Después de 7 años de vivir en Salta, la actriz se instaló con su familia en Montevideo para concretar un nuevo proyecto profesional; en una charla con LA NACION habló sobre su historia de amor y también por qué decidió no contestar a las críticas en las redes sociales
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MONTEVIDEO.– Cuando Isabel Macedo repasa los últimos años de su vida siente que forma parte de un guion de telenovela. En 2016, se enamoró a primera vista de Juan Manuel Urtubey, apostó por una vida familiar junto a él y sin dudarlo se trasladó a Salta, provincia que él gobernaba. Aquella decisión le dio calma y la oportunidad de abocarse al hogar y a la crianza de sus hijas, pero la alejó por un tiempo de la actuación. Sin embargo, su chispa artística seguía latente y no hizo falta más que una pequeña conversación con Cris Morena para que renacieran sus ganas de volver al ruedo.
En Margarita, la nueva historia producida por HBO Max, Macedo vuelve a interpretar a Delfina, la villana de Floricienta que conquistó al público dos décadas atrás. Embarcarse en este proyecto le dio la posibilidad de reconectarse con la magia de otros tiempos, pero también le demandó mudarse a Uruguay y, esta vez, los roles se invirtieron y fue Urtubey quien sin dudarlo la acompañó. En una conversación con LA NACION, la actriz detalló cómo vive su regreso a la pantalla, su rol de madre y su nueva vida en Uruguay.
—Con la maternidad hiciste una pausa profesional y ahora te embarcaste en un proyecto muy demandante que incluyó una mudanza a Uruguay, ¿cómo lo viviste?
—Yo estaba segura que quería seguir actuando incluso embarazada de Belita. Trabajé en Sandro de América y en una película, Franklin, que se estrenó el año pasado, pero fueron cosas tranquilas, que me llevaron poco tiempo. Yo sabía que Margarita era un proyecto muy exigente, pero siempre supe que tenía que hacerlo. Un día, mientras estaba esperando que me confirmaran si realmente iba a participar de Margarita o no, llevé al colegio a Belita y en el pasillo de la escuela empezó a sonar por todos los parlantes “Haz que tu cuento valga la pena”, la canción que yo cantaba en Floricienta. Se me puso la piel de gallina y me puse a bailar. Todas las maestras salieron de las clases re emocionadas, fue muy lindo.
Cuando Belita volvió a casa, me preguntó: “Mamá, ¿por qué sabías la canción que pasaban en el colegio?” y yo le conté que era de un programa en el que actuaba antes de tenerla a ella y que estaba pensando en volver a trabajar. Le dije: “Mi amor, antes de conocer a papá yo tenía otro trabajo”. Le expliqué todo, que me había ido a vivir a Salta y que el sueño de mi vida era formar mi familia y que ya lo había vivido. Que le había dedicado a eso todo mi amor y muchísimo tiempo de calidad desde que eran muy chiquititas y que ahora las veo llenas de amor y siento que están lo suficientemente seguras como para que yo vuelva a trabajar. Le pregunté si quería ver algo de lo que yo hacía, me dijo que sí, y le mostré cosas de Floricienta en el teatro. Para mí fue muy movilizante volver a vivir eso, no soy de consumir cosas que hice antes, nunca en veinte años había vuelto a ver nada de lo que había hecho pero sobre todo en las redes, el personaje seguía vigente y creciendo. Y mi hija me veía ahí actuando con todo ese peinado y ese maquillaje y me pudo entender. Me emociona. Vuelvo a casa de grabar con mi maquillaje de Delfina y por ahí ella está vestida de princesa y le resuena todo lo que yo hago.
—¿Te imaginás a tus hijas actrices?
—No tengo nada pensado para ellas. Siento que esperé el tiempo suficiente para ser mamá y quiero ser respetuosa. Uno nunca sabe quiénes son los bebés que trae al mundo. Cada una de mis hijas viene con su personalidad y su propio cuento para contar. Siempre me las imaginé a las dos como un papel blanco y quiero que ellas escriban su historia. Mi rol es de quererlas, saber abordar los temas que las atraviesan, abrazarlas, cuidarlas y amarlas desde el fondo de mi corazón.
—Hace unos meses a partir de una foto que subiste, aparecieron muchos comentarios negativos sobre el aspecto de tu beba en las redes sociales. ¿Cómo vivís la exposición sobre todo cuando quedan tus hijas en el medio?
—Siento que esos comentarios hablan del desamor del que lo hace. No siento nada. Lo que sí siento es mi responsabilidad a la hora de construir mi propia red que es la única que tengo y la única que manejo. Dentro de mi red no se habla así de nadie, ni de mi hija ni de nadie. Me alegra que sea chiquitita y que no pueda leer y que no escuche, pero sobre todo me alegra que ella sepa que tiene una mamá que habla bien y que no tiene por qué maltratar al otro porque el otro la maltrató a ella. Soy una persona que siente que hablando se entiende la gente y si no se entiende, no hay nada para hablar.
—Imagino que eso lo trabajan en equipo con tu marido.
—Sí, él es el compañero ideal y tampoco tuvo problema en acompañarme a Uruguay e instalarnos acá lo que dure el proyecto.
—¿Cómo te llevás con el mundo de la política, el mundo de tu marido?
—A él le encanta lo que yo hago y a mí me parece bien lo que hace él. Somos una pareja muy pareja y sabemos acompañarnos muy bien en todo.
—¿Les duele que Margarita se grabe en Uruguay y no en la Argentina?
—Sí, pero como parte de elenco te puedo decir que todos nos sentimos muy agradecidos y entendemos la elección. Es un momento difícil y no se están generando muchos proyectos. Eso es difícil para el productor y para el actor también.
Una villana exitosa
Hay villanos que trascienden los años y las pantallas y que en vez de generar desprecio y rechazo seducen al público, incluso por sobre los héroes protagonistas. Y eso es lo que se generó detrás de la malvada Delfina, el personaje que construyó Macedo en Floricienta y que regresará a las pantallas con la misma mirada ruin, pero con una nueva historia. Si bien era la antagonista del personaje de Florencia Berotti, su maléfica interpretación la volvió una de las más queridas por el público.
Margarita, la secuela de Floricienta, que se estrenará el año que viene por HBO MAX, no contará con Florencia Bertotti, la heroína de la primera versión de la historia, sino que el protagonismo quedará en manos de “Margarita” (Mora Bianchi), su hija de ficción, y de Macedo. “Margarita mantiene algo del espíritu de Floricienta, pero es una historia completamente nueva”, reveló Cris Morena a LA NACION. Graciela Stefani, que interpretaba a la madre de Macedo, también volverá a darle vida a su personaje, pero el resto del elenco se construyó con nuevos actores como Mery del Cerro, Rafael Ferro, Julia Calvo y un grupo de jóvenes promesas encabezado por Bianchi y Ramiro Spangenberg.
—Cris Morena te convocó para volver a interpretar a Delfina, ¿por qué crees que esa villana, que era completamente incorrecta sigue tan vigente y se ganó al público?
—Creo que es algo muy milagroso, muy extraño. La gente se acuerda y repite sus frases. La imitan y tratan de hablar de la misma manera, es muy raro que la quieran tanto habiendo sido un personaje tan malo. Me acuerdo que en esa época me cruzaba por la calle con nenes chiquitos que cuando me veían se ponían a llorar porque Delfina era muy mala con los nenes. Lo cierto es que las canciones de Floricienta se siguieron escuchando, la novela siguió transmitiéndose en distintos canales y hay clips en distintas plataformas digitales. Creo que todo eso ayudó a mantener al personaje vivo. Cuando me llegó la propuesta para mi la respuesta era sí o sí.
—¿Qué sentís al ver a tu personaje en las redes sociales subtitulado en tantos idiomas?
—Hay subtítulos y reproducciones de países de cualquier lugar del mundo. Fue una novela con la que salimos de gira por teatros de distintos países y la gente siempre nos recibió en todos lados muy bien. Lo vivimos de forma muy respetuosa y llena de amor. Pero, sin dudas, es algo muy fuerte.
—¿Las frases más icónicas de tu personaje fueron improvisadas como parte del juego o estaban en el guion?
—Un día llegué a la grabación con el tonito de “Alguien está en problemas”, la frase icónica del personaje en la cabeza. Estaba en plena escena con Florencia Bertotti y sentí que la quería rodear cantándole esa canción de forma amenazante. Se lo propuse al director de ese momento que era Martín Mariani y me dijo que lo pruebe y quedó. De pronto todos los fanáticos de la novela lo empezaron a incorporar. Todo el mundo repetía los movimientos de Delfina. Se hizo parte del color del personaje, no lo podía dejar de decir y lo empezaron a escribir dos veces por capítulo, creo que fue un acto generoso del director. A veces se te ocurren cosas y el director prefiere seguir el guion, pero en este caso lo autorizaron y fue muy lindo manejarse con libertad. La verdad es que cuando trabajás con buena onda las cosas siempre salen bien. Las frases más icónicas siempre salen cuando vivís con frescura cada momento.
—¿Se vienen giras de teatro con Margarita como fue con Floricienta?
—¡Ojalá! Es una experiencia muy espectacular. Es lo más parecido a ser una estrella de rock, de verdad. Hacés shows para 50 mil personas. Así que con este proyecto también se viene una responsabilidad, el mundo entero está esperando el lanzamiento. Es una historia que fue muy querida a nivel mundial.
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