Ira, violencia e improvisados guardaespaldas: Charlize Theron y Tom Hardy se odiaron en el set de Mad Max: furia en el camino
Este martes salió a la venta un libro que recopila todos los secretos de la controvertida filmación y la pésima relación entre los protagonistas
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Cuando la directora de casting de Mad Max: furia en el camino, Ronna Kress, vio a Charlize Theron y a Tom Hardy charlando en el estacionamiento después de la primera prueba que hicieron juntos, fue tanta la emoción que sintió al ver la química que existía entre ellos que terminó chocando su auto.
“Fue algo indescriptiblemente perfecto… Después de la videollamada, Tom, Charlize y yo estábamos en el estacionamiento. Los miré y se veían tan increíbles juntos... No había dudas en mi mente de que habíamos hecho lo correcto, y mientras me despedía de ellos, hice retroceder mi auto contra un poste y choqué. Charlize corrió, ‘Dios mío, Ronna, ¿estás bien?’. Le dije que sí, que solo los estaba mirando. Fue así de intenso”, contó. La anécdota, que Kress le contó a Kyle Buchanan forma parte del libro Blood, Sweat & Chrome: La salvaje y verdadera historia de Mad Max: Fury Road que este martes salió a la venta en los Estados Unidos.
Sin embargo, no siempre las primeras impresiones son las que cuentan. El mismo libro da cuenta, con otras vivencias, las voces de los protagonistas y de varios testigos, de la pésima relación que Theron y Hardy tuvieron durante todo el rodaje.
Buchanan reconstruyó minuciosamente la filmación de la cuarta película de la franquicia, que relata el encuentro y la travesía de Furiosa y Max Rockatansky en un mundo posapocalíptico. El film dirigido por George Miller fue una de las películas más taquilleras de 2015 y se terminó alzando con 6 premios Oscar. Sin embargo, los miembros del equipo que participaron del proyecto lo recuerdan como algo más parecido a una pesadilla que a un sueño.
La producción duró nueve meses y se llevó a cabo en el desierto de Namibia y Sudáfrica. En aquel contexto, la buena convivencia y la optimización del tiempo y de los recursos resultaba esencial, pero ninguno de los dos factores terminaron dándose. Además de sentirse totalmente aislados, los miembros del elenco recuerdan haberse frustrado en más de una ocasión con el método utilizado por Miller. Según contaron, era común arrancar el día sin ningún plan y sin guion. Muchas veces, se filmaban apenas unos segundos y otros, 14 horas seguidas de los que sólo quedaría en el metraje final medio minuto.
“Fue difícil esa situación para Tom. Fue fuerte verlo. Realmente tuvo momentos de frustración y de ira”, reveló Zöe Kravitz, una de las coprotagonistas. Y agregó: “Charlize también lo sufrió, pero siento que él fue quien realmente se desquitó más con George. Y fue un fastidio verlo”.
Enemigos íntimos
Si todo el elenco estaba de acuerdo con que el método del director no era el más cómodo, pronto los dos protagonistas se dieron cuenta de que sus estilos de actuación -y de encarar las escenas- era, también, insoportable para el otro. Hardy buscaba llevar cada escena al extremo, experimentando y pidiendo justificaciones para cada pieza de la coreografía. Theron, a su vez, se entregaba a las indicaciones del director y, al igual que sus compañeros, quería simplificar el proceso todo lo posible para terminar la jornada rápidamente, dejar de tragar arena y disfrutar de un buen baño.
“Éramos como dos padres en la parte de atrás del auto”, rememoró Theron. De hecho, gran parte de las escenas del film transcurren dentro de distintos vehículos, con ellos en la parte delantera y parte del elenco en la trasera. “Nos la pasamos peleando o directamente ni nos hablábamos. No sé cuál de las dos situaciones fue la peor... Y nuestros coprotagonistas tuvieron que lidiar con esa tensión. ¡Fue horrible! No era un ambiente de trabajo propicio. Me disculpo profundamente”, agregó.
Pero el momento más tenso no se vivió sobre ruedas. Una tarde, Theron y sus compañeros de reparto estaban listos para filmar, después de horas de prepararse en maquillaje y vestuario, pero no pudieron hacerlo: Hardy no apareció. Llegó tres horas después de lo convenido.
Theron lo llamó “irrespetuoso” y exigió que lo multaran con “cien dólares por cada minuto que tuvo a todo el equipo esperándolo”. El actor enfureció. “Él se acercó a ella y le dijo: ‘¿Qué me dijiste?’” recordó el camarógrafo Mark Goellnicht. “Era bastante agresivo. Ella realmente se sintió amenazada, y ese fue el punto de inflexión, porque luego dijo: ‘Quiero a alguien como protección’”, reveló.
Efectivamente, la protagonista tuvo, desde ese momento, a un miembro de la producción todo el tiempo junto a ella. Una especie de guardaespaldas improvisado. El problema es que aquel productor, Doug Mitchell, era totalmente indulgente con las actitudes de Hardy. “Llegó un momento en el que las cosas se fueron de control y me pareció que era mejor que ese lugar lo ocupara una productora. Mucho de lo que sentí que me venía de Doug fue: ‘Oh, al diablo. Solo lo diré'. Era un hombre que perdonaba a otro hombre por un comportamiento realmente malo, y no me sentía segura”, contó la actriz.
En efecto, quien en algunas ocasiones logró mediar entre los protagonistas fue la experimentada productora Denise Di Novi. Los coprotagonistas, en tanto, se resignaron a entender que la relación entre los actores era una especie de reflejo de la tensión constante que había entre sus personajes. Sin embargo, a la hora de hacer memoria, no todos coinciden.
Hardy asegura que jamás intimidó a su coprotagonista. “Charlize es una mujer intensa. Muy intensa, en realidad. En el buen sentido”, expresó. Y agregó: “Quiero decir... Mírala en Monster: no es alguien caminando tranquilamente por el parque. No podés evocar ese tipo de autenticidad sin tener una tremenda riqueza y habilidad artística. Es una actriz muy seria. Entonces, no; no entiendo por qué ella alguna vez se sentiría intimidada por mí o de alguna manera sentiría miedo. Creo que eso fue una tontería“.
Eminem y Gal Gadot, la pareja que no fue
Si bien la película es de mediados de la década pasada, la odisea de su filmación comenzó muchísimo antes. En rigor, esta cuarta entrega de Mad Max iba a filmarse dos décadas atrás, y es por eso que fueron varias las estrellas de Hollywood que se probaron para los roles principales. Para el papel de Furiosa, una de las favoritas era Gal Gadot, quien según la jefa de casting estuvo “increíble” en su prueba. También audicionaron Jessica Chastain, Ruth Negga y Gugu Mbatha-Raw.
Con respecto a “las concubinas” de Inmortan Joe, Kravitz, Rosie Huntington-Whiteley, Abbey Lee, Riley Keofgh y Courtney Eaton se impusieron ante tres superestrellas: Jennifer Lawrence, Rihanna y Margot Robbie. “Por lo general, los actores aparecen vestidos de manera muy informal... Pero... ¡Vaya! Rihanna se veía espectacular cuando entró”, rememoró Miller. “No estoy seguro de que ella estuviera al tanto del contenido de la película, así que se vistió como Rihanna, lo cual fue lo correcto”, reflexionó.
La primera opción del director para interpretar el rol que había hecho famoso a Mel Gibson -quien fue descartado por una cuestión de edad y por diversas controversias públicas- era Heath Ledger. De hecho, ya estaban iniciadas y encaminadas las negociaciones, pero el talentoso actor murió antes de que se concretara el proyecto, en 2008.
“La persona más importante en mi mente era Heath”, confesó Miller. “Cada vez que pasaba por Sydney, aparecía y hablábamos en general sobre cosas, y luego comenzamos a hablar sobre Mad Max. Lo perdimos, lo cual fue una lástima, no por la película, sino porque era una persona excepcional”, explicó.
Entonces, el realizador pensó en Michael Fassbender, Jeremy Renner, Armie Hammer, Eric Bana, Sam Worthington y Joel Kinnaman, pero fue otro intérprete el que comenzó a ganar posibilidades: Eminem. “Había hecho 8 Mile y lo encontré realmente interesante. Pensé: ‘Tiene esa cualidad’”, dijo Miller. El director consultó con Brittany Murphy, quien había trabajado junto a él tanto en Happy Feet como en 8 Mile y “no tuvo reservas para decir el maravilloso talento que tiene”.
Antes de que se definieran las locaciones, se especulaba con que el rodaje podía llevarse adelante en Australia. Con ese plan entre manos, el director intentó convencer al cantante, pero no hubo caso: no tenía ninguna intención de alejarse tanto de su casa.
La gran creadora
Nadie puede dudar del talento de Theron para transformarse en otra persona cuando se encienden las cámaras. Sin embargo, ese proceso comienza mucho antes. La actriz fue vital para la construcción de Furiosa. La idea era que la heroína de la historia luciera rastas platinadas y que tuviera tatuajes en la cara. “Más o menos, un disfraz que hacía que se viera más parecida a Barbarella”, explicó la actriz.
“En los guiones gráficos originales, Furiosa y muchos de los personajes tenían esas mandíbulas grandes y sonrientes tatuadas como en un avión de combate Spitfire”, reveló el artista especialista en prótesis Sean Genders. “Yo sentía que iba a ser icónico”, agregó. Sin embargo, Theron y la diseñadora de cabello y maquillaje Lesley Vanderwalt le declararon la guerra al cabello largo, insistiendo en que no era práctico para una guerrera como Furiosa.
“Llamé (a Miller) y le dije: ‘No sé cómo se las arregla en la sala de mecánica con todo este cabello’”, contó Theron. “Creo que necesitamos que me afeite la cabeza y ella tiene que ser un personaje más andrógino y con los pies en la tierra”, agregó. Las críticas y la taquilla le dieron la razón.
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