Hugh Jackman y Deborra-Lee Furness: cuando la diferencia de edad barre los prejuicios
Muy distinta a la de otros actores, en la historia de Hugh Jackman no hay nada demasiado especial. El australiano que batió récords encarnando al Wolverine de Marvel no fue un niño prodigio ni problemático, y nada de su vida personal previa a la fama es llamativo. Salvo, tal vez, que entre el tiempo que pasaba en la escuela y las playas de Sidney, este hijo de inmigrantes británicos siempre guardó el deseo de convertirse en un artista. Cuando cerca de los 9 años se animó a pedirle a su papá tomar clases de baile, sus hermanos lo cargaron tanto que desistió. Tal vez por eso, quien hoy se ganó el mote del "actor más amigable de la industria", decidió romper de golpe todos los esquemas de chico bueno.
El flechazo que lo unió hace ya 23 años a su mujer, Deborra Lee Furness, fue su arma secreta. Su amor por ella, suele decir, es una de las cosas más importantes de su vida. La fama, los Oscar, todo lo que vino después, está apenas en la superficie. "Debajo de todo eso, lo único que existe es un amor profundo y duradero por Deb", le contó a People TV hace algún tiempo. Las declaraciones sería unas más de tantas que nutren los chismes de la farándula a no ser por un detalle que nadie, desde entonces, parece querer omitir: su mujer es 13 años mayor que él. A Jackman, la relación le permitió trabajar su autoestima profesional y, de hecho, la carrera despegó a la par del romance. Pero lejos de servir de mera inspiración, no sólo la unión nunca se resquebrajó (y eso que el galán compartió cartel con las mujeres más deseadas de Hollywood) sino que además se fortalece. "Honestamente, lo nuestro se pone cada vez mejor", opinó él, enamorado, en esa misma entrevista.
Antes de todo esto, entre tanta disciplina inglesa en su crianza, Jackman tenía más de 20 años y un título universitario en Comunicación cuando decidió jugarse por la actuación. Pero la suerte estaba de su lado y no mucho después de egresar de la academia de arte dramático, en 1995, ganó un papel para la serie Correlli, en la cual, entre otras figuras de la televisión australiana, actuaba Deborra Lee Furness como protagonista.
"Deb era una estrella", recordó el actor. Jackman tenía 27 años y Furness, 40. Pero desde el día en que ella bajó sus lentes negros para mirarlo directo a los ojos y saludarlo, aquel chico debutante sintió que "se rompían las barreras". Aunque a Furness le pasaba algo distinto; más experimentada, se había prometido "nunca mas salir con actores". En el set, ella trató de no traicionar su promesa y él, desconcertado, se replegó drásticamente. Hasta que en una cena que ofreció en su casa para todo el elenco, envalentonado por unas copas que bebió de más, el futuro ídolo buscó quedarse a solas y le pidió a Furness que lo ayudara a servir el postre (Jackman padre le había sugerido hacer unos crepes suzette para impresionar). Sin embargo, fue Deborra la que dio el primer golpe. "¿Se puede saber por qué no me hablás más?", preguntó. "Es que estoy enamorado de vos", respondió Hugh. "¡Y yo de vos!", fue la confesión inesperada de la rubia. Un año más tarde, en 1996, se casaban en Melbourne.
Amor sin barreras
Jackman padre recibió la noticia de la boda con una pregunta para su hijo: "¿Se trata de una cuestión maternal?". Es que, al igual que la mayoría y en una lógica ciertamente pacata, el hombre no entendía por qué -más allá de la fama y la belleza de Furness- su hijo elegía a una mujer mayor. Y ató cabos: como la madre del actor había regresado a Inglaterra cuando Hugh tenía 8 años, tal vez se trataba enmendar una especie de trauma infantil. "'¡Pero papá!', le dije yo… 'Cuando conozcas a Deb vas a ver que más bien se trata de una cuestión paternal'", ironizó el artista sobre la anécdota, entrevistado por Oprah Winfrey.
Una vez casados, las cosas cambiaron drásticamente: la exposición de Furness menguó y fue Jackman quien empezó a figurar. Cantante y bailarín, además de actor, entre otros papeles en el teatro y televisión de su país, en 1998 cumplió uno de sus sueños de la infancia: actuar en el West End de Londres. Fue con el musical Oklahoma! (que luego se convirtió en película), que además de reconocimiento, le permitió ser descubierto por los productores de X-Men. Más allá del enorme golpe de suerte que resultó ser fichado por Marvel, a partir de allí las oportunidades y la vocación nunca fueron fáciles de combinar. "Cuando hacía teatro musical, no conseguía audiciones para cine; cuando era conocido por Wolverine, no me querían dar musicales", recordaba hace poco al diario El País.
Pero la jugada resultó más que bien y desde entonces no paró de cosechar éxitos y hacer fortuna, al punto que rechazó convertirse en James Bond (dejando la vacante para Daniel Craig) para seguir encarnando a Wolverine. Esa decisión le valió ingresar al Guiness por interpretar a un superhéroe de Marvel durante 17 años. En paralelo rodó, entre muchas otras, Swordfish, Van Helsing, Scoop (dirigido por Woody Allen), Australia (con Nicole Kidman), La fuente de la vida y Los Miserables, cuya actuación como Jean Valjean le valió un Globo de Oro y una nominación al Oscar. En paralelo, se dio el lujo de hacer musicales como The Boy from Oz (en Broadway, por el que ganó un Tony al mejor actor), ser la voz de varios personajes animados y hasta convertirse en anfitrión de los Oscar.
En medio de todo eso, en su matrimonio se daban otros desafíos. Por ejemplo, la paternidad: Furness y Jackman perdieron dos embarazos antes de adoptar a Oscar (2000) y a Ava (2005). "La etapa en que hicimos las fertilizaciones in vitro fue realmente dura, hasta que decidimos adoptar a Oscar. Presenciamos su nacimiento, ya que llegamos a conocer bien a la madre biológica. Deb y yo estuvimos de la mano, juntos, durante el parto", contaba a Oprah. Parte del compromiso de la pareja fue adoptar chicos de origen interracial: "Todos prefieren esperar para adoptar una nena rubia, mientras los chicos de origen interracial son dejados de lado".
La llegada de Oscar y Ava no sólo significó una realización para la pareja sino que se transformó en una verdadera causa de vida para Deborra, que desde hace años lleva adelante una fundación y distintas iniciativas para promover la adopción en su país natal. La pareja, además, colabora con distintas ONG vinculadas a la lucha contra el sida o la asistencia a refugiados, y Jackman es creador de la fundación Laughing Man, que comercializa café producido por campesinos de Etiopía.
Y hay otras batallas que el matrimonio enfrentó con entereza. Por caso, hace unos años el actor declaró sufrir de cáncer de piel. Además de aprovechar la ocasión para pregonar a favor del uso de protectores solares, con su optimismo a prueba de todo Jackman no pudo dejar de confesar que al momento de ser convocado para protagonizar El gran showman -el musical con el que conquistó un nuevo Globo de Oro como mejor actor y un Grammy por la música original del film-, su médico le había prohibido cantar a raíz de una reciente intervención en la nariz, para remover un carcinoma. Y que aunque él prometió cumplir y sólo recitar durante el casting, "la emoción de las canciones y del momento" lo tomaron por completo.
Además, en 2012, y luego de padecer varios actos intimidatorios y desagradables, el actor consiguió que la justicia estadounidense librara una orden de arresto contra Kathleen Thurston, una mujer que lo acosaba.
El hombre del año
Hoy, Jackman lleva adelante una gira por Estados Unidos y Europa con su espectáculo The Man.The Music, The Show, en el que interpreta temas de los musicales más famosos en los que trabajó. Con 50 años, puede darse el lujo de ser uno de los personajes más queridos y requeridos de Hollywood. Y nada, ni la fama ni el éxito, lograron desviarlo de lo que realmente importa: la familia.
Algún precio, sin embargo, siempre hay que pagar. Por ejemplo, Jackman suele hablar hasta el cansancio de la historia de amor que lo unió a su mujer, hoy de 63 años, como si se tratara de una hazaña. Con ella la cosa se pone un poco más espesa. De las pocas veces que la consultan para algo, siempre remarcan lo afortunada que es por haberse casado con el actor. "Como si me hubiera ganado una rifa", señaló con acidez en una revista británica.
También, claro, Furness bromea sobre algunos secretos para un matrimonio feliz, como haberle prohibido al manager de su marido aceptar papeles junto a Angelina Jolie o ciertos trucos de alcoba, como usar las garras de Wolverine en la cama.
Hace pocos meses, Jackman escribió una de las tantas declaraciones que hace a su mujer, con motivo de un nuevo aniversario de casados. "Deb, 23 años después… Lo nuestro es cada vez más profundo".
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