Juan Ignacio Cané, el villano de Luis Miguel, la serie: “Yo no quiero ser famoso, yo quiero vivir de la actuación”
El actor que interpreta a José Pérez en la biopic del cantante mexicano contó a LA NACION cómo está viviendo este éxito, luego de una larga lucha en su carrera
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“Yo no quiero ser famoso, yo quiero vivir de la actuación”, advierte Juan Ignacio Cané, quien jamás imaginó que su nombre iba a ser parte de una de las series del momento. Así, con el ego bien lejos y los pies sobre la tierra, este argentino -que interpreta a José Pérez en la segunda temporada de Luis Miguel, la serie- no se deja marear por el éxito y concibe a este trabajo como un trampolín para obtener nuevas oportunidades en el medio. “Cada vez que me dicen ‘llegaste’, yo me sorprendo porque creo que no llegué a ningún lado. Esto es un trabajo que tiene repercusión internacional, pero nada más. Ahora estoy pensando en lo que viene, en los próximos proyectos para poder seguir viviendo de mi verdadera pasión”, le confiesa el actor a LA NACION sorprendido por la repercusión que tuvo este inescrupuloso asistente que le tocó interpretar.
Su talento, su perseverancia y “sus maldades” sin dudas lo convirtieron en una de las revelaciones de esta nueva entrega de la biopic de Luis Miguel que se puede ver por Netflix; algo por lo que Cané viene luchando desde hace tiempo. Es que su historia de vida es un claro ejemplo de superación y de que nunca hay que bajar los brazos ante cada puerta que se cierra. “Los ‘no’ son los que te hacen mucho más fuerte si realmente sabés lo que querés para tu vida”, aclara este rosarino que tuvo que trabajar de vendedor de libros, lentes y alarmas hasta conseguir su primera oportunidad en el set. “Hice de todo, pero con el tiempo empecé a vivir todos esos trabajos como un nuevo personaje. Eso me ayudó mucho mentalmente. Intentaba pensar que ese trabajo que no me gustaba mucho lo hacía para llegar a mi objetivo, así borrás la culpa de no dedicarte a lo que querés”, explica el actor, quien ya desde pequeño sobresalía en los actos escolares.
Siguiendo con la tradición familiar (es hijo de un contador y una maestra jardinera) y mientras esperaba una oportunidad, este fanático de Newell’s pasó por la universidad, donde estudió Comunicación Social, carrera que -en cierta forma- le permitió acercarse al objetivo y debutar en TV. Fue así como se encargó de las notas de color en el programa Zapping deportivo y luego fue cronista de otro ciclo llamado Mañanitas, aunque después se dio cuenta que era imposible progresar en su ciudad natal y decidió cambiar de estrategia.
Así fue como en 2003 hizo las valijas y viajó a México por una propuesta laboral televisiva que nunca se concretó. Lejos de desanimarse, el aficionado actor aprovechó su estadía para recorrer el país azteca mientras trabajaba como vendedor en distintos comercios. Sin embargo, fue seis años después y en su tierra, que Cané tuvo su primera oportunidad en la telenovela Alguien que me quiera. Luego vinieron Esperanza mía, El Lobista, la película Perdida y varias obras del teatro under.
Su llegada a Netflix fue mucho tiempo después con Apache, la serie sobre la vida de Carlos Tevez en la que fue rechazado para el papel del padre y tío del futbolista, pero terminó interpretando a un técnico del club Vélez Sarsfield. La historia volvió a repetirse cuando hizo un casting para ser parte de la comedia La casa de las flores y un actor español se quedó con su rol. Lo que Cané no sospechaba es que, meses después, esa experiencia “fallida” lo llevaría a convertirse en José “Joe” Pérez, un chanta e inescrupuloso tour manager que traicionó a “El Sol de México”.
-Tenés una historia de años de lucha detrás, ¿qué significa para vos estar en este éxito?
-La verdad es que estoy muy contento, muy feliz. Yo desde muy chico tuve la suerte de saber que la actuación era lo mío porque no todo el mundo puede descubrir lo que lo apasiona y yo soy un afortunado por eso. Por más de que en el transcurso o en el camino para poder vivir de esto uno tenga que hacer un montón de otras cosas. Es darle para adelante y que no te importe lo que tenés que hacer en pos del objetivo, porque yo no tuve un papá productor o un papá dueño de un canal, mi papá es contador y mi mamá maestra jardinera. Nada fue fácil, nadie te regala nada. Yo empecé haciendo comerciales, obras de teatro, algunos bolos en tele y así fui avanzando. Yo disfruto de cada cosita, desde el primer bolo hasta este último papel porque acabo de tener un trabajo que tiene repercusión internacional, pero no llegué a ningún lado, ahora estoy pensando en lo que viene, en los próximos proyectos que por suerte ya están sonando los teléfonos. En definitiva eso es lo que uno siempre busca como actor: lograr esa continuidad que es trabajar de lo que te apasiona.
-¿Eras fan de la serie?
-Yo soy de Rosario y cada vez que venía Luis Miguel a tocar era una revolución. Después, ya viviendo a Buenos Aires, la que era mi compañera de departamento (que es actriz) me comentó que se había estrenado la primera temporada y yo prejuzgué: ‘¿Voy a ver una serie de Luis Miguel? ¿Qué me van a mostrar?’ Y cuando la vi en dos días me la devoré porque te empezás a interiorizar de la vida que tuvo este tipo y de la cantidad de conflictos que vivió desde que nació con su familia, su entorno y te va atrapando. Y bueno cuando me enteré que iba a estar en la segunda temporada fue increíble, le agradecí al Universo.
-¿Cómo obtuviste el papel?
-En febrero de 2019 mi representante me convocó para un casting para La casa de las flores en México. Yo había estado viviendo desde muy chico en el país y siempre había dicho que quería hacer algo, pero por una cosa u otra no se daba. Cuestión que en esa audición (que era para interpretar a un amante de Paulina) terminó quedando un español. En octubre de ese mismo año, empieza la elección de cast para Luis Miguel, la serie y resultó que el director del casting era el mismo, Luis Rosales, y se acordó de mí. La verdad que no lo podía creer. En la audición tuve que actuar esa polémica escena del primer capítulo en la que le digo a Luis Miguel que encontré una nueva fecha por seis millones y me quedo con el resto.
-¿Es cierto que si bien existió un ‘José Pérez’ en la vida de Luis Miguel, tu personaje es un híbrido de muchos?
-Mi personaje es cien por cien ficcionado, eso es importantísimo aclararlo. No soy un Cesar Bordón que tuvo que hacer de Hugo López o una Macarena Achaga que tuvo que interpretar a Michelle, mi personaje es un híbrido de muchos chupasangres porque en cuestiones de ficción, de dramaturgia, de guion siempre necesitás a ese que esté generando un conflicto permanente para hacer la historia aún más atractiva. Sería como una especie de Espíritu Santo, hay un montón de personas dentro mío [risas]. Aparte sino para hacer una serie de Luis Miguel necesitarías un elenco de 30 mil personas porque el tipo tuvo miles de personas a su alrededor, que le fueron fieles y que no.
-¿Cómo estás viviendo toda la repercusión que se armó en torno al verdadero José Pérez, que acusa a la serie de difamar su nombre y faltar a la verdad?
-Leí algunas cosas, pero yo siempre trato de abstraerme de todo eso. A mí me gusta que me conozcan por mi trabajo, no por mis opiniones. Eso me lo guardo para cuando me junto con mis amigos, con mi familia. Yo busco trabajar de lo que amo entonces si te tengo que hablar de algo te hablo de mi profesión, de lo que hice, de cómo lo compuse, de lo que me divertí jugando a ser Joe Pérez. El resto ya me escapa.
-Para un actor, ¿es más divertido ser el villano de la historia?
-¡Claro que sí! Es tan lindo jugar a ser alguien que no sos en la vida real. Está bueno porque te nutre más como actor ser el malo. Y la verdad es que este personaje me sorprendió porque lo fui descubriendo a medida que iba leyendo cada uno de los capítulos y veía que se volvía cada vez más interesante. De hecho, iba a estar en algunos capítulos, pero al director le gustó mi trabajo y estuve hasta el final. Eso me ponía contento, pero a la vez sentía miedo de no estar a la altura porque esta serie tiene un elenco tremendo y venía de una primera temporada espectacular.
-¿Y en la tercera temporada también vamos a disfrutar de las maldades de Joe o ya terminó tu participación?
-Mmm... lo tengo a Jorge Netflix acá atrás que no me deja decir nada [risas].
-¿Te hiciste amigos en el elenco?
-Sí, por ejemplo yo ahora estoy en DF, pero en unas horas me estoy yendo a la playa que me invitó Diego (Boneta), vamos a hacer una reunioncita allá. Pegué re buena onda con él y con Pablito Cruz, que hace de Patricio Robles, aunque todos son increíbles. Conocí a grandes artistas, realmente te dan ganas de ir a trabajar con compañeros así.
-¿Te tomó por sorpresa la repercusión que tuvo tu papel en la calle?
-Todavía no volví a la Argentina, pero obviamente tengo a mis amigos y a mi familia que me cuentan todo lo que está pasando y no puedo creerlo. En México, Luis Miguel es como Maradona y están todos muy pendientes de la historia entonces por ahí hago dos cuadras y ya me agarra un mexicano y me dice: ‘Devuélvele lo que robaste a Micky’. Pero bueno, son muy respetuosos, entienden que es un personaje de ficción y yo un actor que está haciendo su trabajo.
-¿Qué dice ahora ese papá que cuando le confesaste que querías ser actor te dijo: “Tinelli hay uno solo”?
-[Risas] Para mi papá fue difícil de entender esto de “querer ser actor” porque siempre se piensa eso de “se va a morir de hambre”. Y entonces me tiraba: ‘Tinelli hay uno solo’ y yo le decía: ‘Pero papá, Tinelli es un conductor de televisión. ¿Qué tiene que ver con la actuación?’ Pero él, contador, lo veía así como diciendo: ‘Son muy pocos los que realmente llegan’, pero por fuera de eso, siempre me apoyó. Tanto él como mi mamá siempre estuvieron en primera fila, bancándome y ahora están como locos porque Rosario es una revolución [risas]. Es muy lindo todo lo que está pasando y que puedan disfrutarlo. Esto los ayudó un montón sobre todo en estos momentos de pandemia porque son personas grandes y es una alegría para ellos. Aunque pensándolo bien, ellos siempre disfrutaron de todo lo que hice, en el fondo lo sé.
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