El debut con ciclo propio del personaje de Jey Mammón: "Estelita tiene la impunidad de Mirtha y Susana"
Este lunes, después de la medianoche, América estrenará Estelita en casa, lo que significará para el personaje creado por Jey Mammón ascender un peldaño en el escalafón de la estelaridad.
A las 0.30, la rubia impune que pregunta lo políticamente incorrecto debutará con su propio ciclo producido por Jotax. "Se generó un espacio que termina siendo propio. Más allá que detrás hay una gran productora, significa tener mi programa, y eso me pone ansioso y contento", le reconoce Jay Mammón a LA NACION a horas de estrenar la nueva experiencia que contará, en el debut, con Juana Viale como invitada para someterse a las irreverencias del personaje anfitrión.
Acorde con los tiempos pandémicos, y tal como lo anticipa el nombre del envío, Estelita estará en su casa y apelará a la tecnología disponible para conversar con los famosos a través de videoconferencias. "Las notas serán picantes y entretenidas, pero, más allá de eso, se trata de mostrar a un Estelita en cuarentena y con todo lo que eso implica. Habrá terapia, ayuda en la cocina, o hasta el consejo de un abogado. Pienso, con objetividad, que en esta situación de encierro me darían ganas de ver el programa. La medianoche es un buen horario para relajarse, divertirse y dejar de lado el coronavirus por un rato. Aunque, desde el humor, también se mostrará lo que está pasando", argumenta el actor y músico nacido como Juan Martín Rago.
-¿Cuál fue el invitado de Estelita más complejo, el que no entraba en sintonía con ella?
-Te diría lo contrario, hubo gente a la que no le tenía demasiada fe para que pudiese suceder algo y pasó. También tuve invitados que, quizás, no son queridos al cien por ciento y, sin embargo, resultaron. Es que este espacio acerca, humaniza al interpelado.
-¿Estelita es Jey?
-Estelita y yo somos dos personas distintas, por eso me divierte mucho verla. Ella muestra otra cosa del entrevistado. Es buena preguntando, tiene humor, impunidad. Cree que es Susana o Mirtha, que preguntan siempre al hueso y no les importa nada, son impunes. Estelita tiene esa impunidad.
-Es complejo apartar a un entrevistado, sobre todo si pertenece al mundo del espectáculo o de la política, del discurso armado. Estelita lo logra y ese es todo un mérito.
-Hay gente que inspira tanto respeto y admiración que, más allá que crea que Estelita tenga vida propia, sé que estoy jugando yo. Sin embargo, se llega a una fibra distinta. El año pasado me invitaron al programa de Pinky, allí estuvo Estelita. Pinky terminó emocionada, llorando. Pensé que no me iba a animar a abordarla con mi peluca, haciéndome el gracioso ante una diva, una figura como ella. Pero la gente se abre al personaje y cuenta cosas muy íntimas. Yo atesoro esos momentos, son logros, cucardas. Lo digo con mucho respeto, porque no soy periodista.
El actor no duda en reconocer el efecto de disociación que le produce ponerse las ropas de su creación: "Hablo de ella en tercera persona. Cuando grabo, yo no estoy, está Estelita. Es para internación lo que me pasa".
-Imagino que el personaje pregunta lo que Jey quiere saber.
-A veces no tenemos las mismas inquietudes. En 2015 me tocó entrevistar a políticos y eso me hizo tomar conciencia que mis preguntas no iban por el mismo carril que las de Estelita. Es como un alter ego, pregunta lo que uno no se anima a preguntar para no quedar muy expuesto. Ella sí puede abordar esos temas. El personaje es un escudo que ayuda un montón.
-¿Ella tiene simpatías sobre determinado partido político?
-Es veleta. Con tal de caer bien, dice cualquier cosa. Las divas siempre sorprenden con sus contradicciones, Estelita es eso también.
-Es interesante cómo la construcción de Estelita juega con el género y la diversidad. La componés con barba y zapatillas. Hay una suerte de distanciamiento, al modo de Brecht. Se entrecruza la ficción y la realidad.
-Esto es como cuando sos un chico ya grandecito y sabés la verdad, pero seguís jugando al Ratón Pérez o a los Reyes Magos.
-¿Cómo nace Estelita y su estilismo?
-Hacía radio por internet, fui medio pionero en eso, y me pasaron un teléfono de Susana Giménez. La única manera de enfrentarla era inventando un personaje como Estelita. Y su estética es parte de mi realidad de ese momento. Vivía en Once y, como andaba falto de laburo, organicé la fiesta de aquel programa. Compré peluca, boa, anteojos de plástico en los negocios de cotillón del barrio. Con el tiempo, todo eso quedó para siempre.
Juzgado
La semana pasada, Jey Mammón participó del estreno del certamen "Cantando 2020". Su performance junto a Carla del Huerto, a pesar de haber sido muy satisfactoria, resultó observada por el jurado integrado por Nacha Guevara, Moria Casán, Pepe Cibrián y Karina. "No solo este show, sino la tele en su conjunto es como una realidad virtual, no es la realidad. No es que no me importa lo que diga el jurado, pero hay algo de eso también. No estoy jugando a la competencia. Cuando las devoluciones son en función de construir un show de tele, ni me enrosco. Ni siquiera si se ponen de pie y me dicen que soy Dios. Es un juego, es divertido y genera algo para la gente. En ese momento mandé una lanza a favor de mi compañera y de los profesionales de la música que participan del show. Si el "no se te entiende cuando cantás" era para mí, es distinto. Carla fue protagonista de Sunset Boulevard. No digo que, por esto, le tengan que festejar todos los goles, pero tuve que salir a decir lo que dije. Hay gente muy grosa participando".
-Sos músico, eso se notó en tu performance.
-A mí no me dijeron nada, ni si canto bien o si canto mal. La verdad es que tampoco me importa. Le agradezco a Marcelo Tinelli el reencontrarme con la música y tener un escenario disponible. Necesitamos el público. Si quiero permanecer ahí es por eso, más allá de la devolución de cuatro personas que están sentadas, así sean eminencias o no. Hay mucha gente mirando, que opina, y eso me encanta. Todos los aderezos que lo rodean tienen que ver con la construcción de un show de televisión.
-¿Qué opinión te merece el jurado?
-Estelita dice que, a los que se conoce por el nombre, son divas o divos. Al jurado se lo conoce por el nombre: Moria, Nacha, Pepe. Karina tiene la suerte que no haya muchas que se llamen como ella en el ambiente. Como individualidades, son todas figuras número uno, figurones. Y, en el caso de Karina, que no tiene la trayectoria de los demás por una cuestión lógica del paso de los años, solo el tiempo determinará si se puede mantener 30 años en la industria. Creo que sí. Aún así, veo todo lo que sabe. Cuando le hizo la devolución a Gladys, tuvo conceptos técnicos, se nota que no está wikipediando. Me sorprendió.
-¿Hay mucha Wikipedia leída en el jurado?
-No voy a analizar lo que hacen, pero sí hay olor a Wikipedia. Pero, ¿quién no lo usa?
-No siempre es la mejor herramienta de conocimiento, sobre todo para la formación que debe tener un jurado.
-Por eso pienso en los coaches y en los compañeros, son gente que sabe. Si se genera un debate sobre conceptos con el jurado creo que puede ser enriquecedor.
-Así como al jurado del programa se lo identifica por el nombre, a Estelita también. Es un valor lograr eso.
-Además, Estelita no da notas, por eso hay un ala de misterio sobre ella. Me gusta jugar a que es Mirtha o Susana. Cuando la invitan a algunos programas, no va. Se pregunta: "¿Irían Mirtha o Susana? Si la respuesta es negativa, Estelita tampoco va.
Ser
No son pocas las historias de humoristas que recurren a ese lenguaje de expresión artística como un ejercicio catártico. Aunque, como toda regla, no aplica más allá de una generalización. "No creo que el humor aparezca como respuesta al dolor, pero se puede utilizar para atravesar una situación. No es condición sine qua non. Pero, si sos humorista y atravesaste situaciones de dolor, seguramente utilizaste eso como herramienta".
El humor sirve para sanar y para acompañar, para que la mochila tenga menos peso
-¿Fue tu caso?
-No tiene solo que ver con el pasado o el presente, seguramente el dolor también estará en el futuro y el humor sanará y salvará. Por eso, más allá de mi vida, celebro hacer Estelita en casa en este contexto. No me quiero escapar de tu pregunta, seguramente, para encontrarme conmigo, con mi identidad y con mi vocación, el humor ha sido una herramienta. Incluso, lo apliqué también en la música que hago. Hace mucho formé una banda que se llamaba Mammón, dónde decíamos cosas con ironía y humor.
-¿Recordás alguna letra en particular?
-"Mamá, papá, tenemos que hablar, no sé cómo decírselos, no sé cómo empezar, aunque les cueste aceptarlo, y aunque todos me miren mal, aunque sea tan difícil insertarse en la sociedad, soy heterosexual". Definitivamente, el humor sirve para sanar y para acompañar, para que la mochila tenga menos peso.
-Pensando en dolores, el amor puede serlo. ¿Lo ha sido para vos?
-Cuando lo experimento en su máxima expresión, y no creo que éste sea un estado permanente, sino que tiene sus vaivenes, el dolor es parte del amor, como lo es la alegría. El amor es una montaña rusa de emociones, te va llevando por todos los estados. El idilio no existe. Ni en el amor de pareja, ni en el filial. No soy padre, pero supongo que ese amor también debe mutar desde la bronca a la comprensión total. El dolor es parte de la vida, como lo es el amor.
-¿Pensás en la paternidad?
-Antes decía que no creía en Dios, ahora digo que no sé si existe. No lo sé. De todos modos son temas que hay que analizar post pandemia, hay que esperar que pase todo esto. Tampoco es un deseo de un momento, no es como desear tomar un helado. No me cierro a ser padre. Hoy, una serie o una canción me pueden despertar algo, y eso es un estado distinto a lo que pensaba antes que tenía que ver con la negación total.
-Se te percibe muy libre, estás expuesto por tu trabajo y transitás eso con mucha convicción. Sin embargo, en el plano personal, no has presentado una pareja formal a tu familia hasta pasados los 40 años. ¿Qué tipo de inhibición operaba en vos?
-Los que me conocen por mi trabajo conocen a Jey Mammón, un personaje que tiene siete u ocho años, no mucho más. La persona no contempló esa libertad toda su vida, fue una construcción. Tengo 43 años y pareciera que mi estado siempre ha sido este, pero la verdad es que yo decidí no incursionar en el medio hasta tanto no estuviese amigado conmigo, hasta no sentir esa libertad. De todos modos, la libertad es una búsqueda constante, de toda la vida.
-¿Considerabas que podría haber una contradicción entre tu privacidad y la manifestación pública?
-Sentía que no me iba a bancar ser parte del medio y hablar de una novia o que me gustaban las mujeres. O hacerme el boludo y no decir nada. No es un juicio de valor hacia los demás, son los tiempos y las maneras de cada uno. No me lo iba a bancar. No es que me pasé golpeando puertas para entrar al medio, sino que lo hice cuando me sentí relajado y con la posibilidad de charlar.
-Tu vivencia puede espejar a mucha gente.
-Las historias se multiplican, hay gente que le cuesta, que está en medio de un proceso, de búsqueda de libertad. Hay personajes como el mío que dan la sensación que a uno no le importa nada en la vida, pero si rascás un poquito, importa mucho más de lo que parece.
-¿Podría pensarse como una historia aspiracional para otros?
-No es el lugar en el que me instalo, pero recibo y me hago cargo a raíz de lo que sucede por contar mi historia. Siendo yo mismo sé que hay mucha gente que se hace sus propias preguntas. Me llegan esos mensajes.
-En más de una oportunidad te has expresado apoyando libertades y una sociedad más inclusiva.
-Cuando siento la necesidad de decir algo lo digo, pero sin ninguna estrategia. No asumo un rol, sino lo que naturalmente me sucede por estar amigado conmigo. También es respetable quien no quiera hablar de su vida, no hay que ir con un tirabuzón a escarbar, sobre todo en un mundo que, si bien ha avanzado mucho, sigue reprimiendo la diversidad. Los tiempos de cada uno son más que respetables.
El próximo verano, y si el Covid-19 lo permite, fusionará su pasión por la actuación y por la música al sumarse al elenco de La jaula de las locas, donde interpretará a Zazá, en reemplazo de Raúl Lavié y junto a Nito Artaza y Cecilia Milone. El estreno está previsto en el Teatro Enrique Carreras de Mar del Plata. Antes que eso acontezca, además, continuará con sus participaciones en Polémica en el bar, también por la señal de América. "Celebro la posibilidad de tener tres laburos en un momento tan especial, pero no siento la sobre exposición porque son tres proyectos bien distintos".
-¿Cómo transitás este momento pandémico?
-La pandemia, que es un espanto, fue acomodando algunas cosas en mi vida, como reencontrarme con la música o que aparezca el programa propio de Estelita. Siento que lo de Estelita responde a una necesidad, a darle a la gente distracción. A veces nos olvidamos de lo que estamos generando en la gente grande. Más allá que es una amenaza real, hay un destrato hacia el adulto, se le hace sentir que se va a morir mañana si asoma el dedo por el balcón. Por más real que sea la presencia del virus en la calle, ¿qué es lo que les transmitimos todo el día al adulto mayor? Esta pandemia va a tener costos extra. Hay una parte que tiene que ver con la lógica de una pandemia sobre la que no podemos hacer nada. Pero hay otra parte que es responsabilidad nuestra. Se satura de mala información y de mala opinión. Muchas veces es involuntario, pero estamos infundiendo miedo todo el tiempo. Está claro que hay un virus en la calle y que una persona mayor, si sale, está en riesgo, pero hay que pensar qué le pasa a esa persona. La realidad es una cagada. no la alimentemos más.
Amores
-¿Quién es más sexual: Estelita o Jey?
-Estelita, lo cual no quiere decir que yo no lo sea, pero ella supera cualquier cosa.
-¿Estas en pareja?
-No, y en cuarentena es más complejo conocer gente.
-¿Utilizas las diversas plataformas y redes disponibles para vincularte?
-Uso todas las redes habidas y por haber. Pongo mi foto, pero con un seudónimo. Una vez, la compañía de una red me denunció por supresión de identidad. Tuve que mostrarles el documento para confirmar que era yo que quería tener sexo con alguien.
-Se deben sorprender los chicos que ven tu foto.
-Muchos piensan que es mentira, que es alguien que está bromeando. De hecho, había uno falso. Hay mucha gente que se conoce, que se casa en las redes. También existen los que fueron estafados. Es igual que en un boliche. Aunque, como el mundo de las redes es virtual, hay que estar con cuatro ojos cuando se pasa al plano real.
-¿Alguna pareja fue fruto de esa incursión virtual?
-Tuve alguna aventura, pero ninguna relación que haya nacido allí. No me niego para nada, si uno puede estar en un boliche y conocer gente, ¿por qué no conocer en una red?
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