Es hijo de un famoso actor, filmó su primera película y convirtió a su padre en una especie de “Don Corleone del aceite de oliva”
Luciano Leyrado conversó con LA NACION sobre Oliva y habló sobre su familia, las expectativas que le genera su carrera como director y algunos de los proyectos que tiene en mente
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Cuando Luciano Leyrado empieza a hablar, su voz se sumerge en una narrativa de dos cosas que conoce y lo motivan: las pasiones heredadas, la familia y el placer por contar historias. Eso mismo es lo que lo llevo a dirigir Oliva, su primer largometraje de ficción que se estrenó el 7 de septiembre en el cine y que ahora se puede ver en la plataforma Star+, y en el que su famoso padre Juan interpreta a un megalómano que se cree un Don Corleone del aceite de oliva.
Desde joven, Luciano se interesó en el mundo de la producción y la dirección aprovechando los fines de semana para juntarse con amigos y experimentar en la creación de historias y contenidos audiovisuales. Después de realizar varios documentales y series, como Voces (Encuentro) y el documental Alcarajo, estrenado en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Leyrado formó junto a Agustín Rolandelli una dupla de dirección de proyectos que le dio vida a Oliva. En conversación con LA NACION el director dio detalles sobre la experiencia de dirigir a su padre y sobre cómo fue crecer rodeado de arte.
–¿Cómo ves al cine argentino hoy?
–Lo veo con tristeza. Hay muy poco espacio, poco apoyo y los últimos años eso se intensificó. Con Barbie, mi mujer, tenemos dos hijos, mi hija de 16 y Fran de 12 y una vez por semana vamos al cine los cuatro. Tratamos de inculcarles la idea de ir al cine porque esa es la mejor manera de apoyarlo. Creo que lo importante es no bajar la guardia, siempre seguir intentando producir acá y apoyar el cine lo máximo que se pueda siempre. Oliva empezó su camino en las salas y ahora sigue en el de las plataformas de streaming.
–¿Si hubieses sabido de entrada que la película iba a pasar por el cine y no solo por la plataforma algo hubiese cambiado en la producción?
–No lo había pensado. No pensé en la película como si fuera solo para la plataforma de streaming. Creo que hay cosas que se pueden tener en cuenta... es distinta la sensación que se genera con los planos cerrados de una película que se va a ver en una pantalla grande o en una televisión. En este caso, Oliva es una comedia de género, de fantasía y muy familiar y siempre la pensé en términos cinematográficos. Tuve libertad absoluta con la plataforma. Hice todo según mi capricho. Fue un proyecto muy mío: decidí hacer la adaptación de la obra de teatro Extra virgen y me junté con Agustín Rolandelli, que es mi socio de aventura en toda esta locura. Estoy convencido que Oliva tiene una magia muy particular, tiene mucho del cine que a mí me gustaba ver en los 80 y en los 90, ese es el cine que a mí me nutrió en la infancia y en la adolescencia.
–¿Concretar la dirección de tu primer largometraje de ficción fue cumplir un sueño personal?
–Yo venía dirigiendo hace tiempo, pero nunca había hecho un largo de ficción y cuando cumplí 40 años pensé: “Es el momento. De acá a 5 años tengo que hacer mi ópera prima”. Y acá estoy con 45 y Oliva.
–Cumpliste con tu meta...
–Las ganas estaban y estuvieron siempre. Siempre quiero estar en rodaje. Si fuera por mí, viviría todos los días de mi vida en rodaje, lo disfruto mucho.
–¿Cómo fue trabajar con tu papá y dirigirlo?
–La verdad que fue espectacular y alucinante trabajar con él. Aproveché muchísimo la confianza que nos tenemos. Creo que él también confió mucho en el proyecto y parte de eso fue por nuestra relación, pero la realidad es que dentro del rodaje éramos un director y un actor. Él fue súper generoso. Uno de los trucos que utilicé como director fue el de aprovechar mi relación familiar, de la confianza. En este caso él fue quien se entregó, pero si no hubiera sido hijo de mi padre y hoy tuviese que elegir el elenco de Oliva ese personaje iba sin dudas a Juan. Si mi padre no aceptaba, me hubiese puesto en un problemón, no hubiese sabido a quién convocar porque es el actor ideal para ese personaje. La comedia absurda le queda muy bien y todo el rodaje fue bárbaro, es más, creo que nos llevamos mejor en rodaje que fuera de rodaje. Fue una experiencia muy de compañeros la que vivimos grabando la película. Vivimos el proceso muy amorosamente: lo que salía y lo que no. Fue un hermoso rodaje de 20 días en las afueras de Montevideo.
–Contabas que para vos es importante llevar a tus hijos al cine. Vos siendo hijo de un actor popular, ¿cómo viviste el arte en tu casa cuando eras chico?
–Cualquier expresión artística denota un espacio de libertad de pensamiento. La verdad es que mis amigos y mi familia, todos están relacionados con lo artístico, así que creo que otra no me quedaba. Ahí crecí. Lo visitaba a mi papá al trabajo, me llevaba al cine y al teatro. Mi vocación está desde chico, yo jugaba con la cámara, ponía música y armaba clips en mi casa. Jugaba conmigo mismo: actuaba, ponía la cámara, editaba. Todo eso era parte del juego. Además estudié mucho teatro. Siempre estuve relacionado con esto de contar historias ya sea dirigiendo, produciendo o escribiendo, pero siempre estuve contando historias.
–¿Nunca renegaste de tus raíces artísticas?
–No, siempre lo tomé de forma natural.
–¿Nunca te molestó que tu padre fuera famoso?
–No. Mi abuelo materno también era actor. Siempre se mamó arte en mi casa. Mi mamá es psicóloga, trabaja con psicodrama. Todos estamos vinculados con el arte, yo creo que o me dedicaba a esto a algo completamente diferente. Eso lo puede decir cualquier psicólogo (risas).
–¿Qué pensás sobre una posible desfinanciación del Incaa?
–Creo que el sistema que tiene hoy el Incaa quizás no es el mejor sistema. Hay personas que nunca van a poder transitar por el cine queriendo hacerlo, creo que tiene que haber una política en la que el Incaa esté mucho más presente. Además de tener mucho más control y rigurosidad, pero que haya que mejorar su funcionamiento no significa que no tiene que existir.
–¿Tenés algún otro proyecto en mente?
–En octubre se estrenó también en salas El duelo, una película que escribimos con Agustín (Rolandelli), dirigida por Augusto Tejada y con las actuaciones de China Suárez y Joaquín Furriel. También estoy con dos guiones más, un proyecto integral para Perú para el año que viene, pero también disfrutando mucho del lanzamiento de Oliva porque no sé cuántas películas voy a estrenar en mi vida... Tarantino tiene 12: eso es un baldazo de realidad... no sé cuántas tendré yo, pero ojalá vengan un par más.
¿Dónde verla? Oliva ya está disponible Star+.
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