Abel Pintos y Mora Calabrese celebraron su boda en un entorno de ensueño
El cantante y su flamante esposa compartieron con sus seres más allegados el festejo de su casamiento en una estancia en Máximo Paz
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Una semana después de haber dado el sí, Abel Pintos y su flamante esposa, Mora Calabrese, fueron los protagonistas de un festejo de ensueño con el que celebraron junto a un selecto grupo de invitados la unión de su pareja.
El lugar elegido fue la estancia Villa María, en la localidad bonaerense de Máximo Paz, el mismo lugar que eligieron Luisana Lopilato y Michel Bublé para la celebración de su matrimonio en Buenos Aires.
A las 17, los novios comenzaron a recibir allí a sus familiares y amigos más cercanos. “Es un lugar bellísimo y también muy adecuado para poder realizar un evento así en un contexto como el que estamos aun viviendo en esta pandemia. Todo se puede hacer al aire libre y eso tuvo mucho que ver en nuestra elección”, explicó el cantante.
Una vez finalizada la ceremonia, los novios se acercaron hasta la prensa, y además de posar muy sonrientes y tomados de las manos, hablaron sobre este especial momento: “La propuesta de matrimonio fue romántica, porque cuando uno le propone matrimonio a la persona que ama, la situación es muy emocionante. Pero realmente fue todo muy sencillo. Nosotros tenemos una vida muy sencilla, hacemos todo de esa manera... Una mañana me desperté y me di cuenta de que no quería pasar un día más sin proponerle matrimonio”, recordó el cantante.
Y agregó: “Fui y compré una alianza, volví a casa y le propuse que nos casáramos. Fue en una especie de parque. Habíamos terminado de tomar unos mates y estábamos conversando. Fue un momento especial en medio de una situación muy cotidiana. Me arrodillé y le pedí matrimonio”.
La novia, entonces, reveló cuál fue su reacción: “Fue sorpresivo. No me lo esperaba”. Pintos, luego, explicó que la canción que mejor retrata ese momento es “El amor en mi vida”. “Es un tema que justamente escribí en esos días. Me di cuenta de que el amor me rodea de muchas maneras y que había venido a concretarse y a terminar de completar cada uno de mis días y para siempre a través de Mora y de la familia que estamos formando”.
Los flamantes novios revelaron, además, que sueñan con formar una familia numerosa.
Emoción
Javier Pita, el ambientador y wedding planner elegido por la pareja, dio algunos detalles de las distintas instancias del esperado momento: “El punto de partida fue inspirado en las bodas italianas. Encontrar un lugar mágico que nos aportara la frescura de una atmósfera ideal y que nos brinde todas las condiciones necesarias para poder realizar dicho evento cumpliendo con todas las normas de cuidado necesarias por el momento pandémico que estamos viviendo”.
“El lugar elegido para la ceremonia fue el bosque que está por atrás de las caballerizas y junto a la casona de estilo francés. Para ingresar, hay un camino cercado por coronas de novia y orquídeas. Sobre el mismo, vuelan seis arañas de caireles, las cuales estuvieron protegidas por sutiles cortinas blancas que acompañaron la espalda del vestido de novia”, explicó Pita.
Y reveló: “A cada lateral del camino se ubicaron los bancos de campo para los familiares y amigos. El momento del ingreso de Mora, del brazo de su padre, contó con un condimento muy especial: Jairo entonando el Ave María”.
“Es un grande. Lo amamos. Lloramos un montón”, revelaron los novios a la prensa.
La ambientación
“Construimos 600 metros lineales de pasarela alfombrada en negro. El mismo estuvo custodiado de fanales a la altura de la rodilla. Estos senderos conectaban las 3 instancias del evento: ceremonia, recepción y carpa principal. La luz jugó un rol central en el diseño pensado en la recepción, ya que estuvo pensada en la fusión temporal de la bajada del sol con el despertar de las más de 500 velas y 800 metros lineales de lamparitas que fueron seleccionadas especialmente y ubicadas en el espacio, buscando generar lo que llamo ‘charcos de luz’, creando climas únicos en los ambientes y que para mí son una forma de generar la unión perfecta de sensaciones que nos da el comienzo de una velada inolvidable”, explicó el ambientador.
Con respecto a la recepción, indicó: “Armé una estructura de hierro blanco de 10 x 18, forrada en lucecitas. En el centro de dicho rectángulo se encontraba la barra de tragos con forma octogonal, forrada en espejos. A cada lado había 4 juegos de living en colores verde esmeralda, nude, y arena. Sobre la alfombra negra, alfombras persas, (esto nos permitía poder jugar con la paleta de color) y en 8 puntos centrales de dicha estructura ubicados estratégicamente 8 floreros gigantes dorados de chapa, de los cuales salían árboles de eucaliptus. Todas las mesas ratonas estaban adornadas con la más selecta variedad de flores coloridas. Las flores se ubicaban en distintos floreros realizados a mano. Entre la carpa de lucecitas y la carpa principal se encontraba un vagón de tren restaurado, donde se ubicaban los baños de invitados”.
“La carpa central era de 18 x 16. En el centro se ubicaba la pista de baile dorada, sobre la cual ubicamos estratégicamente el logo familiar diseñado por la pareja, que es una ramita. Con este mismo logo, diseñamos de forma sorpresa para los novios las servilletas y los porta vasos. Las mesas estaban ubicadas en forma de U. La mesa principal era la central, que les permitía a los novios tener la vista de la vieja casona, la laguna y la estructura de lucecitas donde transcurrió la recepción. La pista era central y al pie de la misma se encontraban 4 juegos de living de cuero marrón Chesterfield”, indicó Pita.
El ambientador también dio detalles de los centros de mesa: “Estaban compuestos por orquídeas blancas, coronas de reina y musgos. Entre medio de dichos caminos florales se encontraban velas de todas las alturas, sobre candelabros dorados. Toda la carpa principal estaba recubierta en follaje verde, y los tramos del cuadrilátero técnico estaban forrados en ramas. La idea era que parezca que estábamos inmersos en un bosque encantado, también tiene 800 metros lineales de lucecitas”.
Según se indicó, se pensaron en todos los recaudos necesarios para cuidar a cada uno de los huéspedes. Por ese motivo la lista de invitados no supera las 90 personas que, en el momento que se inició la organización del evento, era lo que estaba habilitado legalmente.
El ambientador dio también precisiones de cómo fue la ceremonia: “La unión en ceremonia religiosa la efectuó el jueves pasado un sacerdote amigo de la pareja en una iglesia de Cañuelas. Fue una ceremonia íntima para pocas personas presentes (debido al contexto pandémico) En la celebración, el mismo amigo se encargó de dar la bendición al festejo de esta unión, pero no se trató de una celebración religiosa”. Pita informó, además, que no hubo invitados famosos.
El look de los novios
Calabrese lució un vestido largo fourreau al bies en seda natural color Ivory, de corte sirena y de inspiración años ‘30. El escote era americano, con espalda baja y falda con apliques de volados en organza de seda y plumas en cascada que daban forma a una gran cola. Llevó, además, una capa de organza de seda al tono de corte imperio y cola catedral. En su cabello, lució pines de perlas, cristales y plumas sobre un recogido desestructurado. Los zapatos eran al tono en cabritilla nacarada de corte retro, todo firmado por el diseñador Fabián Zitta.
Pintos, a su vez, vistió un smoking inspirado en los años 70s, con líneas suaves y elegantes; de factura artesanal y hecho a medida; con hombros suaves y combinando tela italiana con un suave ratier lineal en seda natural. La solapa era en punta y negro pleno; y el moño, negro con volumen siguiendo con la inspiración del smoking, que acompaño con camisa con pechera en contra textura. El diseño del smoking es de José Valosen .“Para cerrar el estilismo total se decidió llevar a cabo una pieza (bañada en oro), inspirada en un símbolo que representa la familia que están formando. Dicha pieza fue realizada por Fendra, de manera artesanal en color oro fino con una terminación en baño de oro puro pulido espejo”, contó Martín Ceballos, estilista y diseñador, responsable del styling total.
Según pudo saber LA NACION, la luna de miel tendrá que esperar, pero llegará más adelante.
Pintos y Calabrese se conocieron en la localidad chaqueña de Pampa del Infierno, donde él llegó para presentarse en un festival. “Nos une todo lo que hemos vivido en nuestra historia que cuenta 8 años. Pasamos por distintas etapas y procesos de cada uno, con encuentros y desencuentros y, sobre todo, con una enorme claridad del deseo de compartir una vida juntos”, explicó el cantante.
Fue él quien le propuso matrimonio, el día de San Valentín. “Una tarde tranquila en Resistencia, tipo 18, me arrodillé y le propuse matrimonio con una alianza que compré esa misma mañana. Lo decidimos porque no tenemos dudas de querer compartir nuestras vidas en todo lo que nos quede por recorrer”.
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