La charla con Alejandro "Marley" Wiebe (48) se interrumpe de tanto en tanto porque su hijo Mirko lo busca una y otra vez. Se ríe, gatea con una pierna cruzada y extiende los brazos para que le haga upa. "En cualquier momento se larga a caminar. Por ahora se para agarrado de mis pantalones, del sillón, dentro el corralito, donde sea", explica el conductor, embobado con su hijo. El 27 de octubre, Mirko cumplirá un año y su papá ya tiene todo listo para ese día. Él también dice que tiene mucho para celebrar. "Ser padre fue un deseo de muchos años, pero por una cuestión de tiempos, no encontraba el espacio. Cuando sentí que ya me había asentado en mi carrera y me había sacado las ganas de hacer todo, empecé a pensar seriamente en un hijo. Fue en el momento exacto en que se tenía que dar", relata el conductor de La voz Argentina, quien tras un proceso de investigación de dos años finalmente cumplió su sueño de ser padre. Una mujer de Siberia donante del óvulo y una madre subrogante en Estados Unidos le dieron la posibilidad de tener a Mirko.
–¿Cómo viviste este primer año como padre?
–De un modo muy intenso, ¡y desde el comienzo! Mirko nació tres semanas antes de lo previsto, por lo que tuve que aprender todo de repente. Yo había viajado a Estados Unidos pensando que iba a nacer en una determinada fecha y con mi familia a mi lado dándome una mano… Pero todo se adelantó y de pronto me encontré solo con él. Fue un shock.
–¿Cómo fue tu primer encuentro con él?
–La primera vez que vi a Mirko, él estaba en brazos de Brittany, la mujer que lo llevó en su vientre. Ella es negra, así que parecían un comercial de Benetton. [Se ríe]. Después vino el momento de alzarlo y fue un quiebre enorme. Me acuerdo que pensé: "No puedo creer que sea mi hijo". Las primeras 22 horas le conté de mis cosas, de mi vida, de él, de su familia. Es como un hilo invisible que se generó no bien estuvimos juntos.
–¿Seguís en contacto con Brittany?
–Sí, nos escribimos siempre. Ella se vio todos los videos de los programas de Por el mundo y no te puedo explicar lo feliz que se puso cuando supo que Mirko estuvo con Obama.
–¿Qué fue lo más difícil de aprender como padre?
–Creo que lo más duro fueron los primeros meses, yo no dormía nada porque él se despertaba cada dos horas y había que darle la mamadera, cambiarle los pañales y era una constante que no me dejaba descansar. Ahí entendí y aprecié mucho más la titánica tarea de mi vieja y de todas las madres. Igual, te cuento, hubo momentos en que flaqueé y pensé: "No puedo creer lo que es esto, en qué me metí", pero después veo a mi hijo, tan bonito y dulce, que no me arrepiento de nada, cada minuto con él vale oro.
–¿Cómo es tu rutina diaria?
–Ahora con el programa La voz… a veces salgo muy temprano a la mañana y vuelvo a la noche. Y cuando grabo hasta tarde tengo ayuda a la noche. Mi familia me da una mano enorme y en casa tengo cámaras en todos lados, con lo cual puedo verlo desde el celu cada vez que quiero. Te aseguro que lo chequeo todo el tiempo. El otro día estaba grabando y desde el teléfono veía a mamá y a mi hermano con Mirko en casa.
–¿Pensaste en descansar de la televisión para dedicarte a Mirko?
–Es que a mí me divierte trabajar, es parte de mi vida. Hace unas semanas me ofrecieron hacer un programa para el verano y ya dije que no: no tengo más energía. Si no tuviese a Mirko, seguramente lo habría hecho, pero ahora todo es distinto. Este verano quiero aprovechar para disfrutar de nuestra pileta y acompañarlo en sus primeras clases de natación.
–¿Cómo van a festejar su primer cumpleaños?
–Seguramente sea algo íntimo, entre los más amigos. Lo importante es estar juntos. Mirko es un chico feliz, simpático y muy querido. Así como lo ven en las fotos y en la televisión, es en casa. Puro amor.
–¿Qué es lo que más disfrutás de ser padre?
–Aunque suene a cliché, todos los días me sorprendo con algo nuevo: el día que Mirko aplaudió por primera vez, cuando me dijo "papá", cuando empezó a gatear y se paró por primera vez. Todo lo vivo con una alegría tremenda. Al final me volví un papá baboso como todos.
EL BEBÉ DE LOS RÉCORDS
Aún no cumplió un año y Mirko ostenta un "curriculum" que lo convierte en el bebé más famoso del mundo. "Así al menos se lo presentaron a Barack Obama durante la primera Cumbre de Innovación Tecnológica y Economía Circular celebrada en Madrid en julio pasado", recuerda Marley. La cuenta de Instagram de Mirko supera los dos millones de seguidores (Blue Ivy, la hija de la cantante Beyoncé, apenas alcanza los cien mil) y recorrió catorce países en cuatro meses. Tremenda hazaña no pasó desapercibida por la organización del Récord Guiness que ya planea otorgarle un reconocimiento.
–¿Cuántas millas aéreas tiene Mirko?
–No tengo idea, pero parece que Mirko es el bebé más viajado del mundo a su edad. Gracias al programa Por el mundo, estuvimos en Estados Unidos, Canadá, Japón, China, Hong Kong, Singapur, Dubái, Alemania, Grecia, Rusia, España, Italia, Francia, Bélgica …
–¿En qué lugar creés que lo pasó mejor?
–En Francia. En cada lugar que visitamos siempre buscamos un parque de diversiones para él. En París lo llevamos al Parque de Ásterix y Óbelix y también conoció al Principito. En Bélgica se volvió loco con un bosque encantados de Los Pitufos. A Bob Esponja lo descubrió en Madrid, cuando nos encontramos con Benjamín Vicuña y la China Suárez.
–Además del ex presidente Obama, Mirko conoció a Lionel Messi, Mauricio Macri, Maradona…
–Y al Papa en el Vaticano. En Dubái me llamó Rocío Oliva para decirme que Maradona me invitaba a su casa, "pero la condición es que vengas con Mirko porque Diego lo quiere conocer", me dijo. Así que también estuvo en brazos de "El Diez". Me gusta la idea de pensar que si el día de mañana se copa con el fútbol, voy a poder mostrarle fotos donde estuvo con estos cracks, con las máximas figuras de la historia.
–¿Cómo manejás la alta exposición de tu hijo?
–Lo voy midiendo a medida que crece. Cuando le abrí su cuenta de Instagram pensé que iba a tener 10 mil seguidores. Jamás se me pasó por la cabeza que dos millones de personas iban a estar interesados en mi hijo y me tomó de sorpresa. Ya veremos cómo hacemos cuando crezca, ahora es como un juego porque es chiquito y adonde voy, enseguida me piden sacarse fotos con él. Cuando empiece el colegio, seguramente baje su nivel de exposición.
–¿Qué te pasa con la gran cantidad de gestos de amor que recibe tu hijo?
–Me encanta, porque se trata de energía positiva que envía la gente. La realidad es que en el día a día, Mirko está en casa, tranquilo, con sus cosas, no lo llevo a un shopping ni hago muchas salidas con él. Es cuestión de dosificar… Hace poco hablé de esto con Jimena Barón y cómo hace ella con su hijo Morrison. Ella me dijo que así como a él le gusta que publique en Instagram algunas situaciones, también hay momentos en los que le pide que no le saque fotos. Los chicos lo expresan y te enseñan. Jime me contó además que con esto de la exposición, Morrison una vez salió a la calle disfrazado del Hombre Araña porque no quería que la gente lo reconociera. Por eso tengo que ir midiendo lo que Mirko quiere y necesita.
–¿Te gustaría tener otro hijo?
–Hasta hace un tiempo lo tenía decidido, pero creo que voy a ponerlo un poco en pausa. Ser padre no es una tarea sencilla y quiero hacerlo bien. Además, no podría repetir el proceso con Brittany porque la última vez tuvo presión alta y por eso se adelantó el parto. También era el tercer embarazo de ella y su tercera cesárea, así que no creo que podamos organizar el mismo equipo.
–Te animaste a formar una familia no tradicional y seguramente inspires a otras personas...
–Puede ser. En Argentina faltan leyes para que más gente pueda acceder a este tratamiento de manera económica y más sencilla. La subrogación de vientre es una opción viable, pero para eso tiene que existir una legislación que la acompañe. En Estados Unidos, por ejemplo, la mujer que lleva adelante el embarazo firma un papel junto a su marido y ante testigos diciendo que el bebé que lleva en su vientre no es su hijo y –en mi caso– yo firmé informando que el bebé era mío. El documento se mandó a la Corte de California, el juez certificó que él era mi hijo antes de nacer y eso lo enviaron al hospital.
–¿Qué educación y valores vas a darle a Mirko?
–Cuando era chico, mis padres me enseñaron que las cosas me las tenía que ganar por mis propios medios. Si yo quería el cassette de Los Parchís, tenía que cortar el pasto y hacer un par de cosas para ahorrar mi plata y comprármelo. Así incorporé el concepto del ahorro y pienso transmitírselo de la misma manera a mi hijo. Me parece importante educar a Mirko para que no tenga "todo porque sí". Si quiere algo, no es "te lo compro y te lo doy". La paciencia, el trabajo, la perseverancia te ayudan a alcanzar los objetivos que te proponés. Conozco algunos famosos que de chicos les dieron todo lo que pidieron y se volvieron personas egoístas, caprichosas. Y eso es lo que menos quiero para mi hijo.
Producción: Sergio Bárbaro. Maquillaje y peinado: Ania Taniguchi para Sebastián Correa Estudio con productos Givenchy. Agradecimientos: Mimo & Co.
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