Formó parte del éxito de Rebelde Way, hoy se dedica a la música a full y está de novia con uno de los protagonistas de La sociedad de la nieve
Victoria Maurette, que conoció la fama gracias a la tira juvenil de Cris Morena, habló con LA NACIÓN sobre su paso por la televisión, cómo la maternidad la llevó a priorizar su proyecto musical y se refirió a su feliz presente sentimental
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Fue a un casting de Chiquititas y no quedó. Años más tarde estaba haciendo covers en un bar y unos productores la vieron y la convocaron, entonces tuvo su revancha: Victoria Maurette, “La Maurette” para quienes siguen su música, Vicky para los amigos o simplemente Vico para los fanáticos de Rebelde Way, la serie de Cris Morena emitida entre el 2002 y 2003 por elnueve. Morocha de pelo corto, ojos azules y con un estilo rockero y osado, su personaje contrastaba con el aire angelical de su mejor amiga en la ficción Mía Colucci interpretada por Luisana Lopilato. En diálogo con LA NACIÓN, la actriz y cantante que de niña vivió en México, Ecuador y los Estados Unidos, contó cómo llegó al recordado proyecto, el día después de la vorágine, por qué no estará en el reencuentro “Rebelde” que se realizará en abril en Israel y cómo la maternidad la ayudó a reencontrarse con su primer amor, la música.
Dos décadas más tarde, ahora con pelo largo y abocada a la música, la siguen reconociendo en la calle e incluso luego de que Netflix subiera a la plataforma los capítulos de la novela para adolescentes, las compañeras de la escuela de su hija saben sobre aquel boom. Por estos días acaba de sacar su nuevo tema “Un rato”, con producción propia: “Los lanzamientos los vivo con nervios porque cada canción es mostrar una parte tuya”.
Rodó en los Estados Unidos y en Francia y decidió parar la pelota luego de convertirse en mamá. “Cuando nació mi hija quise explorar eso a full y le dediqué dos años de intensa relación”, recuerda, lo que sirvió como el empujón ideal para volver a hacer música. Mientras prepara su EP y tiene en vista grabar una serie en la que viene trabajando hace tiempo, disfruta del tiempo en familia y acompaña a su novio Agustín Pardella, Nando Parrado en La sociedad de la nieve, la película del español Juan Antonio Bayona nominada al Oscar a mejor filme extranjero.
—Hace unos días estrenaste tema, “Un rato”, ¿cómo vivís el proceso?
—Muchos nervios con este lanzamiento porque cada canción es mostrar una parte tuya y exponerte, le contaba a mi familia que siento mariposas. Este tema desde que lo empecé a componer fue un proceso de dos años mientras hacía otras cosas y lo tengo listo hace seis meses, pero decidí sacarlo ahora porque me parece que va más para el verano y cerca de San Valentín. Mientras, siempre pienso en otros proyectos, pero desde que arrancás a escribir pasan cosas en el medio, por ejemplo estoy preparando mi próximo EP que sale este año. Sobre el tipo de música que hago, no me gusta catalogar ni etiquetar.
—¿Seguís las mediciones de Spotify para saber cómo va el tema?
—Sí, es otro chip diferente al de antes, siento ansiedad y empezás a mirar Spotify y eso es terrible porque entro a cada rato, es un arma de doble filo aunque me sirve porque tira estadísticas y cosas que siendo artista independiente están buenas saber. Hay datos útiles, pero no quiero que eso se apodere de mí. El arte es arte.
—¿Cómo empezaste a producirte y autogestionarte?
—No me quedó otra que decir por acá tengo que ir, siempre hice eso en todos mis proyectos, siempre meto mano en lo que va y en lo que no, ahora me estoy adueñando de ese título, soy muy de autogestionarme, me motiva esto de reunir un equipo, trabajar en un proyecto, crear el video e ir aprendiendo de los artistas. Estoy incorporando gente al equipo con quienes hago brain storming y cosas que pueden suceder.
—Y si tenés dudas, ¿te apoyás en alguien más? ¿A quién le mostrás la previa de tus trabajos?
—Con la familia, con mi novio hablo mucho a ver qué me dice, si les gusta o no, pero también me gusta confiar en mi instinto y pensar que si algo no me cierra, por algo es.
—¿Cómo arrancaste en televisión?
—Empecé en tv porque cantaba en bares y alguien de la producción de Rebelde Way me vio y me llamó para un casting, hacia covers en el colegio, me acuerdo que si me daban un trabajo práctico medio libre siempre escribía una canción y siempre estaba la música en mi vida. En este show que me vieron cantaba, bailaba, hacía personajes. Después de eso fue que me llamaron y ahí arrancó la carrera en los medios.
—Anterior a eso, ¿tenías deseos de trabajar en televisión?
—Algo había, de chica fui a un casting para Chiquititas, también con Cris Morena y no quedé. Siempre fui la actriz de la familia, amaba disfrazarme y armar coreos con mis amigas.
—¿Cómo recordás esa época en la que literalmente, entre grabaciones y giras teatrales, no paraban?
—Rebelde... fue muy intenso, se grababa en la semana y el fin de semana de gira. Fue una época de mucho aprendizaje, yo era un poco más grade pero veía que algunos de mis compañeros que estaban todavía en la secundaria se iban antes porque tenían que estudiar.
—Por un lado ese ritmo intenso de trabajo, y por otro a exposición...
—Sí, pero no te dabas cuenta de lo que se generaba, salvo al salir de la calle y ahí sí que la gente te miraba y comentaba. Hoy el programa sigue siendo un furor, sobre todo desde 2019 que lo pusieron en Netflix y me reconocen en el colegio de mi hija. En ese momento (2002/2003) además no todo el mundo admitía que lo veía. Lo pude manejar bastante bien y es parte del trabajo, recuerdo que algunos días capaz escuchabas comentarios negativos... ¡por suerte no había Instagram!
—¿Y el día después a semejante revolución cómo fue?
—Me pasa siempre que cuando termino un trabajo siento que vuelvo a cero. Soy Vicky trabajando y después soy Vicky desempleada buscando trabajo. A esa edad capaz era más inconsciente, pero después de eso trabajé en música y con la guitarra y en el mientras, te pasa que te reconocen y te preguntan por qué no estás más en la tele. Al tiempo llegó No hay dos sin tres un programa que amé hacer, me reí mucho y había un grupo humano increíble.
—Además, participabas de un sketch que justamente se reía de Rebelde Way.
—Sí, me divertí mucho haciendo “Ricos y mocosos”, uno se tiene que reír de uno mismo, la risa descontractura y sana. Fue re lindo y ganamos un Martín Fierro, Pablo (Granados) y todo el equipo me recibieron muy bien. Yo entré para hacer un bolo en realidad porque querían que fuera alguien de Rebelde Way y me quedé dos años. Me metieron en otros sketchs y me encontré con algo muy lúdico que me hizo muy bien, necesitaba reírme y ridiculizarme. Fue un desafío divertido, me sentí súper aceptada y respetada por mis colegas y compañeros de elenco, era una nena jugando.
—¿Seguís en contacto con gente de Rebelde o No hay dos sin tres?
—Cada tanto me mando algún mensaje con Benja (Rojas), Feli (Felipe Colombo) o Sole Fandiño. Son parte de mi vida, estamos todos más grandes y ya cada uno con su vida.
—En 25 de abril habrá una juntada/recital de actores de Rebelde Way en Israel, ¿por qué no te sumaste? (participarán del show Felipe Colombo, Benjamín Rojas, Mica Vázquez, Coco Maggio, Piru Sáez, Jazmín Beccar Varela, Pablo Heredia, Diego Mesaglio, Georgina Mollo, Fran Bass y Belén Scalella).
—Estoy con muchos proyectos propios y ya estoy grande para volver tantos años atrás, no lo veía con mi realidad hoy en día, con mi música y carrera en este momento. No lo vi y era una fecha que se me complicaba ir.
—¿Hay artistas en los Maurette?
—Sí, mi hermano es músico y mi papá de chico fue batero, mi mamá cantaba pero ahora es economista, nada que ver. En mi casa siempre se escuchó música, mis primos son músicos y tengo una tía que pinta.
—Entonces, ¿el apoyo fue inmediato cuando decidiste que te dedicarías a esto?
—Siempre me apoyaron, aunque eran otras épocas donde decías “quiero ser cantante” y te decían “eso no es una carrera seria”. Me escriben chicas diciendo que quieren ser actrices y es difícil dar consejos, y uno tiene que ser auténtico.
—Venís de familia de artistas aunque no se hayan dedicado de manera profesional, ¿tu hija sigue tus pasos? (Victoria es mamá de Emma de 11 años).
—A ella le encanta, pero como yo soy artista lo evita y quiere hacer otra cosa, a su vez sabe que este trabajo es inestable pero intento enseñarle que uno tiene que seguir adelante con lo que quiere y no bajar los brazos. La escucho cantar y lo tiene en la sangre, además toca la guitarra. Si quisiera hacer algo y la veo comprometida, la acompañaré.
—Volviendo a vos y tu carrera, empezaste cantando, después la actriz fue ganando terreno y hoy estás con la música, ¿cómo y cuándo volvió la Victoria cantante si es que estaba guardada?
—Venía actuando y fue después de ser mamá que retomé la música. Después de Rebelde... hice No hay dos sin tres, hice mucho cine de terror con directores de culto en Francia y los Estados Unidos y estaba muy comprometida dándole seguimiento a eso, que era algo que quería experimentar. Cuando nació mi hija quise explorar eso a full y le dediqué dos años de intensa relación aunque en el medio hacía algunas cosas y venía con ganas de componer y escribir. No se me ocurría nada y no sabía cómo retomar hasta que me llamó Daniel Grinbank y me propuso hacer un disco de covers de los ‘60, lo vi como una puerta que se abría para volver a la música y dije ‘voy a agarrar esto y no lo voy a soltar’. Y el autoproducirme fue porque en un momento dije ‘no me llega lo que me gusta y quiero hacer la música que a mí me gusta’ y uno tiene que empezar a armar el universo y mi hija creciendo y yo enseñándole de la vida dije ‘soy una hipócrita si no hago lo que me gusta’ y eso fue una motivación para sacarme el miedo.
—¿Dónde está hoy la Victoria actriz?
—Sigue latente, pero me propuse elegir un poco más los proyectos en los que participo. El año pasado filmé un corto y este año haré una película de Nicanor Loreti, un thriller psicológico. Estoy desarrollando también un proyecto para actuar desde hace 4 años, una serie. Y se vienen dando las cosas así que quien sabe dentro de poco las estemos filmando, es una comedia que tiene que ver con la música.
—¿Participarías también de la dirección?
—No, aunque es un rol que desde hace un tiempo vengo pensando. Mis clips son siempre con directores que me inspiran y con ideas mías. Siempre pongo algo mío en ellos, me gusta buscar cosas creativas para los videos. En un clip anterior hicimos por ejemplo una secuencia bajo el agua con una camarita sumergible de mi hija donde aparece Agustín (Pardella, su novio) y otros dos actores de La sociedad de la nieve, o voy poniendo cosas mías o de mi casa escondidas en las escenas.
—¿Cómo surgieron las convocatorias para rodar en los Estados Unidos y Francia?
—Yo nací en Buenos Aires y a los tres meses nos fui a vivir a los Estados Unidos por el trabajo de mi papá y aprendí a hablar en inglés y el acento lo tengo super americano, en una época venían de afuera a filmar acá y empecé a trabajar con un director que se llama Albert Pyun, él descubrió a Van Dame por ejemplo y es ícono del cine de terror, me eligió para rodar en la Argentina y cuando terminamos me propuso ir a Los Ángeles para hacer una peli con Steven Bauer (Scarface) y después me ofreció trabajar con otro director sudafricano que vive en Francia.
—¿Y cómo recordás esa experiencia?
—Fui sola a los Estados Unidos, dije ‘me mando’, por esto del acento allá no me creían que era de la Argentina, fue algo re lindo y la pasé re bien... Habré estado allá un mes, son películas de bajo presupuesto. Después de eso, ir a los festivales acompañando a la peli también fue una gran experiencia.
—Te criaste afuera, ¿cómo fue la vuelta?
—Volví a los 12 y fue raro porque viví en los Estados Unidos, Ecuador y México y llegué hablando en neutro y con la cabeza americana, creo que por eso también seguía otra moda, siempre me decían que Vico era un personaje revolucionario y yo era así. Vine con otra data de esos viajes, a veces por un lado digo ‘qué ganas de haber tenido una amiga desde chica y que sigamos viéndonos’ porque la veo a mi hija con sus amigas de toda la vida y yo me mudé mil veces, pero estoy acostumbrada al cambio y eso se ve reflejado en mi música.
—Estás en pareja con Agustín Pardella (interpreta a Nando Parrado en La sociedad de la nieve), ¿cómo están viviendo este momento?
—Estamos muy contentos, yo estoy orgullosa de él, de la película, de cómo lo recibe la gente. Sabíamos que iba a ser una película grosa, pero no tomamos dimensión. Estoy feliz y nos apoyamos mucho.
— ¿Cómo se conocieron?
—Trabajando, nos conocíamos desde antes pero estamos juntos desde 2018. Nos apoyamos mucho y es lindo lo que tenemos los dos, tenemos una vida hermosa juntos, nos entendemos y nos divertimos en el día a día. Además él actuó en varios videos míos.
—Seguramente una ventaja de que sea del medio es que entiende de tiempos y horarios, a veces poco usuales...
—Sí, lo entendemos. El rodaje de esta película fue largo, pero ahí estuvimos, bancando. Estuvo casi un año filmando afuera (gran parte de La sociedad de la nieve se rodó en Sierra Nevada, España) y yo viajé bastante para poder estar con él, fue un rodaje difícil y más allá de que el elenco se transformó en una gran familia, le servía ver una cara de alguien familiar para distender.
—¿Y cómo tomaron la nominación al Oscar a mejor película en habla no inglesa?
—Estamos contentos, hace dos años estamos hablando de la película y estamos felices. Yo siento que va a ganar pero nunca se sabe.
—¿Él viaja a Los Ángeles para el 10 de marzo? En ese caso, ¿te gustaría acompañarlo?
—Vamos a ver si podemos viajar...
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