Gran Hermano con el desafío de subir los números del rating, ¿lo logrará?
En tiempos de TikTok, el reality busca revivir el alicaído prime time de la televisión abierta y deberá superar los 15 puntos para transformarse en un éxito
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Cuando John de Mol empezó a pensar en 1997 lo que sería luego Gran Hermano, nunca imaginó que el reality se adaptaría en más de 70 países y se iba a convertir en un género: la telerrealidad. El 16 de septiembre de 1999, en Holanda, un grupo de personas anónimas empezaron a convivir en una casa bajo la atenta mirada de decenas de cámaras. Por primera vez, quienes estaban en la pantalla no eran famosos, ni cantantes, ni actores y de un día para el otro, la TV comenzó a ser de los ignotos. La llegada de Gran Hermano marcó un antes y un después en la manera de consumir televisión.
Pero la famosa telerrealidad como tal no existe, ya que Gran Hermano tiene una biblia con pautas claras de cómo llevar adelante el formato día a día. Es televisión y como tal, tenía que cumplir con la espectacularidad que demandaban los televidentes de aquel entonces. Un antecedente interesante fue The Real World, en la pantalla de MTV en 1992, en el que un grupo de personas convivía en una casa y eran grabados y editados en formato semanal.
Gran Hermano llegó a la Argentina en 2001, de la mano de Telefe, con la conducción de Soledad Silveyra con 36 puntos de rating en la final que consagró a Marcelo Corazza como ganador. La elección de la actriz no fue casual. Un año antes, la cadena española Telecinco había estrenado con gran suceso la versión local y también había elegido “un sapo de otro pozo” para llevar adelante las galas. Mercedes Milá, de gran reputación periodística, fue quien, polémica mediante, dio el puntapié inicial a lo que se convertiría en un éxito de décadas en la televisión española.
El formato que permite a los televidentes espiar 24 horas la vida de seres desconocidos tiene todos los atractivos juntos. La posibilidad de mirar por el agujerito de la cerradura sin culpa alguna, el choque diario de personalidades que contrastan entre sí y, por sobre todas las cosas, el morbo que despierta ver encerrados a un grupo de personas por voluntad propia con los condimentos de un gran show televisivo.
En nuestro país, el reality tuvo resultados muy dispares en materia de rating. Las primeras tres ediciones que condujo Solita estuvieron entre los 29 y 36 puntos. Luego, en 2007, Telefe subió la apuesta y contrató a Jorge Rial para la vuelta de los hermanitos a la TV. La final que consagró a Marianela Mirra como triunfadora, luego de una jugada magistral contra el preferido de parte de la audiencia, Diego Leonardi, tocó una marca máxima de 50,1 puntos, cifras impensadas para la televisión de hoy.
No tuvo la misma repercusión la edición de famosos, que pasó sin pena ni gloria, pero el formato volvió a brillar con 30 puntos de rating en 2010 con Cristian U como campeón, un gran estratega, y la famosa frase de su novia al oído, en medio de la final: “No firmes nada con Telefe”. En 2012 Rial abandonó la conducción, en medio de un escándalo, cuando el canal decidió cortar el final de la gala de un domingo, por baja audiencia, para darle paso a Caiga quien caiga. Las últimas dos ediciones, de 2015 y 2016, fueron transmitidas por América, con números más cercanos a los 10 puntos.
En pocos días, regresará el reality a la pantalla de Telefe en una nueva era y en una lujosa casa de más de 2000 m2 y todo será registrado por 65 cámaras y 87 micrófonos. Además podrá verse las 24 horas a través de Pluto TV, el servicio gratuito de televisión por streaming de Paramount. Pero hoy los tiempos cambiaron y Gran Hermano tiene el desafío de seducir a una audiencia que pone sus ojos, durante horas, en los vivos de Instagram, Twitter y TikTok.
En un tiempo en donde todo el mundo busca ser famoso, aunque sea por un rato, con un video que se hace viral, un posteo ingenioso o un vivo sin censura, ¿podrá Gran Hermano acaparar la atención de los más jóvenes? Se sabe que en esta edición habrá personas mayores de 60 años, algo inédito en la Argentina y además, sumarán la prueba de “el líder” que se jugará de forma individual, semanalmente, y que consagrará a un participante que luego tendrá inmunidad por una semana.
La clave estará en el casting de los 18 participantes y en la manera en que elijan mostrar los conflictos, luego del antecedente de El hotel de los famosos, en donde el duro trato que algunos participantes le hicieron a Locho Loccisano provocó una gran suba del rating y potenció la polémica en Twitter.
El bajo rating de ¿Quién es la máscara? obliga a Gran Hermano a subir los números de manera furiosa, según los parámetros que espera Telefe. Para esto, el canal programó GH de lunes a lunes. El domingo será la gala de eliminación, el lunes un íntimo con el eliminado, el martes llega el turno de la prueba de liderazgo, el miércoles será la votación, el jueves habrá debate, y los viernes y sábados fiestas.
Si mide menos de 15 puntos, confirmará que ya no queda más rating para repartir en la televisión abierta, si logra superar esas cifras, tendremos hermanitos para rato.
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