Guillermo Coppola y sus años con Diego Maradona: "No hay dinero en el mundo que compre la vida que él me hizo vivir"
"¿Esa casa era para Diego? Yo lo había acostumbrado a vivir bien. Él venía de Fiorito y yo de Constitución, y teníamos letrinas y no inodoros. La primera vez que me senté en un inodoro con botonera, en Rusia, pensé que podía volar. Tenía ducha fría y caliente, aire, hasta un botón que decía sopapa o enema, por si no tenías ganas. Y con Diego hablamos del inodoro y hasta vino al hotel a verlo", contó Guillermo Coppola esta tarde en Cortá por Lozano, en Telefe, con su gracia habitual a la hora de repasar anécdotas.
Con ganas de recordar y homenajear a Diego Maradona, rememoró experiencias compartidas. "Yo caminaba, dormía, comía, volaba con Diego. Difícil para cualquier humano ser Maradona. No lo podemos medir porque no lo somos y yo lo vivía de costado. Lo han metido en un baño para protegerlo del acoso. Era dificilísimo decirle no pero la estrategia era el juego. Por ejemplo, con Claudia le decíamos en Cuba, ¿vas a ir a caminar al Malecón con éste calor? Y él iba, porque hacia lo contrario. A veces salía y otras no".
Luego, Coppola se emocionó al hablar de la familia: "nunca perdí el contacto con la familia. Las chicas crecieron con el tío Guille. La unión que le faltaba se dio en Bella Vista el otro día y si él lo vio, se fue con la paz que necesitaba y buscaba. En estos días de tristeza recordamos bellos momentos. Sentí que le llevaba la mano hasta el último minuto y no se la solté. Y en una caminata, en éstos días, le dije a Diego: 'me fallaste'. Porque yo me tenía que morir antes: le llevo 12 años y siempre jugábamos con eso. Cuando iba a hacer una travesura decía: "¡cuidado el viejo!".
Los años en Cuba
Conmovido, Coppola también recordó los años vividos en Cuba. "Nos fuimos cuatro años y no teníamos posibilidad de laburar. El ahorrito que teníamos se iba. Teníamos cada uno su casa en el mismo predio y en la mía había sahumerios, perfumes y en la de él era como volver a Fiorito. Pero Fidel se sentía cómodo en la casa de Diego. Después de Cuba, Claudia, Dalma, Gianinna y Adrián Suar produjeron La noche del Diez. Y se vio un Diego espléndido. De esas cositas vivíamos", sonríe con nostalgia. "Un día, cuando volví a Cuba, no había ni bajado del avión todavía y Diego me llamó y pedía pizza. Éramos una pareja que compartimos cama sin sexo. Tampoco soy San Juan Bautista, pero siempre estuve al lado de Diego; desde el amor".
Guillermo Coppola rememoró también el momento que vivió en Punta del Este, cuando Diego se descompuso y estuvo al borde de la muerte. "Vivimos una situación límite. Cargué a Diego en la camioneta y lo llevé al sanatorio, no esperé la ambulancia. Y siempre puse la cara. En un momento metí en nuestro grupo a un muchacho, un vago como nosotros, pero médico y hoy es director de un hospital. Viajaba con nosotros, le daba la medicación, jugaba al golf con Diego. Estaba más relajado. Claro que pasaron veinte años....".
Sobre los últimos tiempos en la vida de Maradona, opinó: "Le estaba faltando la pelota y el pasto. Esta pandemia lo alejó de un mundo en el que cada domingo era otra vez Maradona. Y él gozaba de eso en cada campo que visitaba. Lo llenaba de alegría. Agregale la falta de la mamá y el papá. Y de Claudia, con quien estaba combativo porque dejó de ser de él. Era así. A mí me dijo que me iba a enmierdar porque dejé Cuba y me fui porque veía que ya no le hacía bien. No hay dinero en el mundo que compre la vida que él me hizo vivir. Hubo momentos en que no teníamos para comer pero, ¡quién nos quita lo bailado! No le podía dar más y me fui pato: yo tenía tres o cuatro autos y cuando me fui de al lado de Diego volví a manejar el Ford k de Analía Franchin".
Otra anécdota divertida que recordó Coppola fue el día que junto a Maradona visitó el Palacio de Buckingham. "Fue un aniversario del fútbol inglés pero la realidad es que la reina Isabel II quería conocerlo. Me acuerdo que en un momento Diego me dice: 'Coppola, decile a este narigón que me saque la mano del hombro. Y era el Príncipe Carlos. Diego odiaba que le tocaran el hombro... Me va a faltar Diego pero lo voy a tener siempre conmigo".
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