El video que Quentin Tarantino le negó a Uma Thurman durante 15 años
La relación que unió a Quentin Tarantino con Uma Thurman fue algo más allá de la típica relación entre un director con su musa. De hecho, el mismo realizador contó cómo la actriz participó activamente en el desarrollo de la película Kill Bill, y también aseguró que ese trabajo en conjunto era para él una suerte de cuenta saldada tras las buenas migas que habían hecho durante el rodaje de Pulp Fiction.
Sin embargo, el paso del tiempo y la necesidad de Thurman de romper el silencio acerca del acoso y el abuso que sufrió por parte de Harvey Weinstein corrió un velo sobre los sinsabores de su celebrado tándem con el realizador. Y también, dejó expuesto el modo en que su tensión con el ahora cuestionado productor afectó su relación en el set de filmación.
Según contó la actriz que personificó a "La Novia" en Kill Bill, una vez que las revelaciones sobre el siniestro comportamiento del fundador de The Weinstein Company salieron a la luz, ella misma comenzó a repasar cómo fueron sus encuentros con él y fue atando cabos hacia el modo en que Tarantino -un amigo cercano del productor- modificó su actitud.
Uno de los hechos que redundantemente trajo su memoria fue un desagradable episodio sobre el final del rodaje de la sangrienta saga, en México. Faltaban cuatro días para dar por finalizada la filmación, y el director le solicitó que fuera ella y no una doble quien manejara el convertible azul que llevaría a su personaje a encontrarse con Bill, el objeto principal de su venganza. Ella no estuvo de acuerdo, y contó que no se sentía segura de poder hacerlo.
"Quentin vino a mi trailer y no le gustó oír que dijera que no, como le pasa a cualquier director", le relató a The New York Times. "Estaba furioso porque decía que el rodaje les estaba llevando mucho tiempo, pero yo estaba aterrorizada. Me dijo: 'Te prometo que el auto está bien. Y es un camino recto'". Así, él la persuadió para que hiciera la toma, además de darle algunas precisiones: debía conducir a unos 65 kilómetros por hora para que su cabello se moviera con el aire.
Sin embargo, el asiento del auto no estaba correctamente atornillado, el camino era de arena y estaba lejos de ser recto. Y por supuesto, todo salió mal: luego de unos segundos, Thurman perdió el control del vehículo y terminó chocando contra una palmera. Sufrió una lesión en la rodilla, otra en el cuello y un fuerte golpe en la cabeza.
"El volante estaba en mi vientre y mis piernas estaban atascadas debajo de mí. Sentí un dolor abrasador y pensé: 'Dios mío, nunca volveré a caminar'", contó la actriz. "Cuando volví del hospital con un cuello ortopédico, las rodillas dañadas y un gran huevo enorme en la cabeza, quería ver el auto y estaba muy enojada. Quentin y yo tuvimos una pelea enorme, y lo acusé de tratar de matarme. El estaba muy enojado con eso; supongo que es comprensible, porque él no sentía que hubiera tratado de matarme".
Thurman habló de inmediato con su abogado y le pidió que enviara una carta a Miramax -la antigua productora de Weinstein- resumiendo el evento y reservándose el derecho de iniciar una demanda. También exigió que se le hiciera llegar una copia del metraje que había registrado el accidente, pero desde la compañía le ofrecieron hacerlo sólo si ella firmaba un documento "liberándolos de las consecuencias" de sus lesiones y eventuales padecimientos. Ella se negó.
Ese hecho marcó un antes y un después en su relación con Tarantino. "Entablamos una lucha terrible durante años", explicó la actriz. "En el medio tuvimos que promocionar las películas. Todo era un fino hielo. Tuvimos una pelea fatídica en el Soho House de Nueva York, en 2004, y nos gritábamos mutuamente porque no me dejaba ver el metraje y me decía que eso era lo que todos habían decidido".
Finalmente, las denuncias contra Weinstein y el mea culpa que él mismo realizó parecen haber hecho cambiar de opinión a Tarantino: 15 años después del incidente, decidió hacerle entrega del material fílmico. "De todos modos, no tiene valor ahora, con mi cuello permanentemente dañado y mis rodillas arruinadas", apuntó Thurman.
También la actriz recuerda muy bien ese guiño que el director parece haberle enviado en la película A prueba de muerte (2007), en la que varias actrices -incluida una rubia Rose McGowan- pierden la vida de innumerables maneras, incluso golpeándose contra un parabrisas.
"Cuando me atacaron después del accidente, pasé de ser una colaboradora creativa e intérprete a ser como una herramienta rota", finalizó notablemente conmovida.
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