Emiliano Boscatto: la cuarentena del ex Gran Hermano en Madrid
Frontal y sincero. No se anda con vueltas a la hora de mostrarse. No teme desnudar sus miedos y sus sueños postergados. Será, acaso, porque, en 2011, ya dijo y mostró casi todo en su paso por el Gran Hermano vernáculo, o porque hoy es un conocido actor de películas eróticas en España. El exponerse, definitivamente, es lo suyo. "Gracias a Gran Hermano se me abrieron muchas puertas, conocí gente, viajé por la Argentina. Todo lo que fue la experiencia del encierro no fue difícil, como todos piensan. Yo venía de trabajar en mi casa, con un trabajo familiar que era muy duro, pesado. Así que estar en esa casa con pileta, acompañado, divirtiéndome con mis compañeros, era muy cómodo. Tengo el mejor de los recuerdos, lo conservaré toda mi vida", dice Emiliano Boscatto a LA NACION sin perder un acento de esa tonada que revela su origen cordobés, esa provincia que extraña desde Madrid, su lugar de residencia desde hace cinco años. Allí está él, plantado como el Adán renacentista de Durero, pero sin retazos que escondan sus intimidades ni encierros en el Prado.
En España, donde vive desde 2015, desarrolla dos actividades bien disímiles: con su novio, se dedica a administrar departamentos para albergar turistas y, en los ratos libres, despunta su vocación actoral filmando películas eróticas. Hoy, ambas actividades están detenidas debido a la cuarentena obligatoria a la que la población española debe ceñirse a partir de la pandemia del coronavirus.
Multiplicidades
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El tabú no es un término permitido en el vocabulario de Emiliano Boscatto. Será por eso que cuenta sus escenas de sexo en cámara con la misma naturalidad que explica la situación actual de una ciudad sitiada por un virus: "Cumplo con las medidas de prevención y las únicas salidas que hago son al supermercado o a la farmacia. Veo mucha televisión, estoy activo en las redes, descanso. Es la primera vez que no tengo nada que hacer. Ni siquiera voy al gimnasio, pero entreno dentro de casa. Este parate me viene bien para reflexionar, me está sirviendo para encontrarme a mí mismo".
–¿Cuál es el panorama actual en Madrid?
–Es bastante bueno, la gente está cumpliendo con el pedido de quedarse en su casa, la policía está llevando a cabo muy bien su tarea, están controlando que no suceda lo que no tiene que suceder en la calle. El problema que se viene es el económico.
–¿Tenés miedo?
–En lo personal, no. Con mi pareja decidimos pasar la cuarentena en casas separadas. Él sí tiene mucho miedo, como mucha gente. Creo que, mientras se cumpla con el mantener distancia, no toser enfrente de otras personas, y no salir resfriado, la cosa funcionará bien. La paranoia va mermando, hay poca circulación y todos están más tranquilos. No existe el miedo inicial.
–¿Se vieron escenas de pánico en las calles?
–No. Lo que sí se ve es que, ante alguien que está haciendo gimnasia en la vía pública, la gente le grita desde los balcones para que se vaya a su casa o llaman a la policía, pero, escenas de pánico no se ven porque no hay gente en la calle.
–¿Por qué decidiste radicarte en España?
–En 2014, vine de vacaciones a Barcelona y a Madrid, y me gustó mucho. Creo que en la Argentina había cumplido un ciclo luego de Gran Hermano y de dos años trabajando para Telefe. Participé como panelista en varios programas, hice teatro, pero me fui dando cuenta que era muy difícil vivir de la televisión en la Argentina. Así que me gustó la idea de venirme a España.
–¿Cómo recordás tu paso por Gran Hermano?
–Tengo muy buenos recuerdos. Todavía sueño con la casa, con mi pelo largo y mis rulos. Después de tanto tiempo de la experiencia, uno entiende que se sube y se baja muy fácil. Salí segundo, pero siempre traté de controlarme para que no se me subiera a la cabeza esa fama tan espontánea que dura poco. Sabía que se acabaría pronto todo eso.
–¿Qué fue lo mejor y lo peor de haber participado en el reality?
–Yo tenía muchas ganas de ser conocido y un programa tan visto como ese, lo permitía. Cuando salí, la calidez de la gente fue impresionante. Definitivamente, creo que lo mejor fue vivir la experiencia de ser famoso por un tiempo. Lo único que me pone mal es que, por haber hecho las cosas bien con el canal y no habérmela jugado para hacer otros proyectos, después de un tiempo me quedé sin propuestas. Es así la televisión.
Prefiero el encierro de Gran Hermano. Este es más aburrido y todavía queda mucho tiempo de estar guardado.
–Hoy, en cuarentena, ¿te sentís como en Gran Hermano?
–Es el segundo encierro que me toca transitar en mi vida. La diferencia es que ésta es una cuarentena obligada. Ahora, por lo menos, tengo la opción de estar en mi casa o ir al supermercado. De todos modos, prefiero el encierro de Gran Hermano. Este es más aburrido y todavía queda mucho tiempo de estar guardado.
Anatomías
Si de vocaciones se trata, la de Emiliano Boscatto siempre estuvo ligada a la exposición pública. La necesidad de mostrarse sin disimularse en un personaje como sucedió en el exitoso y controversial formato televisivo, o bajo la máscara de una interpretación de ficción –tarea que cumplió cuando le tocó participar de una comedia teatral en Villa Carlos Paz junto a algunas figuras de "Bailando por un sueño", el programa en el que, alguna vez, fantaseó con participar–. Con el tiempo, la actuación tomó otros caminos y el cordobés aportó lo suyo a la hora de filmar películas eróticas. Ese mundo, consumido y ocultado, tiene sus reglas. El tabú y el morbo merodean la cuestión. Sin embargo, él apela a la naturalidad y el convencimiento. No hay doble mensaje. "Siempre se me cruzó la idea de hacer películas así, pero nunca me animé", explica el actor mientras balconea a una ciudad con su Gran Vía desierta.
–¿Contribuyó la extrema exhibición en Gran Hermano para tomar la decisión?
–Sí, después de esa experiencia, de haberme expuesto, de haber hablado tanto de mi vida, me dije: "Lo único que me queda es exponerme sexualmente". Creo que fue como un reto que me propuse. Lo único que me faltaba era mostrarme teniendo sexo dado que, en Gran Hermano, me había mostrado al ciento por ciento. La primera meta fue cambiar físicamente para verme como yo me quería ver. Después de eso, era el momento indicado.
–El deseo de ser actor en películas eróticas, ¿estaba vinculado con una práctica exacerbada de la sexualidad o con su disfrute?
–El mundo del porno es muy grande, es un abanico amplio. Cada cual cumple con diferentes deseos al hacer una escena triple equis. En mi caso, la verdad es que mis escenas llevan una previa bastante larga con respecto a otro tipo de pornografía, y siempre hay una introducción con actuación que me gusta, que me permite lucirme como actor. En mi caso, pongo mis dotes actorales a full, siento que estoy actuando, y eso no tiene mucho que ver con la sexualidad ni con su práctica. A la hora de hacer películas, me siento un actor como cualquier otro. Llego al set, cumplo con lo que tengo que hacer, y trato de hacerlo lo mejor posible. Lo que es sexo y disfrute, lo dejo para mi intimidad.
–¿Cuál fue tu primera escena?
–La realicé en 2015 para la productora en la que grabo casi todo, hacía apenas dos meses que había llegado a Madrid. Se rodó en Málaga, y, por suerte, me tocó un gran compañero. Él, y los productores, me hicieron sentir muy cómodos. Uno llega un día antes a la ciudad donde se llevará a cabo el rodaje para conocer a la gente, comer con ellos, romper la inhibición. El chico con el que hice esa escena me ayudó bastante.
–¿Tenías temor, pudor?
–Sí, tenía mucho miedo. Sobre todo, un hombre tiene la necesidad de funcionar bien a la hora de hacer una película así, pero no tuve problemas, me desinhibí. Mientras tengas un buen compañero, todo irá de maravillas. No me puedo quejar de mi primera experiencia, me sentí bien física y anímicamente.
Estoy postergando y dejando de lado mis sueños para sostener una vida cómoda y tranquila y cada vez se me hace más duro vivir lejos de Argentina y de Córdoba.
–¿Qué extrañás de tu Córdoba natal?
–Voy dos veces al año y paso mucho tiempo con mi familia, que es muy numerosa. A medida que el tiempo pasa, extraño cada vez más a Córdoba, me identifico con mi lugar. Se me hace muy difícil la distancia, creo que no pasará mucho tiempo hasta que yo me vuelva a vivir ahí.
–¿Cómo es tu día a día en España?
–Mi vida es muy tranquila. Estoy en pareja con un chico que conocí al poco tiempo de llegar a Madrid y, desde hace casi un año, vivimos juntos. Como mi trabajo no me lleva mucho tiempo, con él gestionamos departamentos turísticos. Le ponemos muchas ganas a eso, es muy entretenido, pero también siento que, cada vez, estoy postergando mi estilo de vida, mis sueños. Me pregunto por qué dejé de lado los medios o actuar que es lo que a mí me gusta. Por qué no lo intenté en los medios españoles. Creo que de eso me voy a arrepentir en un futuro. Estoy postergando y dejando de lado mis sueños para sostener una vida cómoda y tranquila. Tengo pocos amigos, así que estoy bastante solo, salvo mi pareja. Eso hace que la vida aquí se me esté tornando un poco difícil, cada vez se me hace más duro vivir lejos de la Argentina y de Córdoba.
–¿Tu pareja no hace objeciones con respecto a tu trabajo como actor de películas eróticas?
–Antes de ponernos de novio, le comenté sobre este trabajo. Me conoció así. No opina sobre mi actividad porque no es algo que pese tanto en el vínculo. Es una persona con un perfil muy distinto al mío, por eso es como sorprendente que no le moleste mi personalidad, será porque, a veces, los polos opuestos se atraen. No es para nada celoso, somos una pareja muy tranquila, relajada, por eso estamos juntos desde hace cinco años.
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