Gaby Goldman: el rosarino que se convirtió en el Rey Midas del musical, brilla a ambos lados del Atlántico y vuelve al país con un concierto de estrellas
Radicado en España desde 2017, el director de orquesta que lideró grandes puestas internacionales, de Billy Elliot a West Side Story, esta semana realiza dos conciertos en Buenos Aires en los que reunirá sobre el escenario a grandes nombres del género, como Elena Roger y Diego Reinhold
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“El instrumento te elige a vos”, dice un sábado por la tarde el maestro Gaby Goldman desde un café porteño, antes de un ensayo. Tenía tres años cuando sus padres lo llevaron de visita a la casa de unos amigos. Allí había un piano. Con un solo dedo, con las manitos sobre las teclas, el pequeño comenzó a tocar la melodía que los mayores cantaban. “Eso no quiere decir que fuese Mozart o un genio, sino que tenía un oído que debía desarrollar”, explica Goldman, personalidad y emblema del teatro musical, de un lado y otro del Atlántico. Radicado en Madrid desde 2017, el director musical presenta este miércoles 14 y viernes 16 de agosto, en el Auditorio Nacional del CCK, un concierto con 120 artistas en escena: la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, el Coro Nacional de Música Argentina y estrellas del teatro musical representadas por Elena Roger, Diego Reinhold, Roberto Peloni, Deborah Turza, Andrea Lovera, Lucila Gandolfo y Carolina Gómez.
“Hola, soy Gaby y esta es mi música”, resume. Esta es la consigna de estos conciertos que no tienen nada de autohomenaje, sino que buscan ser una carta de presentación del amplio universo de Goldman, un viaje por los espectáculos internacionales que ha dirigido (Rent, Matilda, Billy Elliot, Forever Young, Casi normales, West Side Story y Shrek, el Musical, entre otros), por las partituras que él creó para espectáculos, y también por las piezas incidentales que escribió para teatro, películas y series de TV. Estos conciertos implican un enorme desafío para el director, ya que constituyen la producción más grande que haya dirigido jamás, dos espectáculos de su entera responsabilidad para los que convocó a Fabián Luca para la puesta en escena y a Augusto Reinhold, copista y responsable hasta el mínimo detalle de las partituras. “El secreto no es saber tanto, sino saber rodearte de gente que sepa y que te sea leal”, asegura uno de los directores musicales más reconocidos del mundo.
¿Quién es Gaby Goldman, el Rey Midas del musical? El director tiene un estilo único, un sombrero bombín que lo acompaña en invierno y verano, y un liderazgo basado en el respeto y el carisma: “El grito, la autoridad y el maltrato en la profesión, de tan conocidos, ya son antiguos. En mi caso, el teatro tiene que ver con la emoción. Trato de impregnarle a toda la gente con la que trabajo la emotividad de lo que estamos haciendo. Eso no tiene que ver con engolosinarnos ni con ser empalagosos en la emoción”.
Cuando tenía pocos meses de vida, sus padres se mudaron de Rosario a Tel Aviv. Allí permanecerían 10 años hasta que regresaron a la Argentina, en pleno boom de Fama y de las escuelas de arte. Sus padres lo inscribieron en una academia donde estudió música, teatro y pantomima en la Escuela Nacional de Música de Rosario. Allí aprendió los elementos y leyes fundamentales de ese universo “el arte de la colaboración”, como lo define: la puntualidad, la simetría, el compromiso, la precisión, la sincronización, y el entrenamiento de los artistas como si fuesen atletas de elite. “El hecho artesanal del teatro en vivo, un hecho único e irrepetible, no va a poder jamás ser resuelto por la Inteligencia Artesanal”, asegura.
Plumas, conventillos y hasta un Frankenstein
A los 19 años, Goldman se mudó a Buenos Aires. Tango Reviú fue su debut en los escenarios porteños, en 1997, con Alejandra Radano, Diego Bros y Fabián de Luca como director. Luego fue el turno de Plumas y sangre, en el Faena. Goldman pisó fuerte sobre los escenarios desde sus inicios y dejó una huella con Canciones degeneradas, un espectáculo que se estrenó en 2001, basado en un repertorio de compositores de entreguerras, como Kurt Weil, Mischa Spoliansky y Dmitri Shostakovitch. Luego vendrían Edipo & Yocasta, Priscilla Reina del Desierto, Asesinato para 2, Pimpinela, El capitán Beto, Frustrados en Baires, La familia, Así es la vida, La fiaca, El conventillo de la Paloma, Hedwig & The Angry Inch, El cabaret de los hombres perdidos (una obra de culto que siempre es recordada por los amantes del género), Frankenstein, Pillowman y La Callas, una mujer. Y con estas producciones llegaron los premios y el reconocimiento del público y la crítica: cuatro Premios Hugo, un Premio de la Asociación Cronistas del Espectáculo y un Premio Florencio Sánchez.
“Estoy en una edad donde estoy aprendiendo que no todo el mundo te va querer, aunque siempre me sentí muy querido. Con el correr de los años vas conociendo la parte más oscura de la profesión. Creo en mi trabajo como un espacio para el aprendizaje. Al bajar la batuta, tanto a los actores como a los músicos, le transmito algo y ellos a mí, yo aprendo y a la vez enseño, no académicamente”, explica Goldman, quien acaba de cumplir 50 años.
Goldman fue convocado en 2017 por el director español David Serrano, con quien había trabajado en Más de 100 mentiras, el musical inspirado en el universo de Joaquín Sabina, para dirigir Billy Elliot en Madrid. Goldman siempre recuerda la emoción que lo atravesó la primera vez que vio la película de Stephen Daldry en un cine del Abasto, a la medianoche. Desde entonces ha ido cumplimiento sus sueños, pero también la vida lo ha sorprendido y en Madrid, una de las plazas más relevantes del teatro musical del mundo, en pocos años, logró la admiración del público y de los artistas. Tras Billy Elliot, llegaron otras fastuosas producciones, como West Side Story, donde dirigió la genial y compleja partitura de Leonard Bernstein, Histeria del arte y Matilda. Goldman divide su agenda entre dos ciudades. Después de los conciertos en el CCK regresará a Madrid y tras una breve temporada en la capital española, volverá a Buenos Aires para ensayar una obra mítica de la cartelera porteña que se estrenaba en 2002: Mina... che cosa sei? Con el elenco original de aquella producción, bisagra en la carrera de los artistas, regresa Goldman al son de Mina Mazzini: Elena Roger, Diego Reinhold y dirección de Valeria Ambrosio. Mina prepara su reestreno para noviembre en el Lola Membrives.
“De la Argentina extraño todo, es un país impresionante, un gran país artístico. Tiene todo lo mejor y lo peor, y eso es lo que conforma la curiosidad artística. Existe un under en la Argentina, las ganas de llevar a cabo cosas. Vi innumerables espectáculos donde yo sé que los artistas no ganan un mango. Esas cosas me emocionan y se llevan adelante porque alguien quiere con toda su fuerza lograr algo. Esto no es una crítica con lo que pasa en Madrid, todo lo contrario. Madrid está creciendo mucho desde el punto de vista musical y hay muchas producciones, pero le falta cierta autogestión, que en la Argentina por razones de crisis, de necesidad, abunda”.
Para los dos conciertos en el CCK, Goldman convocó a Elena Roger, la Evita de Broadway y la mejor protagonista de Piaf de todas las versiones que se hayan realizado, el multifacético Diego Reinhold, Roberto Peloni (El brote, Shrek y el ganador del Konex por el trabajo de una década, etc.), Déborah Turza (Rent, Sweet Charity, etc.), Andrea Lovera, una topadora, como escribió Pablo Gorlero, la eximia y virtuosa Lucila Gandolfo (desde hace dos años es ovacionada con Una película sin Julie, en el Maipo) y Carolina Gómez (la Callas y Sweeney Todd) Además, habrá 65 músicos de la Orquesta Nacional de Música Argentina “Juan de Dios Filiberto” y 50 intérpretes del Coro Nacional de Música Argentina.
Esa batuta, esa varita mágica que crea escenas y atmósferas, no es más que un elemento de conducción, como le gusta comprender su arte a este músico polifacético. Aquellos senderos por los que guía a sus músicos, artistas y públicos, llevan su huella y su identidad. “La música que yo compongo me representa. Es ecléctica, multi emocional, pero tiene también un dejo romántico, porque considero que lo soy, y melancólico. El trabajo del director musical es impregnar un punto de vista sobre una partitura. Existen un montón de puntos de vista. Lo que te diferencia de otra persona que ejecuta esa misma partitura es tu vida: si te amaron mucho, si te rompieron el corazón, qué hiciste la noche anterior. Esas cosas conforman lo que es uno a la hora de bajar la batuta. Ahí está la personalidad de cada conductor”, transmite Goldman con armonía y con una cadencia única.
Para agendar
Teatro musical en concierto, con la Orquesta Nacional de Música Argentina, Gaby Goldman, el CONAMA y solistas invitados. Miércoles 14 de agosto y viernes 16 de agosto, a las 20. Auditorio Nacional del Centro Cultural CCK (Sarmiento 151). Entrada gratuita con reserva previa en la página del Centro Cultural.
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