El actor de Cabeza borradora y Twin Peaks murió el 30 de diciembre de 1996 a los 53 años y hasta el día de hoy se desconoce la identidad del responsable
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El rostro de Marvin John Nance -quien luego cambió su nombre a Jack- estará por siempre ligado a uno de los fotogramas más icónicos de la historia del cine: el de Henry Spencer en Cabeza borradora, de David Lynch, el director con quien trabajó hasta los últimos días de su vida y con quien entabló una profunda amistad. Nance formó parte de muchos largometrajes del realizador como Duna, Terciopelo azul, Corazón salvaje, Carretera perdida, además de la película que ofició como precuela de Twin Peaks y la emblemática serie homónima de los 90. El relanzamiento de dicha ficción en 2017 estuvo dedicado a Nance y además Lynch produjo, hace exactamente una década, un documental en homenaje al actor titulado I Don’t Know Jack.
Por fuera de sus colaboraciones con el realizador, a quien conoció en 1970 (”Jack no estaba hecho para Hollywood, fue la persona más interesante que conocí”, expresó Lynch), el intérprete oriundo de Boston tuvo algunas participaciones en series como Crime Story y My So-Called Life, y en películas como la extraordinaria Barfly y la producción de culto de terror, La mancha voraz. De todos modos, su carrera siempre estuvo en sinergia con la de Lynch, tanto así que Carretera perdida fue su film póstumo, estrenado un año después de su muerte, acontecida el 30 de diciembre de 1996 y rodeada hasta la actualidad de muchos interrogantes.
Cinco años antes del suceso que lo llevaría a su muerte, Nance atravesó un duro período. El actor, quien se había casado por primera vez en 1968 con Catherine E. Coulson (con quien trabajó en Cabeza borradora y de quien se divorció en 1976), apostó nuevamente al matrimonio con Kelly Jean Van Dyke (la sobrina del reconocido comediante de 97 años, Dick Van Dyke) quien, cuando conoció a Jack pidió ser nombrada Nancee Kelly, ya que estaba trabajando en la industria del cine para adultos y tenía otra identidad. La primera vez que se vieron sintieron una profunda conexión, como contarían luego sus amigos. Tanto Jack como Nancee batallaban contra su adicción al alcohol y coincidieron en un centro de rehabilitación donde entablaron un vínculo muy especial a finales de los 80. Cuando salieron de allí con el proyecto de mantenerse sanos, formar una familia y encauzar sus vidas, decidieron casarse en 1991, un año que sería oscuro, trágico, lo opuesto a lo que la pareja había vislumbrado.
Nance estaba muy comprometido con su lucha contra sus adicciones y frecuentemente mantenía discusiones con su esposa, quien recaía constantemente. Con el correr de los meses, muy poco tiempo después de haber dado el “sí, quiero”, tuvieron una charla en la que llegaron a la conclusión de que iban a estar mejor si se divorciaban, esa decisión que ninguno estaba queriendo tomar porque el amor todavía estaba allí. Así, emprendieron rumbos por separado con todo el dolor del mundo y Nance retomó la actuación con su amigo Lynch y el papel de Pete Martell en Twin Peaks. Su exesposa, en cambio, nunca pudo recuperarse y el 17 de noviembre de 1991 se quitó la vida.
La muerte que Nance nunca pudo superar
De acuerdo a lo que informaron familiares en ese momento, Nancee estaba atravesando un agudo cuadro depresivo cuando se separó de su esposo y sus adicciones la llevaron a un punto del que parecía no haber retorno. La joven no lograba salir de esos episodios de oscuridad y le manifestaba su dolor a su hermano menor, Ronald, quien se comunicó con Jack Nance para contarle el estado de su exmujer. El actor de Cabeza borradora no dudó en llamar por teléfono a quien había sido el amor de su vida para intentar ayudarla a salir de esos momentos tan complejos.
En una de esas charlas, mientras Nance se encontraba filmando una película en California, Van Dyke le dijo que iba a quitarse la vida. En medio de esa conversación, se suscitó una tormenta eléctrica en Bass Lake, donde el largometraje Meatballs 4 se estaba filmando, y eso ocasionó que la charla se viera interrumpida. La desesperación de Nance fue tal -así como la certeza de que Nancee corría peligro- que le pidió al director de la comedia, Bob Logan, que lo ayude a contactar a un policía que fuera al departamento de su exesposa. Luego de varios intentos, un sheriff acudió al lugar y se encontró con el peor escenario: Nancee se había ahorcado en su domicilio. Tenía 33 años.
La culpa empezó a invadir al actor, especialmente luego de que la autopsia confirmara que Nancee se había suicidado luego de que la conversación se cortara debido a la tormenta. Si bien el entorno del actor le explicaba que bajo ninguna circunstancia él tenía que cargar con ese peso, cuando Los Angeles Times informó que uno de los motivos de la partida de Nancee había sido “el divorcio de su esposo”, Nance ya no era la misma persona. No volvería a serlo nunca. “Él no superaba la muerte de Nancee”, le contó a revista People el hermano de la actriz. Tras el suicidio de Van Dyke, Nance tuvo la primera de sus múltiples recaídas en su adicción, y jamás logró salir de ese pozo. El intérprete no solo dejó la actuación (más allá de algunas interpretaciones esporádicas) sino que se volvió un recluso. Cuando salía, iba a bares donde se involucraba en peleas y fue precisamente un enfrentamiento con un individuo lo que lo terminó llevando a la muerte.
Una pelea que sigue siendo un enigma
Un día antes de su fallecimiento, Leo Bulgarini y Catherine Case, amigos del actor, lo persuadieron a salir a cenar para intentar levantarle el ánimo. Cuando Case notó que tenía un moretón debajo del ojo, le preguntó qué había sucedido. “Me dieron lo que merecía”, le respondió el actor, para luego retirarse del restaurante porque le dolía fuertemente la cabeza. Ese “me dieron lo que merecía” serían las últimas palabras que sus amigos escucharon de él. Al día siguiente, Bulgarini fue a verlo a su casa de California y lo encontró sin vida en el piso del baño, el 30 de diciembre de 1996. Nance tenía tan solo 53 años. Cuando se le realizó la autopsia, se determinó que había muerto por un hematoma subdural, producto de un traumatismo de cráneo.
Cuando Case y Bulgarini se enteraron del resultado de la autopsia, rebobinaron a la noche anterior y recordaron que, antes de esas ominosas últimas palabras, el actor había mencionado un incidente que tuvo lugar en una tienda el 29 de diciembre por la mañana. Según el testimonio de sus amigos, Nance les comentó que estaba borracho, que se había puesto a discutir “con un grupo de jóvenes” y que esa disputa le provocó una caída que ocasionó ese golpe que sería letal. Con motivo de esa declaración, comenzó una investigación, ya que la causa se caratuló como homicidio. De esta forma, se interrogó a los testigos de ese enfrentamiento pero jamás se pudo encontrar al responsable de ese golpe que acabó con la vida del actor. Asimismo, la policía consideró la hipótesis de la venganza al tener en cuenta esa frase que Nance les dijo a sus amigos, pero no se pudo corroborar si el actor se había involucrado en una situación peligrosa antes del ataque o si estaba aludiendo a ese hecho aislado.
Cuando David Lynch se enteró de la noticia, no tardó en quebrarse. El director quería seguir trabajando con Nance en toda su carrera, e incluso quería incorporarlo a un proyecto que estaba comenzando a esbozar: Mulholland Dr.: El camino de los sueños. “Jack tenía algo muy especial y desde que murió que no lo encontré en ningún otro actor. Ninguno pudo replicar ese sentimiento que él generaba en mí. El destino quiso que yo lo conociera y eso me parece hermoso, el haber podido trabajar juntos. Lo amé como un hermano y lo extraño muchísimo”, declaró el cineasta en diálogo con The Quietus, en 2013, cuando también se lamentó por el desenlace de la vida de su amigo. “Jack podría haber ido al hospital luego de la caída, pero lo cierto es que él no era fuerte físicamente y dejó que ese golpe creciera y creciera”.
Para ese mismo artículo, Catherine Coulson, su primera esposa, también lo recordó con unas sentidas palabras. “Soy feliz por haber tenido esos años con él”, expresó la actriz. “Era un hombre muy amable, tenía un gran sentido del humor, era dulce”. Por otro lado, Catherine contó que Nance siempre fue una persona introspectiva que en raras oportunidades compartía lo que le estaba sucediendo o lo que sentía. “Lo mejor de amarlo a Jack era cuando me permitía el acceso a esas partes tan íntimas de su persona, pero no era algo que sucediera con frecuencia”, remarcó Coulson en esa declaración que se volvería un símbolo, una forma de aludir a ese fatídico 30 de diciembre de 1996 y esas palabras del actor a las que nunca se les pudo encontrar el verdadero origen.
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