A los 22 años y con 18 de carrera, la actriz protagoniza el film que estará disponible el viernes en Star+
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Algunos actores trabajan durante años para encontrar ese papel que los convierta en estrellas. Hay muchos que nunca lo consiguen, claro, y otros que después de una década de esfuerzos dan con el proyecto que lo cambia todo. Algo así le sucedió a Joey King. Solo que en el caso de la actriz de los ojos celeste hielo y los labios rojo frutilla, la gran oportunidad le llegó a poco de cumplir los once años, seis después de su debut en pantalla.
Si, la protagonista de El stand de los besos, que ahora encabeza La princesa, el film que estará disponible desde el viernes en Star+, está a punto de cumplir 23 años y lleva 18 como actriz profesional. Nacida y criada en Los Ángeles, por impulso de sus padres King comenzó a participar de castings a los cuatro años y luego de grabar unos cuantos comerciales y aparecer en varias series y películas en papeles tan pequeños como ella, finalmente a los 10 años consiguió su gran oportunidad cuando la eligieron para protagonizar Ramona y Beezus (disponible en Disney+), un film infantil en el que interpretaba a Ramona, la traviesa e imaginativa hermana menor de Beezus, el personaje de Selena Gomez. Y como la cantante y actriz de Only Murders in the Building, King recorrió el largo y muchas veces arduo camino de la estrella infantil solicitada -que tarde o temprano deja de serlo- hasta la actriz adulta a la que no siempre le suena el teléfono.
Se sabe, el pasaje de la tierna hermanita menor a joven mujer con más historias que contar no suele ser sencillo para las actrices en Hollywood. Por cada relato de éxito y fama hay muchos cuentos de inocencia interrumpida, carreras arruinadas y vidas personales fuera de control. Por eso, el exitoso presente de King es una excepción que todos reconocen en la industria, empezando por ella.
“Todos sabemos que la industria no siempre es amable cuando un actor infantil quiere intentar empezar a tener papeles de adulto. En mi caso, creo que pude elegir algunas opciones que me ayudaron en ese pasaje y estoy muy agradecida por ellas”, dice la actriz en una entrevista vía zoom con LA NACION. Sonriente y dispuesta a la charla, King, a la que muchos reconocerán como la protagonista de la trilogía de amor adolescente El stand de los besos (disponible en Netflix), construyó una carrera sorprendentemente variada para una actriz de su edad. De cualquier edad, en realidad.
De películas como Loco y estúpido amor en la que interpretaba a la hija menor de los personajes de Steve Carell y Julianne Moore a la primera y exitosa entrega de El conjuro hasta a la temporada debut de Fargo, la serie inspirada en el film de los hermanos Coen (disponible en Netflix), King, explica que siempre elige los proyectos con su felicidad y no su carrera en mente. “Por ejemplo, cuando hice la miniserie The Act después de filmar la primera de El stand de los besos, me sentí muy agradecida de poder extender mis alas de una manera completamente diferente a la que se esperaba de mí pero, al mismo tiempo, también me hizo muy feliz volver a filmar las dos continuaciones de la película. Y eso es lo que quiero: seguir haciendo lo que me hace feliz en el momento. Mi carrera nunca se trató de una cuestión calculada sino de leer un guion y si no me gustaba no lo hacía y si me gustaba lo hacía. Así de simple”, cuenta la intérprete que consiguió una nominación al premio Emmy como mejor actriz principal en una miniserie por su trabajo en la mencionada The Act, la historia que exploraba el caso real de Gypsy Rose Blanchard, responsable del asesinato de su madre, Dee Dee Blanchard (Patricia Arquette).
La princesa que quería vivir
En esa búsqueda de proyectos inesperados y sorprendentes, King se topó con La princesa, un film dirigido por Le-Van Kiet, realizador vietnamita especializado en películas de artes marciales. “Cuando me ofrecieron el papel les pregunté si estaban seguros de que me querían a mí para interpretarlo. No sabía si podía hacerlo. Me parecía una locura pero al mismo tiempo una de las cosas que más disfruté de todo el proceso fue el miedo que me daba porque nunca había intentado hacer algo con artes marciales y escenas de acción. Tuve que aprender todo en el entrenamiento y fue muy difícil, pero justamente por eso me resultó tan gratificante”, explica la actriz que en los primeros quince minutos de la película se pelea a muerte -y gana-, con dos de los guardias que la vigilan y comienza su aventura para escapar de la torre en la que fue encerrada por el malvado príncipe Julius (Dominic Cooper), quien pretende casarse con ella para apoderarse del reino.
Una suerte de Rapunzel con las habilidades de una guerrera que dejará un reguero de magullados y desconcertados villanos a su paso. Con más patadas y puñetazos que diálogos, la King de La princesa está más cerca de una estrella de acción que de la heroína romántica que el éxito de El stand de los besos -y el interés de los paparazzi por su romance con su compañero de elenco, Jacob Elordi- hacía suponer en su futuro. “En el proceso de realización de la película me inspiró mucho la actuación de Charlize Therone en Atómica. Es que mi personaje está el 90 por ciento del tiempo metido en escenas de acción y no quería que el público sintiera que las peleas eran fáciles para ella, que no había riesgo real para el personaje. Como sucede en Atómica, quería que la princesa se lastimara, que la pasara mal, porque eso también hace que su triunfo al final sea más emocionante”, detalla King que ya está lista para un nuevo cambio de timón.
En los próximos meses aparecerá como uno de los rivales que se encontrará Brad Pitt en la comedia de acción Tren bala (se estrena el 4 de agosto en la Argentina), protagonizará el film de ciencia ficción Uglies y compartirá pantalla con Nicole Kidman y Zac Efron en una comedia romántica producida por Netflix. “Quiero seguir haciendo cosas variadas. Nunca me interesó quedarme estancada en un solo género. Me encanta desafiarme a mí misma, así que definitivamente verán algunas cosas raras sumándose a mi currículum. Sé que tuve mucha suerte con mi carrera hasta ahora y como planeo estar en esta industria por mucho tiempo más, solo voy a hacer las cosas que me den felicidad”, promete la actriz con una sonrisa y ese brillo en los ojos que lleva más de 18 años encantando a los espectadores desde la pantalla.
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