Escoltados por sus cuatro perros, Juan Manuel Urtubey (49) e Isabel Macedo (43) nos reciben en la residencia Finca Las Costas, un paraíso en la localidad de San Lorenzo que desde 1995 funciona como residencia oficial del gobernador de Salta. La fabulosa casona que refaccionó su antecesor, Juan Carlos Romero, y desde hace diez años es habitada por Urtubey, está ubicada en una gran reserva natural hídrica de la provincia que cuenta con una privilegiada vista de los cerros y la precordillera. Puertas adentro, en un living ambientado en colores neutros, con sillones grandes y claros, el flamante candidato presidencial por Alternativa Federal y su mujer aprovechan que su hija de ocho meses, Isabel "Belita", duerme la siesta para tomar unos mates. Sobre una mesa se asoman fotos de la familia; en algunas están los cuatro hijos del gobernador, Marcos (25), Lucas (22), Mateo (19) y Juana (16) –fruto de su anterior matrimonio con Ximena Saravia Toledo–; en otra, Isabel y Juan Manuel el día de su boda, celebrada el 24 septiembre de 2016 en los jardines de esta casa.
Estar casada con un político nunca estuvo en mis sueños. Obviamente, quiero que él haga todo lo que le da felicidad. Yo prefiero ir paso a paso, todavía no fantaseo con la idea de ser primera dama
Con Isabel estamos viviendo la vida que siempre quisimos. Desde la noche en que nos conocimos ya nos dimos cuenta de que íbamos a estar juntos
–Se conocieron hace tres años en una comida entre amigos en común y siete meses después se casaron…
Juan Manuel: Estuvimos hablando toda la noche, me acuerdo que las horas iban pasando y ya se habían hecho las nueve y media de la mañana. Creo que en algún punto lo sabíamos, ya nos habíamos dado cuenta de que íbamos a estar juntos.
–¿Qué te hizo sentir eso?
Juan Manuel: Desde el comienzo, todo lo nuestro fluyó con mucha naturalidad y cuando nace un amor así, tan lineal, llegás al punto que no te quedan dudas de nada, sabés que la cosa va en serio.
Isabel: Esa primera vez que nos vimos a mí se me hizo todo muy familiar. Mi papá era jujeño, yo me crié allá hasta que tuve que empezar el colegio y nos vinimos a Buenos Aires. Entonces, todo lo que Juan Manuel me hablaba me resultaba conocido. ¿Viste cuando te reconocés en un lugar aunque no hayas estado? Así comenzó lo nuestro. Y charlando nos dimos cuenta de que entre nuestra familia y la gente que teníamos en común, de alguna manera siempre habíamos estado cerca uno del otro, aunque todavía no nos habíamos conocido. Juan Manuel me hablaba de su vida en el norte y de repente toda mi infancia estuvo presente en un segundo. Fue como estar con alguien que enseguida me conectó con una alegría del alma y ya no me quise separar.
–Una vez dijiste que estar con Juan Manuel te había cambiado la manera de entender el amor.
–Es que hasta que lo conocí yo pensaba, como muchas otras mujeres, que el amor te tenía que doler, tenía que trabajar, había que remarla… hasta que me di cuenta de que no tenía por qué ser así. Lo natural es que no te duela, lo natural es que el amor no te haga sufrir tanto.
Juan Manuel: Eso lo valorás recién cuando viviste un montón de otras cosas. A veces es necesario atravesar situaciones de dolor para abrirse a nuevas historias. La vida te va endureciendo y haciéndote creer que esto no es posible pero descubrís que sí puede ser, que se puede amar como uno sueña.
–Isabel, ¿te costó la decisión de mudarte a Salta?
–No, la verdad que no, aunque sabía que no iba a ser fácil. Cuando llegué ya me parecía un desafío integrarme a la vida de un hombre con cuatro hijos y eso era un vínculo que exigía una construcción. Para eso se necesitaba tiempo y como yo tenía todo el tiempo del mundo, me dediqué a hacer foco ahí. Cuando eso estuvo consolidado y yo ya me había adaptado a estos ritmos locos de la agenda de Juan Manuel, de despertarme y no saber en qué provincia estaba [risas], recién ahí me puse a trabajar en proyectos sociales.
–Y el año pasado nació Belita.
Juan Manuel: Es actriz como Isabel. En el momento en que vos no le das bolilla, hace que se va a ahogar y de repente tose para llamar la atención. Es una actriz en potencia. [Risas]. Y ahora está en la angustia del octavo mes. Se pone a llorar si te vas, pero si es ella la que sale afuera al jardín, saluda a todos y se va chocha.
–¿Qué es lo que te vuelve loca de tu hija, Isabel?
–Toda ella, entera me vuelve loca. [Risas]. Me despierto y todavía no puedo creer cómo está ella acá. ¿Entendés que tener un hijo es enamorarte de alguien enseguida? Belita fue soñada, creada y muy amada incluso antes de venir al mundo.
–¿Qué te gustaría enseñarle a tu hija, que a su vez aprendiste de tu propia familia?
Isabel: Una cualidad que heredé de mamá es el valor del agradecimiento, el ser consciente de todo lo que tengo; de valorar el lugar donde vivo, de este cielo estrellado, de los cerros. También me gustaría que heredara esa capacidad de adaptación que creo es una de las características que mejor tengo y eso lo aprendí de mi familia. Si estás tranquila y con la gente que querés, no importa el contexto.
Juan Manuel: Exacto, por eso sé que Belita va a crecer con un amor que inevitablemente la va a llevar a construir también su propia felicidad. No tengo dudas de eso.
–¿Cómo se descubrieron como padres con la llegada de Belita?
Isabel: Siento que soy bastante relajada en comparación a lo que creí que iba a ser. Si bien al principio me daba miedo perder mi libertad, nos organizamos para que ella pudiera adaptarse a nosotros también. Quiero que todo sea lo más normal posible porque no quiero dejar de acompañar a Juan Manuel también.
Juan Manuel: Y eso lo vivimos con mucha naturalidad y así como le damos su espacio a Belita para que juegue, ella aprende a acompañarnos en situaciones que tal vez no son tan divertidas para ella... Logramos vivir una vida donde no todo gira alrededor de la beba.
Isabel: Si queremos ir a comer afuera, vamos con la bebita aunque esté la artista cantando entre las mesas. Si llora, nos levantamos y la paseamos un poco hasta que se calme para seguir comiendo, porque nosotros queremos seguir teniéndonos. Yo no me quiero perder de él, ni él se quiere perder de mí; ni yo me quiero convertir en un monstruo que susurra todo el tiempo.
–¿Quieren tener otro hijo?
Juan Manuel: El otro día tuvimos justo una charla de eso. [Risas]. Pero nos subimos a un avión y ya cambiamos de parecer.
Isabel: La beba estaba congestionada y lloró todo el viaje. Y ahí pensé: "Eh, no sé si quiero tener otro ahora". [Risas]. Un rato antes, los dos estábamos a full; yo le decía a Juan Manuel: "Estoy para otro hijo; me gustó la experiencia, me gustó la panza, me gustó todo". Pero después del viaje, nos dijimos: "Mejor no. Esperemos un poco más".
Amo la libertad que él tiene para criar a sus hijos, para que puedan elegir lo que realmente quieren y no lo que les dicen los demás
DE DOS MUNDOS DISTINTOS
El jueves 3 de enero, Juan Manuel Urtubey anunció su candidatura presidencial y desde su residencia compartió su sueño político. "Creo que hay que animarse a cambiar en serio, animarse a construir una única Argentina hoy. Y hasta que no sellemos esta grieta no creo que podamos salir adelante", dijo.
Juan Manuel: Yo me formé toda la vida para ser presidente. Así como Isabel estudió para hacer lo que hace y es la mejor; yo, al margen de la función pública y mi profesión de abogado, me dediqué a formarme. El problema es que a veces pensamos que esto lo pueden manejar un par de chicos y chicas con buenas intenciones que tienen ganas y con buena onda y acá lo que se necesita es gente preparada. Me da lo mismo vivir de la política, lo que quiero utilizar es esta posición para mejorar la vida de la gente. Si logramos eso, buenísimo, y si no lo logramos, siento que habré hecho todo lo posible para generar un cambio.
–Isabel, ¿pensás que podrías convertirte en la próxima primera dama?
–Nooo. Soy malísima proyectando. Estar casada con un político nunca estuvo ni en mis sueños más remotos. Obviamente, voy a querer que él haga todo lo que le da felicidad, que pueda desarrollarse y poner en práctica lo que aprendió, pero paso a paso, todavía no fantaseo con ser primera dama.
–Comparten sus vidas entre dos mundos distintos, la política y el espectáculo. ¿Cómo están viviendo esto?
Juan Manuel: Es apasionante, para mí es un privilegio tener a alguien que tenga una vida tan intensa y vibrante… Somos de dos mundos distintos y sin embargo, logramos construir una vida juntos. Cada uno es feliz con los logros del otro, porque me parece que cuando hay amor en serio no hay lugar a ningún tipo de celos ni inseguridades.
–Isabel ¿pensaste en tomar clases de protocolo y ceremonial?
Isabel: No, la verdad que no.
Juan Manuel: En realidad, todo eso se fue acomodando a nosotros.
Isabel: Es que cuando sos normal, es muy difícil tratar de no ser vos. Una vez nos pasó que fuimos a una cena de gala y nos quisieron sentar en mesas separadas, a él le habían reservado un determinado lugar y a mí me pusieron en la otra punta. Y yo pensé: "Esto no me puede estar pasando". Entonces me acerqué a donde estaba él y le dije "¿vamos?". Y nos levantamos para irnos, y no es porque no queríamos hablar con otra gente, sino porque es tan poco el tiempo que tenemos que cuando coincidimos queremos estar juntos. Si vamos a ir juntos a la gala, estemos juntos. Yo no soy un adorno, eso está claro para nosotros. Al final de la historia, los organizadores acomodaron las mesas, todo el mundo se sentó separado y nosotros, juntos. [Risas].
Juan Manuel: Y justo cuando nos sentamos en la mesa, comenzó a tocar una banda y nos fuimos a bailar… porque nosotros siempre bailamos.
Isabel: Ah sí, nosotros bailamos mucho en casa. Todos los días, en algún momento, no importa la canción que sea, bailamos un ratito. Eso lo hacemos hace tres años, estemos donde estemos. A pesar de que esté en un contexto de cierta formalidad, mi cabeza no puede pensar que no se puede bailar. Si están pasando la canción "New york, New York", quiero bailar. Un poco se trata de pensar "qué lindo ser tan libre con tu cuerpo y tu alma". Hacer lo que querés hacer, en el momento que querés y no quedarte con las ganas de haber bailado. Lo más valioso que tenés es tu esencia, si vos tenés que cambiar eso, es raro.
–¿Qué admiran uno del otro?
Isabel: Lo que valoro un montón de él es el tiempo que da de su vida a estar con sus hijos, sin poner una excusa para no levantarse más temprano, ir a buscarlos y llevarlos al colegio todos los días de su vida. Él siempre busca la manera para estar con su familia y eso me enamora. Amo la libertad que tiene para criar a sus hijos, educarlos para que puedan elegir lo que realmente quieren y no lo que los demás les dicen.
Juan Manuel: Isabel tiene una personalidad formidable. Genera enseguida empatía con el otro y además tiene la virtud de empoderar a la gente todo el tiempo, lo hace conmigo, con las mujeres que conoce, con mis hijos. Ellos hablan de sus problemas con ella y no conmigo y le piden consejos a ella. Es terriblemente generosa y tiene una capacidad muy particular para acomodarse, con una gran velocidad y en cualquier contexto. La segunda mitad del año pasado Isabel estuvo recorriendo los barrios y conociendo emprendedoras del programa de finanzas inclusivas, con la beba a cuestas, seis horas por día.
Isabel: Fue duro, pero por otro lado quería estar; necesitaba ser parte. Es muy movilizador escuchar sus historias, acompañarlas y ver los cambios que tienen en sus vidas desde que acceden a un microcrédito para sus emprendimientos. En lo personal, me gustaba la idea de ser motor de un cambio, de ayudar… A mí me duele cuando dicen que hago política. Yo trabajo desde los 16 años y nunca hice política.
–¿Vas a seguir actuando?
Isabel: Si hay algo que me encanta, lo hago. Creo que una nunca tiene que dejar de hacer lo que le gusta. Con Juan Manuel somos muy respetuosos con el trabajo del otro y en esta casa no existe el "ahora este año es mío". La vida es de cada uno. Y la verdad es que a mí me encanta lo que hago, me apasiona. Siempre agradezco a Dios porque toda mi vida pude vivir de esto; me gusta lo que armé, cómo lo armé, me gusta todo lo que me pasó. Por eso en algún punto fue mucho más fácil decidir venirme a vivir acá, a un lugar que no conocía. Yo ya me sentía realizada.
Isabel tiene la virtud de empoderar a la gente todo el tiempo, lo hace conmigo, con las mujeres que conoce, con mis hijos. Ellos hablan con ella y le piden consejos
Con Juan Manuel, todos los días bailamos un ratito. Eso lo hacemos desde que estamos juntos hace tres años, estemos donde estemos
Otras noticias de Juan Manuel Urtubey
- 1
Shakira reveló el sorprendente rol que desempeñó Chris Martin tras su separación de Gerard Piqué: “Él estuvo ahí”
- 2
Claudia Villafañe: su mejor rol, por qué no volvería a participar de un reality y el llamado que le hizo Diego Maradona horas antes de morir
- 3
“Hoy está picante”. Jimena Monteverde reaccionó al cruce entre Mirtha Legrand y Roberto García Moritán
- 4
En fotos: Stephanie Demner y Guido Pella celebraron su boda con una exclusiva fiesta