La actriz, que vuelve a trabajar luego de dar a luz a Ema, habla también del dolor tras la muerte de su madre, de la felicidad que vive con su pareja y de algunas intimidades de la vida hogareña
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Eugenia Tobal vuelve a la televisión después de un año y medio en el que se dedicó a la crianza de su pequeña hija Ema, y se acomodó a la convivencia con su pareja, Francisco García Ibar, un adiestrador de perros a quien conoció, justamente, llevando a su mascota al emprendimiento canino que él tiene en Zárate.
Todos los martes y jueves a las 17.20, Tobal conduce el reality Ordena tu vida, por Discovery Home & Health y también puede verse por Flow. “Si hay alguien que podía conducir este programa soy yo, porque el orden siempre estuvo muy presente en mi vida”, le confiesa la actriz a LA NACION. También habla sobre la maternidad y el amor, y sobre cómo atraviesa el dolor por la muerte de su mamá, hace poco más de un año.
“Es mi primer trabajo después del nacimiento de Ema y de estar durante más de un año adentro, con la gordita. Cuando me convocaron me entusiasmó la idea de poder salir un poco de casa, en medio de todo lo que estamos viviendo. Necesitaba trabajar y era poco tiempo porque grabábamos tres días por semana con protocolos, testeos, equipo reducido y todo muy cuidado, lo cual me daba mucha confianza y podía irme de casa y volver con la tranquilidad de que estaba todo bien. Me interesó la propuesta, además, porque me gustan mucho los formatos de realities, conozco un poco el idioma, me siento cómoda y creo que lo hago bien y lo llevo adelante con frescura. Ordena tu vida llegó en un momento oportuno, en menos de un mes hicimos los seis programas y fue muy agradable el proceso”, detalla Eugenia, a quien acompañan Carolina Delger, especialista en orden y organización; Diego Sívori, licenciado en nutrición y Fernanda Bolagay, especialista en finanzas personales.
-¿Tomaste nota de algunos tips para ordenar tu propia vida?
-¡Sí! Si hay alguien que podía conducir este programa soy yo porque el orden siempre estuvo muy presente en mi vida. De adolescente, por ejemplo, tenía el TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) de ir a ordenar los placares de mis amigas, que a veces ni estaban en la casa pero la mamá me abría y me hacía pasar al cuarto. Los dejaba espectaculares.
-¿Te pagaban?
-No, lo hacía por gusto, y que quedara prolijo me generaba algo lindo. Siempre fui muy obsesiva del orden y la limpieza, y con Romeo me fui adaptando. Después llegó Fran y más tarde Ema y los otros dos perros de él, y no es lo mismo. Pero mi mamá me decía que igual se puede tener todo limpito, ordenado y prolijo, y tenía razón. A veces te dicen que cuando tenés hijos te olvides del orden y no es así: se puede tener limpia y ordenada una casa en la que hay un marido, una hija y tres perros. Saqué algunos tips porque son fáciles e interesantes. Los casos que tuvimos reflejan lo que viven hoy las familias o las madres que ya no saben qué cocinar, por ejemplo. Antes teníamos cierto orden pero hoy, con la incertidumbre que vivimos y pasar tanto tiempo en casa, se desordena la cabeza y se te desordena todo. A quien mire el programa, algo le va a servir.
-¿Y sos ordenada en cuanto a la economía familiar?
-También tomé nota de algunas cosas que me parecen piolas. Con la pandemia nos dimos cuenta de que no necesitamos tanto y podemos vivir con mucho menos de lo que generalmente creemos que tenemos que tener. Por ejemplo, a veces tenemos mucha más ropa de la que usamos. La pandemia ayudó a reflexionar en cuánto a que uno gasta de más en cosas que no son tan necesarias y con mucho menos nos podemos arreglar igual.
Que vuelva la ficción
-Durante años hiciste una ficción detrás de la otra pero hace tiempo que participás mucho menos, ¿hay algún motivo?
-Todo cambió y en todo sentido. La industria va evolucionando y uno se tiene que ir adaptando a los cambios que propone esta evolución. A veces te puede gustar más o menos, o jugar a favor o en contra, depende en el momento de tu vida que te encuentres porque si sos más joven te adaptás fácil y si no cuesta un poco más. Pero me parece que la inteligencia está en poder reinventarnos y adaptarnos a todo lo que viene, que sin duda tiene que ver con algo más avanzado. Hoy para hacer una ficción se requiere de mucho dinero y con las plataformas se abre un nuevo horizonte en ese sentido. Hay que esperar a que se reacomode un poco el mundo y ver qué sucede. La televisión va a seguir existiendo sin dudas, aunque con cambios.
-¿Extrañas tu trabajo como actriz?
- Sí, claro que extraño y quiero trabajar. Cuando fui mamá sabía que iba a seguir trabajando porque lo necesito. Mi idea era empezar en cuanto pudiese acomodarme con Ema, porque eso es lo que viví toda la vida con mi madre trabajando. Y es una idea de maternidad que celebro porque es saludable para ambas tener esos espacios. Dentro de la trágico y lo tremendo que vivimos con esta pandemia, yo fui una afortunada. Obligadamente tuve la suerte de quedarme este año y medio en casa con mi hija y fue genial. A lo mejor en otra circunstancia hubiese sido diferente. Sabía que no iba a ir a trabajar a los tres meses de Ema pero sí a los seis o a los ocho, tal vez, porque es saludable y lo necesito. Este parate me permitió también conectarme con ideas, con proyectos, con poder escribir y con cosas que se están gestando y van a venir en el transcurso de este año. Aproveché el tiempo que nos dio este desastre para que sea positivo.
- De alguna manera, la creatividad te sacó a flote…
-Tuve unos años bastante complicados, perdí a mi mamá, nació mi hija y en el medio, la pandemia. Fueron muchas cosas y nunca me pude tirar en una cama a llorar, porque tampoco es mi estilo. Durante el proceso uno hace lo que puede, y siempre pensando en estar mejor. Somos seres humanos y tenemos nuestros momentos de oscuridad y agotamiento, pero trato de ir para adelante porque la vida pasa muy rápido. Y más que nunca es solo por hoy, el día a día.
Del amor y del dolor
-En menos de tres meses pasaste de la felicidad de la maternidad al dolor por la muerte de tu mamá, ¿cómo lo transitaste?
-Cuando pasan cosas dolorosas te das cuenta de que simplemente hay que vivir el presente y disfrutar. Y eso trato de hacer todos los días, de prestar atención al ahora porque mañana no sabemos. En estos años se fue gente que ni pensabas que podía irse por un virus. Hay que aprovechar y honrar lo que nos toca. No me ahogo en el lamento pero sí atravieso los dolores porque creo que lo mejor es poder manifestarlos, sino eso va para otro lado y no es saludable. Hay que expresar lo que nos pasa de la mejor manera, para que todo salga y no se quede estancado ni agazapado en ningún lado del cuerpo. Y me permití hacerlo.
-¿Y cómo te atraviesa la maternidad? Durante mucho tiempo deseaste ser mamá.
-Hay que contar todo sobre la maternidad y próximamente va a haber novedades sobre eso. Todavía no puedo decir nada pero estoy trabajando en el tema. Creo que la maternidad real es la que todas empezamos a conocer cuando somos madres, y no la que nos contaron. El cuento está buenísimo y es hermoso pero contar todo también alerta, avisa y previene sobre algunas cosas que nadie te había dicho. Y está bueno saberlo. La voy llevando muy bien, creo que soy una madre bastante relajada, y me había imaginado más apegada e histérica pero la verdad es que no. Lo estoy haciendo con más tranquilidad de la que esperaba o quizá la edad me lleva a tener otro aplomo. Y también tiene que ver mucho mi compañero, claro. Todo está bien, aunque a veces tengo mis ataques como cualquier madre. Una madre sin dormir es una madre peligrosa, mejor es tenernos felices (ríe).
-¿Se viene el casamiento con tu pareja?
-No, estamos bien así. Y naturalmente se da todo como tiene que ser.
-Tienen una hermosa historia de amor y tu perro fue el celestino, ¿no?
-(Ríe) Sí, Romeo fue el celestino porque conocí a Fran gracias a él. En realidad Mariano Zabaleta, con quien trabajaba en ESPN, me habló primero de Fran, porque lleva a sus perros a su campo y me lo recomendó. Le escribí varias veces y no coincidíamos hasta que un día fui, empezamos a charlar y nos hicimos amigos. El flechazo no fue inmediato. Con el tiempo nos fuimos conociendo y llegó el amor.
-La de ustedes debe ser una casa muy pet friendly.
- Somos una familia ensamblada bastante grande porque además de Romeo están los dos perros de Fran. Somos seis en la casa y es un número. Fran y yo tenemos una idea de crianza parecida, de conectar a nuestra hija con la naturaleza, que le va a enseñar más que nosotros, seguramente.
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