España, de luto por la muerte de la actriz Concha Velasco, un emblema del cine y el teatro
La intérprete, que tenía 84 años, fue una de las más convocadas por los directores durante la segunda mitad del siglo XX y una pieza fundamental de la lucha cultural contra el franquismo; su deceso, este sábado, causó gran conmoción en la comunidad artística y en todo el país
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La noticia conmovió a toda España: este sábado, a los 84 años, murió Concha Velasco. La multifacética actriz, que fue uno de los rostros del cine español de la segunda mitad del siglo pasado, se encontraba internada en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, Madrid.
Su fallecimiento fue confirmado por sus hijos, Manuel y Paco Martínez, a través de un comunicado que hicieron llegar a los medios españoles. Allí informan que el deceso se produjo a causa de “una complicación de su enfermedad” y que al momento de dejar este mundo había recibido “los Santos Sacramentos”. “Somos unos afortunados por haber gozado de la mejor madre del mundo y por recibir el cariño de tantos españoles que la quieren y admiran. Gracias a todos”, añadieron en el escrito.
En 2021, la salud de la actriz se vio deteriorada y desde ese momento se encontraba en una residencia para un mayor cuidado. En diciembre de ese año, sin embargo, debió ser ingresada en el hospital por problemas en su aparato digestivo, en el hígado y por un fuerte cuadro de artritis. En 2014, había sufrido un linfoma que la mantuvo por un tiempo lejos de los escenarios. Una vez recuperada, los médicos le recomendaron reposo y una serie de cuidados que Velasco reconocía le resultaban muy difíciles de seguir.
Su último trabajo sobre los escenarios fue en la obra La habitación de María, creada especialmente para ella por su hijo Manuel. Allí interpretó a una escritora, Isabel Chacón -una combinación del nombre real de su tía y el de su madre- que tenía agorafobia. El 15 de septiembre de 2021, en medio de su complicado cuadro de salud, anunció su retiro, a los 81 años.
A lo largo de su extensa carrera, Velasco actuó en más de un centenar de películas y programas de televisión, en los que no solo dejó plasmado su talento para la actuación, sino que mostró también su habilidad para el canto y el baile. Es que, en realidad, su sueño de niña era convertirse en bailarina. Y fue tras ello: estudió danza clásica y española en el Conservatorio Nacional de Madrid y logró ingresar siendo muy joven en el ballet de la Ópera de A Coruña.
Su primer rol cinematográfico, de hecho, fue el de una bailaora en el sainete La reina mora (1955). Luego vendrían las comedias La fierecilla domada (1956), en las que compartió elenco con Carmen Sevilla y Alberto Closas; Los maridos no cenan en casa (1957) y los dos éxitos que la convirtieron en una estrella: Muchachas en vacaciones (1958) y Las chicas de la Cruz Roja (1958), el film que marcó un antes y un después en la estética del cine español en la que conformó pareja con Tony Leblanc.
En 1965, Velasco participa del film Historias de la televisión. Allí interpreta el tema “La chica Yeyé”. La canción fue un éxito inmediato y le deparó un nuevo apodo con el que sería popularmente conocida a partir de ese momento.
En los siguientes años, nada pudo detener a “la chica Yeyé”: brilló en las películas Las que tienen que servir (1967), Cuatro noches de boda (1969), El taxi de los conflictos (1969), Susana (1969), La decente (1970), El alma se serena (1970), Préstame quince días (1971), Venta por pisos (1971), Los gallos de la madrugada (1971), Yo soy Fulana de Tal (1975), Pero... ¿en qué país vivimos? (1967), Relaciones casi públicas (1968), Juicio de faldas (1969), En un lugar de la Manga (1970) y Me debes un muerto (1971).
En todas las épocas
Su rostro se mantuvo firme en la pantalla grande mientras España vivía la transición del régimen franquista a la democracia. En esa época abandonó la comedia y se probó como actriz dramática en films como No encontré rosas para mi madre (1973), en la que actuó junto con Gina Lollobrigida y Danielle Darrieux; Tormento (1974), Pim, pam, pum... ¡fuego! (1975); Un lujo a su alcance (1975); Las largas vacaciones del 36 (1976); Esposa y amante (1977); La colmena (1982) de Mario Camus; Esquilache (1989) y Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? (1992).
Entre sus últimas apariciones cinematográficas destacan Más allá del jardín (1996), París-Tombuctú (1999), Km. 0 (2001), El oro de Moscú (2002), Bienvenido a casa (2005), B&B (2006), Chuecatown (2007), Enloquecidas (2008), Rabia (2009), Malasaña 32 (2020). Las nuevas generaciones seguramente la conocieron como parte del elenco de algunas de las series españolas más vistas en distintas plataformas: fue Doña Carmen en Las chicas del cable, Petra en Velvet y Ángela Salinas en Gran Hotel.
A diferencia de otras grandes divas del cine, la música y el teatro, la vida sentimental de Velasco siempre ocupó mucho menos lugar en los medios que los elogios y reconocimientos laborales. Estuvo casada entre 1977 y 2005 con Paco Marsó, con quien tuvo a su hijo Francisco. Anteriormente, había tenido a su hijo mayor, Manuel, junto al director de fotografía Fernando Arribas.
Su deceso causó una gran conmoción en otras grandes estrellas españolas y muchos de ellos recurrieron a sus redes sociales para despedirla. “Cae el telón para la gran Concha Velasco. Nos levantamos para darle un aplauso emocionado, la ovación a toda una vida de amor a la profesión. Gracias”, escribió Antonio Banderas en su cuenta de X (antes conocido como Twitter).
José Sacristán, a su vez, indicó: “Tenía la capacidad de vencer, de salir al paso de cualquier tipo de dificultad, fuera la que fuera. Ella es la voluntad, el talento, la risa... Resumirla en un solo adjetivo será corto. Concha forma parte de toda una generación de actores que nos hemos hecho sobre la marcha, nos hemos dejado las tripas en los escenarios, aprendiendo sobre la marcha todo lo que había que aprender. Concha Velasco y Juan Diego fueron de los primeros que levantaron la bandera en defensa del descanso”.
Sacristán se refirió justamente a lo ocurrido en 1971, cuando Velasco y Diego protagonizaban la obra Llegada de los dioses. En ese momento, la actriz se convertiría en una de las referentes de la lucha cultural contra el franquismo, no solo por su labor sino por su encendida defensa del derecho al descanso semanal, que era negado a los intérpretes y que finalmente fue conseguido, junto a otros derechos laborales, tras una histórica huelga de actores en 1975.
Recuerdos de familia
“A mi padre no le gustó que fuese artista, no. Prefería que fuese bailarina de ballet clásico. Mis padres se disgustaban mucho, ¡pero se querían tanto! Yo es que he vivido la pasión a través de mi padre y de mi madre. Se amaban. Se amaban y no se hacían preguntas. Cuando surgía entre ellos algún problema político, decían “vamos a callarnos”. El momento más bonito de mi vida fue cuando se pudo votar en España. Fuimos a votar. Mi madre lloraba, iba del brazo de mi padre. Y yo llevaba ya en el cochecito a mi hijo Paco, que acababa de nacer, y a Manuel de la mano. Esa es la foto más bonita de mi vida”, recordó la actriz hace algún tiempo.
Aitana Sánchez Gijón compartió en su cuenta de Instagram una fotografía suya junto a Velasco y Sacristán, y escribió: “¡Grande, Concha! Un privilegio haber trabajado contigo, haberte conocido… Nos dejas un legado de valor incalculable”. Ana Obregón y Bibiana Fernández, a su vez, compartieron una emblemática imagen de la actriz en la época de “la chica Yeyé” y también le dedicaron emotivas palabras.
“Hasta siempre mi querida Concha. Fuiste la chica Yeyé y la gran dama del teatro, del cine y de la televisión. ¡Qué suerte la mía haber trabajado contigo en varias ocasiones! Pero lo más importante es que toda mi familia te adoraba por tu gran corazón, empatía y amistad. Y sé que ese amor era recíproco. Un beso con todo amor a tus hijos y familia. Te echaré mucho de menos, sobre todo a nuestras conversaciones de los últimos años en que me apoyaste con todo tu amor. Gracias por todo y por tanto, Concha”, expresó Oregón.
“Al llegar a Por fin lunes me dieron la noticia, y no por saber sobre su delicado estado de salud me impactó menos. Se va una mujer que hizo todos los géneros, y lo mejor es que todos bien. Buen viaje a la eterna Chica Yeyé. Feliz viaje a una institución del cine, el teatro y la televisión”, agregó Fernández.
Maribel Verdú, en tanto, indicó: “Se ha ido Concha Velasco, imprescindible en la historia de la cultura de este país. Haber estado en un escenario a tu lado es algo inolvidable”. Alejo Sauras, a su vez, señaló: “Tuve la gran suerte de pasar tiempo contigo y aprender gran parte de lo que sé de este oficio de ti. Qué honor... Gracias infinitas, Concha, amiga, compañera, maestra, un poco madre.... Eres irrepetible... Buen viaje.... Te querré siempre”.
Marta Hazas coincidió con sus colegas: “Hasta siempre, Concha. Qué suerte haber podido aprender de ti en dos series el tipo de profesional que quiero ser y a cómo estar en el set. Qué gusto escucharte, qué clase, qué coquetería, que inteligente y qué talento”.
En una de las últimas entrevistas que concedió, Velasco reveló: “Yo lo vivo todo más intensamente, posiblemente porque me queda poco de vida. Soy realista. Lloro más que nadie, río más que nadie, sufro más que nadie... Cuando se es joven, pasa todo muy deprisa. Crees que no se va a terminar. ¿Un fracaso con 20 años? No pasa nada, tienes tiempo de reponerte. ¿Una ruina con 30 o 40 años? No pasa nada, tienes tiempo de reponerte. Pero a mi edad, yo quiero que todo me pase hoy y bien”.
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