Excepcional producción durante su viaje a Colombia como embajadora de Porcelanosa
"Mi amor…, mira qué cosa más bonita he dicho en la entrevista… Que cada viaje contigo es como una luna de miel”, le dice ella mientras acaricia su pelo. “¡Quien no te conozca, que te compre, mi vida!”, contesta él entre risas. Poco más hay que decir del momento que viven Isabel Preysler (66) y Mario Vargas Llosa (81). No hay una imagen más elocuente de esa permanente luna de miel que viven alrededor del mundo que esta nueva visita a Colombia. Aquí, en el corazón de Bogotá, la pareja desembarcó para protagonizar la inauguración de la nueva tienda de Porcelanosa. Y los dos cayeron rendidos ante el encanto de la ciudad. Es cierto que Bogotá no es una ciudad “de flechazo”, de amor a primera vista, pero tiene un misterioso encanto y conquista. En este lugar, casi lo primero que se aprende es a conjugar el verbo “salsear” (salir a bailar y quemar la pista con los ritmos más caribeños: vallenato, cumbia, reggaetón…). La capital de Colombia vibra y vive con la música en sus calles abarrotadas de autos y personas; un delicioso caos en la eterna primavera de una ciudad que parece feliz a juzgar por el número de sonrisas que se cuentan por metro cuadrado.
DESPACITO
De ese ambiente se dejaron contagiar Mario e Isabel. Y eso que tampoco pudieron escapar del primer impacto que provocan los 2600 metros de altura en los que se encuentra la capital. Así que en las primeras horas, como en la canción de Luis Fonsi, en Bogotá hay que vivir “despacito”. Superado el impacto, el novelista no quiso desaprovechar la oportunidad de salir a la calle y dejarse seducir por su oferta cultural, que comenzó por el Museo Botero. En su periplo, se quedó impresionado de cómo, a pesar del día frío, el calor humano sobrepasa todos los límites. El Nobel recorrió el museo y quedó impresionado por sus obras y fuertemente impactado por la cantidad de gente que lo había parado en su camino.
LA GRAN NOCHE
Pero el plato fuerte aún estaba por llegar, y era la gran noche de Porcelanosa, una fiesta como sólo ellos saben organizar y que se convirtió en todo un acontecimiento en Bogotá. La gran expectativa se tradujo en la presencia de casi medio centenar de prensa gráfica que luchaba por conseguir la mejor imagen de la pareja. Sin duda, no hay mejor prueba de la enorme fascinación que despiertan Isabel y Mario. Con más de cuatrocientas personalidades invitadas –entre las que se encontraban ministros, embajadores y principales empresarios del país, con especial mención al ex presidente de Colombia Andrés Pastrana, junto con su mujer, Nohra– y la presencia de los directivos de Porcelanosa, Silvestre Segarra y María José Soriano, y de Porcelanosa Bogotá, Mauricio Gómez, la empresa española marcó un nuevo hito al cortar la cinta de su espectacular tienda número 970.
PRÍNCIPE CONSORTE
La noche se recordará por las grandes muestras de cariño de Colombia hacia la bella socialité y el reconocido escritor, quien ya se acostumbró a las apariciones públicas de la “embajadora” de la marca: “Me toca ir a trabajar… de príncipe consorte”, decía con deportividad e ironía antes de dirigirse a la sesión de fotos que tuvo lugar en el Hotel Casa Medina. Con su fino sentido del humor, suele decir que para él es más fácil escribir una novela que participar en una sesión fotográfica. Precisamente el famoso escritor mencionó, a grandes rasgos, la dificultad de escribir una nueva obra. “Cada libro me cuesta más trabajo que el anterior. En otros oficios, la asiduidad da seguridad, pero en la literatura no funciona así. Las exigencias propias son cada vez más altas porque no quieres repetirte, y rivalizar contigo mismo se convierte en una dificultad añadida”.
También pudimos hablar con Isabel tras esta noche mágica y antes de que partiera rumbo a Perú, el otro destino estrella de su viaje con un significado muy especial.
EL LUJO DE VIAJAR CON MARIO
–Isabel, no parás de recorrer el mundo.
–Me encanta conocer sitios y culturas diferentes. Además, viajar con Mario es un lujo. Suele conocer a fondo los sitios a los que vamos y, si no ha estado todavía en ellos, siente una enorme curiosidad por todo lo que le pueden explicar y enseñar. Y como disfruta muchísimo viajar, está siempre de buen humor.
–¿Es la primera vez que visitás Colombia?
–En realidad, estuve aquí hace muchos años, esta es mi segunda vez. Tengo muchos amigos colombianos, aquí en Bogotá y también en Cali, en Cartagena… ¡Mario más que yo! Esta noche tenemos una cena con algunos de ellos.
–¿Cómo viviste esta visita a Colombia? ¿Qué lugares tuviste la oportunidad de conocer?
–Recorrí sólo Bogotá, pero me encantaría conocer Cartagena. Es una pena que ahora no tengamos tiempo para hacer ese viaje.
–¿Cómo fue la inauguración de la nueva tienda de Porcelanosa en Bogotá?
–La tienda es igual de espectacular que muchas de las tiendas que ya hemos inaugurado. Lo que destacaría es, sobre todo, la calurosa acogida que nos dio la gente de esta ciudad. Vivo con mucha ilusión sus logros de expansión y me encanta de alguna manera formar parte de ello.
LA VIDA EN UNA MALETA
–¿Cuántos lugares visitaron con Mario en los últimos dos años?
–Hemos cruzado el Atlántico muchas veces y el Pacífico casi otras tantas. Espero que bajemos un poco el ritmo porque ha sido tremendo. El año pasado nos reíamos cuando, en broma, decíamos que habíamos pasado más tiempo en el aire que en tierra. Era un chiste, pero yo creo que era casi verdad.
–¿Y qué lugares tenés previstos en tus próximas rutas?
–Me gustaría mucho conocer India. La verdad es que tenemos muchísimos viajes programados, más incluso de los que vamos a poder cumplir.
–¿Alguno en particular… de luna de miel?
–[Se ríe]. Como no vamos a tener luna de miel, no lo he pensado.
–¿No? Justo la siguiente pregunta era la del millón: ¿Habrá boda este año?
–No tenemos ninguna prisa. Es más, estamos fantásticamente bien como estamos.
–Y si no hay boda este año… ¿Habrá boda algún día?
–Somos muy felices así y, por el momento y a esta altura de la vida, no vemos la necesidad de cambiar nuestra situación.
–¿Quizá tanta expectativa te generó cierta sensación de agobio?
–No, ningún agobio. Lo que ocurre es que no entiendo tanta insistencia por parte de los demás.
–¿Te resistís ante la petición de Mario?
–No... Sólo me resisto a estropearlo. Estamos tan bien como estamos que no quiero tocar nada para que nada cambie. Es sólo eso.
–Aunque no tengas prevista una luna de miel, este viaje a Colombia habrá sido como un viaje de novios.
–Pues yo diría que cada viaje que hago con él es como una luna de miel.
–¿Y este viaje a Colombia concretamente?
–Sí, también.
–Debe de ser maravilloso poder compartir charlas con un premio Nobel. ¿Qué descubrís y aprendés de él?
–Me sigue sorprendiendo su humildad y su solidaridad con los menos favorecidos. Y su curiosidad, que yo creo, es la base de sus extensos conocimientos sobre política, historia, arte, filosofía… Es extremadamente inteligente y esa inteligencia le hace comprender y poder explicar cualquier tipo de concepto, por complicado que sea, con una enorme facilidad. Todo ese conjunto de cosas es lo que me maravilla de él cada día.
–¿Seguís sintiendo “mariposas en el estómago”?
–Estamos en un momento de mucha paz y felicidad.
UNA VIDA FASCINANTE
–Viviste y tenés una vida fascinante. ¿Este es uno de tus mejores momentos?
–Estoy viviendo un momento absolutamente inesperado a esta altura de la vida.
–¿Quién dirías que es la persona que mejor te conoce?
–No lo sé. Si le preguntas a Mario, te contestaría que es él la persona que mejor me conoce. Pero yo no estoy tan segura…
–¿Cuál es tu plan ideal de un sábado cualquiera?
–No me cuesta nada quedarme en mi casa. La verdad es que me encanta. ¡Y muchísimo más los fines de semana!
–¿Qué libro podemos encontrar ahora en tu mesita de luz?
–Patria, de Fernando Aramburu.
–¿Sigue Mario leyéndote sus manuscritos para conocer tu opinión?
–Sí, de vez en cuando… y la verdad es que me encanta.
“ME ENCANTA BAILAR”
–¿La pasión por la literatura es algo que descubriste a su lado?
–Con él vivo la literatura de forma mucho más profunda, mucho más cercana, pero con Miguel [Boyer era su ex marido, quien murió en 2014] también leía bastante. Le encantaba sentarse en un sofá a leer y yo, para estar a su lado, también lo hacía.
–Además de la lectura, en alguna ocasión vimos que les divierte mucho bailar juntos…
–A mí me encanta bailar. A Mario le gusta menos.
–¿Cuántas horas al día dedicás a cuidarte?
–Mucho menos de lo que piensa la gente. Tengo que agradecerle a la genética poder comer todo lo que quiero sin engordar. Pero tengo que reconocer que la disciplina y los cuidados son imprescindibles.
- Texto: Roseta L Del Valle
- Fotos: Antonio Terrón
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