Hay algo del Jesse de la saga de Richard Linklater Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes de la medianoche en el actor que lo personificó: Ethan Hawke. Quizá tenga que ver con su verborragia, con su admirable capacidad para el análisis, ya sea de unos pasajes de una novela, como de un fotograma o un instante creado por un actor en pantalla que, para él, será siempre perdurable. Cuando Hawke habla, sus conocimientos rebrotan y sus monólogos se convierten en una misma corriente indetenible. Como diría Dave Eggers en el prólogo a La broma infinita de David Foster Wallace: "No produce ni una sola frase perezosa".
Ethan también tiene algo de Jesse en su forma de concebir -y percibir- el amor. Al menos del Jesse de Antes de la medianoche, moldeado por las experiencias. "Cuando se trata de la monogamia y de la fidelidad, considero que muchos tienen una visión algo infantil sobre ambos conceptos. Inmediatamente se prejuzga, y no se tiende a analizar que nuestra especie simplemente no es monógama", declaró hace unos años en diálogo con HuffPost. Sus palabras incitan al debate, y las hace con la misma pasión que con aquellas relacionadas a su profesión. Sin embargo, en lo práctico, sus ideas sobre cómo debería perdurar un vínculo, generaron mucho daño, tanto a su primera esposa como a sí mismo, y eso le demostró que encontrar la estabilidad emocional no era tan sencillo.
Uma Thurman, de un romance vertiginoso a la depresión
Quién podría olvidar al Hawke de los 90. El adolescente de La sociedad de los poetas muertos se había erigido como todo un galán cuasi grunge, gracias a films como Generación X y, claro, Antes del amanecer. Dos años después del rodaje de la película de Linklater, aceptó la propuesta de trabajar con Uma Thurman en Gattaca, el largometraje de ciencia ficción de Andrew Nicol. Corría el año 1996 y Uma, de la misma edad que Ethan -26 años-, ya había formado parte del elenco de la fallida Batman & Robin, pero también había brindado sensibles interpretaciones en las indies Beautiful Girls y La verdad acerca de perros y gatos.
Los actores entablaron una gran relación en el rodaje del film distópico, al año siguiente oficializaron su noviazgo, y en 1998 se casaron y tuvieron a su primera hija, Maya Hawke. Dos años después, nacía su segundo hijo, Levon. Aunque el vínculo que formaron, analizándolo en retrospectiva, pareció duradero, lo cierto es que fue muy breve. Ambos se separaron en 2003, y firmaron el divorcio en 2005. Tanto el comienzo como el final de su idilio se desarrolló de manera vertiginosa.
El actor contó que en 2001, cuando fue nominado al Oscar por Día de entrenamiento y asistió a la ceremonia con Thurman, supo que el matrimonio estaba agonizando. "De muchas maneras, podría haber sido el comienzo de algo muy bueno, yo estaba en el mejor momento de mi carrera, pero la separación hizo que me viniera abajo y entré en un pozo depresivo", le relató Hawke a la revista GQ hace tres años cuando promocionaba uno de sus mejores trabajos: First Reformed de Paul Schrader.
"Cuando estás tan deprimido es muy fácil ver todo lo que es falso de la gente y de la vida, y eso me sucedió. Me puse a pensar en la hipocresía de las celebridades, la falsedad de todo. Me puse a actuar como si fuera Holden Caulfield", expresó, en alusión al personaje central de la novela sobre el desencanto por excelencia, El guardián entre el centeno de J.D. Salinger. De nuevo: no brinda una declaración perezosa. "Me salvó el trabajo, el teatro... y mis hijos. Eso es lo maravilloso de los hijos, que es que te necesitan todos los días, y eso le da un equilibrio a tu vida, no te convertís en una persona egocéntrica que solo gira sobre su eje", manifestó.
El comienzo del fin
En cuanto a las causas de la ruptura, la que trascendió con mayor ruido y generó escándalo en la prensa -probablemente el único momento mediático del actor-, fue la relación extramatrimonial de Hawke con la niñera de sus hijos, Ryan Shawhughes, con quien terminaría casándose. Una vez divorciada, Thurman le concedió una entrevista muy emotiva a Oprah Winfrey, en la que se mostró muy vulnerable y triste por la ruptura, y en la que también brindó su perspectiva de los hechos.
"No suelo hablar de esto porque pienso que la mitad de la población pasa por lo que yo pasé, pero lo cierto es que es muy duro. Es muy duro para la familia. Es decir, sos una familia y al mismo tiempo, no de la misma manera", manifestó la actriz de Kill Bill. "Nuestro matrimonio fracasó", dijo con sinceridad. "Yo debería también asumir mi parte de la culpa, culpar a la otra persona no genera nada bueno y a mí no me hace sentir mejor", explicó Thurman con mucha entereza, incluso en medio de la vorágine. Según la actriz, la separación de Hawke se produjo por los conflictos que venían sumando.
En cuanto al actor, vivió un momento incómodo en una alfombra roja cuando le preguntaron si su situación con la niñera de sus hijos era similar a la de Jude Law [recordemos que en 2005 Sienna Miller se separó del actor de Alfie, por haberle sido infiel con la niñera]. "No sé muy bien qué fue ese comentario sobre Jude, supongo que lo dijeron de manera peyorativa", respondió Hawke. "Lo que sí te puedo decir es que mi situación no está ligada a la que vivió él, yo comparo lo que me pasó con La novicia rebelde", expresó, mitad en broma, mitad en serio, y nuevamente con alguna referencia cultural en su discurso."Mi matrimonio se desintegró por muchas razones y presiones [también trascendió un affaire con la modelo Jen Perzow], y ninguna de ellas tuvo que ver, ni remotamente, con Ryan", remarcó en una oportunidad, en ese caso con total seriedad.
Hawke también contó que, como le ocurrió a Uma, la edad y la fama en Hollywood no ayudaron a que su relación pudiera atravesar las tormentas. "De un día para el otro tenés que establecer reglas, como que uno trabaja y el otro no. Entonces, hay alguien siempre fuera de casa. Por momentos, alguien criaba a los niños solo en un hotel mientras el otro estaba de rodaje desarrollando su pasión. Hacé eso por nueve meses y fijate con qué humor te podés llegar a encontrar, es muy difícil", explicó.
Un segundo matrimonio de bajo perfil
Tras navegar el escándalo y la exposición mediática, Hawke y Shawhughes -quien se desempeña como productora- se casaron el 21 de junio de 2008 y tuvieron dos hijas, Clementina, de 11 años, e Indiana, de 9. Las pequeñas se llevan muy bien con sus hermanos, Maya, ahora de 22 y actriz y cantante en ascenso, y Levon, de 18. En las muy pocas fotos que hay de la familia ensamblada se los nota muy felices. Las escasas imágenes son la vívida prueba de que, en esta segunda oportunidad, Hawke resguarda su privacidad. Recordemos que una vez declaró que le era muy difícil estar casado "con una estrella del cine".
El halo de misterio que sondea a su segundo matrimonio persiste. Ethan y Ryan no comparten muchas alfombras rojas juntos a pesar de estar casados hace 12 años. En la actualidad, a sus 50, el actor asegura que solo quiere vivir una vida tranquila en familia, y que busca equilibrar proyectos que los satisfagan como intérprete con otros que simplemente "paguen por cosas". "Las mejores películas que hice no son las que mejor me pagaron: la trilogía de Antes del amanecer, Boyhood, First Reformed, La sociedad de los poetas muertos...", declaró hace tres años. "Pero tengo que pagar cosas con mi actuación, la salud de mis hijos, las escuelas, también me gusta trabajar con varias organizaciones donando para poder ayudar", aseguró.
En su cuenta de Instagram, Hawke comparte imágenes de sus trabajos cinematográficos, de sus novelas (una de ellas, Ash Wednesday, de 2002, está dedicada a su exmujer), de sus actores y directores favoritos, y, por supuesto, de sus hijos. Recientemente, se mostró muy orgulloso del primer disco de su hija Maya, Blush, como ya había sucedido cuando la actriz brilló en la tercera temporada de la serie de Netflix, Stranger Things, en un rol muy celebrado que fue un soplo de aire fresco para la producción de los hermanos Duffer.
"Las palabras no pueden explicar lo que me pasa cuando veo a mis hijos ser felices haciendo lo que aman, y ahora Maya, que siempre fue una artista, está escribiendo poemas, componiendo canciones, y uno de los momentos más hermosos de mi vida fue verla actuar", manifestó. Maya, por su parte, en una entrevista radial, contó cómo fue crecer con padres tan famosos.
"Ahora que miro atrás pienso que me hubiese gustado que fueran 'normales', pero lo cierto es que siempre fui muy feliz con ellos y los amo muchísimo", manifestó la joven, quien sigue los pasos de Ethan y Uma, quienes la apoyan incondicionalmente en su carrera, ya con el dolor de lo que pudo ser definitivamente en el pasado. "Ethan es una buena persona y confío plenamente en él como padre", aseveró Thurman.
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