Gastón Dalmau: de su vida en Los Ángeles a su regreso por MasterChef Celebrity
Cuando se despidió de Casi Ángeles y Teen Angels, en 2012, Gastón Dalmau sintió que necesitaba dar un paso al costado y alejarse por un tiempo de los años de exposición, popularidad y locura. Viajó a los Estados Unidos, se instaló en Nueva York y se permitió probar suerte. Le fue bien: se mudó a Los Ángeles y trabaja en Marvel. En estos nueve años hizo trabajos de producción y de efectos visuales en tres películas de Marvel: Capitán América: Civil War, Doctor Strange: hechicero supremo y Capitana Marvel. En diciembre pasado regresó para visitar a su familia luego de un largo año de pandemia y también para sumarse a la nueva temporada de MasterChef Celebrity (Telefe), que empieza hoy a las 22.30. “Me convocaron una semana antes de viajar y como soy fan y veía el formato, me entusiasmé. Pensé que está bueno pasar un tiempo en Buenos Aires y estar con la familia y los amigos que hace tiempo que no veo. Además vuelvo a la pantalla chica y en un reality que nunca imaginé hacer en mi vida y de cocina menos. Me cerró todo y acepté. Me divierte la propuesta y, de paso, disfruto un tiempo acá, y cuando me eliminen, me tomo el avión”, simplifica el actor durante una charla telefónica con LA NACION. “Viajé en pandemia, con aeropuertos vacíos. Estuve 16 horas con barbijo, con la azafata despertándome a cada rato porque me dormía y se me bajaba el barbijo, pero pude pasar las fiestas con mi familia, me fui una semana de vacaciones a la playa y arranqué con MasterChef”.
-¿Y si hay un repechaje?
-Ya lo hablé con la producción porque si me eliminan no me puedo quedar para el repechaje y esperar saber si vuelvo a entrar o no. En realidad lo que me gustaría es que también salga alguna serie, alguna película.
-¿Tu idea es ir y venir entre Buenos Aires y los Estados Unidos?
-Eso es lo que me puse en la cabeza. Extraño trabajar acá. La forma de trabajar en los Estados Unidos es mucho más estructurada y no se arma la camaradería que vivimos acá. Estaría bueno tener ese balance, grabar algunos meses acá y volver allá y hacer mi trabajo de efectos visuales y producción. Eso es lo que busco.
-¿Qué otras cosas extrañás además de la camaradería con los colegas?
-A la familia, mis viejos, sobrinos, hermanos y a los amigos. Extraño la calle Corrientes con sus luces y teatros y extraño la comida porque el buen asado solamente se come acá, de eso estoy seguro. Después de nueve años aprendí a vivir con esta distancia. Por suerte, existe Facetime, WhastApp y hablamos todos los días. De hecho hablo más con mis viejos viviendo allá, que los veo todos los días por cámara, que estando acá.
El sueño del pibe
-¿Qué te motivó a mudarte a Nueva York primero y después a Los Ángeles?
-Estuve cuatro años en Nueva York y en enero de 2016 me mudé a Los Ángeles porque me salió un trabajo para Marvel y me instalé ahí. Empecé a trabajar en 2003 en televisión y veníamos con seis años intensos de Casi ángeles y Teen Angels. Fueron muchos años de exposición, empezás a perder un poco el eje y no sabés si hacés las cosas por inercia o porque es lo que querés. Todo el mundo me decía: “cómo te vas a ir ahora que estás arriba y te va venir mucho trabajo”. Pero necesitaba parar la pelota y ver qué quería hacer y no seguir por seguir. Necesitaba volver a sentir esa pasión y ese placer y esas ganas de hacer algo. Por otro lado, estudié inglés toda mi vida y pensé que quería usarlo. Había ido a Nueva York varias veces y me enamoré de la ciudad: siempre quise vivir ahí.
-Y el deseo se hizo realidad, ¿cuánto costó?
-Soy de los que se ponen algo en la cabeza y lo consiguen, no sé si por suerte, ganas, garra o qué. Es muy loco porque con Marvel me pasó lo mismo y a veces me da un poco de miedo eso. Viajé, empecé a estudiar producción musical, conseguí una beca, se dio trabajar en producción y, por otro lado, estudié efectos visuales en casa, solo, mirando videos de YouTube, leyendo libros. Hice algunos contactos, me salió un trabajo en Paramount Pictures para Los tortugas ninjas 2 y al tiempo me llamaron para hacer un trabajo con Scarlet (Johansson) en Nueva York y conocí a la productora, pegué buena onda y le dije que si había un lugarcito para mí en Los Ángeles me mudaba enseguida. A la semana me llamaron con una oferta laboral y no lo dudé. En uno de los viajes en que mis padres fueron a visitarme, fuimos a pasear a Los Ángeles e hicimos un tour por uno de los estudios de Hollywood y les dije: “Quiero trabajar en un estudio así”. Y al año, y me emociona contarlo, estaba trabajando en los estudios de Disney. Es muy fuerte.
-¿Cómo es la experiencia de trabajar en Marvel?
-Es una locura. Empecé como asistente de dirección y me hice amigo de Victoria Alonso que es una de las capas de Marvel y es argentina. Es como mi madrina aunque no llegué ahí por ella. Un día terminé de ver una de las películas de Marvel y en los títulos vi el apellido Alonso, lo googleé porque me sonó muy latino. Le redacté un mail que nunca le pude mandar porque no conseguí la dirección y cuando la conocí, ya en los estudios, le conté esto y me pidió que le imprimiera el mail. Marvel es un monstruo gigante, con una producción y un presupuesto increíbles. Hay mucho profesionalismo. Acá somos un poco más desprolijos, atamos las cosas con alambre, pero allá hasta que no pulen el último detalle y no queda como quieren, no paran. Es una locura la experiencia de trabajar en esos estudios. Son dos mundos completamente distintos. Estoy feliz.
-¿También hiciste música en estos años?
-Siempre quise hacer música porque forma parte de mi vida desde que soy chico. Busqué a alguien para que me produjera unas canciones, nada comercial. Me contacté con Aubrey Whitfielf que es londinense, cantante y productora, y armamos un dúo. Quería sacar esas canciones que tenía guardadas. Me gustaría hacer música también, es algo que está pendiente. Soy una persona a la que le gustan muchas cosas.
-¿Fue fácil adaptarse a vivir en un país con una idiosincrasia tan diferente a la nuestra?
-Me acostumbré fácil a la ciudad y a desenvolverme, pero todavía me cuesta el tema de las amistades. Me hice un grupo de amigos, pero todos quedaron en Nueva York y en Los Ángeles tengo un par de conocidos, pero para juntarte hay que organizar un mes antes. Acá llamás a un amigo y si está en la casa pasás a tomar unos mates. Eso se me complica mucho. Por otra parte, estoy acostumbrado a viajar con los Teen Angels y me perdía nacimientos de sobrinos, cumpleaños, festejos, así que, de alguna manera, aprendí a bancar ese dolor. Puedo manejarlo. En ese sentido no me cuesta la distancia, pero cuando vuelvo me doy cuenta de lo lindo que es estar acá. Creo que crecí mucho en estos años y me conocí más. Ya encontré mi lugar: es allá y acá. Y si sale trabajo en España, viajo, porque soy medio nómade. Me gusta estar un tiempo en cada lado.
¡A cocinar!
-¿Dejaste algún trabajo allá para hacer MasterChef Celebrity?
-No, soy freelance y me contratan por película. Este año fue complicado porque se pararon todas las producciones. Empecé a hacer audiciones para ver si sale algún trabajo de actuación. Hice varias, pero es un mundo complicado el de Hollywood porque hay mucha gente que está buscando lo mismo. Seguiré intentando y golpeando puertas. Si sale sería ideal y sino hay muchas cosas que me gustan. El tema es que hago muchas audiciones de personajes latinos y mexicanos y mi physique du rol no da. Doy más americano y mi inglés es bueno, pero no hablo como un americano. No es tan fácil, pero en eso estoy y en algún momento algo va a llegar. Mientras hago efectos visuales que se le agregan a los efectos especiales en forma digital: por ejemplo, más fuego en una explosión. Trabajo en preproducción, en el set para tomar referencias y después en la postproducción frente a la computadora, 12 horas por día: a veces estás una semana con una misma escena. En Marvel hice Capitán América: Civil War, Doctor Strange: hechicero supremo y Capitana Marvel. Confieso que la producción me gusta más que los efectos visuales porque soy muy inquieto.
-¿Vivís solo? Porque no es barato alquilar en Nueva York o Los Ángeles...
-Compartí, viví solo, fui rotando. En ocho años me mudé 15 veces. Es una bestialidad, no quiero pensar más en una mudanza. Primero viví en Manhattan y después me mudé a Queens que es más barato y los departamentos son más modernos.
-¿Cocinás?
-Si no cocinara nada no hubiese aceptado estar en MasterChef. Cocino aunque estoy lejos de ser un chef, pero abro la heladera y hay tres cosas, puedo cocinar algo rico con eso. Me gusta y me doy maña.
-¿Cuál es tu especialidad?
-Pollo a la crema con papas noisette y champiñones. Mis amigos me lo piden mucho. Es el plato con el que me puedo defender, pero a los jurados de MasterChef no les gusta que cocinemos con crema porque tapa todo. Me tocó cocinar algo dulce con yerba mate y es algo que nunca se me hubiera ocurrido. Cociné con cosas que no sabía cómo se utilizaban.
-¿Cómo es la relación en el grupo y con los jurados?
-El grupo es lo más. Estamos grabando la quinta semana y no somos competitivos entre nosotros. Quiero decir que yo compito contra mí mismo, quiero cocinar un plato, que esté bueno y les guste a los jurados. Tuve devoluciones de todo tipo, buenas, intermedias y también me dieron palazos de esos que decís: quiero irme ya. Hay tensión y adrenalina que se me asemeja a estar sobre el escenario del Gran Rex. Tiene sus cosas acostumbrarse a esa nueva cocina y hacer algo rico con lo que te dan: juega mucho la imaginación y el jurado está tremendo y lo dicen hasta ellos mismos. Están más exigentes que el año pasado. Ya en la primera semana te pedían que hicieras magia. Al principio estuve más inseguro y nervioso, y a medida que pasó el tiempo, me relajé. A partir de la tercera semana van a ver al Gastón que en realidad soy. Se armó un grupo muy lindo. Siempre se dicen cosas, como que Alex Caniggia no está en el chat, pero es una decisión suya porque no le interesa entrar y está bien porque cada uno hace lo que quiere.
Siempre el amor
-¿Dejaste algún amor allá o te reencontraste con alguno acá?
- Estoy muy bien hace varios años.
-¿Solo o acompañado?
- Nunca fui de abrir la puerta de mi vida privada.
-A pesar de los años que hace que terminó Casi ángeles, ¿sigue activo el chat?
-Se reactivó en marzo del año pasado cuando Telefe repitió el primer capítulo. Lali (Espósito) lo armó y seguimos. La camaradería sigue intacta. Siempre está el apoyo del otro lado y eso es muy lindo porque crecimos juntos, compartimos y vivimos muchas cosas. Era un viaje de egresados constante. Nos escribimos, nos apoyamos, nos tiramos buena energía y está bueno acompañarse. Me pone contento saber que cuento con ellos. El asado de reencuentro iba a ser en diciembre y no se pudo; ojalá se dé en marzo.
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