¿Hay vida más allá de Hogwarts? Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson y el desafío de escapar a la maldición de Harry Potter
Hace 20 años el mundo se puso a los pies de tres niños que debieron aprender a lidiar con la fama primero y a librarse de los personajes en la saga después
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¿Qué intérprete no sueña con ser protagonista de una saga de películas que rompa récords y genere admiración y fanatismo en todo el mundo? Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson conocieron la fama global antes de cumplir once años y durante una década crecieron frente a los ojos de todos como Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger. Sin embargo, el impacto que tuvieron esos papeles en sus vidas fue profundo y problemático, ya que el encasillamiento fue inevitable. Aún hoy, a 20 años del estreno de Harry Potter y la piedra filosofal, los tres tratan de lidiar, de maneras diferentes, con un legado que los acompañará toda su vida.
Aunque hoy es una de las franquicias más exitosas de la historia, la llegada de los magos creados por J.K. Rowling no fue sencilla. La autora, que tenía por ese entonces un moderado éxito entre manos, se aseguró no sólo de poder intervenir en cuestiones creativas sino que dejó en claro que deseaba que el elenco fuera de origen inglés o irlandés, a excepción de los personajes que tenían otra procedencia en los libros.
Fueron los directivos de los estudios Warner Bros. quienes consiguieron convencer a Rowling de que respetarían su voluntad y no harían con los personajes ninguna historia que no estuviera en los libros. El primer interesado en el proyecto fue Steven Spielberg, quien imaginó una película animada con voces de actores del momento. Como su idea no prosperó, se convocó a realizadores como Ivan Reitman, M. Night Shyamalan y Alan Parker, entre otros.
Y a pesar de que Rowling quería que fuese Terry Gilliam, finalmente la voluntad de Warner Bros. se impuso y quien terminó en la silla del director fue Chris Columbus, responsable de grandes éxitos familiares como Mi pobre angelito y Papá por siempre. Y mientras se armaba el elenco de figuras adultas, comenzó un extenso casting para el trío protagonista y el resto de los alumnos de Hogwarts.
La convocatoria para encontrar niños para roles de Harry, Ron y Hermione fue abierta y en todo el país, con la única condición de que debían ser ingleses. Luego de diez meses de búsqueda, finalmente Radcliffe, Grint y Watson fueron elegidos y firmaron contratos para hacer, en principio, una trilogía que podría extenderse si las películas eran medianamente exitosas… Vaya si lo fueron.
Convertidos en estrellas internacionales antes de llevar a la pubertad, los tres niños crecieron personal y profesionalmente en el set de las ocho películas que, juntas, recaudaron más de siete mil millones de dólares, convirtiéndose en la segunda franquicia cinematográfica más exitosa de todos los tiempos, por encima de Star Wars o James Bond, y sólo debajo de las producciones de Marvel.
Radcliffe llegó al papel gracias a la insistencia de Jamie Lee Curtis, con quien había trabajado en El sastre de Panamá, convencida de que algún día sería una estrella de cine. Los padres del niño no querían que estuviese involucrado en una gran producción, pero desde Warner Bros. se comprometieron a darle contención y un espacio para estudiar y crecer con otros niños.
“Luego de ver la prueba de cámara de Dan Radcliffe entendí que no existía nadie mejor para hacer de Harry”, aseguró Columbus años más tarde. Así comenzó la carrera de alguien que al terminar la saga ya tenía 22 años y quería dejar el estigma de niño estrella atrás: “Fueron diez años hermosos pero también muy largos. No creo que vuelva a ser Harry, fue una oportunidad hermosa poder crecer con su perspectiva, pero ya estuve mucho tiempo con el mismo personaje”.
De hecho, entre Harry Potter y la órden del Fénix y Harry Potter y el misterio del príncipe, Radcliffe probó suerte en el teatro con Equus, la clásica pieza sobre un joven obsesionado con los caballos. La obra tiene una escena en la que el protagonista realiza un desnudo total, lo que escandalizó a algunas fanáticas pero recordó que el intérprete tenía ya 17 años.
Finalizada su etapa como el joven mago, el actor siguió trabajando en teatro, donde se siente cómodo, y también continuó en el cine con films de mediano presupuesto, como Kill your darlings (2013), la recreación histórica de los comienzos de la generación Beat, y la versión de Paul McGuigan de Victor Frankenstein (2015). Tampoco se resistió al mundo de las series, y se sumó a la comedia Miracle Workers (2019) y al especial interactivo de Unbreakeable Kimmy Schmidt (2020), en Netflix.
Watson, por su parte, prefirió no trabajar mucho durante su paso por Harry Potter, aunque participó de un proyecto de la BBC y le puso la voz a la película animada Despereaux: un pequeño gran héroe (2008) y cuando terminó su etapa como Hermione se sumó a Las ventajas de ser invisible (2012) y el film de Sofía Coppola Adoro la fama (2013), sobre un grupo de jóvenes delincuentes que entra a robar en casas de celebridades.
Comprometida con el feminismo y defensora de causas humanitarias en sus redes, Watson decidió también ir a la universidad y no descartó abandonar el mundo del cine. Pero en 2017 Disney la convenció de ser la protagonista de la versión con actores de La Bella y la Bestia, uno de los films más exitosos de ese año. En 2019, interpretó a Meg March en la relectura de Mujercitas que hizo Greta Gerwig.
Finalmente Rupert Grint es quizá quien se mantuvo menos activo en la industria del entretenimiento. Él era un niño que soñaba con ser Ron -de hecho, envío una foto para el casting con un rap que escribió sobre el personaje, con sólo 10 años- pero trabajó mucho durante su era en Harry Potter aunque en producciones pequeñas o que no recibieron atención, como Cherrybomb (2009) o la película noruega Into the White (2012).
Cuando egresó de Hogwarts intentó triunfar en el mundo de las series sin demasiada suerte, y luego participó de obras de teatro en su país. Tras un par de años de pausa, regresó al ruedo en 2019 con la serie de Apple TV+ Servant, dirigida por Shyamalan, en la que actúa y también produce. Grint está casado y tiene una hija.
A dos décadas del estreno de Harry Potter y la piedra filosofal, Radcliffe, Grint y Watson aún luchan con los fantasmas del pasado, pero parecen reconciliados con aquellos personajes que los lanzó a una fama que posiblemente demoraron años en terminar de entender.
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