Frank Sinatra y la mujer que le rompió el corazón, Ava Gardner
El mítico cantante cargó con un historial de conquistas y le fue infiel a todas sus mujeres, sin embargo, la actriz logró conquistarlo y llevarlo a límites impensados
Los comensales del Copacabana Club miraban sorprendidos el escándalo que ocurría en la mesa que ocupaban Frank Sinatra y Ava Gardner , su reconocida amante. En una acalorada pelea, ella le recriminaba estar coqueteando con otra mujer y él lo negaba con ira. "No sé cómo tu esposa ha podido aguantarte", gritó ella. Él reaccionó de forma desmedida y se abalanzó sobre ella: "Si la vuelves a mencionar te reviento la boca". Ava sólo lo miró, se levantó de su asiento y le pegó dónde más le dolía: su ego. Desde allí mismo llamó a su ex, el músico Artie Shaw, y le anunció que pasaría por su departamento. Después, dejó sobre la silla su libreta de direcciones abierta en la página A -por Artie- para que Sinatra conociera sus intenciones.
Minutos después, Frank se presentó en la dirección. Llamó a la puerta y la vio: sentada, fumando, con una bebida en la mano y aire despreocupado, Ava lo miró divertida. Él no dijo una palabra y se fue. Cuando la actriz regresó a la habitación de hotel que compartían, Sinatra ya no estaba. Había alquilado la habitación de al lado. En mitad de la noche, la llamó y le advirtió: "No puedo soportarlo más. Me voy a matar. Ahora mismo". Sonaron dos disparos y Ava corrió desesperada, no sabía con qué podía encontrarse. Lo vio en el suelo y aterrorizada, buscó las heridas, entonces él abrió los ojos y ella reparó en los dos agujeros de bala que habían destrozado el colchón. "¡Maldito!". Minutos después hacían el amor con pasión.
Esta relación tormentosa duró cuatro años. Como en el guión de una película dramática pasaron por todos los estados: amor, odio, traiciones, celos, alcohol, excesos, abortos e intentos de suicidio. Y Frank, que lo tenía todo, jamás pudo controlar por completo a esta mujer de espíritu libre. El gran amor de su vida.
El domador, domado
Su voz, sus letras románticas y sus ojos azules eran irresistibles para miles de mujeres de su época: todas morían por Frank. Su lista de conquistas incluye desde desconocidas hasta divas de Hollywood como Marilyn Monroe, Jackie Kennedy, Judy Garland y Mia Farrow -con quien estuvo casado. Tuvo muchos affaires, algunas convivencias fugaces y cuatro matrimonios, pero antes de iniciar su carrera se había casado con Nancy Barbato, con quien tuvo tres hijos: Nancy, Frank y Tina. Sus permanentes viajes y la distancia eran la excusa perfecta para cada una de sus infidelidades, que ni siquiera se preocupaba en ocultar. Pero siempre volvía a su casa, hasta que la conoció a ella.
¿Quién es esa chica?
Todo comenzó con la portada de una revista. “¿Sabés qué? Me casaré con esa chica”, le dijo a un amigo apenas la vio posando tan segura y sensual. Era mediados de los 40 y acababa de nacer su segundo hijo, pero nada lo detenía cuando algo se le ponía en mente.
Averiguó todo sobre ella, que ya había filmado varias películas y que tenía dos divorcios sobre sus espaldas (con Mickey Rooney y el clarinetista, Artie Shaw), además de una larga lista de romances, entre los que figuran algunos célebres toreros españoles. Hubo un primer encuentro en 1945 en un club nocturno de Los Ángeles, pero pasaron tres años hasta que Frank la invitó por primera vez a salir. Fueron a cenar, bebieron sin control y acabaron locos el uno por el otro: “¡Dios mío! Fue mágico. Nos convertimos en amantes para siempre. Eternamente”, recordó la actriz años después.
Nancy esperaba su tercer hijo cuando la prensa mundial hizo detonar la bomba. La esposa de Frank estaba convencida de que Gardner era una amante más y que sólo era cuestión de tiempo. Se equivocaba: el día de San Valentín de 1950, él le pidió el divorcio.
El 1 de noviembre de 1951, con la carrera de Sinatra atravesando serias dificultades, su popularidad descendiendo, el fracaso de sus películas -que llevó a que la Metro Goldwyn Mayer rescindiera su contrato- y sin poder vender discos, obtuvo el divorcio de Nancy. Al día siguiente él y Ava, solicitaron la licencia de matrimonio en Filadelfia, casándose el 7 de noviembre y comenzando así, una relación caracterizada por sus numerosas separaciones, escándalos públicos y reconciliaciones explosivas puertas adentro. "Los problemas no existían en el dormitorio –comentaba ella- En la cama siempre nos iban bien las cosas. Lo problemas comenzaban camino al bidet".
El huracán Gardner
Si la carrera de Sinatra se venía abajo, cuando se supo la noticia del divorcio y el casamiento en una misma semana, los diarios de la época lo sepultaron y el público repudió que haya dejado a su mujer y a sus tres hijos por una aventura. Pero a él nada le importaba, incluso estaba dispuesto a perderlo todo si a cambio la tenía a ella.
Pronto, Ava tuvo que hacerse cargo de los gastos, desde la fiesta de casamiento hasta del acuerdo de divorcio de él -una pensión de 2750 dólares mensuales-. Fue ella quien le prestó los 19.000 dólares que debía. Se sentía en sus manos. Una situación difícil de aceptar para su carácter soberbio, que estallaba con violencia en terribles peleas, que ella respondía sembrando más celos e inseguridad.
Fueron dos los intentos de suicidio del cantante para llamar su atención, pero ni así lo conseguiría del todo. La primera vez fue con pastillas y alcohol. Los médicos pensaban que no lo superaría, pero lo hizo, y cuando despertó, Ava estaba a su lado. "Estoy segura de que ese cagón contó las pastillas que se tragó. Le tendría que haber dado una patada en el culo en ese instante, pero lo perdoné en 25 segundos", confesó tiempo después.
Pocas semanas más tarde, Sinatra volvió a intentarlo. Estaba en Nueva York, en el departamento de un amigo. Tomó otra vez un puñado de pastillas y abrió las llaves de gas de la cocina. Cuando su amigo lo encontró había perdido la conciencia, pero llegaron a salvarlo. Cuando le preguntaron los motivos de tal decisión, respondió: "He visto en su mirada que Ava ya no me quiere".
Con este escenario, no sorprende que la actriz no haya querido tener hijos. El primer aborto fue a espaldas de Frank, el segundo lo justificó argumentando que no estaba preparada para ser madre. Él, que estaba muy ilusionado con tener un hijo juntos, no lo pudo soportar. Las infidelidades de ambos se redoblaron. Finalmente, la pareja se divorció en 1957.
Hasta el minuto final...
Justo en esos días, Sinatra recibió la llamada que estaba esperando: Columbia Pictures quería hacerle una prueba para un papel en la película De aquí a la eternidad. Fue Ava quien se lo consiguió rogando a los productores para que le dieran una oportunidad. El film le hizo ganar su único Oscar -al mejor actor secundario-, y lo colocó de nuevo en la cima de la música. Volvía a ser La Voz y Ava volaba lejos y en libertad, como a ella le sentaba mejor: se instaló en España para llevar una vida de hoteles, amantes alcohol y libertinaje.
Tras cuatro meses separados, Sinatra no pudo tolerar la idea de una ausencia definitiva y tomó un avión a Madrid. Ava le dijo en su suite que había iniciado una relación con Luis Miguel Dominguín. Él reaccionó como un loco, destrozó los muebles y le tiró en la cara un fajo de billetes de 100 dólares: “Acá tenés los 19.000 que me prestaste” y se marchó, buscando consuelo en los brazos de Marylin Monroe.
No se volvieron a ver, pero ambos fueron el amor de la vida del otro. Cuando en 1990, Ava murió en un hospital de Londres, en su mesita reposaba una foto de ambos besándose. Al enterarse Frank, lloró desconsoladamente.
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