Juariu: “Fue difícil la decisión de dejar el tratamiento oncológico para ser mamá”
Tuvo cáncer de mama en 2017 y todavía le faltaban tres años para terminar la medicación, pero el deseo de la maternidad fue más fuerte y habló con los médicos, que le dieron el aval para hacerlo
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La noticia del embarazo que dio Vicky Brauer, más conocida como Juariu, en Cortá por Lozano (Telefe) sorprendió a todos. Hacía tiempo que quería ser mamá, pero postergaba el momento porque todavía tenía unos años de tratamiento oncológico, debido al cáncer de mama que padeció en 2017. Sin embargo, el deseo fue tan fuerte que habló con los médicos y le dieron permiso para suspender la medicación y probar, y no se hizo esperar porque quedó embarazada en el primer intento. En una charla con LA NACIÓN, Juariu contó cómo fue tomar esa difícil decisión, habló de sus miedos y de la alegría que vive en esta nueva etapa de su vida junto a su marido Gustavo, que es urólogo. También dijo que ya saben el sexo, pero aún no decidieron cuándo ni cómo comunicarlo y por ahora, van a guardar el secreto.
-¿Estaban buscando o los sorprendió?
-Lo estábamos buscando y nos sorprendió. Las dos cosas... (risas). Estaba transitando el séptimo año de tratamiento oncológico y los médicos recomiendan hacerlo durante cinco o diez años. Tenía tantos deseos de ser mamá que lo hablé con los médicos, pregunté si había una posibilidad de hacer una pausa y me dieron el ok, me hice todos los chequeos y estudios necesarios, dejé la medicación y después de tres meses empezamos a buscar. Y en el primer intento quedé embarazada... (risas).
-No hubo necesidad de utilizar los óvulos que habías congelado...
-La idea era probar un par de meses, ver qué pasaba y si no utilizar los óvulos congelados porque no podía esperar demasiado tiempo, ya que después del nacimiento voy a retomar con la medicación oncológica por tres años más. Pero no hizo falta la inseminación. El embarazo nos tomó por sorpresa. Quizá fue suerte, destino. Y también empezamos a buscar relajados. Me imaginaba un proceso largo y por eso estaba tranquila y no nos dio tiempo ni a pensar.
-Dejar el tratamiento debe haber sido una decisión difícil.
-Dejar al tratamiento no fue una decisión fácil. Fue mucho vértigo, pero la verdad es que tenía muchas ganas de ser mamá y llego rápido y al mismo tiempo, se hizo esperar bastante porque con el tratamiento ese deseo se postergó. Me diagnosticaron cáncer de mama en diciembre de 2016, el 3 de enero de 2017 me operaron y después hice un tratamiento con rayos, luego una medicación inyectable y finalmente tenés que tomar tamoxifeno durante cinco años; es lo recomendable. Me quedaba poquito, pero con el aval de los médicos, dejé por un tiempo y voy a retomar, y completar el tratamiento por los tres años que quedan.
-¿Fue charlada en casa esa decisión o fue tuya?
-Fue muy charlado porque es una incertidumbre. Si bien es el séptimo año y el riesgo baja, ningún médico te va a decir que lo dejes. Fue una decisión difícil y al mismo tiempo fue una decisión personal también porque yo tenía que tomarla. Mucho trabajo en terapia (risas) y en pareja. Pero tenía muchas ganas de vivir este momento.
-¿Cómo vivís esta nueva etapa?
-Feliz. Teníamos muchas ganas, pero nos agarró de sorpresa porque fue muy rápido. Así que estamos procesando la idea de lo que estamos viviendo y muy feliz y contenta. Estoy de un poco más de 14 semanas y tardé en contarlo porque prefería ser precavida, y como venía con tratamientos y cosas tenía temor. Quería saber que estaba todo bien antes de contarlo. Va a nacer a fines de diciembre.
-¿Saben el sexo?
-Sabemos ya cuál es el sexo, pero estamos viendo cuándo queremos contarlo. No lo sabe nadie. Estamos felices, transitando estas nuevas sensaciones y sentimientos. Recibí mucho amor. Estoy desbordada de tanto amor y cuando la alegría es compartida es hermoso.
-¿Y estás ansiosa?
-Sí, porque es todo nuevo para mí. Todas mis amigas tienen hijos, tengo tres sobrinos y toco de oído algunas cosas. También leo, pero trato de escuchar al médico y seguir lo que me dice porque hay demasiada información. Por ahora, veo videos tiernos de bebés recién nacidos, o pienso en qué comprar y qué necesito. Nos dieron los resultados el miércoles de la semana pasada y recién ahí empezamos a disfrutarlo. Ya lo conté y es más real, liberador.
-¿Cómo te sentiste los tres primeros meses?
-Con muchas náuseas, dolor de cabeza, vómitos, asco. Tuve que disimular. En Cortá por Lozano me bajó la presión tres veces, pero nadie sospechó que podía estar embarazada. Trataba de pilotearla, comer algo, tomar pastillas para las náuseas. Me daba asco la comida. Ahora ya estoy mucho mejor, esperando que la pancita crezca y voy a seguir trabajando hasta el final porque me gusta mucho. No me imagino dejando algo. Mi idea es poder pilotear todo porque trabajar me hace muy bien. De hecho, hay proyectos, pero tengo que ver ahora si prosperan o no, con esta noticia y cuando nazca me voy a tomar la licencia que necesite.
De sus comienzos a una noticia que cambió su vida
Vicky Brauer se mudó de su Tucumán natal a Buenos Aires en 2014 para acompañar a su marido Gustavo, que es urólogo y tenía que hacer la residencia en el Hospital Italiano. “Lo conozco de toda la vida porque fuimos compañeros de escuela. No éramos amigos, pero tenemos un amigo en común con el que nos fuimos a Nueva Zelanda por un año. Fue en 2009, ahí nos conocimos mejor y nació el amor. Al volver nos pusimos de novios. Fuimos con visa de work and travel por tres meses y nos quedamos seis más. Con la plata que ahorramos recolectando kiwis, sacando la maleza a las sandias y haciendo trabajos de campo, nos fuimos al sudeste asiático”, contó.
En una entrevista con LA NACIÓN había dado detalles sobre su enfermedad: “Un día me palpé un bulto muy chico y fui inmediatamente al médico. No hay que asustarse porque uno asocia el cáncer a la muerte, pero se puede salir adelante y no hay que tenerle miedo. En la ecografía ya me dijeron que había algo que no estaba bien, consulté a un especialista en mamas y a los tres días me operaron. Me focalicé en lo que tenía que hacer en vez de angustiarme. Después me hice rayos y no tuve que hacer quimio porque mandamos a analizar el tumor a los Estados Unidos, en forma privada, y el estudio dio como resultado que no me servía hacer una quimio porque lo mío era hormonal. Fue un año difícil y traté de atravesarlo con fuerza, aunque estaba lejos de mi familia. Mi marido es mi sostén y lo que atravesamos nos hizo fuertes, la peleamos juntos. Esas bombas te unen o te separan y a nosotros nos unió. Me gusta que se hable del cáncer de mamas porque el 90% de las personas que lo detectan a tiempo se curan”.
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