con tener una profesión lejos del cine? ¿Qué hubieras elegido?
–Sí, lo soñé muchas veces. Me hubiese encantado ser pintor. También amo la música, así que probablemente habría elegido algo relacionado con el arte. Crecí en un hogar muy artístico; mis padres siempre me alentaron a explorar las artes. Mi hermana, de hecho, es pintora, así que quizás habría seguido un camino similar. Todavía hago algunas cosas por hobby, pero no estoy seguro de tener el talento suficiente.
–¿Seguís pintando o lo dejaste por completo?
–Sí, aunque no mucho. Mi hermana es la que realmente tiene talento y siempre me deja a la sombra [ríe]. Así que, digamos, se lo dejo a los profesionales.
Los niños que iluminan la galaxia
En el corazón de Star Wars: Skeleton Crew - Viaje a los desconocido está el grupo de cuatro jóvenes amigos que completan el elenco. Cada uno con una personalidad única.
Ryan Kiera Armstrong, en el papel de Whim, admira la imaginación de su personaje. “Es un soñador que crea su propia diversión incluso cuando las cosas son difíciles. Él está siempre solo, no tiene madre y su padre trabaja todo el día, por eso busca una aventura. Whim está muy presionado, pero eso lo impulsa a buscar algo más grande”, explica. También resalta su transformación a lo largo de la historia: “Me encanta cómo lo que vive lo cambia por completo”.
Su mejor amigo es Neil, interpretado por Ravi Cabot-Conyers, quien describe a su personaje como “el amigo que siempre está ahí, pase lo que pase”. Aunque es precavido y asustadizo, Ravi destaca que también tiene un costado divertido: “Es muy tierno, y un poco es como una pequeña diva. Hace lo suyo y se va, y eso me encanta”.
Por su parte, Kyriana Kratter interpreta a Fern, la líder del grupo. “Es cabeza dura, valiente y ama las seeder bikes. Siempre está lista para defender lo que cree”, dice. Kyriana agrega que Fern la inspiró a nivel personal: “Su confianza me enseñó a encarar las cosas con más seguridad”.
Tani Drayton, quien da vida a KB, resalta su carácter reservado pero efectivo. “Es callada y reflexiva, pero siempre encuentra la solución. Sus augs -habilidades especiales que mejoran sus capacidades naturales- y sus visores son clave para el grupo”, comenta. También disfrutó la libertad creativa que tuvo al construir el personaje: “Fue increíble decidir cuánto de humano y cuánto de robótico tendría KB”.
Trabajar con Jude Law fue, sin dudas, una de las experiencias más destacadas para los cuatro jóvenes actores. “Es tan presente y generoso que te hace todo más fácil”, asegura Kyriana. Ryan añade: “Él te ayuda a mantener el foco y hace que todo sea divertido”. Tani recuerda emocionada: “¡Estaba fangirleando todo el tiempo! Jude es muy motivador, siempre te impulsa a dar lo mejor”. Ravi lo resume con admiración: “Sabía que Jude era un actor increíble, pero verlo trabajar de cerca fue otra cosa. Es brillante y te saca lo mejor”. Además de ser un mentor en la ficción, Law se convirtió en una inspiración para cada uno de ellos.
Star Wars: Skeleton Crew - Viaje a lo desconocido estrena sus dos primeros episodios este lunes 2 de diciembre, por Disney+. Luego, cada martes se sumará un nuevo episodio en la plataforma.
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