El fascinante tercer acto en la carrera de la actriz británica Lesley Manville: de La señora Harris va a París a la nueva princesa Margarita en The Crown
Feliz de no haber sido nunca “la chica de moda”, la intérprete llevó adelante un enorme recorrido en cine, teatro y televisión que la mantuvo siempre lejos de los encasillamientos y le permitió a personificar a mujeres muy distintas entre sí
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Cada vez que reaparece el nombre de Lesley Manville en los créditos de una película asoman esos mismos ojos firmes y encendidos que ostentaba Cyrill en El hilo fantasma de Paul Thomas Anderson. Su pose rígida y siempre atenta, custodia del emporio familiar que encarnaba su hermano, el creador excéntrico y tirano interpretado por Daniel Day Lewis. Pero Cyrill sostenía bajo el peso de su andar y su estatuaria disciplina un orden que siempre resultaba frágil, susceptible a los vaivenes de la vida y la pasión.
Manville le brindó a ese personaje todo el arte acumulado en una carrera pródiga pero alejada de las luces de la popularidad, concentrada en las tablas del West End, en las películas de Mike Leigh que formaron su juventud, en aquellos roles esporádicos que la sacaban de su decidido anonimato. “Literalmente me desperté un día y Paul Thomas Anderson no estaba en mi vida –recuerda Manville en una entrevista con Los Angeles Times de julio pasado-, y al día siguiente sí estaba y mi vida cambió. Fue increíble. Quiero decir que fueron catorce de las mejores semanas de mi vida filmando El hilo fantasma. Y luego vino, por supuesto, la nominación al Oscar y todo lo demás”.
El hilo fantasma (estrenada en 2017 y disponible en Amazon Prime Video, Movistar Play, Claro Video, Apple TV+ y Google Play) no solo le valió la nominación al Oscar, a los BAFTA y a varios premios de Asociaciones de Críticos –perdidos muchos de ellos a manos de Allison Janney por su rol en Yo soy Tonya- sino que inauguró una nueva etapa en su carrera. A sus 66 años, Leyley Manville se encuentra hoy en un momento envidiable de su trayectoria: a punto de encarnar a la princesa Margaret en la nueva temporada de The Crown (reemplazando a Helena Bonham Carter en la coda final de la vida de la monarquía Windsor de Netflix), también estará en la piel de la Marquesa de Merteuil, aquella obscena y fascinante creación de Pierre Choderlos de Laclos que la plataforma Starz Play convertirá en una nueva versión de Relaciones peligrosas (a estrenarse el 6 de noviembre). Por estos días, se luce como la estrella absoluta de La señora Harris va a París, película que descubre a una modesta señora de la limpieza transformarse en una Cenicienta moderna al viajar a París para vestir un vestido exclusivo de Christian Dior.
“La señora Harris va a París fue una especie de déjà vu respecto a mi experiencia en El hilo fantasma, pero viéndolo todos desde el otro extremo”, dice la actriz respecto a su regreso al mundo de la alta costura en la década de los 50. “Allí estaba yo como Ada Harris viendo un desfile de Dior con toda esa ropa que conocía por interpretar a Cyril Woodcock”. El otro extremo es el que representa la mirada ingenua de la señora Harris, recién llegada a la ciudad de las luces como Alicia en el país de las maravillas, enredada en sueños de seda y guantes de todos colores. Quien se asemeja a Cyril esta vez es Madame Colbert, la flemática directora de la Casa Dior que interpreta nada menos que Isabelle Huppert. En un duelo de interpretaciones magistrales, Manville y Huppert juegan a los opuestos que se atraen: aquella encantadora advenediza en ese mundo ajeno al que conquista con gracia y vocación y la severa mandamás de aquel emporio de la alta costura seducida por una poderosa convicción.
Acostumbrada a personajes sombríos y malhumorados, a mujeres rectoras o sufrientes, Ada Harris resulta una elección atípica para Manville, que no solo revela sus notables dotes de comediante sino una audaz ligereza en el tratamiento de esa historia concebida por Paul Gallico, un escritor y periodista estadounidense que modeló bajo el rostro diáfano de su personaje un perfecto fresco del aspiracionismo de la posguerra. “Esta debe ser la única película de mi carrera en la que no estoy llorando, no me voy a cortar las venas, no guardo un pasado oscuro y doloroso o un marido sombrío y horrible. Es una historia que, con descaro, se atreve a ser encantadora”, asegura. Podría ser una de esas películas “feel good” de esta nueva era que parece haber inaugurado la pandemia en la que la realidad exige un escape posible a través de las imágenes. “¿Por qué una mujer de la limpieza no tendría derecho a regalarse un vestido de la casa Dior?”, se pregunta la actriz en sintonía con los interrogantes que deslizó el autor en su obra, en un tiempo que parece recobrar un nuevo sentido a la luz del presente.
Qué fue lo que inspiró a Lesley Manville a ponerse en la piel de ese personaje parece ser la pregunta obligada, sobre todo considerando que fue una integrante clave del proyecto y el principal motivo para reunir un elenco encabezado por Huppert, Jason Isaacs y Lambert Wilson. Manville logró dar vía libre al guion escrito por el director Anthony Fabien hacía más de una década y consiguió llevar a la pantalla una nueva encarnación de la icónica Harris, ya interpretada por Angela Lansbury y Gracie Fields en sendas películas para televisión. Fabien estaba convencido desde hacía tiempo que Manville era la actriz adecuada, por ello le pidió a una amiga en común, Rima Horton, viuda de Alan Rickman, que la convenciera de aceptar el papel. “La verdad es que no había leído el libro, aunque sabía que estaba en algún lugar de mi biblioteca, pero cuando recibí el guion me convencí de que debía participar en la película”, asume. Siendo Fabien un director novel, Manville se convirtió en algo más que su protagonista y productora ejecutiva: se permitió aportar detalles esenciales para la reconstrucción de la época, modelar el carácter y la dignidad del personaje, sombrear con matices la ingenuidad de ese sueño de triunfo en las tiendas parisinas.
Ada Harris parece haber llegado a su vida en el momento justo, cuando su consagración tardía le brindó el aplomo para asomarse a otros rumbos, probar nuevos registros, expandir sus propios límites. “Me alegro de no haber sido el ‘sabor del mes’ cuando tenía 20 o 30 años, o incluso 40″, reflexiona. “La experiencia te permite afrontarlo de otra manera, con cuarenta años de experiencia, con premios y fracasos, con otra perspectiva del éxito”.
De esos largos años, los primeros transcurrieron en las tablas del teatro londinense, premiada y aplaudida en tragedias y musicales. En los albores de los 90 también se casó con Gary Oldman, tuvo su único hijo, se divorció al poco tiempo y enseguida encontró su lugar en el cine de la mano de Mike Leigh. Enclave central de la renovación del realismo inglés en esos años junto a Ken Loach y Stephen Fears, Leigh dirigió a Manville en numerosas películas, inspiró actuaciones chispeantes y conmovedoras, todas inolvidables. Si bien el trabajo conjunto comenzó en la BBC con Grown Ups (1980), la perfecta alianza entre ambos dejó títulos indispensables como Secretos y mentiras (1998), Topsy-Turvy (1999), A todo o nada (2002), Vera Drake (2004) y Un año más (2010).
“Le debo mucho a Mike Leigh, quien me ha dado tal variedad de personajes para interpretar durante décadas que hizo que nunca me encasillen. El hecho de que en el mismo año pueda interpretar a la princesa Margaret y a Ada Harris es increíble. Siempre me interesó dar vida a mujeres de todo el espectro social, con personalidades disímiles, mujeres inseguras, mujeres que sufren, mujeres con problemas emocionales, mujeres con más de 60 años y están ardiendo de vida”, explica.
En televisión encarnó a la exigente jefa del inspector John River (Stellan Skarsgard), asediado por el fantasma de su compañera muerta y al borde del desquicio profesional, en la notable River (2015) creada por Abbi Morgan, pero también a la veterana cortesana de Harlots (disponible en Star+), enemistada desde su juventud con la Margaret Wells de Samantha Morton en la Londres del siglo XVIII. En el cine encarnó a una madre brutal en Déjalo ir (2020 –disponible en Star+, Apple TV y Google Play), el neo western de Thomas Bezucha con Kevin Costner y Diane Lane, y a una esposa enferma de cáncer en la melodía final del amor con su marido, interpretado por Liam Neeson, en Un amor extraordinario (2019 –disponible en Paramount+, Claro Video, Apple TV y Google Play). Cada personaje parece abrir una nueva faceta, una pequeña hendija de talento, un espejo radiante en el que vestirse con un nuevo disfraz.
El estreno inminente de The Crown, a partir del próximo 9 de noviembre en Netflix, la reencuentra con Imelda Staunton, amiga y actriz con la que compartió Vera Drake y una larga cofradía en la escena inglesa. “Mi querida amiga Imelda [Staunton] y yo la estamos pasando genial jugando a las hermanas. Margaret y Elizabeth tenían una relación muy cercana, se amaban profunda y entrañablemente. Y es muy gratificante estar interpretando ese vínculo junto a Imelda. Porque nos conocemos desde hace décadas y somos muy buenas amigas”, contaba hace poco a Indiewire. Casi en simultáneo con The Crown llega el estreno de Relaciones peligrosas en Starz Play, basada en la famosa novela epistolar de Pierre Choderlos de Laclos sobre venganzas y pasiones en un tono satírico e irreverente que exuda cinismo y sensualidad por igual. En ese torbellino de proyectos, Manville se describe a sí misma como “llena de energía” y con la conciencia de que ser la chica de moda no dura para siempre: “Soy muy afortunada de todo el camino que me queda por delante”.
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