La humorista, que se encuentra al frente de Fátima 100%, antes de la función esperó a su pareja en el Gran Hotel Provincial, el lugar donde se aloja este verano
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MAR DEL PLATA.- Era la medianoche en punto cuando Fátima Florez se despedía del público que había colmado la sala del teatro Roxy, donde la imitadora ofrece su show Fátima 100%. En medio de los estruendosos aplausos de una platea bien a favor, la humorista dedicó unas palabras a agradecer la presencia del presidente Javier Milei.
“Mi novio vino a visitarme”, dijo con tono naif de quinceañera enamorada. “Como ganó, nunca visto, para el Guinness”, sostuvo la intérprete, quien a lo largo de la función se dedicó a resaltar algunos tópicos del actual gobierno, mientras la multitud vivaba “presidente, presidente”. Una suerte de acontecimiento ritual que se asemejaba más a un mitin político que a una función teatral.
Estaba terminando la cuarta presentación de la temporada, cuando Fátima Florez vería cumplir su sueño anhelado: su pareja se disponía a subir al escenario para saludarla con un efusivo beso, tan telenovelesco como apasionado. No es habitual -al menos en estas tierras- ver a la cabeza de compañía de un espectáculo besarse con el presidente de la nación.
Mientras sonaba el tema “Panic show” de La Renga, un leitmotiv de la campaña del jefe de Estado argentino, los novios se fundieron en abrazos y besos. De fondo se veía la imagen de un león y la bandera argentina reproducida en varias pantallas gigantes.
“Por favor, la gente quiere que les digas algo”, le pidió Florez a su pareja. Milei cumplió y al tomar la palabra se refirió a la situación del país y remató su alocución con un “Viva la libertad, carajo”. La novia, que lo escuchaba emocionada, acababa de interpretar un tema de cumbia con un atuendo de un amarillo brillante bien llamativo.
“Dios te bendiga mucho, mucho, mucho. A vos y a todos los argentinos. Gracias Karina y a todo el equipo que lo acompaña”, finalizó la anfitriona que también había reconocido que cerraba “un día muy feliz”. Nuevamente se besaron durante varios segundos ante cientos de teléfonos que registraban la escena atípica.
Si bien Javier Milei iba a presenciar la función del miércoles, un día después del debut, lo cierto es que las movilizaciones pautadas para ese día lo llevaron a quedarse en Buenos Aires y, de esta forma, seguir de cerca el desarrollo de los operativos de seguridad.
Preparativos
Indudablemente, la presencia de Javier Milei en el teatro alteró el desarrollo normal de la jornada. Desde temprano, la calle San Luis estuvo cortada al tránsito. Frente a la sala se dispusieron los seguidores de la humorista y el mandatario, mientras que, a pocos metros, sobre la peatonal San Martín se agruparon quienes manifestaban en contra del actual gobierno.
Fátima Florez llegó al teatro a las 20.35, mucho más tarde que lo habitual, debido a que permaneció más tiempo en el Gran Hotel Provincial, donde se encuentra alojada, para recibir a su novio, quien aterrizó en el aeropuerto de Camet a las 18.30.
Once minutos después que la aeronave pisara tierra, el periodista Marcelo Polino llegaba al teatro. Antes de ingresar a la sala, saludó a la gente que se encontraba en la vereda opuesta y separados por dos filas de vallas.
A esa altura, el personal femenino de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en gran parte afectado al Operativo Sol a Sol, había montado dos hileras a ambos lados de la calle. “En un teatro no es normal que llegue un presidente, es otra cosa más que me tocó en mi vida, pero estoy feliz y sobre todo lo estoy por ella”, reconocía a LA NACION el productor Guillermo Marín, quien también reconoció que “estoy relajado, no siento presión de ningún tipo, estoy ocupado, pero no preocupado”.
Mientras Marín conversaba con este medio, una mujer rosarina le pidió tomarse una fotografía. A unos metros, un Iron Man ingresaba al foyer del Roxy alterando a la seguridad. Rápidamente, el muñeco gigante tuvo que salir.
A diferencia de lo que se suponía, la comitiva presidencial sólo pidió una docena de localidades. Junto a Javier Milei estuvieron su hermana Karina, el ministro de Justicia, Mariano Cuneo Libarona y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Ya instalado en Mar del Plata desde más temprano, también participó de la función Leo Cifelli, secretario de Cultura, quien aprovechó la visita para saludar al director Ricky Pashkus, quien se encontraba ensayando el musical Kinky Boots en la sala Radio City del mismo complejo.
“Es normal que yo me ocupe que estén rodeados, porque no sé quién se puede sentar ahí”. El productor Guillermo Marín reconoció a LA NACIÓN que, por razones de seguridad, las butacas que rodeaban a las de la comitiva presidencial fueron ocupadas por personas de su confianza.
A las 21.39, una picada dispuesta en una tabla de madera llegaba a la sala, una suerte de cena previa para toda la compañía que también integran una orquesta en vivo y el monologuista Julián La Bruna. A esa altura de la noche, el público ya casi había ingresado por completo, mientras los cánticos a favor y en contra de Javier Milei se cruzaban verbalmente en la calle, pero sin que se registre ningún hecho violento.
A medida que se acercaba la hora de llegada del presidente, se iba intensificando el control de la arteria. Varios comercios ya habían bajado sus persianas y los vecinos de la cuadra -totalmente cercada- debían acreditar que vivían allí para poder sortear los controles policiales que comenzaban a más de cien metros de la sala.
Cerca de las 22.45, el presidente Javier Milei y su hermana Karina llegaron al Roxy. Fueron conducidos a la sala de manera directa. En el segundo subsuelo, donde se ubica el teatro, dos vallas interrumpían la circulación por los pasillos. A esa altura, también ya habían pasado los efectivos policiales de la división explosivos junto a los perros que cumplen con el trabajo de pesquisa de rigor.
“Viva la libertad”, se le escuchó decir a Javier Milei y las más de 900 personas que colmaban la sala respondieron con “carajo”. Estaba todo listo para el comienzo del show. Antes, Guillermo Marín agradeció ante el público la presencia del presidente.
Cuando las luces se apagaron, una multitud vivó la salida de Fátima Florez al escenario. Su primer cuadro estuvo dedicado nada menos que a Taylor Swift. A lo largo de casi dos horas, las referencias a la situación del país, incluido el hit “No hay plata”, poblaron Fátima 100%, un espectáculo que no busca ser imparcial, al menos en materia de política.
Al cierre de esta edición, la información daba cuenta que Javier Milei partiría hacia Buenos Aires en uno de los primeros vuelos de la mañana, aunque no faltó quien dijo que Fátima Florez le habría pedido a su novio pasar juntos las fiestas de Fin de Año en Mar del Plata.
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