Jorge Martínez, entre un amor de película, un romance que terminó muy mal y tres hijos
El actor vivió intensas historias de amor, algunas de las cuales se convirtieron en escándalos de su época; al hacer un balance de su vida, aseguró que disfrutó lo que atravesó, aunque quedó muy dolido con Verónica Castro
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Aunque vivió romances escandalosos, de esos que llenan horas y horas en todos los programas de la farándula, Jorge Martínez siempre habló poco de su vida privada. A lo largo de su vida tuvo muchos amores, cinco matrimonios -no todos con papeles- y tres hijos.
Su primer gran amor fue María Cristina Rodríguez, a quien todos llamaban Titi, y falleció en 2020. Se casaron a finales de los 70 cuando el actor ya había hecho algunos éxitos en televisión y cine, y ella era una modelo muy requerida que había desfilado en Europa. En 1981 tuvieron a su único hijo, Jorge Emiliano, y poco después se separaron. Algunos dicen que el motivo de la ruptura fue Verónica Castro.
Un amor de novela sin final feliz
Lo cierto es que Jorge Martínez estaba casado con Titi y su hijo era un bebé cuando conoció a la actriz mexicana que vino a grabar Verónica, el rostro del amor. En la novela, en la que también estaba Martínez, los personajes de ficción se enamoraron al mismo ritmo que los protagonistas. Fue un escándalo y el romance llenó tapas de revistas en ese entonces: ella era la diva mexicana de las telenovelas más vistas y él, el galán más cotizado del momento.
Hace algunos años, Martínez dijo en Intrusos (América): “Con Verónica vivimos dos años juntos, ella trajo a su hijo a Mar del Plata cuando hicimos temporada. Y Cristian (Castro) tiene la misma edad de mi hijo Emiliano y se llevaban muy bien. Fue un amor muy importante en mi vida”.
Sin embargo, la historia no terminó bien, ella no tiene buenos recuerdos de esos años y el actor le contó su versión a LA NACION: “Mientras trabajamos juntos estaba todo bien, pero nuestra relación personal terminó mal. Después ella se fue a México, se cortó el romance y se terminó todo. Nunca más volvimos a cruzarnos, ni a hablarnos, pero quedó todo atrás. Es mi pasado”. En tanto, en una entrevista con Radio Nacional, dio otros detalles: “Estábamos todos muy bien y habíamos terminado juntos la novela. Fuimos a festejar, ella me propuso ir a México y yo le dije que no, que sin trabajo no iba a irme a México. Ahí se armó el lío, nos despedimos mal. Después me convocaron de México para la novela El extraño retorno de Diana Salazar con Lucía Méndez. Lucía y ella siempre fueron las dos stars de México. Yo no sé si eso no le gustó a Verónica o la puede haber afectado... No lo sé porque nunca más hablé con ella, ni quiero hablar después de lo que dijo; tuvo palabras muy fuertes y yo tengo familia”.
Recordemos que Castro lo acusó de “abusivo, mantenido y vividor” y dijo que él estaba casado mientras tuvo el romance con ella y que eso se lo había ocultado. Sin embargo, Martínez había asegurado que en ese momento él había alquilado una casa en Mar del Plata para ellos y otra para su hijo y su exmujer. “Yo estaba separado”, había aclarado. “Me dice mantenido... ¡La plata que me hizo gastar esa señora! Dice que me encontró en un bar junto a mi hijo y mi exmujer... ¡Si no nos dejábamos de ver! Estábamos todo el día juntos. Sí es cierto que he ido a la casa de mi ex a ver a mi hijo, pero eso es normal. Si hoy me la cruzo por la calle, no la saludo. Es muy fuerte. Son muchos años manteniendo una rectitud para que me ensucie de la manera en la que lo hizo”, finalizó.
Y grabando la novela El extraño retorno de Diana Salazar, el actor se enamoró de Lucía Méndez, aunque el romance fue fugaz. “Lucía fue excepcional conmigo, me abrió las puertas de México. Cuando hubo que elegir un galán que vendiera en Italia, me llamó”, recordó en Intrusos. La relación apenas duró unos pocos meses.
Para enamorarse bien hay que venir al Sur…
Otro gran amor de Jorge Martínez fue Raffaella Carrà, de quien el actor guarda gratos recuerdos. “Nos conocimos a través de los manager Ovidio García y Marrone, que la trajeron a la Argentina para hacer como quince funciones en el Luna Park y me propusieron protagonizar una película con ella. Y fue así, filmando Bárbara, en el 80, surgió el amor. Fue una pareja muy linda, pero con la distancia se rompió. Es un ser humano excepcional”, le dijo a LA NACION.
“Nuestras carreras nos unieron y también nos separaron. No nos separamos mal, ni con peleas, pero los dos teníamos un gran camino andado y ella no quería venir a los Estados Unidos, donde a mí me esperaban compromisos laborales, y yo tampoco me animé a irme a Italia y rehacer una carrera allá, pero quedamos amigo. Fue un amor intenso y descomunal. Tuvimos una relación de amistad antes del trabajo y cuando terminamos de trabajar ya éramos pareja. Tuvimos unos meses muy lindos. Tengo unos recuerdos muy maravillosos de ella. Era divina y fue una de las mejores relaciones de mi vida. Para mí era dinamita, increíble porque bailaba, cantaba, hacía las coreografías. Lo nuestro fue de verdad, algo auténtico. Muy fuerte. Esto fue en el 81, por ahí. Y yo estaba bien, había filmado en Los Ángeles, me había ido afuera a hacer una carrera internacional. Si yo me encontraba caído, ella me hablaba y era como si me hablara mi psicólogo. Tenía una humildad increíble... Estuvimos juntos más de un año hasta que ella se volvió a Italia. La última vez que la vi yo estaba siguiendo a Diego Maradona por Europa y la fui a ver a Roma después de haber estado en Buenos Aires tanto tiempo juntos... Fue mi última visita, aunque nos llamábamos todo el tiempo hasta que se fue dejando... Nos deseamos suerte mutuamente y quedamos como amigos”, recordó de esos años.
Una de las parejas más largas del actor fue la cantante y actriz Alejandra Gavilanes. Se casaron en 1991, apenas seis meses después de conocerse y se divorciaron en 1997. Él le llevaba 17 años, pero eso no fue problema; durante ese tiempo se mostraron siempre felices y sin escándalos. En 1994 y según las revistas del corazón de ese momento, buscaron ser padres pero no se dio.
La historia de amor de Jorge Martínez y Elluz Peraza también empezó en la ficción y terminó siendo real. Se conocieron en Miami, en 1999, durante el rodaje de La Revancha. Los dos tenían pareja en ese momento pero al poco tiempo se separaron y empezaron su romance. Se casaron en 2000 y aunque dicen que al principio querían algo sencillo, terminaron aceptando que un canal de TV televisara el evento y tiraron la casa por la ventana. Henry Zakka fue el padrino y Lucían Méndez cantó con Los mariachis. Se divorciaron al año siguiente.
El actor tiene tres hijos: Jorge Emiliano, de su relación con Titi Rodríguez, y Natalia, que vive en Barcelona, y Agatha, de su matrimonio con la actriz Graciela Gramajo.
Su último amor conocido fue en 2012, con Matilde Bonasera, cuarenta años menor. Entonces ella era vedette y se conocieron en la revista Salomónica, que encabezaba Beatriz Salomón en Carlos Paz. Bonasera había dicho en ese momento: “Jorge es un muy lindo tipo. Es un hombre con experiencia. Tiene mucho chamuyo y te hace reír. Es la clase de hombre que podría conquistarme“. Y así fue.
Hace dos años, el actor le dijo a LA NACION: “Pienso que tuve una linda vida, que disfruté esos momentos y ya no los extraño. Pero en 52 años de carrera me di todos los gustos. Viví una vida muy bien vivida”.
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