Dalmau: su relación con el jurado, la rivalidad con Caniggia y su mayor temor
El triunfador de la segunda edición del ciclo habló de lo que sintió cuando se consagró campeón, de su rivalidad con Alex Caniggia y de la relación con el jurado
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La de Gastón Dalmau es una vida de reseteos, de búsqueda permanente. Dar todo para llegar bien alto, y ahí cambiar de carril y empezar de nuevo. Es el inconformismo del inquieto, del que corre siempre detrás de nuevos desafíos.
Su camino se inició mucho antes de levantar el trofeo de campeón en la segunda edición de MasterChef Celebrity. Gastón comenzó a transitar pasillos y estudios de televisión cuando tenía 20 años, y de participaciones esporádicas en La niñera, Casados con hijos o Floricienta, saltó a la fama bajo la tutela de Cris Morena en la tira Casi ángeles y posteriormente como parte de la banda Teen Angels.
Sin embargo, terminada esa etapa, el actor decidió barajar y dar de nuevo mudándose a Estados Unidos y comenzar a trabajar en el cine. Otra vez arrancando de cero, con esfuerzo y el ímpetu que da un entusiasmo a toda prueba llegó a trabajar para Paramount Pictures y Marvel en películas como Tortugas Ninja 2: Fuera de las sombras, Doctor Strange o Capitana Marvel. Y cuando creía que su futuro estaba allá, una visita familiar a Coronel Suárez, reinició todo otra vez.
-¿En quién pensaste cuando levantaste el trofeo de campeón de MasterChef Celebrity?
-En la familia, en los amigos, en todos los que estuvieron alrededor mío en este camino largo e intenso. No lo podía creer. Imaginate que yo había vuelto a la Argentina para ver a mi familia, tenía incluso pasaje de vuelta. Pero me llamaron para ofrecerme esto, y dije “¿Por qué no?”. No lo dudé mucho. Yo había visto varias temporadas del MasterChef de España, y era un programa muy bueno. Además, desde mi perspectiva también lo ví como una forma de estar más tiempo cerca de los afectos.
-Orgullo personal y también familiar.
-¿Qué te parece? Para mi familia ya fue un orgullo verme volver a la televisión argentina, además de tenerme más cerca de ellos. Lo mismo mis amigos, que me mandaban recetas a cualquier hora de la madrugada: “Fijate que recién me apareció esto en Instagram, por ahí lo podés hacer”. Si bien era yo el que daba la cara en cada gala, fue un trabajo de equipo, los afectos diciéndome “dale, que falta menos”, cuando veían que me caía. Porque llegó un momento en que estaba agotado, no podía más ni sabía qué más inventar. Fue un ritmo muy intenso que no me ví venir cuando me contrataron. “Son seis horitas por día, va a ser re liviano”, me dijeron pero no. Por lo visto sigo siendo un poco ingenuo [risas].
-Bueno, Georgina Barbarossa dijo varias veces que le costaba dormir, que estaba muy nerviosa sobre el final de la competencia.
-Nos pasó a todos, no fue fácil para ninguno de nosotros. Cande (Vetrano) también sobre el final estaba muy cansada. Los últimos días de grabación no dábamos más, creo que se nos notaba hasta en la cara.
-El problema de salud que atravesaste tuvo que ver con eso.
-Creo que fue una sumatoria de nervios, estrés y de cómo yo me tomo las cosas. Soy una persona ansiosa, nerviosa, y a veces por algún lado salen esas cosas. Ese día me acuerdo que era un miércoles y se grababa la eliminación. Yo estaba en el balcón. Fui a hablar con producción, les dije que me sentía medio descompuesto, pero me dijeron: “Tranquilo, que como estás arriba no pasa nada”. Pero al otro día me levanté peor, con dolor de cabeza, dolor de cuerpo. No era solo un dolor de panza, tenía el estómago todo inflamado, estuve jodido, jodido. Fue una gastroenteritis aguda.
-Pero ante esos síntomas lo primero que pensaste fue que era Covid.
-Claro, llamé enseguida para que me vengan a testear porque me asusté mucho. Encima acá en casa estoy solo, así que hablaba con mis amigos que viven cerca y les decía: “Si en dos horas no te escribo, llamame, o vení a golpearme la puerta”. Me empecé a sentir mal ese miércoles y hasta el domingo no me moví de la cama.
-¿Cuánto de ese carácter explosivo que se vio en la competencia es real, y cuánto fue potenciado por la edición?
-No me gustó verme tan enojado en el programa pero bueno, también soy así. Hay veces que pasa algo y me caliento mucho. Es cierto que al ver todo un día de grabación resumido en tan poco tiempo parecía más. Muchas de las cosas que me iban pasando y me hacían ir levantando temperatura no aparecían en la edición, entonces vos veías el momento en que explotaba. En mi vida a lo mejor hay algo que me saca, pero a los diez minutos ya me olvidé y se me pasó. Pero en el momento tengo que hacer catarsis.
-Yo me imaginaba que terminaba la grabación y te ibas furioso.
-No, para nada. Yo lloro de alegría, de tristeza, de calentura, pero al rato pasa. Me voy a casa, me tomo una cervecita y al día siguiente vuelvo con la mejor onda.
-Otro aspecto que se subrayó en vos durante el ciclo fue el carácter competitivo.
-Siempre lo fui. Cuando sos actor y hacés audiciones, estás compitiendo con otros que quieren el mismo personaje que vos. Si te presentás a un laburo querés quedar vos, no querés que quede el de al lado.
-Pero como le decía Ricardo Darín a Gastón Pauls en Nueve reinas, vos jugás con la ventaja de tener “cara de bueno”.
-[Se ríe]. Es verdad, por eso también llama la atención cuando me ven recaliente, dicen: “Uh, mirá cómo se puso”. Igual, los días que estuve enfermo hice un cambio de chip. Al principio tenía miedo de irme en la primera semana, que es lo peor que te puede pasar. Pero mientras me estaba recuperando pensé: “Yo a MasterChef fui a divertirme, a pasarla bien”. La enfermedad me hizo cambiar la cabeza y la forma de ver la competencia. Soy re profesional, pero la salud es muy importante.
Su rivalidad con Alex Caniggia
-¿Los choques con Alex durante el programa fueron reales o parte de un juego?
-En cámara nos chicaneábamos a propósito pero después nos cagábamos de risa. Siempre me llevé muy bien con él. Lo que sí te puedo asegurar es que no fue planeado, se dio. Al principio yo no quería entrar en ese juego, pero después no me quedó otra, porque tampoco iba a dejar que se estuviera burlando de mí todo el tiempo, así que entré a darle yo también.
-Claro, una cuestión de defensa propia.
-Además empecé a entender que él sabía y sabe manejarse muy bien en un reality y yo no. Al principio llegué a pensar que si lo cargaba, sus seguidores me iban a odiar. Después dije: “Ya está, no voy a pensar en los de afuera sino en lo que estamos haciendo nosotros”. Para mí fue un tema de aprendizaje, mientras él ya lo tenía clarísimo.
-¿Y cómo era la relación de ustedes fuera del programa?
-En persona es un pibe divino. Cuando se prende la cámara tiene el chip de personaje, que lo sabe hacer y lo maneja muy bien. Es más, al principio le decía: “Mirá que cuando me preguntaron de vos dije esto”, y él me contestaba: “Decí lo que quieras, vamos a jugar”.
-¿Te explicó por qué decidió abandonar la competencia?
-No, y tampoco estuvo nunca en el grupo de todos los participantes. Le mandé la solicitud pero no la aceptó. A lo mejor imaginó que se acercaba su eliminación y por eso se fue. O por ahí no quiso verse vulnerable en la despedida con el jurado. Él es canchero, jodón, pero esa parte no la muestra. Alex tiene esa coraza porque no debe estar acostumbrado a involucrarse emocionalmente o sentimentalmente con un grupo. Es más de hacer lo suyo e irse a su casa.
-En caso de seguir, ¿lo veías como finalista?
-Sinceramente no, ni siquiera entre los tres o cuatro últimos. Alex nunca terminó de ponerse las pilas con aprender a cocinar, él estaba más por el lado del personaje y del juego. La pregunta es hasta dónde podés sostenerte en una competencia de cocina solamente con un personaje. Aunque es verdad que, a partir de lo que habíamos creado en el programa, me hubiese gustado que se diera una final entre los dos.
El apoyo del jurado y del público
-¿Qué relación te quedó con el jurado?
-La mejor. Ahora se está armando una comida en lo de Donato De Santis, y Damián Betular me escribió y me dijo “ahora sí te puedo empezar a seguir”. Fueron muy importantes para todos nosotros. Germán Martitegui era el malo, Damián el gracioso y Donato estaba un poco en el medio de los dos. Pero empezaron los tres a sacar armas de actuación, y eso le ponía un poco de sazón al día. Porque si ellos no te tiraban esa buena onda y alegría, o se prendían a hacer esas pavadas, para nosotros se ponía más dramático todo.
-En esta temporada quien mejor explotó esa faceta fue Betular, con el que también generaste un vínculo muy atractivo.
-Damián tiene un timing con la cámara y un juego con el público que está buenísimo. Es muy rápido y hábil para hacerte pelota con una devolución, pero de una forma muy graciosa. No hay dudas de que Betular es un personaje para la televisión. El ida y vuelta que teníamos con él era genial, porque yo también entendí el juego que tenía conmigo.
-¿Eran de hablar fuera del programa?
-No, nos veíamos ahí pero ahora seguro va a ser distinto. Donato ya nos dijo que nos quiere regalar un libro a cada uno, y con Cande queremos organizar para salir a comer y a tomar algo con Damián, con la chica que labura con él, con mis amigos porque quedó una muy buena onda. Después de las grabaciones nos vimos más, y siempre quedan cosas para charlar.
-¿Sentís que ser campeón de MasterChef Celebrity es una suerte de reivindicación con la televisión argentina después de casi diez años viviendo en Estados Unidos?
-Y, es muy loco. Fue algo tan increíble y tan lindo para mí. Vos pensá que yo venía de una tira adolescente y de una banda teen, y ahora recibo videos de nenitos que están cocinando y me mandan su apoyo. Y me dicen “Gastón”, no “Rama” como antes, que me identificaban más con un personaje.
-Tal vez son los hijos de aquellos fans.
-Me pasó. A veces iban a esperarme a la puerta del canal, y venían con sus bebés. Es muy loco porque siguen estando. Y eso que por la pandemia no lo pude comprobar mucho porque casi no salgo, pero en lo poco que pude andar fue increíble el cariño de la gente. Me dieron mucha fuerza, y este triunfo es también es gracias a ellos. Yo llegué a trabajar en efectos visuales de Marvel estudiando por mi cuenta, lo que logré en MasterChef Celebrity fue practicando en casa. Si sentís la pasión, nada te para.
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