La actriz, quien interpretó a Nancy Downs en la icónica película de terror que puede verse en Netflix, cultivó un bajo perfil tras el boom de los 90, y se dedicó a otros proyectos, lejos de los flashes y con una vida privada sobre la que nunca se pronuncia
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“Nosotras somos las raras”, dice Nancy Downs (Fairuza Balk) en Jóvenes brujas, cuando la percepción de terceros es que ese grupo de amigas es el que debe cuidarse de los “weirdos”. Nada más lejos de lo que en verdad sucedía. En 1996 se estrenaba un clásico de la década, la película de Andrew Fleming que registraba cómo ese grupo de jóvenes se interesaba por la brujería, siempre y cuando los diferentes hechizos fueran beneficiosos para ellas, independientemente de si terminaban lastimando a los demás, ese efecto indetenible que deviene en vendaval.
El largometraje, protagonizado por Neve Campbell, Robin Tunney, Rachel True y Fairuza Balk, tuvo un excelente desempeño en la taquilla de ese entonces, casi triplicando el presupuesto invertido, y terminó coronando a Balk como “una de las reinas del gótico”.
La joven actriz evocaba con su look a cantantes como Hope Sandoval y PJ Harvey, y les daba otra vuelta de tuerca a los personajes a los que le tocó interpretar desde que debutó en cine en 1985 con Return to Oz, una relectura oscura de El mago de Oz en la que la actriz californiana personificaba nada menos que a Dorothy Gale. Si bien el film no tuvo una buena recepción crítica, Fairuza cosechó una nominación a los premios Saturn en la categoría de mejor interpretación infantil y comenzó a trabajar de manera sostenida en Hollywood, aunque un tanto encorsetada en producciones sombrías, como los thrillers Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto y American Perfekt.
Cuando se estrenó Jóvenes brujas -que ahora puede disfrutarse en streaming por Netflix-, la fama de Balk alcanzó otro nivel. Su trabajo como la líder de ese grupo, quien eventualmente termina por invocar a las fuerzas malvadas para destruir a sus amigas, no solo tenía esa cuota necesaria de humor negro sino también un magnetismo que captó la atención de John Frankenheimer para La isla del Dr. Moreau, la malograda producción liderada por Val Kilmer y Marlon Brando.
Luego, Fairuza se destacó en el perturbador drama de Tony Kaye, American History X, junto a Edward Norton (nominado al Oscar por el film) y Edward Furlong; y en Casi famosos, el largometraje autorreferencial de Cameron Crowe en el que interpretaba a Sapphire, una de las jóvenes que se embarcaba en la caótica gira de la apócrifa banda Stillwater, una de las “band aids” del grupo, como las denominaba Penny Lane (Kate Hudson).
Tras ese pico de fama, la actriz empezó a actuar de manera más esporádica y en producciones de nicho, como la película experimental de Cam Archer, Shit Year, el thriller de Melanie Orr, Grindstone Road, y la secuela de Jóvenes brujas (El legado), estrenada en 2020. Así, regresaba el personaje de Nancy al mostrar cómo le había pasado la batuta a su hija Lily (Cailee Spaeny), en el relanzamiento dirigido por la actriz y cineasta Zoe Lister-Jones y producido por un avezado en el género, Jason Blum. Aunque el resultado no estuvo a la altura de las expectativas, la realizadora confesó que se interesó por dirigir la secuela por el impacto que había tenido la actuación de Balk en la película de los 90.
Asimismo, no se descarta una tercera parte en la que se puedan unir las dos generaciones de brujas, proyecto que se encuentra en desarrollo. Sin embargo, a Fairuza se la nota poco interesada en volver a los sets. Jóvenes brujas: el legado fue su última participación en un largometraje y, en una sincera charla que tuvo recientemente con sus seguidores de Instagram, explicó los motivos de su alejamiento de la industria, como la saturación por mantenerse siempre vigente año a año, los consejos que la perjudicaban y las inseguridades que le jugaron una mala pasada en ese microcosmos en el que se sentía una outsider.
Una artista que no se dejó presionar por Hollywood
Desde sus inicios a comienzos de los 80 en producciones televisivas como The Best Christmas Pageant Ever, Deception y The Worst Witch (ya por entonces a la actriz se la estaba encasillando en determinados papeles), que Fairuza demostraba que no quería ser parte de un grupo selecto de actrices que cumplían ciertos requisitos o estándares de belleza, si bien admitió sentirse presionada para lucir diferente, lo que dañó su autoestima. En una entrevista con el medio Dread Central recordó cómo fue el proceso de presentarse a castings tras el éxito de Jóvenes brujas.
“Me costó esa época porque me obligaban a seguir actuando y me aconsejaban de mala forma, me decían que, si no lo hacía, dejaría de ser relevante”, explicó. “Eso me empezó a afectar así que opté por conservar un cierto halo de misterio, ya que la fama en sí misma no era satisfactoria para mí, yo quería sumarse a proyectos que me interesaran, no lanzarme a hacer un montón de cosas de manera arbitraria”, añadió, remarcando que quiso desmarcarse de otras figuras del momento para poder cuidar su salud mental en un medio tan descarnado.
De este modo, Fairuza siguió los pasos de sus padres, Catherine Balk, una bailarina, y Solomon Ben Feldthouse, su padre, un músico itinerante y fundador de la banda psicodélica Kaleidoscope. De repente, supo que había vida por fuera de Hollywood y decidió apostar por eso a partir del año 2010, cuando empezó a formar parte de films independientes y de series en cuyos rodajes pudiese aprender algo enriquecedor. De esta manera, pudimos verla en Los Soprano, Ray Donovan y en la más reciente Paradise City, el drama musical de Ash Alvidsen.
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Por otro lado, hace más de 10 años que Fairuza se aboca a lo musical, con Armed Love Militia, el nombre que utiliza para la edición de sus composiciones, como el single “Stormwinds” y un EP en el que trabajó junto al compositor y vocalista Mel Sanson. Asimismo, Balk también comenzó a explorar su faceta de escultora, y expuso en galerías de Los Ángeles y Nueva York. En las muestras se podía apreciar cómo a Fairuza le interesaba realizar una mixtura de esculturas con su música como aditamento a la hora de la contemplación.
Si hay algo que caracteriza a la artista es su trabajo incansable. En mayo de 2022, reveló que iba a comenzar a grabar un podcast junto a su excompañera en Jóvenes brujas, Rachel True, con quien tuvo un reencuentro que emocionó a los fans. De todos modos, los compromisos de su colega con algunos rodajes retrasaron la concreción del proyecto, que empezará a ponerse en marcha en breve.
Una vida privada de la que poco se sabe
En tanto, en su sitio web hay una pestaña en la que se puede acceder a reflexiones de la artista quien, a sus 49 años, se considera la capitana de su propio barco. “Si estás leyendo esto, entonces es porque te sientes identificado con el hecho de ser el único responsable de tu vida. No importa dónde te encuentres en el mundo, tomate un momento para sentarte y relajarte, para recordar todo lo que has logrado y para pensar en hacia dónde quieres ir”, escribió meses atrás. Además, Fairuza grabó un video, guitarra en mano, que publicó en su cuenta de Instagram, en el que reiteró su agradecimiento a quienes adquieren sus productos y valoran su arte, pero en el que también decidió explayarse sobre el motivo por el que abandonó Hollywood.
"Me alejé de la industria porque no me sentía escuchada"
Fairuza Balk
“Cuando me alejé, cuando no quise hacer prensa, fue porque sentía que no me estaban escuchando realmente cuando yo hablaba, que me preguntaban y esperaban una determinada respuesta, nunca me sentí realmente escuchada, comprendida”, explicó una actriz que prefiere dar a conocer sus creaciones, pero no brindar detalles de su vida privada, por lo que se desconoce si está en pareja, es madre, e inclusive qué lugar del mundo eligió para crear su hogar. Como desde su juventud, Balk mantiene intacto su anhelo de mostrarse hasta cierto punto, o de mostrarse a través de sus creaciones.
Si bien en los 90 se dio a conocer que fue pareja de actores como Crispin Glover y David Thewlis (uno de los protagonistas de la pesadillesca La isla del Dr. Moreau), cuando en 2010 se recluyó para dedicarse a otras disciplinas, no se supo nada más de sus relaciones. En sintonía con lo que declaraba décadas atrás, Fairuza todavía se siente cómoda cultivando un perfil ominoso, para luego reaparecer con sentidas palabras para quienes le han demostrado cariño y fidelidad a lo largo de los años. No es común en Hollywood encontrar a intérpretes que, en el pico de su fama, hayan optado por un camino menos frenético y más contemplativo. Fairuza Balk es una de esas personas.
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