James Corden fue prohibido de un restaurante de Nueva York por maltratar a los empleados
El comediante fue noticia por sus reiteradas actitudes violentas hacia el personal de un famoso local de Manhattan; tras la drástica medida tomada por el dueño del lugar, llegaron sus palabras de disculpas y la posibilidad de volver a ser cliente
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James Corden construyó su carrera en base al humor y a la música. Famoso por su divertido ciclo The late show with James Corden y por cantar en un auto con grandes estrellas en Carpool Karaoke, el comediante es uno de los elegidos a la hora de arrancar sonrisas. Sin embargo, hace unas horas su nombre se convirtió en noticia y no precisamente por hacer reír: fue echado de un famoso restaurante de Nueva York por maltratar a los mozos y trabajadores del lugar.
El encargado de contar la situación fue el propio dueño de Balthazar, un exclusivo resto en el Soho de Manhattan. A través de sus redes sociales, Keith McNally relató dos incidentes en los que Corden insultó a los trabajadores del lugar generando mal clima e incomodidad entre todos los comensales presentes. Estas actitudes reiteradas por parte del comediante hicieron que el empresario tomara una drástica decisión: “reservarse el derecho de admisión” y echarlo de su local.
“James Corden es un comediante enormemente dotado, pero como persona es un cretino. Y el cliente más tirano que ha tenido el equipo de Balthazar desde que el restaurante abrió hace 25 años”, escribió el propietario del restaurante, en un extenso posteo que acompañó con una foto del humorista.
Según el empresario, el mal comportamiento de Corden en reiteradas oportunidades lo llevó a tomar esta decisión. “No suelo ponerle 86 a un cliente, pero hoy le he puesto 86 a Corden. No me hizo reír”, confesó el chef mientras explicaba que un “86″ en el argot gastronómico significa que un plato no está disponible o que un cliente tiene vetada la entrada a un local.
E inmediatamente, McNally relató con lujo de detalles las dos situaciones en las que Corden maltrató a sus empleados. “En junio, James Corden estuvo aquí en la mesa 61 (...). Después de comerse el plato principal, le enseñó un pelo al gerente, que estaba mortificado. Corden fue extremadamente desagradable”, reveló el chef.
Sin embargo, lo que más indignó al empresario fue la actitud descarada y abusiva que tuvo el presentador luego de las disculpas correspondientes: “Le dijo: ‘Traenos otra ronda de bebidas ahora mismo. Y también nos vas a invitar a todas las que hemos pedido hasta ahora. Si no lo hacés, escribiré una mala crítica en Yelp o algo parecido”, agregó repitiendo textuales palabras de Corden.
El segundo incidente ocurrió hace apenas unos días cuando el presentador fue a desayunar con su mujer, la productora televisiva Julia Carey. “La esposa de Corden pidió una tortilla de yemas de huevo con queso gruyere y ensalada. Unos minutos después de recibir la comida, James llamó a su camarera, M. K., y le dijo que había un poco de clara de huevo mezclada con la yema”, relató el cocinero.
La cocina rehizo el plato pero una nueva confusión volvió a enloquecer al comediante: en vez de ensalada, la tortilla fue acompañada por papas fritas. “Fue entonces cuando Corden empezó a gritarle como un loco a la empleada: ‘¡No podés hacer tu trabajo! ¡No podés hacer tu trabajo! Tal vez debería ir a la cocina y cocinar la tortilla yo mismo!”, reveló el dueño de Balthazar mientras aclaró que el gerente del lugar les dio copas de champagne como nuevas disculpas.
Sin embargo, el empresario aseguró que no se tratan de hechos esporádicos sino que esta actitud de Corden es muy habitual. Al parecer, el entrevistador se habría comportado de manera similar en Café Luxembourg; un bar que McNally tenía años atrás.
Ante la repercusión que tomaron los dichos de McNally, el acusado rompió el silencio y pidió disculpas, aunque lo hizo en privado y no públicamente como la denuncia del chef. “Corden acaba de llamarme y se ha disculpado profusamente. Después de haberme molestado más que la mayoría de la gente, creo en las segundas oportunidades. Entonces si James Corden me deja presentar su programa durante nueve meses, rescindiré inmediatamente su prohibición de Balthazar”, bromeó el mediático gastronómico.
Y antes de que sobrevolaran las especulaciones, se puso serio y continuó: “No, por supuesto que no. Cualquier persona lo suficientemente magnánima como para disculparse con un vago como yo (y mi personal) no merece ser expulsada de ningún sitio, especialmente de Balthazar (...) Todo perdonado”.
Esta no es la primera vez que se habla de los modos agresivos de Corden. De hecho, es habitual encontrar enfrentamientos entre los usuarios de Instagram o YouTube sobre por qué para algunos el presentador no es tan querido. “Es falso y es demasiado arrogante. Trata a la gente como basura y menosprecia a cualquiera que no sea de su categoría o superior”, asegura la mayoría.
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