Si hablamos de Florencia Peña, no debe haber un argentino que no la conozca. En sus 39 años de carrera segurísimo la cruzaron en alguna de sus facetas: la actriz que hace reír, la conductora que viaja por el mundo con Marley, la artista que brilla sobre el escenario en cualquier comedia musical, la jurado del "Bailando..." o simplemente, en alguna de sus declaraciones que siempre desencadenan polémicas. Desde su debut a los 7 años en el ciclo infantil Festilindo, esta mujer de 45 años ha hecho de todo: fue la "Pechocha", la protagonista indiscutida de las sitcoms en la Argentina (¿quién no conoce a Moni Argento?) y la estrella de los musicales más exitosos. También fue la primera que habló de poliamor, la que no dudó en manifestar su opinión política aún cuando dividía aguas entre sus seguidores, la que pidió una ley de trombofilia y la que salió a hablar cuando se filtró un video privado junto a su expareja.
Parece tener un máster en superar obstáculos y reinventarse, y ahora, en plena pandemia, volvió a hacerlo. Con un video explosivo con el que jugó a lanzarse como cantante, presentó su faceta como emprendedora con FdeFLOR, una comunidad con contenidos que ella misma va a producir y una tienda virtual. Todo eso sin descuidar su ya afianzada y nada despreciable comunidad en las redes sociales: casi cinco millones de seguidores en Instagram y casi tres millones en Twitter. Pero además se prepara para desembarcar en las mañanas de Telefe con un magazine de humor. "Nunca estoy tranquila. Vivo una vida vertiginosa que no me quejo porque la elijo, pero es difícil que estés conmigo trabajando y yo no te diga: estoy a mil. Es parte de querer hacer las cosas, de querer hacerlas bien y de siempre buscar superar mi marca. Soy muy laburante, me gusta mucho lo que hago y bueno, tengo épocas donde trabajo mucho, mucho y otras donde trabajo un poco menos de mucho. Soy así", reconoce en una charla íntima con LA NACIÓN en la que repasa su vida, sus amores y los momentos más tristes que le tocaron atravesar.
-¿Cómo te agarró la pandemia?
-Fue muy loco porque tenía programado un año fatal: la vuelta de Casados con hijos, que eran muchas funciones en poco tiempo, tenía una película y el 'Bailando...' mientras ya estaba haciendo Cabaret, que tuvimos que dejar de hacerla de un día para otro sin poder despedirnos de semejante obrón. Se frenó todo, se murió mi papá y, bueno, tenía dos opciones: descansar o hacer todas esas cosas que tenía ganas hace mucho tiempo y nunca tenía ese tiempo. Y me ganó la segunda opción, obviamente acompañando a mi vieja, con un sistema familiar muy distinto y con necesidades distintas. Estaba todo muy acomodado, pero como siempre pasa la vida te da un cimbronazo. No me pasó a mi sola, cada individuo que habita el planeta, imagino, está viviendo su crisis personal.
-Algunos se separan, otros se embarazan y vos sacaste un nuevo proyecto del cajón...
-¡Tal cual! Lo mío pasó por 'ahora tengo tiempo de crear', tengo tiempo básicamente y así como ese mirarse a uno mismo ha separado parejas, a mí me dio por hacer algo que siempre quise. Creamos una megaplataforma en medio de una pandemia con el retraso, las fábricas cerradas y todo el mundo que nos decían están locos, es imposible y lo hicimos en dos meses y medio. Nos habíamos puesto como fecha de lanzamiento el 24 de septiembre y lo logramos. Ahora falta ver qué pasa, qué nos vuelve.
-Y decidiste apostar al país en plena pandemia, aún con estos riesgos.
-Es muy argentino creer que nos pasa solo a nosotros. Esto nos agarró a cada uno en donde estaba, al país que venía de atrás como en una carreta lo afectó como a cada ser humano en su vida lo agarró donde estaba. A algunos en lugares muy crueles como lo que está pasando con la violencia de género, que es muy grave o los que no tienen trabajo. Para mí, que creo en la reencarnación, creo que el infierno es esta vida y lo que viene después es mejor. Metafísicamente hablando el universo dijo: "No da para mas". Lo tenemos que atravesar y los que estamos bien, dejar de quejarnos un poco. '¿Me quejo todo el día o trato de reinventarme?' Elijo reinventarme.
-¿Por qué te bajaste del 'Bailando...', pero aceptaste conducir un magazine por Telefe?
-Porque cuando estaba por arrancar el 'Bailando...' murió mi papá y estaba en esa, conteniendo a mi mamá y rearmando todo. La propuesta del programa me gustó porque quiero hacerme cargo de que soy una comunicadora, que mi voz llega y siempre conduje en dupla entonces es meterme en un espacio de riesgo y me permite superar mi marca. Por ahora, no podemos decir el nombre ni la fecha de estreno (que se fue posponiendo por los casos de Covid-19 en la televisión), pero la idea es arrancar este mes. Ya se armó una escenografía increíble, se suman Campi y Jorgelina Aruzzi, que los adoro y son dos talentosos. Vamos a tener periodistas, una mirada de actualidad, cocina y va a durar bastante. La intención es que yo pueda utilizar todos los recursos, ser la armadora, el 5 del equipo y que pueda también actuar y hacer humor.
La vida familiar
En pareja desde hace 7 años y medio con el abogado salteño Ramiro Ponce de León, Peña parece haber encontrado la calma. Luego de 5 años de amor a distancia y de haber tenido un hijo juntos, Ramiro agarró sus cosas y se mudó a Buenos Aires. El nuevo desafío: ensamblar la familia junto a Toto (17) y Juan (12), los dos hijos que la actriz tuvo con el músico, Mariano Otero. Y el reto fue superado: "Somos una familia muy libre, muy open, que entendemos la dinámica del nuevo mundo y la llevamos a la práctica. Con Mariano y su mujer hemos tenido muchos encuentros con los chicos, nos vemos y compartimos. A mí me gusta mucho trabajar con él porque me parece un gran músico y un gran talento, así que cada vez que hago algo lo llamo como ahora que hizo toda la parte musical de mi video. Hace poco, cuando mi papá se murió hicimos una canción para él y yo le pedí a Mariano un tema y él me lo hizo. Fue muy emocionante".
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-Volviste a apostar a la convivencia después de tener un amor a distancia y de la polémica del poliamor, ¿cómo superás cada crisis?
-Con Rama sentimos que esto es lo que queremos hacer. Hay algo que me pasa que lo aprendí a fuerza de mucho dolor y de cosas que me han pasado, algunas que ustedes ni se enteraron. Tengo para el afuera esa imagen de positiva, de que todo me lo banco, pero no significa que las cosas no me duelan, las tengo que atravesar como todo el mundo. Lo que sí tengo es una resiliencia y una templanza que me han convertido en una mujer con un carácter que puedo hacerme cargo de lo que me pasa y transcenderlo. En este momento, después de varias tormentas que pasaron en mi vida, siento que aprendí mucho y que estoy en el lugar que realmente quiero estar. Con Rama y mis hijos estamos todo el tiempo conversando sobre lo que está bueno y qué tenemos que ir modificando. No tenemos una pareja en donde las cosas suceden, nosotros hacemos que todo lo que está bueno perdure y lo que no está bueno se modifique. Estamos juntos porque nos elegimos.
-¿Qué tiene Ramiro para sumarte en este momento de tu vida, por qué él?
-Rama es muy bajo perfil, pero es un tipo muy a tierra, muy calmo, muy compañero de mis aventuras, muy generoso en su manera de mirarme. Nada que yo vaya a plantearle, él me va a decir que no, me estimula mucho en cosas que quiero hacer, me banca, no tiene que ver con mi mundo entonces está bueno porque nos complementamos. No estamos todo el tiempo hablando de mí, él es abogado, que es una carrera que me hubiera encantado hacer y hasta lo pensé, pero decidí que era demasiado actriz. Siempre tenemos conversaciones que me encantan, él está trabajando en la empresa, la armamos juntos.
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-Jamás un tipo machista al lado...
-Nooo, como tampoco podría tener una pareja muy yoista, somos un equipo, nos complementamos. Cuando él está bajón, lo estimulo y al revés. Las parejas que más funcionan son las que uno ayuda al otro a multiplicarse, cuando uno es un yunque que tira para abajo ahí comienza a haber algo que no funciona. Me divierte tenerlo cerca y sobre todo él tiene una mirada sobre mí que es la que más me enamora: nunca jamás él me va a querer cambiar. 'Te amo como sos', 'te amo así'; no existe el "eso no te lo pongas", "por qué dijiste eso". Todo lo contrario, entonces no puede ser mejor para mí.
-Tenés hijos de edades muy diferentes, uno terminando el secundario, otro ingresando a la adolescencia y uno muy chiquito, ¿cómo te llevás con tu maternidad?
-Me considero una madre muy libre, hablo mucho con mis hijos, trato de que todo lo que sucede lo charlemos, lo pensemos. Soy una madre antítesis de lo que fueron mis padres conmigo y siento que eso es algo que aprendí. Somos una generación bisagra, que vino a modificar la crianza que nos dieron nuestros padres. Todo se consensúa, en casa todo lo hablamos. Yo jamás castigaría a mis hijos, quiero que ellos entiendan que los actos tienen consecuencias, que si no hacen la tarea tienen que hablar con la maestra, que no es por mí, es por ellos. Tenemos una relación donde las cosas buenas y malas suceden. Yo estoy ahí, el padre está ahí y Rama también. Él ahora me ayuda mucho con los chicos. El chiquito es un petardo, es una generación que viene a full. Hay algo de eso que tenemos muy aprehendido como familia: respetamos las individualidades. No los críode forma estándar, no soy la misma madre para Toto ni para Juan ni para Felipe. No hay nada mío puesto en ellos, yo soy una persona realizada que no siente que tienen que realizarse para mí, pueden hacer lo que quieran y yo siempre voy a estar.
El momento más triste
El 23 de abril, cuando toda la Argentina atravesaba la fase 1 de la cuarentena, murió Julio Peña. Florencia lo comunicó una semana después con un posteo en las redes con una serie de fotos y algunas palabras: "Te vi pelear con tanta fuerza, te vi luchar con el cuerpo y con el alma contra una enfermedad que siempre te llevó la delantera, pero que te puso a prueba cada día. La vi a mami firme, con su amor indestructible, tomarte de la mano y acompañarte como una guerrera. Los vi juntos, siempre juntos avanzar a ciegas, pero con la certeza de que querías vivir. Te dieron 3 meses y fueron 2 años. Nunca supe cuánto dolería perderte hasta hoy. Duele, mucho, duele, pero estoy tan llena de vos, tan llena de tus risas y tu locura, de tu amor incondicional. Me cuidaste siempre". Como a muchos otros durante esta etapa, le tocó despedirlo en soledad, agudizando más el dolor de la despedida.
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-¿Sentís que como hija cerraste la historia como querías?
-Cuando mi viejo ya estaba agonizando me los traje a los dos. Ellos estuvieron 49 años juntos, eran muy independientes, vivían en Córdoba, estuvimos muchos años viviendo separados y me los traje a Buenos Aires. Vivieron un tiempo en mi casa hasta que vendieron la suya y se pudieron comprar una casita acá. La verdad es que yo tuve dos padres muy genios, pero muy de otra época, en la que no era tan 'hacé lo que quieras, andá en busca de tus sueños'. Todo era reclamo y yo me rebelé mucho a eso. Ellos fueron muy amorosos pero muy exigentes. Mi madre fue bailarina del Teatro Argentino de La Plata durante 20 años. Fue una generación muy pendiente del qué dirán... ¡y les salí yo!
-¿Lograste tener una relación más cercana con tu mamá?
Sí, la estamos acompañando porque perdió a su amor y está muy triste. Nosotros perdimos a nuestro papá y hay algo de la ley de la vida que si bien lo extraño como loca, sigo haciendo. Ella está un poco paralizada, fue muy duro y entonces ahora compartimos mas, tenemos más tiempo, le cuento más cosas, está más pendiente de nosotras porque estuvo años atrás de mi papá y de una enfermedad muy dolorosa como es el cáncer de páncreas. Fue muy complicado todo.
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-¿Qué te dejó tu papá?
-La peleó mucho mi viejo y me dejó una sensación de sorpresa tremenda. Yo sé que mi mamá es una mina re fuerte, pero no sabía que mi viejo era tan fuerte. Le dieron tres meses de vida y vivió dos años. Su garra, su corazón, se puso en patriarca, no nos quiso abandonar tan pronto, nos dio tiempo y nos cuidó hasta el final. Si bien lo tuvimos que despedir en pandemia con lo que eso significa, fue interesante el proceso y el camino hasta su partida. Nos dio tiempo de poder hablar, de poder conectar. Nos dejó en paz.
-¿Cómo te gustaría que te recuerden tus hijos cuando ya no estés?
-Me gustaría que dijesen: "Mi vieja es una mina que siempre hizo todo lo que quiso y fue muy feliz haciendo lo que quería". Hoy ese espíritu está en mi casa. Ellos vienen y me dicen: "Qué bueno má esto que hiciste" o "qué genia cómo te salió esto otro". Yo siempre repito lo mismo: los hijos no son lo que digas sino lo que hagas. Entonces yo puedo decirles muchas cosas, pero es más fuerte lo que ven y lo que ven es a una madre muy trabajadora, que hace mucho y se queja poco. En mi casa todos tenemos personalidades fuertes, pero soy muy feliz de la relación que tengo con mis hijos. Ellos no se sienten juzgados jamás, aun cuando hacen cosas que no están buenas, yo les doy herramientas para que no les vuelva a pasar o que, por lo menos, los errores que cometan sean distintos y no siempre los mismos. Es un aprendizaje mutuo, como la vida.
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