Gisela Bernal, de regreso en el país, habló sobre su conflicto con Ariel Diwan: “El tiempo y la justicia me dieron la razón”
La bailarina, que vive en Italia junto a su esposo y su hijo, se metió también de lleno en el WandaGate y apuntó contra Mauro Icardi
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Gisela Bernal brilló en las primeras temporadas del “Bailando por un sueño”, se convirtió en la primera en pasar de ser acompañante a figura, fue una de las grandes figuras de Stravaganza y en pleno suceso se vio envuelta en un escándalo mediático y judicial por la paternidad de su hijo. Tras años de ausencia, regresó al país y no solo analizó el episodio que le tocó vivir sino que se metió de lleno en el WandaGate.
La bailarina acaba de llegar desde Italia para incorporarse al espectáculo Stravaganza 10 años, el autohomenaje que Flavio Mendoza montará en Villa Carlos Paz para su obra más emblemática. Ya instalada en Buenos Aires para encarar los ensayos de la nueva puesta, la bailarina brindó una entrevista a Catalina Dlugi en el programa radial Agarrate Catalina y brindó un pantallazo de cómo fueron sus últimos años en Europa, donde se radicó con su marido Eros Medaglia y su hijo Ian.
“Nuestro primer destino fue Bélgica. Junto a mi marido, que juega al fútbol, estuvimos en un club allá. Fue una experiencia que tuvo sus cosas buenas y sus cosas malas, porque es un país muy distante al nuestro, muy diferente”, comenzó relatando. Y continuó: “Luego, nos tocó irnos para Italia, un país con una cultura mucho más cercana a la nuestra. Él tiene claramente raíces bien tanas y por supuesto su pasaporte europeo, que es lo que le permite desarrollar su carrera futbolística allá. En Italia estuvimos dos años, súper bien. La verdad que fue una experiencia muy hermosa”.
La bailarina contó también cómo fue la adaptación de su hijo Ian, producto de su relación con su colega Francisco Delgado. “Mi gordito fue al colegio allá, aprendió un nuevo idioma que habla espectacular... Los tres construimos una hermosa familia. La verdad, estábamos muy bien allá, pero recibí el llamado de Flavio y a él me resulta muy difícil decirle que no”, reveló.
La decisión de sumarse a la nueva puesta supone el distanciamiento circunstancial con su marido, que debe permanecer en Italia. “Los contratos son bastante extensos en general en el fútbol. Entonces, él todavía tiene que cumplir y obviamente es un excelente profesional. Lo correcto y lo que hemos conversado es que yo tengo muchas ganas de volver a bailar, porque por la pandemia se cayeron varios proyectos laborales que tenía afuera, y él tiene que cumplir con sus obligaciones. Por eso está allá y nosotros acá”.
“Él juega en Napoles United y es dirigido por Diego Maradona Junior, nada menos. No creo que pueda venir hasta marzo, que es cuando ellos tienen vacaciones. Yo he venido varias veces y ya hemos estado separados, pero no mucho tiempo. Esta va a ser la primera oportunidad en la que vamos a estar separados tanto tiempo”, contó. Y luego aclaró: “Pero el amor está, somos una familia los tres”.
Bernal no pudo evitar referirse al conflicto que la tuvo como protagonista en 2015 junto a su expareja, el empresario teatral Ariel Diwan. Tras separarse en no muy buenos términos, el empresario comenzó a recorrer los programas de televisión para pedirle públicamente a Bernal que le aclarara si el pequeño Ian, que hasta ese año criaban juntos, era su hijo biológico.
El derrotero mediático tuvo su correlato en la Justicia. Y mientras Delgado se encontraba en la casa de Gran Hermano, se le realizó un examen de ADN que estableció que era él el padre de la criatura. La versión de Bernal era muy distinta a la de su expareja. Ella insistía en que tenían una relación abierta y que él siempre supo que el pequeño podía ser hijo de Delgado, pero nunca quiso constatarlo.
“Lo que sucedió fue que yo conté la realidad y la Justicia me dio la razón hace un montonazo de tiempo ya a raíz de la denuncia que él hizo en su momento”, explicó este sábado la bailarina. “Y quedé totalmente libre de culpa y cargo. Se terminó ahí. Y ahora, gané otros dos juicios en primera instancia por la casa que tenemos en común. Son tres juicios ganados. Por eso, me parece que es más difícil que la gente siga creyendo otras explicaciones”, indicó.
Con respecto a cómo la afectó aquel escándalo, Bernal reveló: “El haberme alejado físicamente me ayudó a sanar en cada poro de mi cuerpo. No la pasé nada bien y justamente por eso necesité un poco de espacio para reencontrarme conmigo misma y para poder sanar. Fueron heridas y dolores muy profundos. Fue una época muy intensa en la que la gente emitía su opinión, pero muchas veces esas opiniones no estaban basadas en la realidad, pero yo no podía ir por todos lados explicando la historia”.
“Dejé que el tiempo hable, que la Justicia hable y que las cosas se resuelvan por sí solas y caigan por su propio peso. Yo no engañé a nadie”, insistió. Y haciendo referencia a ciertos cambios de paradigma entre el momento en el que ocurrieron los hechos y el presente, analizó: “En ese momento, la mentalidad de la mayoría era otra. En 2021, me encuentro con gente que está pensando de manera mucho más igualitaria. Antes, el machismo no permitió ver que las cosas eran de otra manera. Mucha gente se sintió tocada por la historia. Hubo mucha gente ofendida en el ego, en general, obviamente, hombres”.
“Yo sé muy bien por qué Diwan hizo eso, pero me lo guardo para mí. No fue solo para herirme. También hay temas económicos. Siempre el problema es la casa que tenemos en común. Yo no pido ni más ni menos de lo que me corresponde, que es el resultado de mi esfuerzo, de mi trabajo y de los ahorros que yo he tenido durante toda mi vida”, indicó.
Bernal también reflexionó sobre el impacto que tuvo la historia en los medios y en los hogares: “Son cosas que siempre pasaron, pero que la gente tiende a tapar. La sociedad tiende a mostrarse más moralista de lo que realmente es. Hoy por hoy, que estoy mucho más sana, mucho mejor y más asentada, veo todo lo que ocurrió con el WandaGate y me parece una locura que el problema siempre lo tenemos las mujeres y somos siempre las malas de la película”.
Metiéndose de lleno en el escándalo que durante el último mes vienen protagonizando Wanda Nara, su esposo Mauro Icardi y la actriz Eugenia “la China” Suárez, agregó: “¡Pobrecitos! Los hombres siempre son a los que los llevan de las orejas a cometer el pecado... Nadie en esta vida orina agua bendita. Todos tenemos nuestra historia y está bueno hacerse cargo. Sobre todo, aprender de que en un primero momento puede parecer un error y en realidad es una oportunidad de mejorar nuestras vidas, de cambiar, de ser mejor. Si lo que triunfa entre ellos es el amor, van a estar juntos a pesar de las dificultades. Y en este caso la China, que fue muy incinerada, está en la posición de una mujer soltera. No creo que haya obligado a nadie a hacer algo que no quería”.
“Falta todavía que los hombres se hagan cargo de su parte. Es medio graciosa su postura a esta altura de la vida”, finalizó.
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