Jamie Lee Curtis habla sobre sus adicciones después de 20 años sobria
Pasaron veinte años desde el día en que Jamie Lee Curtis decidió enfrentar sus adicciones y comenzar una nueva vida. El momento clave ocurrió a fines de 1998, cuando la actriz estaba en la cocina de su casa y una amiga que se estaba hospedando allí la vio consumiendo pastillas y decidió enfrentarla.
Según relata Curtis en una entrevista con la revista Variety, ella acababa de tomarse cinco analgésicos junto a una copa de vino cuando escuchó una voz que venía de uno de los pasillos. "¿Sabés Jamie? Te vi con tus pequeñas pastillas y a pesar de que vos sentís que sos fabulosa y genial, la realidad es que estás muerta. Eres una mujer muerta", le dijo con sinceridad su amiga.
Fue en ese momento en el que todo comenzó a cambiar. "De repente alguien sabía. Yo había estado cultivando una adicción a los analgésicos por mucho tiempo, más de diez años", confesó durante la nota.
Unas semanas después, su hermana Kelly estaba parando en su casa cuando se lesionó y el médico le recetó analgésicos. Como no le gustaban los síntomas que le generaban las pastillas, Kelly dejó el frasco y no cumplió con la prescripción médica. A escondidas, Jamie recogió los medicamentos y los consumió sin que nadie se diera cuenta.
"Cuando se estaba por ir me di cuenta de que iba a encontrar la botella vacía, por eso le escribí una carta. 'Hice algo terrible, me robé tus pastillas, te pido perdón', puse. Esa noche al volver a casa estaba aterrada pensando que se iba a enojar mucho, pero me miró fijo, me abrazó y me dijo: 'Sos una adicta y yo te amo igual, pero no me voy a quedar viéndote morir'. Eso fue todo. No me dijo nada más".
En febrero de 1999, Curtis estaba leyendo la revista Esquire cuando encontró un artículo sobre la adicción a los analgésicos. En ese momento sintió que no era la única y decidió ir a su primera consulta para tratar la adicción. Desde ese instante, la actriz nunca más volvió a consumir.
"Yo era una adicta a las drogas y al alcohol pero sabía controlarme, nunca consumía mientras trabajaba, jamás tomaba nada antes de las 5 de la tarde. Era algo de la noche", confiesa hoy, al contar que ni siquiera su esposo sabía que consumía. "Asumir que sos un adicto es algo honorable, puede cambiarte la vida. La vergüenza es lo que hace que la gente se encierre en la enfermedad".
La actriz también reveló que al comienzo estaba asustada de que la reconocieran durante los tratamientos. "Tenía miedo de que alguien rompiera mi confianza, pero nunca ha pasado, por lo que era un miedo infundado. Se pueden hacer tratamientos en privado, porque hay personas que saben que las figuras públicas necesitan ese momento solos para poder enfrentar lo que les pasa y hablar de esos secretos vergonzosos sin que todos se enteren".
La decisión de hablar públicamente sobre sus adicciones llegó en un momento en el que Curtis sintió que no estaba mostrando su verdadero yo al mundo. "Estaba haciendo una entrevista en mi hermosa casa, con mi hermosa hija, mis perros perfectos, vistiendo ropa divina y todo se veía maravilloso. Parecía un cuadro de esos a los que la gente mira y dice: 'yo quiero eso'. Estaba hablando sobre crecimientos y cambios y ahí decidí decirlo".
"Llevo la sobriedad conmigo", asegura veinte años después de dejar de consumir. "He ido a reuniones de recuperación a lo largo del mundo. "Cuando estaba grabando Freaky Friday (Un viernes de locos, en la Argentina) usé un cartel en mi trailer que decía 'Reuniones de recuperación todos los días', y dejaba la puerta abierta por si alguien quería pasar. Probablemente ese haya sido el mejor grupo en el que haya estado".
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