Hada, “botinera” o madre adicta: Juno Temple, una actriz que cautiva con su ductilidad
Juno Temple parece estar en todos lados por estos días. En medio de una pandemia global, con muchas personas alrededor del mundo casi sin salir de sus casas, la actriz británica afianzó su presencia en las pantallas.
En pleno 2020 se estrenó Ted Lasso, una sobresaliente comedia, protagonizada por Jason Sudeikis, en la que se lució como Keeley, un personaje que juega con el concepto de la “botinera”, para luego derribar los prejuicios que encierra esta etiqueta. Este mes llegó a Apple TV+ Palmer, la película protagonizada por Justin Timberlake, en la que asume el desafiante papel de una madre adicta a las drogas, cuyo amor genuino y aceptación por su hijo no son suficientes para darle el cuidado que necesita. Y el 14 de febrero estrenó en Starz la serie Little Birds, una adaptación de los cuentos eróticos de Anaïs Nin, en la que Temple es una de las protagonistas.
“Tengo mucha suerte en este momento”, dice la actriz, en una entrevista por videollamada con LA NACION. “Estoy en Londres filmando la segunda temporada de Ted Lasso, así que tengo mayor interacción humana de la que tuve en un año, con un grupo de gente a la que amo profundamente y la única complicación real es que me resulta difícil no poder abrazarlos. Me siento muy afortunada de poder estar trabajando y, además, interpretar a un personaje que le brinda tanta luz a mi vida es increíble. También estoy muy agradecida porque me siento segura porque nos están testeando regularmente, asegurándome que estoy bien pero además que no estoy contagiando a nadie, lo cual me hace sentir mejor. Así que en el comienzo de este año me siento muy agradecida por tener este trabajo, esta hermosa familia futbolera y este personaje lleno de luz que me toca interpretar, porque, sí, son tiempos muy oscuros”.
Algo de esa luz de Keeley, que parece una extensión del carácter alegre de la propia Temple, se cuela en las primeras escenas de Shelley, el personaje que interpreta en Palmer. Pero esa luz se apaga pronto y la actriz muestra su capacidad para encarnar a un personaje perdido y desesperado. La trama del film dirigido por Fisher Stevens se concentra en la relación de Palmer, interpretado por Timberlake, y Sam, el hijo del personaje de Temple, que queda a su cuidado luego de que ella se va sin aviso. Palmer es un hombre que tras salir de la cárcel vuelve a su pueblo y al hogar de su abuela Vivian (June Squibb), en cuyo terreno está estacionada la casa rodante en la que viven Sam y Shelley. La reticencia del hombre a cuidar a un niño que juega con muñecas y ama a las princesas que ve en los dibujos animados de la televisión, características que no son bien vistas para un varón, en una comunidad conservadora en la que los pilares son la iglesia y el fútbol americano, se va desarmando hasta convertirse en una verdadera relación de padre-hijo.
En pocas escenas, Temple conquista el desafío de construir a un personaje que genera empatía sin negar que sus decisiones y forma de actuar, atravesadas por su adicción, tienen consecuencias negativas en la crianza de su hijo.
“Cuando leí el guion tuve una reacción muy visceral, me conmovió mucho”, explica la actriz. “Empaticé profundamente con Shelley. No importa el tamaño del papel, lo que realmente importa es lo que haces en cada momento, igual que sucede en la vida. No importa si estás haciendo algo que van a ver millones de personas o si es algo que está sucediendo íntimamente en una habitación con una sola persona, pienso que se trata de dar todo de vos, hacer las cosas con honestidad y al máximo. Lo que me pareció hermoso de Shelley en la página dos es que ves a una mujer joven que todavía es como una nena y tuvo un hijo cuando aún no estaba preparada, ni tenía las herramientas para ser madre. Pero sí tiene las herramientas para ser amiga y creo que ella y Sam realmente son amigos. Ella lo ama muchísimo pero interactúa con él como un igual: juegan a las muñecas juntos, se disfrazan, bailan y cantan. Cuando se trata de la crianza que necesita un niño, ella no puede dárselo, no pudo desarrollarlo”.
No es casualidad que Palmer sea la segunda vez que Temple trabaja con Timberlake. Ambos protagonizaron La rueda de la maravilla, de Woody Allen, junto con Kate Winslet. Fue el propio cantante y actor quien le envió a Temple el guion de Palmer y le sugirió al director que ella era la actriz indicada para el papel de Shelley.
“Me impactó que luchara por mí para este rol”, dice la actriz, en referencia a Timberlake. “Es un enorme privilegio que un actor, que es un amigo pero también alguien que admiro como artista, piense en mí para un papel que implica un desafío de crear una pequeña vida. Me sentí honrada de que pensara en mí para eso y creyera que podía lograrlo. También me sentí nerviosa y asustada de no poder lograrlo. Amo trabajar con Justin, es un actor muy generoso que se involucra mucho en los personajes que interpreta y le importa realmente. Es electrizante trabajar con él. A veces incluso da todavía más de sí mismo cuando le toca estar fuera de plano y es increíble”.
La amistad que Timberlake logró con Ryder Allen, el actor que interpreta a Sam, es otra de las cosas que fascinaron a Temple de la experiencia de filmar Palmer. Por su parte, la actriz también estableció una fuerte conexión con el joven actor, con quien comparte escenas muy emotivas. Entender a un niño actor resulta fácil para Temple porque ella misma vivió esas experiencias.
La actriz nació en una familia artística, su padre es el director de cine y cronista fílmico de la escena punk británica Julien Temple (The Great Rock´n´roll Swindle, Absolute Beginners) y su madre es la productora Amanda Temple. Su primer trabajo como actriz fue bajo las órdenes de su padre en el film Pandaemonium y cuando tenía 15 años compartió elenco con Cate Blanchett y Judi Dench en Escándalo. Un año después trabajó en Expiación, deseo y pecado, de Joe Wright, y a partir de entonces no paró de actuar en cine y televisión, tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos. La prolífica carrera que construyó la actriz combina proyectos de directores reconocidos como Christopher Nolan (El caballero de la noche asciende), Martin Scorsese (Vinyl), Harold Ramis (Año uno) y Noah Baumbach (Greenberg); películas de gran presupuesto como Maléfica y su secuela (en donde interpretó al hada Thistlewit); series como Dirty John y films independientes como Afternoon Delight y Lost Transmissions.
“No creo que Ryder necesitara mis consejos, es un chico muy sabio y observador pero definitivamente compartí algunas cosas con él cuando me preguntaba algo”, señala Temple. “Hay algo con lo que me siento muy identificada con Shelley: me siento como una nena en muchos sentidos y tal vez sea porque empecé a actuar a tan temprana edad. Es como que continué mi universo de fantasía en el que estaba tan absorta cuando era chica. Así que cuando Ryder me preguntaba algo, yo le contestaba genuinamente y él me escuchaba como un igual. Fue una experiencia extraordinaria trabajar con él y disfruté de pasar tiempo juntos. Creo que nos sentimos muy seguros juntos. Una de las escenas finales, que te rompe el corazón, fue la primera que filmamos. Fue como poner mi corazón latiendo sobre la mesa y decir ‘acá estoy’, y Ryder me aceptó completamente. Fue un día muy especial”.
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